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Voy a hacer que ames. por Duquesa del Pan

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Notas del capitulo:

 

El hecho de que ya este subiendo el cuarto capítulo me pone muy feliz, he recibido más visitas de las que esperaba y los reviews que me han dejado me han gusta mucho *Se pone cursi*

Espero que disfruten este capítulo.

Los días pasaron y Mateo no podía sacarse de la cabeza a Esteban, era extraño ya que nunca antes le había pasado esto con alguna chica entonces ¿Por qué tendría que pasarle con un hombre? Mateo trataba de no darle importancia pero era imposible, ya que sus palabras lo perseguían a todo lugar a donde fuera, ¿Por qué Mateo tendría que buscarlo? La simple idea era estúpida pero después de un tiempo empezó a reconsiderar seriamente la idea, después de lo que había pasado con Alison Mateo había quedado algo afligido, pasó unos días sin intentar buscar salir con alguien, se concentró en sus estudios y en las prácticas deportivas, aun así su cuerpo tan acostumbrado al sexo le pedía a gritos que se acostara con alguien, Mateo lo intento con 2 chicas pero con ambas se dio cuenta de que le fue imposible tener una erección por lo que al final termino sin hacer nada.

¿Qué le había hecho Esteban? ¿Por qué no podía dejar de pensar en él? También podía ser que Mateo no olvidaba la manera en que Esteban lo había tocado, no le había parecido para nada asqueroso, a decir verdad lo había disfrutado mucho, más de lo que debería, no quería tener que llamarlo, Mateo realmente no quería tener que buscar a Esteban pero estaba acumulado, no podía soportarlo más, ¿Entonces que debería hacer?

Entonces Mateo recordó lo bien que se había sentido cuando Esteban le había tocado el pezón, la simple idea de imaginárselo lo avergonzaba así que le era imposible ponerlo en palabras, sin más alternativas y aprovechando el hecho de estar en casa Mateo empezó a jugar el mismo con su pezón, se sentía mucho mejor de lo que recordaba, poco después se sintió mucho más excitado que al estar frente a esas chicas desnudas, su propia lógica ya no tenía sentido, Mateo introdujo su mano en su pantalón para así poder tocar su miembro al ritmo que lo hacía con su pezón, se sentía tan bien que le era técnicamente imposible detenerse, Mateo siguió masturbándose, comparado con la última vez que lo había hecho por sí mismo esta vez se sentía mucho más excitado; Mateo llego prontamente al clímax, cada vez iba más rápido, su cuerpo entero estaba lleno de placer.

-Ghm, Esteban, ahh, Esteban –Mateo se vino, mientras recuperaba la respiración se dio cuenta de que mientras se estaba masturbando había mencionado varias veces el nombre de Esteban, sin mencionar que no había podido sacárselo de su cabeza, ahora estaba completamente seguro, tendría que llamarlo, tendría que quedar con él, pero ¿Qué le diría exactamente?

Mateo se levantó de su cama y después de lavarse las manos tomo su teléfono, era jueves y por una marcha ese día se habían suspendido las actividades en la universidad, Esteban una vez lo había invitado a tomar café, ya que él lo había rechazado esto le hacía más difícil llamarlo para así invitarlo a salir; Mateo marco su número.

-Maldición, contesta, aunque ¿Qué se supone que le diga? Sería extraño invitarlo a salir, mejor no lo llamo ni digo nada.

-¿Hola?

-Hola, lo llamamos para informarle de una promoción de su servicio de telefonía móvil.

-Uh, Mateo sé que eres tú.

-¿Cómo lo supiste?

-¿Tengo tu numero? ¿Acaso no lo recuerdas?

-...

-Y bien ¿A qué se debe tu llamada?

-Estaba pensando que si estas disponible esta tarde, no lo sé, podríamos ir a tomar un café, es decir solo si quieres, no es que te esté obligando.

-En este momento estoy terminando un trabajo para mañana, pero estoy disponible después de las 4:00 pm.

-¿Eso significa que podemos vernos? –A pesar de ser una llamada telefónica, Esteban había notado que Mateo se había emocionado mucho al saber que podrían verse, Esteban sonrió al saber que Mateo era quien lo había buscado, era una lástima que no se pudieran ver las caras.

-¿Hora y lugar?

