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Voy a hacer que ames. por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

La semana pasada subí el primer capítulo el viernes, pero desde ahora voy a subir un capitulo cada miércoles.

Aquí les traigo el segundo capítulo de este Fic.

María, me ayudaste mucho porque no sabía ni que escribir.

-Aléjate de mí, ¡Y deja de seguirme!

-No te estoy siguiendo, vivo en esa dirección.

-Entonces me pasare al otro lado de la acera.

Mateo había tenido un día supremamente extraño y tras del hecho ahora tenía a un acosador encima, solo quería llegar lo más rápido que pudiera a su pequeño apartamento, podría llamar alguna chicha con la que en algún momento de su vida habrían quedado antes, después de todo era viernes y tenía todo el fin de semana para despejar su mente.

Para llegar a su casa Mateo tenía que ir a la parada del autobús que quedaba a unos 15 minutos caminando desde la universidad, después de eso el viaje en autobús normalmente duraba de 30 a 45 minutos, Mateo vivía en un pequeño aparta estudio, no era suyo pero le había sido proporcionado por parte de la beca que había ganado, Mateo no trabajaba, era por parte de su madre que le enviaba dinero cada mes que podía vivir la vida que tenía.

Después de media casi una hora Mateo estaba en su casa, estaba cansando así que decidió tomar una ducha, Mateo era alto para ser un chico, media aproximadamente 1.75, su cabello era una mezcla entre castaño oscuro y negro, siempre lo estaba peinando y usando varios tipos de productos para que se viera de esa manera, sus ojos eran de un color avellana muy profundo, si se le miraba fijamente era fácil perderse en su mirada, su piel era blanca, de niño Mateo era bastante pálido pero ahora siempre tenía  un leve color rosa en sus mejillas debido a las quemaduras del sol ya que para Mateo no era costumbre usar bloqueador en sus entrenamientos.

Después de ducharse Mateo tomo su teléfono y se dispuso a llamar a alguna chicha pero no fue capaz, quería hacerlo pero no podía marcar su número, simplemente se resignó a que pasaría la noche del viernes completamente solo, si se ponía a pensarlo ya había olvidado cuando había sido la última vez que no hacía nada más que sentarse a ver la televisión un viernes ya que siempre le resultaba algo, ya fuera ir a beber con un grupo de amigos, quedar con una chica o ir a comer a la calle, pero este viernes estaría solo.

Pasada la media noche Mateo se dirigido a su habitación para irse a dormir, ahora que lo pensaba tampoco tenía planes para el día de mañana pero algo resultaría, podría llamar a algunos amigos para salir un rato.

Mateo estaba parado en el marco de la puerta observando como dos chicos desconocidos que estaban frente a él se besaban y lo miraban con una mirada picara, luego lo empezaron a llamar por su nombre, ellos querían que Mateo se uniera se les uniera, Mateo dio unos cuantos pasos hacia el frente mientras sonreía, quería estar con esos chicos, entonces se dio cuenta de que en realidad si los conocía, los había visto ese mismo día, no supo si seguir o simplemente retirarse, sentía que su cuerpo estaba caliente, todas las señales le indicaban que siguiera, Mateo siguió, se acercó a ellos…

Mateo abrió los ojos, se dio cuenta de que realmente estaba en su habitación, su respiración estaba agitada y algunas gotas de sudor salían de su cara.

-¿Qué mierda estaba soñando?

Mateo recordó en sus días de instituto cuando charlaba con algunos de sus compañeros y compañeros acerca de los sueños húmedos, una de las chicas que estaba allí dijo que repetidamente soñaba que hacia un trio con otras dos mujeres, pero que aun así ella no era lesbiana ya que nunca se había sentido atraída por una mujer y sus relaciones con otros hombres iban bien, la chica había buscado por internet a que se debía esto y decía que el cerebro humano puede soñar muchas cosas que no dicen nada realmente sobre la persona, que era normal para una persona heterosexual tener fantasías homosexuales.

Mateo se tranquilizó un poco pero entonces sintió algo que lo incomodaba en su entrepierna, levanto las cobijas para saber de qué se trataba y se dio cuenta de que su miembro estaba claramente erecto, Mateo se disgustó al verlo “Una cosa es tener un sueño húmedo, pero algo muy diferente es despertarme de esta manera”.

Mateo no quería atender su erección, le daba asco pensar la razón por la cual se había producido, quería acostarse  de nuevo y pensar en otra cosa pero simplemente le fue imposible así que  se levantó de la cama y se dirigido al sofá resignado sabiendo que debía hacer algo con el problema de su erección.

Mateo se quitó la parte inferior de su ropa y se sentó en el mueble, sin muchos ánimos empezó a masturbarse, no era capaz de pensar en nada con claridad simplemente seguía moviendo su brazo de arriba para abajo, ¿Cuándo había sido la última vez que se había masturbado? Varios meses quizá, así que se podía decir que “no estaba en práctica”, le costó un poco llegar al clímax, no era capaz de venirse hasta que a su mente vino un recuerdo vago del día anterior en el cual Esteban le estaba besando la oreja, de inmediato Mateo se vino.

