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En un Sueño por Cliosan9

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Notas del fanfic:

Holas que tal, trayendo mi parte del mes AkaFuri. 

 

Disclaimer: Kuroko no Basquet (perteneciente a Tatatoshi-sama, yo solo uso los personajes para cuestiones zhukulentas)

 

Palabras:2870

 

Advertencias: Malas palabras; Basados en hechos de la vida real.

Día 6: Sueños



Despertó agitado como era costumbre, había sido una pesadilla. Las tenía desde que tenía memoria, cuando era más niño se metía a la cama de su hermano o a la de sus padres que siendo más comprensivos lo arrullaban hasta quedar dormido. No sabía el por qué solo que no era su culpa haber nacido con el don o la maldición de ver espíritus desde muy a temprana edad lo fastidiaban. A diferencia de lo que se cree no se les ve pululando alrededor de uno, solo se siente su presencia, se siente su dolor o pena pero no se les ve. Esas malas ideas vinieron por películas de terror tipo “Sexto sentido” en cambio la realidad es muy diferente. Cada vez que cerraba los ojos para quedar dormido, despertaba (o en su sueño creía que lo hacía) personas se aglomeraban alrededor de su cama y le pedían ayuda, jóvenes, niños, ancianos, todos y cada uno pidiéndole escribir una carta o contactar a algún familiar querido. Él tenía miedo, las almas de gente viniendo hacia él era terrorífico, así que cada vez que se le presentaban se cubría con las sábanas como queriendo protegerse y diciendo “Déjenme sólo”.


Kouki a sus diecisiete años había llegado a tenerle miedo al dormir, los terrores nocturnos eran a veces muy seguidos y otras desaparecían por largos periodos, no es como si le hiciesen daño, pero el miedo a lo desconocido y paranormal es algo innato en los seres humanos. Sus sueños o pesadillas, no se limitaban a ver espíritus, sino también a ser premonitorios, por ejemplo soñar con carne, iglesias, sangre era premonitorio de que algo malo iba a suceder; en cambio soñar con frutas era símbolo de embarazo y animales dependiendo cuales sean traían buena fortuna.


A sus 10 años, en medio del desayuno preguntó si había alguien esperando dentro de la familia. Su familia lo miró mal cuando el castaño menor explicó porque había sacado el tema a colación no le dieron mucha importancia, desviando el tema a que tenía mucha imaginación. Al día siguiente una prima junto a su esposo, con quien no se veían en años los fue a visitar. Ésta muy emocionada les comentó el reciente descubrimiento de su embarazo, también dijo puntualmente que eran los primeros a quienes se los había comentado, por lo tanto Kouki no tenía manera de haberlo descubierto por otros medios. El asunto se atribuyó a mera coincidencia y no fue mencionado después por la familia. Sucedieron casos similares que les dejó en duda si sólo era suerte o en serio su hijo poseía un don.


La gota que derramó el vaso fue cuando tenía 13 años, antes de dormir vio a su abuela al pie de la cama, esta se acercó y le dijo un “te quiero” antes de desaparecer, sabía lo que significaba, había venido el espíritu de su abuela a despedirse. Asustado fue corriendo hasta la cama de sus padres, comentó atropelladamente lo que había sucedido entre sollozos, sus padres trataron de calmarlo diciéndole que solo había sido un sueño causado porque la extrañaba, después de calmarlo lo dejaron dormir con ellos. A las 5 de la mañana la hermana de su padre llamó desde el hospital con voz apesadumbrada, su madre había fallecido en la madrugada de un ataque cardiaco. Entendieron ese día que su hijo en realidad tenía un poder, pero hasta a ellos los asustaba un poco así que nunca lo presionaron a nada.


Sentía los espíritus en los lugares a los que iba, estaba claro que en lugares muy concurridos como tiendas por departamento y supermercados era nula la opción de toparte con un espírituy si los había no los sentía, de alguna manera se sentía seguro con tanta gente a su alrededor. Pero una vez fue a comprar cortinas nuevas lejos del centro acompañado de su amigo Kuroko, sintió una opresión en el pecho y claramente escuchó gritos de una mujer, el dolor de puñaladas clavándose en su corazón, alguien en esa tienda había muerto apuñalada. Salió apresuradamente para poder calmarse, Kuroko fue a ayudarlo, tuvo que explicarle la experiencia ya que empezó a hiperventilarse, este era espírita por lo tanto pudo comprenderlo y desde esa vez fue su confidente, el peli celeste le comentó sentir envidia de su poder en cambio Kouki creía firmemente que nunca podría superar el miedo.


