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IRIDISCENTE / KaiSoo por Lesly

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En el lapso de la semana siguiente, JongIn se volvió más cercano a Hyun Young, sin embargo evitaba mencionarla en presencia de KyungSoo.


Pronto volvió a ser viernes. Puesto que había faltado a clases, se hallaba en la sala, escuchando música con los audífonos puestos cuando el auto de sus tíos se estacionó frente a la entrada. No escuchó cuando su madre abrió la puerta y tampoco las pisadas lentas y el desliz de las ruedas por el piso. Fue hasta ver al par de chicos entrando por el pasillo que se dio cuenta. GeumMi fue llevada por su madre a la cocina, al parecer le daría algunos panecillos que había horneado esa misma mañana, pero KyungSoo le sonrió y caminó hasta él.


Iba a retirarse el aparato de las orejas y apagar la música, pero KyungSoo se le adelantó.


—¿Puedo escuchar? —preguntó sentándose a su lado. JongIn asintió y sólo se quitó uno, después lo acomodó el en oído del menor él mismo.


Mientras la música se reproducía, ambos se dedicaron a escuchar el sonido sin ponerle atención en realidad. Ninguno tenía certeza de qué canción resonaba, porque la sensación tibia de sus pechos y hormigueo lanzado por su estómago hacia sus dedos incómodamente enrollados sobre sus rodillas superaban cualquier sonido ajeno a ellos mismos.


Cuatro o más canciones empezaron y terminaron en poco tiempo. Momentos después, GeumMi llegó, arrastrando su silla hasta la sala. El contorno de su boca estaba manchado de morusas de pan y sus manos no tenían un mejor estado.


—¿Podemos tomar fotos los tres? —cuestionó la niña meneando la cabeza de un lado a otro, como si el azúcar hubiera hecho su efecto en ella—. Ustedes han tomado fotos juntos, pero ninguna es conmigo —expresó indignada. JongIn liberó una fuerte risotada y siendo demasiado meticuloso y tierno, quitó el audífono a KyungSoo.


—No recuerdo en qué parte de la casa dejé la cámara, pero mi teléfono sirve —dijo cerrando el reproductor para abrir la aplicación de la cámara.


Con el celular listo en la mano, se levantó del sillón y se agachó junto a GeumMi. Llamó a KyungSoo y le pidió que se acomodará a su lado. Los rodeó a ambos con los brazos y juntando su cabeza con la de KyungSoo, estiró la mano con la que abrazaba a la pequeña y disparó la primera fotografía.


—Sonrían —les pidió. GeumMi extendió sus labios y dejó a la vista una diminuta ventana entre un diente y otro. KyungSoo lo hizo leve, JongIn no había quedado conforme con eso, necesitaba ver una de esas sonrisas que formulaba cuando estaba muy feliz—. ¿Les gustaría que más tarde vayamos a imprimirlas y nos quedemos en el parque un rato? —preguntó sin dejar de mirarle, KyungSoo asintió y sonrió; en ese preciso instante JongIn tomó una foto más; después le siguieron otras más, pero esa había sido su favorita. En ella los tres lucían alegres de manera natural.


Comieron, jugaron y casi a las cuatro de la tarde decidieron que era hora de ir a la farmacia para adquirir las fotos en papel fotográfico. Iban de salida cuando JunMin los retuvo frente a la puerta para recordar a JongIn que debía pedir los apuntes de ese día.


—Más tarde llamaré a BaekHyun o Tao —aseguró, ansioso porque los dejara ir.


—Está bien, pero no tarden demasiado porque va a llover, ¿llevan paraguas con ustedes? —preguntó.


—Aquí están —contestó GeumMi al tiempo que le señalaba los paraguas colgados del brazo de su silla.


Tras asegurarse de que estarían bien, que volverían temprano y serían cuidadosos, les permitió salir.


En la farmacia había poca gente y los atendieron rápido. Algunos minutos más tarde les entregaron el sobre con todas sus fotos y saliendo acudieron directo al parque.


Las lluvias le daban un aspecto distinto al que mostraba bajo el sol de primavera. La hierba, los árboles y flores tenían matices aun más coloridos que contrastaban con el cielo tenuemente gris que los bordeaba. Algunas plantas se encontraban bañadas de rocio, por lo que los aromas dulces se intensificaban y deleitaban sus sentidos a cada inhalación.


