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Nightmare por AyatoSakamaki

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Notas del capitulo:

Primero que todo, este capítulo debe tener muchos errores, porque había mucho ruido a mi alrededor mientras lo escribía, así que no esperen que esté igual de bien redactado que los anteriores. Aunque espero que la idea inicial los siga manteniendo interesados, jeje. 

Otra cosa... Poco importante, creo que cambiaré el nombre de los capítulos. No sé, encuentro que han sido sin gracia y una autora que realmente me gusta, dice que pone mucho esfuerzo en cada uno de los nombres de sus capítulos, así que pensé hacer lo mismo(?) 

 

Bueno, nunca he terminado ningún fic seriado, pero este significa mucho para mí, así que intentaré actualizar, cada vez que los comentarios lleguen o superan los 14. Un pequeño aviso por si quieren un capítulo más pronto(?). 

Otra cosa, no sé si responder o no los comentarios, me da un poco de timidez(?) Así que... ¿No les molestaría que les respondiera cada uno de sus maravillosos comentarios? Jejeje

 

Y bueno, nada más, a leer. 

Capítulo III

Un ridículo intento por mejorar las cosas... O al menos aplazarlas

 

Sasuke se dejó caer sobre la incómoda superficie de madera, recargando su espalda contra el respaldo de la silla, mientras dejaba su maletín encima del pupitre. Una prolongada exhalación escapó de sus labios, cuando sus ojos se enfocaron en el pulcro techo del salón. Cerca de él, podía escuchar claramente la entusiasta conversación que Naruto mantenía con su grupo de amigos. Al parecer, su depresión por la supuesta perdida de Sakura terminó evaporándose en el mismo instante que despertó esa mañana. Había durado mucho menos de lo que creyó en un principio.

El rubio parecía haber recuperado completamente sus energías, ahora incluso lo podía escuchar exclamar, con su molesto y chillón timbre de voz, una sarta de estupideces acerca de uno de los maestros.

El moreno se permitió relajar una vez más, creyó que aquella mirada triste y afligida lo perseguiría por días. Sin embargo, había olvidado un importante detalle, Naruto era lo suficientemente distraído, como para olvidar una "inmensa pena", cuando algo que llamaba su atención se cruzaba por su mirada. Ahora, se encontraba con Kiba, Shikamaru y Choji, quienes le habían mencionado un plan para robar el examen de matemática del Jueves.

Agradeció al inmaduro grupo de jóvenes, ya que inconscientemente, le ayudaron a distraer al rubio.

Pocos minutos transcurrieron, cuando Naruto apareció frente a su campo visual, vistiendo aquella deslumbrante sonrisa que enseñaba su pálida dentadura. — ¡Teme!— Exclamó, estrellando ambas palmas sobre el pupitre del moreno. —Mañana me acompañarás.—Sentenció.

Sasuke arqueó una ceja, contrariado.

Eventualmente, un tanto curioso, volteó el rostro y pudo observar que el grupo que había estado acaparando previamente la atención del rubio, ahora estaba enfocado en la respuesta que le daría al mencionado.

Tragó en seco. Esos idiotas habían ideado un plan y lo habían involucrado, sabiendo que le sería imposible rechazar al Uzumaki. No precisamente por el inmenso cariño que le tenía, sino por la insistencia del rubio. Ninguna entidad sobre la tierra era capaz de rechazarlo.

— Explícate. —Ordenó, cruzando ambas extremidades superiores sobre el pecho. Naruto sonrió burlesco y separó sus labios, dispuesto a soltar la idea que había acordado con sus amigos.

Sin embargo, antes de que cualquier sonido pudiera escapar de esas tentadoras carnosidades, la imagen de una joven de larga y llamativa cabellera rosa, apareció en la entrada del salón.

El alma de Sasuke cayó al suelo e inmediatamente, se levantó de su asiento. Naruto lo observó confundido.

—Luego me cuentas.—Interrumpió a su amigo, para después tomar su maletín y salir del lugar, golpeando a uno de sus compañeros de clase, en un vano intento por ocultar la figura de la fémina.

Naruto abrió sus ojos, evidentemente sorprendido, al distinguir a Sakura Haruno, siendo arrastrada por su mejor amigo. Sin poderlo evitar, una sonrisa se asomó en sus comisuras. Sabía que Sasuke le ayudaría a conseguirla, él se lo había prometido.

