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Voy a hacer que ames. por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

Aquí está el tercer capítulo de esta historia, estoy muy feliz de ver cuántas personas han leído los 2 primeros capítulos, no sé qué tan larga será esta historia pero seguiré publicando los miércoles (trato de cumplir lo que prometo :D)

A la duda de Drago-Takeru no puedo contestarte, eso sería spoiler.

Sin más que decir espero que disfruten este capítulo.

Lunes a primera hora, Mateo había llegado más temprano a la universidad que de costumbre, todo para poder encontrar a Esteban y decirle que dejara de molestarlo, parecían problemas de niños pero Mateo estaba cansando de que por culpa de Esteban las chicas se alejaran de su lado; Mateo no sabía ni que era lo que Esteban estaba estudiando pero la primera vez que lo vio estaba dentro de la facultad de ingeniería por lo que supuso que estudiaba en aquel lugar.

Habían pasado más de 10 minutos desde que Mateo esperaba a Esteban pero él no aparecía por ningún lado hasta que por fin lo diviso a unos cuantos metros de distancia, llevaba unos jeans negros bastante ajustados, unas zapatillas blancas, una camisa azul rey y una chaqueta de cuero, aparte de eso estaba con una chica con la cual Mateo en algún momento de su estancia en la universidad había intentado ligar pero no había podido conseguir ni su número de teléfono, Esteban se despidió de la chica con un beso en la mejilla, Mateo pensó que era algo completamente extraño ya que Esteban le había dicho que no le gustaban las mujeres, puede que lo estuviera engañando, más bien debía salir de sus extraños pensamientos e ir a confrontar a Esteban ya que curiosamente durante el fin de semana había planeado todo lo que pasaría.

Mateo se acercó rápidamente al lugar en donde se encontraba Esteban, después de esto le toco la espalda esperando que este volteara.

-Mateo, estaba esperando que respondieras mis mensajes –Mientras Esteban hablaba no se percató de que Mateo había alistado su puño para luego golpearlo en la cara, el golpe fue tan fuerte que cayó al suelo perplejo, Esteban se saboreó los labios, era sangre, le había roto el labio.

Esteban se levantó y escupió una mezcla de saliva y sangre, muchas personas se estaban aglomerando a su alrededor esperando ver una pelea.

-Déjame en paz, no entiendes que no quiero nada con…

Mateo no pudo terminar su frase, era costumbre de Esteban hacer que este no terminara de hablar, ahora Esteban había tomado su brazo derecho y lo había torcido en dirección a su espalda, Mateo grito un poco por el aparente dolor, después de eso Esteban tomo el pecho de Mateo y lo acerco a donde estaba, luego le susurro algo tratando de que solo el pudiera escucharlo.

-Cuando era pequeño a mis compañeros de clase les hacía gracia golpearme porque me gustan los chicos, no lo soporte así que me inscribí a clases de defensa personal no solo para defenderme a mi si no también a lo que más quiero.

-¡Suéltame bastardo!

-Tú me golpeaste sin ninguna razón, eso significa que estás dispuesto a que te hagan lo mismo, o aún mejor, podría devolverte el favor de otra manera.

-No me toques.

-No hay nada que ver aquí.

Dicho esto Esteban salió de entre la multitud aun mientras sometía a Mateo, el hizo alguna extraña maniobra y se liberó pero entonces Esteban lo tomo fuertemente del brazo, prácticamente lo estaba jalando por todo el campus, parecían ir sin ritmo alguno pero Esteban lo estaba llevando a un lugar específico, a un lugar en donde nadie los molestaría, allí podría hacer todo lo que quisiera.

Después de caminar por unos 10 minutos entre personas curiosas que los veían “tomados de las manos” llegaron a las canchas de tenis, entonces se fueron a la parte trasera de estas, el lugar estaba lleno de árboles y una vez allí era difícil que alguien los viera o los oyera.

-Ya suéltame, me vas a quitar el brazo.

-Tú empezaste.

-No, tú empezaste desde que decidiste entrar en mi vida.

-No fui precisamente yo quien comenzó a espiarte, ¿o me equivoco?

-Fue en error, algo que nunca debió haber pasado, ahora quiero que me dejes en paz.

-El viernes te comportabas de una manera tan diferente… ¿Qué ha pasado? –Esteban empezó a tocarle la mejilla a Mateo con las yemas de sus dedos, este se sonrojo ligeramente.

-Te aprovechaste de que estaba borracho.

-Dicen que los borrachos siempre dicen la verdad, aunque me gustaría saber porque me golpeaste de la nada.

-El viernes lleve una linda chica a mi casa que ahora cree que soy gay por ese mensaje que me enviaste, ¿Cómo conseguiste mi numero?

-Digamos que convencí a una de las chicas que antes salía contigo de que me lo diera, aun así me quede esperando una respuesta.

-¿Por qué eres así? A pesar de las cosas que te digo actúas de una manera tan extraña…

-Déjame adivinar, siempre has sido el lindo chico popular que es amado por todos y que no tiene problemas con nadie, no sabes lo que siente ser excluido por los demás, cuando esas cosas pasan aprender a manejar personas como tú –Mateo se quedó completamente callado, no sabía que decir, simplemente miraba sus pies– Ahora tengo que devolverte el favor por el lindo corte que está en mi labio.