Debido a que el pasto bajo sus pies estaba húmedo, no podían sentarse, así que prosiguieron a dar una caminata entre las árboledas. GeumMi no paró de hablar en ningún momento, al contrario de KyungSoo, quien no pronunció palabra alguna en más de quince minutos.


En más de una ocasión se toparon con algunas personas igualmente paseando, pero al comenzar a a caer cortinas de llovizna desaparecieron. JongIn abrió uno de los paraguas y ayudándose de unas tenacillas, lo instaló en la silla de ruedas, de tal manera que GeumMi no se mojara y nadie lo tuviese que sujetar. Como sólo llevaron dos, él y KyungSoo estaban obligados a usar uno solo, pero de ninguna manera podría quejarse.


El mejor empujaba la silla de su hermana y el se encargaba de mantener el paraguas cubriendo sus cabezas. El agua los salpicaba un poco, pero no era nada por lo cual preocuparse.


De pronto, un grito no muy fuerte pero sí agudo llamó el nombre de JongIn. Se detuvieron para girar y al hacerlo, notaron una figura femenina corriendo bajo la lluvia en su dirección.


Hyun Young se detuvo de forma abrupta frente a ellos, respirando con trabajo y limpiándose el agua de la cara con la manga húmeda de su suéter. A JongIn le preocupaba verla así, y cuando reaccionó, KyungSoo había asido el paraguas de GeumMi para cubrirse ambos. Lo tomó como una aprobación y no tardó más en cubrir a la chica.


—No podía encontrarte —dijo la chica con más tranquilidad.


—¿Me estabas buscando?


—Sí, fui a tu casa para entregarte una copia de los apuntes de hoy, pero tu madre me dijo que no estabas y que te podría encontrar aquí —Se arregló con los dedos el cabello enmarañado y le sonrió—. Tao me dio tu dirección, espero que no te enojes por eso.


—No hay problema, te agradezco que lo hayas hecho, así no tendré que pedirlos yo mismo —expresó riendo. KyungSoo esperaba sin mirarles, y GeumMi los observaba con fijeza.


—Ellos son GeumMi y KyungSoo —dijo señalando a cada uno.


Hyun Young sonrió un poco forzada al reconocer al chico del que JongIn tanto hablaba.


—Ella es Hyun Young.


—Hola, ¿qué tal? —les saludó agitando la palma frente a ella. KyungSoo no respondió, su vista seguía perdida en un punto ajeno.


Hyun Young le dedicó a JongIn una mirada interrogante, se sentía confundida respecto a su actitud nada cortés.


—Es tímido, pero una vez que se conozcan mejor sabrás lo adorable que es —expresó JongIn un poco orgulloso. Hyun Young asintió y le sonrió a GeumMi, quien no le sacaba la mirada de encima—. Hay que volver, seguramente mamá nos preparó chocolate caliente, puedes venir si quieres.


JongIn no habría querido invitarla sin antes consultarlo con KyungSoo, sin embargo Hyun Young fue a buscarlo, incluso corrió bajo la lluvia con tal de entregarle los apuntes y eso era lo mínimo que podía hacer por ella.


Durante el camino le mostró emocionado las fotos que habían revelado; Hyun Young sólo asentía y fingía interés.


Pensó que tal vez KyungSoo estaba enojado con él, ya que seguía callado por completo. Sus dudas se disiparon cuando le vio agacharse para arrancar algunas flores color violeta, y después, emplazar una en la orea de su hermana y otra en su cabello. Tuvo que inclinar la cabeza unos centímetros para que KyungSoo lo alcanzara. En esos segundos se efectuó un fugaz contacto visual que coloreó las blancas mejillas del menor. A JongIn le asombró lo siguiente que hizo KyungSoo. Sin levantar la cabeza, se plató frente a Hyun Young y le dio una de las flores que había arrancado. La chica, igual de impresionada que él, la cogió y le agradeció en un murmullo.


KyungSoo lucía como un ángel ante sus ojos. Pese a ser posesivo y celoso, ponía todo de su parte por llevarse bien con las personas desconocidas, aun si no le agradaban.


Quizá tenía una sonrisa enorme plasmada en la cara, o tal vez era el brillo de sus ojos, pero por alguna razón Hyun Young parecía incómoda en medio de los dos.