-¿Has visto ese café que está en frente de la entrada sur de la universidad? Donde los viernes hacen el famoso “descuento universitario”.

-Si se dónde es, solía ir allí pero luego simplemente lo deje.

-Que bien, entonces ¿te parece a las 6:00 pm?

-Por mi está bien, ¿puedo preguntarte algo?

-¿Qué pasa?

-¿Por qué me estas invitando a salir?

-Ehh… Yo… ¡NOS VEMOS A LAS 6:00 PM!

Mateo colgó inmediatamente, no supo cómo manejar esa pregunta, ¿Por qué no podía sacarse a Esteban de la cabeza? Ignorando la respuesta, eran las 2:00 pm, aún faltaban 4 horas para encontrarse con Esteban, debía arreglarse, si, eso suena muy de mujeres pero realmente quería ver a Esteban y no quería que lo él lo viera como solía hacerlo en la universidad, después de las prácticas y lleno de sudor, bastante quisquilloso para ser un chico.

Eran las 5:30 pm, todo bien de no ser porque Mateo aún no estaba listo y para llegar al café tardaría unos 45 minutos, todo por querer arreglarse de mas, era demasiado tarde como para tomar un autobús así que tendría que tomar un taxi para no llegar tarde, Mateo tomo su celular y  billetera, mientras salía del apartamento llamo a un taxi, este tardo unos 5 minutos en llegar, 5 minutos que parecieron eternos, una vez dentro del taxi se dio cuenta de que solo faltaban 10 minutos para la hora de la cita, ya que nunca había salido con Esteban no sabía si era una persona puntual o impuntual, deicidio apostar por lo puntual.

Después de 25 minutos de trayecto y a unas veinte cuadras de la universidad Mateo decidió pagarle al taxista y seguir el resto del trayecto corriendo ya que el tráfico era bastante pesado y avanzaban realmente lento, Mateo tenía un excelente estado físico por lo cual correr no le suponía ningún gran esfuerzo, aun así ya eran las 6:15 pm por lo cual debía apurarse.

Mateo inicio su camino corriendo lo más rápido que podía atravesando esas veinte cuadras en tan solo 10 minutos, cuando Mateo entro al café estaba realmente agitado, le faltaba el aire y se moría por beber algo en ese mismo instante, pero eso no era lo que le preocupaba, era bastante tarde y no veía a Esteban por ningún lado del establecimiento, hasta que sintió que alguien lo llamaba por detrás.

-¿Viniste corriendo desde tu casa?

-Lo siento, ahh, ahh, enserio lamento llegar tarde, joder.

-Hace un rato pedí un vaso con agua, toma, además estas sudando bastante –Esteban saco un pañuelo de su bolsillo y mientras Mateo bebía el contenido del vaso él le limpiaba las gotas de sudor que se formaban alrededor de toda su cara.

-Gracias, ya estoy un poco mejor, ¿hace cuánto tiempo llegaste?

-Unos minutos antes de las 6:00 pm, estaba a punto de irme pero entonces a lo lejos te vi correr y ya que te veías reamente lindo y se notaban las ganas que tenías por verme no pude abandonar el lugar.

-¿No podías haber dicho eso de otra manera?

-Si lo hubiera dicho de otra manera no tendría el mismo impacto, siéntate –Ambos se sentaron y Esteban le hizo señas a una camarera para que viniera a atenderlos.

-Bienvenidos, ¿podría tomar su orden?

-Yo quiero un Cappuccino y un trozo de pastel de chocolate.

-Yo quiero un jugo de mora en leche.

-Muy bien, en unos momentos traeré sus pedidos –La camarera se dirigió en dirección a la cocina.

-Sabes, estamos en un café, por lo tanto deberíamos pedir café, CAFÉ.

-No me gusta el café.

-¿Entonces la vez que me invitaste a tomar un café?

-Suena mejor invitar a alguien a tomar un café que decirle que tomemos un jugo, ¿No lo crees?

-Tienes razón.

-Bien, ¿para qué me llamaste?

-¿A qué te refieres?

-¿Con que propósito me trajiste aquí?

-Ah, bueno yo, -¿Por qué Mateo había invitado a Esteban a salir? La respuesta seria “porque quería verte” pero Mateo nunca diría algo como eso, nunca solía ser muy romántico así que tendría que inventar una mejor excusa- Yo quería que me explicaras algo.