-Lo siento yo no te diré nada de nuevo, solo no me molestes más –Mateo se dio la vuelta con intenciones de salir pero Esteba lo sujeto del brazo.

-Nunca dije que había terminado contigo –Una sonrisa pícara salió de los labios de Esteban, este atrajo a Mateo hasta sus labios.

Mateo no supo por qué pero empezó a corresponder a Esteban, Mateo abrió su boca esperando que Esteban introdujera su lengua para hacer más ameno el beso, no supo cuándo pero sus brazos estaban rodeando el cuello de Esteban, él lo arrincono en un árbol e hizo que el beso fuera más intenso, sus lenguas saboreaban la del otro pero cuando Mateo se quedó sin respiración aparto a Esteban de su lado.

-Espera… Yo no debería estar haciendo esto.

-Mentirías si dijeras que no lo estas disfrutando, solo quiero hacerte pasar un buen rato.

-Esto no está bien.

-Vamos –Esteban se acercó aún más a Mateo y después paso su lengua por el lóbulo de su oreja derecha- Todo estará bien.

Mateo no supo porque pero asintió, cerro sus ojos esperando cualquier cosa que le pudieran hacer entonces sintió como una mano cálida se adentró por su camisa y empezó a tocar su pezón izquierdo, por la impresión Mateo abrió los ojos de inmediato.

-¿Qué estás haciendo?

-¿Nunca te han tocado en este lugar?

-Mgh, no nunca.

-Solo relájate.

Mateo nuevamente asintió, estaba preocupado por el hecho de que alguien pudiera oírlo así que para suprimir sus pequeños gemidos empezó a morderse el labio, Esteban siguió tocando su pezón izquierdo mientras que con su mano derecha tocaba la bragueta del pantalón de Mateo suavemente para que el tuviera una erección.

Esteban disfrutaba ver la cara de placer de Mateo, luego cuando sintió que el miembro de Mateo estaba siendo comprimido por su pantalón, bajo la cremallera y su ropa interior para introducir su mano.

-No puedo creer que solo tocando el pezón ya estés así de húmedo.

-No me culpes, se siente muy bien.

-¿Quieres que siga?

-Sí, sigue por favor.

Esteban saco el miembro Mateo y lo puso en su mano, empezó por tocar la punta con la yema de su dedo índice haciendo pequeños círculos, Mateo se mordía más fuerte los labios para que ningún gemido abandonara su boca, no sabía que le preocupaba más, el hecho de que algún desconocido que pasara por allí los escuchara o que el mismo Esteban lo escuchara.

“¿Por qué estoy dejando que me haga esto?” si bien Mateo estaba perdiendo toda cordura en aquel momento por la manera en que Esteban lo tocaba no sabía porque se estaba dejando hacer eso con tanta facilidad después de todo no era ninguna chica.

Esteban se acercó a Mateo y lo beso, Mateo a su vez puso sus manos en su nuca para hacer que el beso fuera más largo e intenso, Esteban tomo la parte inferior del miembro de Mateo y empezó a mover su mano rápidamente, cuando empezó a hacer esto Mateo se separó un poco para gemir, ya no podía ahogar todos sus gemidos y de la vergüenza de que él lo oyera sus mejillas tomaron un color bastante rojo.

-¿Ya te dije lo lindo que te vez cuando te sonrojas?

-Ahh, cállate.

-No tienes por qué seguir escondiendo tus gemidos, nadie va a oírte aquí.

-¿Cuántos chicos has traído aquí que ya sabes la respuesta?

-¿Me creerías si digo que a ninguno? –Esteban siguió masturbando a Mateo mientras tocaba su pezón, cada vez iba más rápido lo que hacía que Mateo difícilmente pudiera ocultar todos los gemidos.

Mateo empezó a tambalearse, entonces Esteban supo que estaba llegando a su clímax entonces lo beso de una manera muy lujuriosa, Mateo no aguanto más y se vino en la mano de Esteban, este ayudo a Mateo a recostarse en el árbol para que no se cayera.

-Lo siento, termine en tu mano –A Mateo le costaba un poco respirar, de no estar recostando en aquel árbol se seguro hubiera terminado en el piso.

-No hay problema –Esteban saco un pañuelo de su bolsillo y se empezó a limpiar la mano- Y bien ¿Qué te pareció?

-Nada mal para ser un chico –Mateo estaba tan avergonzado por lo que había acabado de pasar que no era capaz de mirar a Esteban a los ojos- Yo mismo podría haberlo hecho mejor.

-¿Dejarías que lo haga de nuevo?

-¡Por supuesto que no! Esta vez fue una excepción, es más venía a decirte que me dejaras en paz.

-Que malo eres, aunque no duraras mucho así.

-¿De qué hablas?

-Tarde o temprano volverás a mí pidiendo más.

-No muchas gracias.