Cuando Sasuke salió del salón, sujetó la delicada muñeca de la joven y la jaló, alejándola del sitio, arrastrándola por el pasillo bajo la atenta mirada de los demás estudiantes, quienes no tardaron en llenar el ambiente con murmullos.

Vagamente, consiguió escuchar un tímido saludo y un par de frases más por parte de Sakura, sin embargo, no consiguió comprender el contenido de cada oración, su cerebro estaba concentrado en encontrar un lugar que les brindara la privacidad suficiente para conversar.

Finalmente, llegaron a la azotea del edificio y el moreno liberó la extremidad de la fémina, alejándose de ella, para recargar su cuerpo contra la baranda que rodeaba el piso. Sakura se acercó a él, mientras acariciaba su muñeca e intentaba reprimir una serie de quejidos. Sasuke había sido lo suficientemente agresivo, como para marcar su pálida piel con una marca rojiza.

— ¿Sasuke-Kun...? —Se atrevió a llamarlo, mientras apretaba la mano dañada contra su pecho.

— Silencio... Unos minutos.—Exigió el moreno, mientras recibía la fría y agradable brisa, secando el sudor que humedecía su cuello y frente.

Sakura asintió y bajó la mirada, esperando paciente. Su corazón palpitaba descontrolado dentro de su pecho, era el primer encuentro que tenían, después de haber afirmado los sentimientos que tenían por el otro. Estaba nerviosa, pero preparada para establecer una relación. Lo había conversado con sus amigas e incluso había practicado lo que diría cuando aceptara ser la novia oficial del codiciado Sasuke Uchiha.

— Sakura...—La voz del muchacho la sacó de sus cavilaciones.

Aunque en un principio titubeó, terminó respondiendo con una ansiosa sonrisa.— ¿Sí?

— ¿Qué...No... ¿Cuál crees que es nuestra relación?

Las pálidas mejillas de la muchacha se tiñeron de un encantador tono carmesí. Realmente estaba ocurriendo. —Aún... No hemos acordado cuál es nuestra relación.

Sasuke tragó saliva con dificultad.

— No puedes contarle a absolutamente nadie sobre lo nuestro.— Declaró, sosteniendo aquellas brillantes orbes esmeralda con su oscura y calculadora mirada color ónix.

La joven levantó la mirada y lo contempló desconcertada. El moreno se esperaba una reacción similar, incluso una todavía peor, pero si jugaba bien sus cartas, conseguiría lo que realmente deseaba.

Sakura le brindó el espacio suficiente para que explicara sus palabras, por lo cual, tomando todas las cartas que tenía a su favor, acortó la distancia que separaba ambos cuerpos y estrelló sus labios contra los opuestos.

— Es algo que te explicaré más adelante.—

Después del incómodo acontecimiento en la azotea, donde se vio obligado a provocarle un nuevo orgasmo a la muchacha, utilizando únicamente sus dedos, para sellar su promesa, decidió retirarse y volver a casa, alegando un insoportable dolor de cabeza.

Cuando llego a la reconfortante oscuridad de su habitación, recordó a su amigo. Naruto vendría luego de clases. Lo conocía perfectamente bien, y al percatarse que después de haber escapado despavorido del salón, se había retirado del instituto, vendría directamente a su casa a exigir una explicación.

Fue entonces, cuando otro detalle parpadeó de forma molesta.

Le había prometido conseguir el correo de Sakura, para calmar un poco su capricho por ella. No obstante, en ese preciso instante, no estaba lo suficientemente loco, como para ofrecer al inmaduro muchacho, el correo de la joven. Empeoraría las cosas.

Maquinó una y mil situaciones en las cuales pudiera evadir el deseo del rubio. No obstante, recordó que se traba de Naruto Uzumaki, es decir, en pocas palabras, era imposible quitarle una idea de la cabeza a ese insoportable testarudo.

Con desgano, se acercó a la computadora portátil que descansaba sobre su escritorio, y en el mismo momento que abrió el aparato, una idea atravesó su cabeza.

¿Qué tan malo sería darle un correo falso y hacerse pasar por Sakura?

Aunque la idea había sido vaga y sin verdaderos ánimos de efectuarla, le robó una amplia sonrisa, y mientras más analizaba la susodicha, más se tentaba a realizarla. Finalmente, encendió su computadora y decidió llevarla a cabo. Después de todo, podría matar dos pájaros de un tiro.

Notas finales:

Si quieres que la historia continúe, llénala de amor y comentarios. 


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