-¿Y eso que sería?

-Quería que me dijeras a que te referías cuando me dijiste que yo sería quien te buscara.

 -Aquí tienen sus órdenes, si quieren algo más por favor llaméenme –La camarera había dejado las cosas sobre la mesa y luego se fue hacia la dirección contraria.

-Gracias.

-Gracias, ahora Esteban contesta mi pregunta.

-Vaya –Esteban dio un gran sorbo a su vaso de jugo- No creo que nadie aparte de tu pueda contestar mejor esa pregunta.

-Por supuesto que no.

-Al fin y al cabo tú fuiste el que me llamo, ¿O me equivoco? Yo debería preguntar por qué lo hiciste.

-Bueno, eso es…

-No hay necesidad de sonrojarse.

-¡No estoy sonrojado!

-Lo estas, no ínsitas y contéstame ¿Qué hacemos aquí?

-Vinimos a comer algo.

-De comer algo lo pude haber hecho en mi casa.

-Está bien, está bien –Mateo suspiro, había citado a Esteban solo por una razón  tenía que decírselo- Desde la última vez que nos vimos no he podido dejar de pensar en ti.

Mateo no midió sus palabras, no sabía que tantos significados se podrían sacar a partir de estas, cuando miro a Esteban este estaba perplejo, sus ojos estaban bastante abiertos al igual que su boca, toda su cara en si tenía una notación bastante graciosa, viendo que Esteban no hablaría Mateo se dispuso a hacerlo.

-¿Qué? ¿No piensas decir nada?

-No es eso, es solo que ¿sabes lo que significa lo que me acabas de decir?

-Por supuesto que sí, solo dije que quería verte.

-Alguien que no te conociera y si te viera diciéndome esas cosas diría que eres gay.

-No soy gay, es solo que desde la última vez que nos vimos por más que intento estar con otra chica no puedo, siento que me hiciste algo.

-Pues pensar eso es bastante grosero de tu parte.

-¿De qué hablas?

-Solo porque este estudiando ingeniería química no quiere decir que haya hecho algún tipo de pócima del amor y te la haya dado.

-Ni siquiera sabía que estabas estudiando Ingeniería Química.

-¿Entonces por me esperabas fuera de la facultad de ingeniería hace unos días?

-Tonto, la primera vez que te vi estabas dentro de ella ¿acaso ya lo olvidaste?

-No lo he hecho, almenos yo sé que estas estudiando ciencias del deporte con enfoque en futbol.

-¿Me estas espiando?

-No es muy difícil de saber si cada vez que te veo tienes puesto un uniforme y estas todo sudoroso, me gustaría saber por qué estas estudiando eso.

-La verdad desde que era pequeño siempre me ha gustado el futbol y al graduarme gane una beca deportiva, no soy de esta cuidad pero la beca incluía un pequeño aparta-estudio y un sustento económico, aun así mi madre me envía dinero cada vez que puede, el futbol es realmente genial, alguna día deberías verme en una práctica.

-Dalo por hecho.

-¿Y por qué estudias ingeniería química?

-Esa es una historia bastante larga.

-Tenemos tiempo, puedo escucharla.

-Cuando era un niño amaba a mi padre más que cualquier otra cosa, él trabajaba en una gran compañía él era muy cariñosos conmigo así que siempre quise seguir sus pasos, él sabía que me molestaban en la escuela pero no sabía la razón, hasta que cuando me faltaban 2 años para graduarme le dije que era gay, el no pudo soportarlo, dijo que no podía tener un hijo como yo y nuestra relación se acabó completamente, las cosas con mamá eran diferentes, ella hace todo lo que le diga papá y bueno, mi padre ya no era mi modelo a seguir, yo era muy diferente a él y pensé que por lo menos si el pagaría mis estudios sería algo que realmente me apasionara, por eso decidí estudiar ingeniería química, ahora vivo solo, no creo que las cosas el algún día puedan llegar a ser como solían serlo antes.

-Es curioso, nunca conocí a mi padre pero realmente no me importo, mi madre se encargó de toda mi crianza, ella es la mejor mujer del mundo y nunca nadie me podrá demostrar lo contrario.

-¿Aparte de ella  el futbol hay alguien?

-Nunca nadie ha podido llenarme como esas dos cosas lo hacen.