Un día Kuroko le pidió por favor entregar unos documentos por él, no podía hacerlo él mismo ya que su abuela estaba ingresada en el hospital por una baja de presión. Salió temprano de clases, estaba estudiando enfermería ya que si no podía ayudar a los muertos al menos haría su cuota con los vivos. No le fue difícil ubicar la dirección, tocó la puerta un par de veces hasta que un chico con un delantal azul, de cabellos negros y ojos azules abrió la puerta.


-¿Si?


-Ah, ¿El señor Midorima?


-Ah no, espere un momentito. ¡Shin-chan te buscan! ¡Apura baja que se me quema el aderezo!


Al rato bajó un hombre de ojos y cabello verde que hacían honor a su apellido, con una mueca lo invitó a pasar, al parecer los documentos necesitaban una firma y después ser devueltos a su remitente. Ni bien pisó esa casa, sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo bajándole la temperatura de golpe, había algo allí, pero aparte del frio en toda la casa no percibió de quien se trataba, como la vez en la tienda. Al parecer los dueños de casa no parecían perturbados, dependiendo de la sensibilidad de la persona se puede percibir esos cambios, mucha gente convive con un espíritu sin siquiera saberlo ya que considera que aquellas cosas extrañas que suceden solo es por su propio descuido.


Quiso salir de esa casa lo más rápido posible, en la tarde le devolvió los documentos a Kuroko cuando lo encontró en la facultad, se alegraba que la abuela del celeste ya estuviera mejor y en casa. Evitó pensar en lo que había sentido yéndose a casa, tomando agua de azahar para descansar de corrido, antes de dormirse cuando apagó la luz vio una sombra parada al fondo de su habitación, la luz de luna que se filtraba a través de la ventana no dejaba distinguirlo. Juraba que estaba despierto, vio como la sombra se fue acercando hasta que junto a la ventana dejó ver las facciones de la persona parada, un joven de su edad aproximadamente de ojos carmín que brillaban fríamente con el claro de luna, sintió de nuevo aquel escalosfrio que le helaba hasta el alma. El de ojos rojos empezó a avanzar hacia su persona, Furihata sintió perfectamente el peso sobre las colchas y comenzó a temblar porque el espíritu estaba subido en la cama. Como había hecho otras veces se tapó con las sabanas y pidió que se vaya, normalmente acataban pero este no se fue.


-Sé que puedes verme. – Dijo con una voz profunda – necesito tu ayuda.


-Y-yo no puedo a yudar a ningún espíritu, por favor vete.


-¡No estoy muerto!


Se destapó rápidamente al despertar, no recordaba cuando se había quedado dormido. Estaba agitado y sudoroso, se sintió asqueado al sentirse pegajoso y fue a bañarse con agua fría para poder calmarse. Nunca había tenido una experiencia tan cercana con ninguno. Tratamientos psicológicos, brebajes de chamanes, limpia de cuerpo completo y hasta un extraño objeto llamado “atrapa sueños”, había intentado de todo para que esto no se pusiera peor, pero al parecer no funcionaban. Terminado de bañar se cambió con pantalones jeans y una camisa, dentro de unas horas empezaría su clase, pero sería bueno salir de su casa y tranquilizarse en el campus con gente alrededor. Ya listo decidió salir.


-Wahhhh ¡PUTA MADRE!


-Eres bastante grosero.


-Wahhh


-Deja de gritar.


-Ya me volví loco. – El chico que ayer había visto ahora estaba parado en el umbral de la puerta. Una cosa era sentirlos pero otra muy diferente verlos materializados, cuando no era un sueño.


-Necesito que me ayudes.- Furihata se peñiscó tan fuerte la mano que casi lo hizo llorar, pero cuando vio en dirección a la puerta el chico seguía allí parado.


-No puedo ayudarte.


-Créeme si alguien más pudiera no estaría aquí hablando contigo.


-Yo no ayudo a los espíritus.


-No estoy muerto.


-Si claro… - El ambiente en la habitación de nuevo se volvió intensamente fría y el castaño estando recién bañado empezó a temblar de frio, si ya no lo había porque estaba muerto de miedo.


-Ayúdame es una orden. – dijo con voz gélida y autoritaria.


-O-o si no que, ¿vas  a jalarme los pies por el resto de la eternidad?


-¿Hijo pasa algo? – su madre apareció asustada por el grito y al avanzar para entrar a la habitación logró traspasar al joven pelirrojo. Más asustado que nunca sin dar explicaciones salió corriendo y llevando solo un pan tostado en la boca fue a tomar el primer carro para buscar a Kuroko, quien probablemente estaría en la iglesia espírita. No sabía si estaba loco, su madre obviamente no podía verlo, lo mejor era buscar un psiquiatra para asegurarle su sanidad mental, pero su amigo estando en psicología aparte de ser su confidente sería suficiente. Felizmente lo vio saliendo de la iglesia a la vez que lo alcanzaba, el pelirrojo había estado siguiéndolo todo el camino.