“No puede ser, yo no soy gay, no le voy a los chicos”, por más que se lo repitiera Mateo no podría negar que si ni hubiera pensando en eso posiblemente no se hubiera venido, ¿Qué le estaba pasando? No podía pasar de ser el chico súper hetero a alguien que se viene por pensar en otro chico, si antes tenía su mente completamente revuelta ahora estaba mucho peor.

¿Cómo podría olvidar el horrible día de su mente? Mateo se dirigio a su habitación buscando algo que pudiera calmarlo, allí encontró un cigarrillo de marihuana que había estado guardando desde hace unas semanas, era bastante tarde, lo tomo y se sentó de nuevo en el sillón, encendió el  pequeño cigarrillo  empezó a fumarlo, quizás así olvidaría todas las cosas que le ocurrieron el día anterior; después de un rato de estar fumando Mateo de quedo profundamente dormido.

Al otro día Mateo escucho la puerta del apartamento, alguien la estaba golpeando bastante fuerte pero de un momento a otro se detuvieron, Mateo se dio cuenta de que se había quedado dormido en el sillón y para más colmo sin pantalones ni ropa interior, entonces se levantó, fue a buscar rápidamente que ponerse y salió a la puerta pero ya no había nadie entonces miro el reloj y ya era medio día, ya no había marcha atrás, había desperdiciado medio día y no sabía quién había estado tocando su puerta.

En la mente de Mateo estaban aquellas palabras de Esteban “Voy a hacer que me ames”, podría haberlo dicho a modo de broma pero también podría estar hablando enserio, así que no quisiera pensar en eso lo haría, lo peor es que el lunes posiblemente lo vería de nuevo, a pesar de no estudiar lo mismo seguían estando en la misma universidad y no es como si pudiera pasar desapercibido tan fácilmente, sería una dura semana pero simplemente no podía quedarse encerrado en casa esperando que sus problemas se solucionaran.

Para sorpresa de Mateo toda la semana había transcurrido sin ninguna novedad, había asistido a todas las clases y entrenamientos como debía, había tonteando con algunas chicas y por si fuera poco en toda la semana no había visto ni a Esteban ni a su amigo, parece ser que todas las cosas que le había dicho eran realmente habían sido para molestarlo.

Siendo de nuevo viernes unos de los amigos de Mateo lo invitaron a uno discoteca en la zona rosa de la cuidad, ya que el viernes pasado Mateo se había quedado solo en casa accedió de inmediato pensando en pasar un rato agradable con sus amigos, beber un poco y conocer a algunas chicas.

Aunque la especialidad de Mateo no era precisamente el baile se le daba muy bien, pero eso no importaba realmente porque el sitio al que irían solo ponían música electrónica.

Pasadas las 11:00 PM Mateo estaba bastante ebrio mientras intentaba ligarse a una chica para así no regresar a casa solo, entonces se levantó un momento para ir al baño, como estaba tan ebrio y además no conocía bien el sitio termino entrando en una zona bastante rara para él, la zona “gay” del bar, habían muchas mujeres y hombres pero por lo que se podía ver todos iban con parejas del mismo sexo, mientras Mateo estaba en esa zona mucho hombres le lanzaban miradas picaras entonces sintió que alguien lo tomo del brazo.

-Hey, ¿No me digas que ya te olvidaste de mí?

-¡Sebastian!

-Ya te lo había dicho, me llamo Esteban.

-Sebastian, Esteban ¿Cuál es la diferencia?

-Más bien dime, ¿qué haces aquí?

-Vine con unos amigos pero ahora estoy buscando el baño

-¿Sabes que esta zona del bar es solo para personas homosexuales?

-Con razón hay tantos maricas a mi lado –Varias personas voltearon a mirar a Mateo.

-No deberías decir ese tipo de cosas aquí, ven te indicare en donde está el baño.

Esteban tomo a Mateo del brazo y salieron de esa parte del bar, como lo había prometido lo llevo al baño, Esteban se quedó afuera esperando a Mateo.

-¿Aceptas un trago?

-Está bien.

Ambos fueron hasta la barra para pedir algo de beber, a pesar de que Mateo ya estaba bastante ebrio siguió bebiendo.

-¿Qué haces en este lugar?

-Unos amigos me trajeron, bueno realmente quería venir ya que es costumbre que haga algo los viernes en la noche, ¿tú que haces aquí?

-Solo vine a pasar el rato, para mí fue una sorpresa encontrarte.

-De seguro me has estado espiando durante toda la semana y me has seguido hasta este sitio.

-¿Por qué dices eso?

-Por qué dijiste que yo te amaría, como no te acercaste a mí en la universidad me seguiste hasta aquí.

-Si bien dije que haría que me amaras eso no significa que yo sea algún tipo de acosador, quería tomarme las cosas con calma.

Era la primera vez que Mateo se fijaba bien en Esteban, era más alto que el, quizás media 1.85, por el alcohol no podía saberlo exactamente, sus ojos al igual que su cabello tenían un tono muy intenso de negro además que brillaban con cualquier pequeño rayo de luz que pasaba, Esteban no era un tipo feo, pero cuando Mateo cayo en cuenta lo que estaba pensando  se sintió realmente estúpido, él no era gay pero aunque había una chica esperándolo en la mesa en la que estaba con sus amigos prefirió quedarse un poco más hablando con Esteban.