-Mateo, te voy a retratar lo obvio, que quiere decir exactamente que no has podido estar con alguna chica desde lo que paso detrás de la cancha de tenis.

-Ya te lo dije joder, desde eso no he podido dejar de pensar en ti y es porque a pesar de querer estar con una chica no puedo.

-¿Cómo que no puedes? –Esteban estaba algo molesto ya que Mateo no hablaba con claridad.

-No quiero hablar de eso, me incomodan las demás personas.

-Podríamos ir a mi casa.

-No quiero ir a tu casa, quien sabe que cosas quieres hacerme.

-No hare nada que no quieras hacer, como la última vez.

-No quiero ir.

-Tu cara me dice lo contrario.

-Podemos ir por un rato.

-Somos personas adultas, no pienso secuestrarte ni nada por el estilo.

Después de quedarse un poco en el café, ambos caminaron un poco para después tomar un autobús hasta el apartamento de Esteban, estaba ubicada en un buen barrio y quedaba más lejos a la universidad que la casa de Mateo, una vez dentro ambos se quitaron las chaquetas y se dirigieron a la sala, Mateo se sentó en un pequeño sofá y Esteban a su lado, pero luego Mateo se sentó en el sofá más grande.

-Hace mucho que no traigo un hombre a mi apartamento.

-¿Entonces crees que debería considerarme afortunado? Puf.

-No mentía cuando dije que haría que me amaras, así que desde ese entonces no he estado con nadie.

-Vaya voto de celibato, no es como si en verdad fuéramos a tener algo.

-Pero estas aquí, ¿no crees que es un avance?

-No estoy aquí para tener sexo.

Esteban sonrió y no dijo nada, simplemente se quedó observando a Mateo pero él no podía hacer lo mismo, no podía mirarlo fijamente sin sentir que se estaba sonrojando, simplemente le era imposible mirarlo por más de 10 segundos seguidos, Esteban se levantó del pequeño sofá y se sentó al lado de Mateo.

-Estas evitando mi mirada.

-No lo estoy haciendo.

-Claro que sí.

-¡Que no!

-Entonces mírame.

Mateo volteo a mirar a Esteban y él se acercó a él para besarlo, mientras lo hacía Mateo se aferró con mucha fuerza a la camisa de Esteban, el solo hacía más intenso el beso devorando enteramente la boca de Mateo, incluso Mateo se sentía sin experiencia cuando besaba Esteban, el beso se prolongó más de lo esperando  ambos tuvieron que separarse para tomar algo de aire.

-Entonces dime, ¿Qué quieres hacer?

-No lo sé, dime tú.

Esteban le dio un pequeño beso a Mateo y luego se levantó, entro en una habitación y tardo un poco, Mateo se sentía realmente incomodo ante tal situación, después de un tiempo Esteban regreso con algo en su mano, luego se incorporó de nuevo en el sofá al lado de Mateo

-Dime Mateo, ¿alguna vez probaste la masturbación anal?

-¿Qué?

-Ya sabes, cuando introduces tus dedos o algo más dentro de tu ano.

-¡Obviamente no! Quien hace eso…

-La verdad nunca lo he hecho conmigo mismo pero tengo entendido que se puede llegar al orgasmo mucho más rápido que al masturbarse normalmente, las personas sensibles lo disfrutan aún más y todo mejora cuando se estimula de manera correcta la próstata.

-Oye no, si esas son tus intenciones aléjate de mí, sería como un examen de próstata a los 18.

-Sé que lo disfrutaras, tienes un cuerpo bastante sensible, de no ser así no hubieras reaccionado tan bien cuando toque tu pezón.

-Aun así no quiero, va a doler.

-¿Confías en mí?

-Mmm, si…

-Entonces solo recuéstate en el sofá y relájate.

Mateo hizo lo que le pidió Esteban, estaba realmente nervioso ya que no sabía cómo se sentiría eso, después de estar allí se dio cuenta de que lo que Esteban había traído era un pequeño frasco de lubricante, Mateo cerro los ojos y Esteban se recostó sobre el para besarlo de nuevo.

 

Notas finales:

 Lo sé, sé que el capítulo quedo justo en la mejor parte pero digamos que tengo la costumbre de no pasarme de las 3000 palabras y si escribía un poco más no podía parar.

El miércoles les traigo la continuación.

Entonces... ¡Nos leemos la otra semana!


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