-Por qué mejor no vamos a tomar un café cuando terminemos las clases de hoy.

-Ya tengo planes…

-De seguro buscaras a alguna chica para llevarla a casa, como hiciste el viernes.

-¿Me estabas espiando?

-Estaba preocupado por que estabas muy ebrio.

-Tu solo querías llevarme a la cama.

-Bingo, aunque si se trata de leer mentes de que en este momento sé que estás pensando “No me pueden gustar los hombres, simplemente mi cuerpo reacciono a la manera en que lo estaban estimulando”.

Esteban no podría haber estado más acertado, Mateo se disgustó un poco por la manera en que Esteban veía a través de él.

-Tengo entrenamiento, me voy.

-Antes de que te vayas, yo no seré quien te busque, tú me buscaras a mi Mateo.

-Sí, si, como tú digas.

Mateo se fue de aquel lugar esperando que nadie lo haya visto, no quería volver a ver a Esteban, en primer lugar lo había buscado para que lo dejara en paz y habían terminado haciendo ese tipo de cosas, Mateo se sentía raro al pensar en eso, es decir ambos eran hombres, no tenía problema con las personas homosexuales, incluso tenía varios amigos así pero no quería que lo acosara alguien así, Mateo decidió seguir adelante creyendo en las palabras de Esteban “yo no seré quien te busque, tú serás quien me busques a mi Mateo” obviamente él sabía que no lo buscaría, así que estaría libre.

Durante el resto de la semana Mateo había visto un par de veces a Esteba entre sus prácticas aun así este solo lo saludaba de lejos, de nuevo Mateo pensó que se lo había quitado de encima así que se relajó hasta tal punto de olvidarlo, el viernes quería salir un rato, quedo con una chica en una página de citas, era la primera vez que Mateo utilizaba este servicio así que se sentía algo nervioso.

Por el momento todo había salido a la perfección, la persona con la que había quedado de encontrarse se llamaba Alison, al igual que en las fotos de su perfil en línea era una preciosura, su cuerpo, su cara, su cabello, toda ella era hermosa,  habían empezado por ir al cine y luego a cenar para terminar el día en su casa.

Alison era 5 años mayos que Mateo pero a él no le importaba, por el contrario decía que no estaría mal pasar el rato con una mujer con más experiencia que él; al llegar al apartamento de Alison ella se lanzó inmediatamente a los brazos de Mateo y se empezaron a besar, mientras se dirigían a la habitación todas las prendas de ropa desaparecieron, estando ya en la cama, Mateo noto que Alison estaba bastante excitada pero aun así era incapaz de tener una erección.

-¿Qué pasa chico lindo? Allí abajo las cosas van algo mal…

-Solo dame 5 minutos.

-Déjame hacerlo con mi mano.

Mateo seguía sin poder excitarse, Alison era una mujer de su tipo, aun así después de todo eso seguía como si nada, Alison empezó a masturbar a Mateo pero seguía sin responder, entonces decidió cerrar los ojos, inmediatamente después de hacer esto empezó a ver el rostro de Esteban frente a él, cuando esto sucedió Mateo empezó a sentir como todo su cuerpo se calentaba y fue cuestión de tiempo para tener una erección; Mateo no podía dejar de imaginar que era Esteban quien estaba a su lado en lugar de aquella chica que había conocido hace tan poco tiempo, Mateo llego al clímax rápidamente y sabía que no duraría mucho tiempo más así, sabía que pronto se correría.

-Ahh, Esteban –Mateo se corrió, no era la primera vez que confundía un nombre con otro pero si la primera vez que decía el nombre de un hombre.

-¿Perdón?

-Lo siento –Mateo estaba nervioso, no sabía cómo reaccionar ante eso- No sé en qué estaba pensando.

-¿Posiblemente en ese tal Esteban?

-No, no estaba pensando en el –Mateo mentía, si había estado pensando en Esteban y de no ser así no habría podido tener una erección.

-¿Eres gay?

-Por supuesto que no.

-¿Entonces por qué no te habías excitado antes de eso?

 -Te lo juro es la primera vez que me pasa, estas más buena que el pan.

-Vete de mi casa.

-¿Perdón?

-¡Que te vayas de mi casa!

Mateo suspiro, resignado tomo toda su ropa y se vistió en la sala, para ese momento ya había perdido todo rastro de su erección, entonces salió del apartamento de Alison pensando que había perdido una excelente oportunidad aun así eso no era lo que más le preocupaba, ahora solo podía pensar que solo había podido tener una erección pensando en Esteban, la persona que menos deseaba ver y que por el contrario solo quería que desapareciera completamente de su vista, si bien la vez que lo había tocado se había sentido muy bien no era como para no poder sacárselo de la cabeza, ya se le pasaría, solo era cuestión de tiempo para que pudiera salir con otra chica y toda su vida volvería a la normalidad, por lo menos eso pensaba Mateo ilusoriamente sin saber lo que le depararía el futuro.

Notas finales:

Espero que les haya gustado este capítulo.

¡Nos leemos la otra semana!

(Nunca tengo mucho que decir al final de cada capítulo)


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