-¿Furihata-kun? ¿Qué haces aquí?


-Kuroko ¿puedes ver alguien a mi costado?


-No, ¿hay alguien allí?– Furihata asintió con la cabeza y tratando de calmarse fue relatándole lo que le había sucedido desde el día de ayer en la casa de Midorima.


-Furihata kun, si lo estás viendo ¿Puedes describirlo físicamente?- Y así lo hizo mientras miraba al pelirrojo sentado en el borde de la vereda. Kuroko se volvió pálido al escuchar las características.  – Pregúntale si puede reconocerme.


-Él te está escuchando.


-No lo recuerdo – dijo molesto por ser ignorado durante todo el tiempo del cuchicheo -  Creo que si lo conozco de la secundaria, no estoy seguro. No tengo todos mis recuerdos. Solo recuerdo que de alguna aparecí en casa de Shintarou pero al parecer no puede verme. Lo único de lo que estoy seguro es que no estoy muerto. - Kouki repitió sus palabras para que Kuroko también pudiese escuchar su respuesta.


-Furihata-kun, escucha lo que te voy a decir. Te comenté hace un tiempo de mi capitán del equipo de básquet de la secundaria Akashi Seijurou, pues él desapareció hace dos días atrás, su avión se perdió en los Alpes y no ha habido noticias del equipo de rescate.  Ahora me dices que está aquí a tu costado, aduciendo que no está muerto. Tú nunca has visto a ningún espíritu en el día, ¿Por qué él es diferente?


El peli celeste tenía razón, así que trató de pensar frio, estaban en la calle con gente alrededor así que se sintió más seguro y pudo calmarse para llegar a una conclusión. Todo encajaba, el frío que sentía cada vez que estaba cerca, probablemente ese era el sufrimiento que tenía ahora perdido en los Alpes.


-Porque en verdad no está muerto… –Kuroko asintió.


-Te lo dije.


-Estamos organizándonos para viajar mañana. Tienes que venir también, apuesto a que no es una coincidencia que lo hayas encontrado.


-¿Organizándose quiénes?


-La generación de los milagros.


 .


.


Ahora Kouki estaba sentado en un jet privado con un pelirrojo bastante conversador a su costado, los otros miembros de la GoM lo interrogaban y él servía de comunicador. El día de ayer Akashi se había quedado todo el tiempo con él, era su único nexo con el mundo por lo tanto no se apartó de su costado. Kouki había vencido el miedo y se atrevió a preguntarle cosas, descubrió que era inteligente y agradable, quedándose conversando casi toda la noche. Llegaron a la zona donde los rescatistas se quedaban, organizaron 3 excursiones para ir a las zonas que había recorrido el avión. Algo no estaba bien, caminaron horas sin ni siquiera una sola pista o parte del avión que les diera el paradero exacto del cuerpo o de la cola.


Todos estaban exahustos, el equipo de rescate había pasado con helicópteros, hasta donde se les podía permitir volar por las grandes corrientes de aire, pero ni desde el aire habían logrado encontrar algo. Estaban disponiéndose a regresar para seguir buscando mañana ya que el sol estaba punto de ponerse. Furihata al costado de Akashi no habían logrado encontrar nada tampoco, el pelirrojo no parecía reconocer la zona donde estaban, más aun la preocupación en el pecho del castaño aumentaba con cada hora. Estaban en medio de la nada con nula comida y agua, por sobretodo este frio intenso aparte del choque, si Akashi seguía vivo no sería por mucho tiempo.


Kouki tuvo una idea, pidió a Seijurou que se concentrara para ubicar su cuerpo, al principio no pudo sentir nada, el sol ya se estaba poniendo y sería peligroso seguir en las montañas.


-Estás loco, tanto quisiste que te ayudara para que te des por vencido. – el coraje de ver a ese niño rico e insistente darse por vencido lo llenaron de cólera. Quiso zamaquearlo o tirarle una cachetada pero simplemente lo atravesaba con facilidad, como si no estuviera allí.


-No me doy por vencido, simplemente por ahora es imposible volver a salir y si sucede una tormenta mis probabilidades de sobrevivir se convierten en 0. Al parecer si soy un espíritu. – Furihata sólo tenía una oportunidad más.


-Sólo piensa, y acuérdate como llegaste a la casa de Midorima, que es lo que tenías en mente. Intenta lo mismo con tu cuerpo, haz el intento.