-Mateo, ¿que edad tienes?

-Yo tengo 18, ¿y tú?

-Tengo 20.

-Mateo dime…

-No, tu preguntaste primero, ahora es mi turno de hacerlo.

-Está bien, ¿Qué quieres saber?

-¿Además de los hombres también te gustan las mujeres?

-Si bien son excelentes personas y tengo muchas amigas, nunca he salido con una chica y creo que nunca lo hare, no me atrae su físico y nunca me he sentido atraído por una.

-¿Si nunca has salido con una chica como sabes que no te gustan?

-Te hago la misma pregunta, si nunca has estado con un chico como puedes decir que no te gustan.

-¿Cómo sabes que nunca he salido con un chico?

-Dime la verdad.

-Bien, nunca he salido con un chico, pero sé que no me gustan, la razón es porque me gustan mucho las mujeres, ya sabes cuándo puedo estar con alguna mujer todo se siente realmente bien.

-Bueno, veo que no hay mucha diferencia entre los dos, a mi también me gusta el sexo e incluso tengo varios amigos sexuales, pero supongo que ya me canse, no quiero simplemente citarme con alguien para acostarme con él, pensé que sería lindo tener una relación seria.

-Consíguete un novio.

-Tu serás mi novio, solo que aún no lo sabes.

-¿Pero qué? -Esteban no dejo que Mateo terminara de hablar y tomándolo nuevamente del brazo lo llevo hasta la pista de baile.

Todas las personas de la pista de baile estaban con sus amigos o pareja, la música estaba muy alto y todos estaban gritando, puede ser por el alcohol, por la histeria colectiva o por el encanto natural de Esteban que Mateo no le vio ningún inconveniente en bailar con Esteban, aunque esa zona era exclusiva para personas heterosexuales todos estaban tan metidos en su cuento, tanto asi que nadie los noto, Mateo reía y gritaba mientras saltaba con Esteban, las cosas iban bien hasta que Esteban lo detuvo y lo miro fijamente a los ojos, luego los cerro y se acercó a Mateo pero el lo detuvo.

-¿Pasa algo malo?

-Esteban yo no soy gay.

-Yo no dije que lo fueras.

-¿Entonces por qué querías besarme?

Mateo salió rápidamente del lugar, buscando por todos lados en donde podrían estar sus amigos, cuanto los encontró y vio a la chica que quería llevarse a casa estaba con uno de sus amigos, Mateo resignado se fue a buscar que más podía beber mientras se repetía mentalmente “Yo no soy gay, yo no soy gay, yo no soy gay”

Llego un momento es que Mateo estaba tan ebrio que no se acordaba de nada de lo había pasado después de eso, hasta que de un momento para otro sintió que la luz le quemaba los ojos, lo único que podía escuchar eran los gritos de una mujer, cuando Mateo abrió los ojos vio a una joven mujer, su cabello era corto y parecía tinturado, entonces entendió que el día anterior si había conseguido una chica y la había llevado a su casa.

-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?

-Me mentiste.

-¿De qué hablas?

-Cuando te pregunte si eras gay me dijiste que no, pero no era cierto.

-¿Oye quién te dijo que soy gay? A mí me gustan las mujeres.

-Ayer en el bar vi que estabas entrando a la Zona homosexual.

-Estaba perdido, simplemente buscando el baño.

-¿Entonces como explicas esto?

La chica tomo el celular de Mateo, este no tenía ningún pin ni patrón, luego lo puso en frente de su cara para que leyera el último mensaje.

 

Me sorprendí mucho al ver tu reacción ayer, de verdad lo siento no era mi intención molestarte.

Me gustaría que no viéramos de nuevo, ¿estas libre el domingo? Podríamos simplemente ir a beber un café.

A pesar de que no fue lo mucho lo que hablamos la pase muy bien contigo, espero que nos podamos ver pronto.

Esteban.

 

Cuanto Mateo leyó el mensaje se sorprendió mucho, en primer lugar no recordaba haberle dado su número a Esteban, además todo era bastante comprometedor.

-Oye, debieron equivocarse de persona.

-No te creo, tu reacción al leer ese mensaje indica que realmente conoces a ese tal Esteban.

-No es así, yo no soy gay.

-Mentiroso.

Aquella chica tomo sus cosas y salió rápidamente del apartamento de Mateo mientras que el ardía de la furia, era la segunda vez que por culpa de Esteban este perdía a una chica, Mateo deseaba que fuera lunes para ir a la universidad, esta vez no trataría de esconderse de Esteban, esta vez lo iba a confrontar para que lo dejara en paz de una vez.

-Maldición, no soy gay pero ahora tengo a un maldito acosador detrás de mí, ese cabron me las pagara.

 

Notas finales:

Cuando termine de corregir el capítulo ¡Sorpresa! no tenía internet, así que me vi obligada a esperar hasta que la conexión se reestableciera.

Espero que les haya gustado este capítulo.

¡Nos leemos la otra semana!


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