Sehun se despertó cuando los rayos de sol que se colaban por la persiana llegaron a sus ojos. Los abrió lentamente y al recordar que día era una sonrisa maliciosa se coló en su cara. Se dirigió al lavabo que estaba anexado a su habitación y allí se lavó la cara y se peinó concienzudamente.
-Hoy será un gran día-se dijo a sí mismo mirándose al espejo.
Cuando salió de su habitación se dirigió a la cocina y allí se encontró con Lay que estaba comiéndose unas tostadas. Le saludó brevemente y se sentó en la mesa para comerse una manzana.
-Veo que te llevas muy bien con Luhan-dijo Lay.
-Así es, ¿por qué?-dijo Sehun haciéndose el inocente, aunque en realidad había notado como Lay le miraba cuando estaba con Luhan.
-No, por nada...
-¿Estás seguro de eso hyung?-dijo el coreano intentando picarlo.
-Simplemente ni se te ocurra hacerle daño-dijo Lay antes de dejar la sala.
A Sehun aún le duraba la sonrisa maliciosa cuando Luhan entró en la cocina.
-Sí que te has levantado temprano hoy-dijo el mayor.
-Cuanto antes salgamos hacia la tienda de cómics mas tiempo podremos estar juntos visitando Seúl.
-Realmente tengo ganas de visitar la capital-dijo Luhan.
-¿Y te da igual que sea yo quien te la enseñe?-dijo Sehun haciendo un puchero.
-Claro que no-dijo Luhan con una sonrisa que derritió un poquito más el corazón de Sehun.
En cuanto los dos acabaron de almorzar Sehun le pidió a uno de sus guardaespaldas que les llevara hasta el centro de Seúl. Lo primero que hicieron al llegar fue visitar la famosa tienda de cómics. En la entrada había una figura a tamaño real de Son Goku.
-Sehun hazme una foto junto a él-dijo Luhan situándose al lado de la figura y haciendo con sus manos un Kame hame ha.
Sehun le hizo la foto con el móvil del mayor pero antes de devolvérselo se envío la instantánea a su móvil. Siguieron paseando por la ciudad y Sehun le enseñó un montón de lugares a Luhan. Pararon a comer en un restaurante típico coreano donde Luhan quedó impresionado por lo sabrosa que era la comida de aquel país. La tarde la pasaron de aquí para allá visitando templos y haciendo turismo por toda la ciudad.
-Ya está oscureciendo, ¿no deberíamos volver?-preguntó Luhan, a quien el frío de la noche coreana le empezaba a atacar.
-Aún no, te tengo preparada una última sorpresa-dijo Sehun incitando la curiosidad de Luhan.
Sehun cogió de la mano a su compañero y le guió hasta un parque que estaba al lado de un espléndido río. Sehun se sentó en la hierba, haciendo que Luhan le siguiera.
-Este río se llama Hangang y es uno de los más grandes de Corea. En la antigüedad los Tres Reinos de Corea lucharon para controlar este río, ya que se usaba como ruta comercial hacia China. A día de hoy, esta prohibido navegar en él-le explicó Sehun a un decepcionado Luhan. Al ver la cara de decepción de Luhan, Sehun miró el reloj que llevaba en su muñeca y le dijo.-Aguanta un poco más ya queda poco.
En cuanto Sehun dijo eso la gente que estaban sentados a lo largo de todo el parque empezó a hacer una cuenta regresiva de diez a cero. Sehun observaba ensimismado como Luhan miraba hacia todos lados sin poder entender nada. Cuando todos pronunciaron el número cero un montón de chorros de agua empezaron a salir de los lados del puente, que iluminados por bombillas de colores los hacían parecer un arco iris.
-Sehun, esto es precioso-dijo Luhan, que parecía estar disfrutando como un niño pequeño del espectáculo.
Luhan miraba muy fijamente a Sehun esperando una respuesta. Sehun también lo miraba fijamente y poco a poco empezó a acercarse a la cara del mayor. Bajo la iluminación de los fuegos artificiales que habían empezado a la vez que arco iris de agua Sehun unió sus labios con los de Luhan. Éste casi no reaccionaba y ni si quiera había cerrado los ojos. Mientras Sehun le besaba lentamente, Luhan mantenía los ojos tan abiertos como los ojos de un oriental se podían abrir y los labios quietos. Sehun se apartó al notar como Luhan estaba temblando. Caballerosamente se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros a Luhan. Por fin reacciono, aunque fuera a causa de un estornudo. Sehun rió y Luhan se fijó por primera vez en lo guapo que era su compañero cuando sonreía.
-Se-sehun, alguien podría vernos.
-¿Qué más da? Le quiero demostrar a mi hyung todo lo que le quiero-dijo Sehun mientras volvía a besar a Luhan, que esta vez si que le correspondió el beso.
Estaban besándose dulcemente cuando notaron que tenían a alguien detrás observándoles. Al girarse se encontraron con un atónito Lay que detrás tenía a Suho. Los ojos de Lay se empezaron a cristalizar mientras Suho apoyaba su mano en el hombro del chico invitándole a ir a cualquier otra parte. Lay se deshizo de la mano de su hyung con un movimiento rápido y intentó hablar pero las palabras no le salían.
-¿Por qué me haces esto Luhan? ¿En serio no te has dado cuenta aún de lo que te quiero?-dijo Lay después de unos cuantos intentos.
-Lay, esto no es lo que parece, nosotros no som-, ESPERA. ¿Has dicho qué me quieres?-dijo Luhan, que se odiaba por no tener una cabeza más rápida.
Al escuchar las palabras de su mejor amigo Lay se dio la vuelta y empezó a correr para intentar alejarse lo máximo posible de aquel maldito lugar. Suho le siguió corriendo tanto como podía y cuando consiguió cogerle le paró en seco.
-Huir no te servirá de nada-le dijo Suho con la respiración agitada.
-¿¡Y tu que sabrás?!-dijo Lay gritando.-Tú no has estado enamorado de tu mejor amigo desde que tenías ocho años. No puedes entenderme, ni tú ni nadie.
Suho impulsó a Lay hacia él y lo abrazó. Lay estalló en llanto al recordar la escena que acababa de ver. Se sintió mal por como le había hablado a aquel chico que solo trataba de ayudarle. Intentó disculparse pero Suho no le dejó hablar.
-Tranquilo, no digas nada ahora.
Cuando Lay se calmó un poco él y Suho volvieron a la casa, donde no había casi ningún miembro y se fueron a la habitación del coreano.
-Puedes estirarte en la cama, cabemos los dos-invitó Suho a Lay.-¿Qué te apetece hacer?
-¿Hyung, a ti te gusta alguien?-preguntó Lay.
-Se podría decir que sí, ¿por qué?
-¿Por qué nos enamoramos si esto nos causa el dolor más profundo que podamos sentir?
-Porqué también nos trae las mayores alegrías-dijo Suho revolviéndole el pelo a Lay.-Puedes descansar si quieres, después de todo lo que ha pasado debes estar cansado. Yo estaré hablando con mi hermana pequeña por el móvil. Si necesitas cualquier cosa dímelo.
-Gracias por todo Suho...-dijo Lay segundos antes de quedarse profundamente dormido en la cama de su hyung.