Akashi cerró los ojos, sintió algo, había caminado como si una persona normal se traase todo el tiempo, pero ahora como si una fuerza mayor lo atrajese salió flotando de la estancia dirigiéndose al el norte, los rescatistas y también la GoM gritaron advirtiéndole del peligro al salir casi de noche por aquella ruta y aunque era una locura siguió al espíritu hasta llegar a una ladera. Akashi paró en seco volteó a ver al castaño con una expresión triste y desapareció. Kouki quiso alcanzarlo antes que se desvaneciera por completo pero la nieve a sus pies cedió y estuvo a punto de caer si no fuese por la mano de Murasakibara quien lo cogió a último minuto. Fue regañado y no tenía ninguna excusa pero allí debajo de la ladera contra todas las probabilidades estaba el cuerpo del avión.


Aparte de Akashi rescataron a 3 personas más, quien estaba sumido en un sueño de hipotermia pero los doctores afirmaron que se recuperaría, aunque tal vez perdiendo algunos dedos de los pies. Dos semanas habían pasado y Seijurou había dormido durante todo ese tiempo. Llegó al hospital saludando a los doctores que lo conocían por ser estudiante. Normalmente solo se le quedaba mirando o hablando con él y no sería diferente esta vez pero tendría que irse rápido ya que tenía clases y no podía darse el lujo de perderlas nuevamente. Llegó al blanco cuarto de habitación, se sentó a su lado y pausadamente le habló.


-Hola Akashi-san, espero que no duermas por mucho tiempo, los chicos están preocupados por ti. Por mi parte, creo que ya no me da tanto miedo mis sueños, gracias por tus consejos, logré hablar con un niño ante ayer y pude darle una carta a su madre, se puso a llorar como loca pero me dio las gracias. No sé si cuando despiertes te acuerdes de mí, pero con que recuerdes ahora a tus amigos es suficiente, Kuroko me dice que nuestro encuentro no fue coincidencia, tu también me dijiste que la probabilidad fue casi nula. –Rio un poco – ¿Cuál es la probabilidad de encontrarme con un pedante niño rico?  Ya no pienso que el poder que tengo sea una maldición, te lo debo a ti. Ahora debo irme o sino el profesor Miyaji me regañará.


Quiso irse pero antes de alejarse sintió un suave jalón en la manga de su suéter, Akashi estaba despierto, quiso llamar a las enfermeras pero este no le dejó.


-No te vayas.


-¿P-puede reconocerme?


-No te conozco – dijo apagadamente, Kouki estaba algo decepcionado - pero te vi una vez… en un sueño…


-Pues soy real.


-Gracias, por no dejar que me rinda… - Furihata no pudo aguantar las lágrimas.


.


.


Han pasado 6 años desde aquel accidente, ahora todos están reunidos en la casa de su prometido celebrando haber sobrevivido a semejante accidente y las ocurrencias paranormales que rodearon su rescate. Sólo 4 sobrevivieron de 15 personas y entre esos afortunados estuvo Akashi. Las noticias en televisión no revelaron la manera en que los rescatistas dieron con el avión en una ruta que no le correspondía a la trayectoria trazada de vuelo, se atribuyó a la buena suerte. Kouki agradecía que todo quedara en secreto ya que no quería que una horda de espíritus y gente venga a acosarlo. Antes creía que el don que tenía era demasiado para él, ahora estaba convencido que “Dios no da cargas que no puedas cargar”, cuando podía ayudar lo hacía porque ahora más que nunca comprendía que ya sea la carta más romántica, la verdad más cruda o la mentira más bella, nadie quiere irse de este mundo sin haberse despedido. 

Notas finales:

♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠


Holas que tal les pareció la historia? Les gustó, lamento que no tenga muchas escenas de accion entre los personajes, si saben a que me refiero :v Puse advertencia, porque todo lo contado en la primera parte de este fic ES DE LA VIDA REAL, aunque no lo crean. Yo misma soy bastante exceptica con muchas cosas, pero convivir con mi abuela y tía que tienen este poder realmente te hacen cambiar la manera de pensar. Por ejemplo lo de la tienda de cortinas fue real, mi tia ni bien puso un pie en la tienda salió disparada tocandose el pecho despues de ver que estuviera bien y averiguar los precios, pregunté a la señora que atendía si alguien cercano había muerto y adivinen que... su hermana había fallecido de un ataque cardiaco hace un tiempo, al parecer seguia en la tienda. Cosas como esa, ver espiritus en sueños y tambien los sueños de frutas(ella antes que todos sabía que mi hermanita estaba en camino) son reales.


 


Mi intención no es hacer que ustedes crean de la noche a la mañana en esto, sòlo me pareció un buen tema del cual tratar en mi fic, aunque a diferencia de Furi mi tía y abuela no han superado su miedo, sigue tapandose el rostro con las mantas. Eso es todo, espero que les haya gustado.


Clio ::off::


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