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Un delicioso aroma a chocolate inundaba cada estancia de la casa al momento que entraron. Secaron las suelas de sus zapatos en el tapete antes de dirigirse al comedor. Saludaron a JunMin y ella les entregó a cada uno una taza con chocolate, excepto a GeumMi, ya que a ella le sirvió en un vaso de plástico.


Al final Hyun Young se encargó de acaparar toda la atención de JongIn, y cuando se marchó, KyungSoo ya no quiso hablar con él.


Trataba por todos los medios de obtener aunque fuese una mirada, pero KyungSoo se negaba. Se sentía culpable, había hecho lo que prometió que no haría.


—Me prometiste que no me dejarías al lado por ella —Fue la única frase que recibió.


Quería golpearse, pero esa no había sido su intención.


—No lo quería hacer, pero ella no dejaba de preguntarme cosas, sería grosero no haber respondido —trató de explicar, pero KyungSoo no cedía.


Así estuvieron más de una hora, él suplicando su perdón y KyungSoo ignorándole. Habría continuado, pero creyó que si dejaba las cosas así, KyungSoo lo olvidaría y volvería a ser el mismo con él.


Subió a su habitación y cerró la puerta, pero no le puso el pestillo. Aquel lugar se había vuelto la guarida de sus pensamientos. Podía dejar que su mente formulara cientos de dudas, y aunque no era capaz de encontrarles una respuesta, sentía tranquilidad al estar solo.


No estaba seguro de cuándo había comenzado a tener deseos de besar los labios de KyungSoo; de cuándo empezó a verse tan atractivo o de cuándo sus sentimientos se deformaron a lo que actualmente sentía. Eso le llevó a pensar inmediatamente a su padre. Si él estuviese, podría preguntarle todo lo que se le ocurriera. No sabía si lo regañaría, o si le daría su apoyo, pero de algún modo expresaría sus inquietudes.


Los recuerdos le causaron lágrimas. Extrañaba a su padre, necesitaba de una figura masculina con la cual identificarse, pero sabía que jamás volvería, los había abandonado, y lo más probable era que ya tuviera una nueva familia a la que había decidido proteger.


Para cuando la puerta se abrió, ya se encontraba llorando con frenesí. Estaba sentado sobre la alfombra, con la espalda pegada a la cama y sus piernas contra el pecho.


No quiso voltear, pero no fue necesario saber a quién pertenecían los brazos que abrazaron su cuello y se aferraron a él. El perfume de KyungSoo era bastante peculiar, pero no se trataba de algún perfume que rociara a su cuerpo, sino el aroma natural que desprendía.


No era la primera vez que se abrazaban, pero sí era la primera vez que KyungSoo lo abrazaba, especialmente de esa forma. El calor era confortable, pero no sintió la necesidad de parar el llanto. Al contrario, KyungSoo le daba la confianza de seguir.


Con los brazos endebles, se sujetó a la espalda del menor y lloró todo lo que tenía que llorar.


Sintió que KyungSoo depositaba un beso sobre su frente cubierta de cabello y deseó que aquel abrazo se prolongara por el resto de su vida.


—Lo extraño —comenzó a decir—. ¿Por qué me abandonó? Entiendo que él y mamá dejaron de quererse, pero yo soy su hijo, ¿por qué no le preocupé?


Aunque KyungSoo no decía nada, JongIn sentía el apoyo que le ofrecía.


—¿No sabe que lo necesito? Tengo tantas cosas guardadas que no puedo hablar con mi madre.


—No digas eso —pidió KyungSoo, apretándolo entre sus brazos—. Tía JunMin te ama, no importa lo que le digas, ella te entenderá mejor que nadie.


—Ella nunca me ha entendido —respondió.


—Eres injusto —acusó KyungSoo—. Tu madre te ha querido desde que naciste.


JongIn pensó en lo que había vivido KyungSoo. Su madre lo había abandonado; durante un tiempo estuvo en un orfanato viviendo cosas que tal vez jamás contaría, hasta que conoció a quienes serían sus padres. La gratitud que el menor tenía a ellos era evidente y además admirable.


Sintió arrepentimiento de los malos tratos que tuvo hacia su mamá. Había sido un mal hijo con la mujer que le dio la vida, y que además estuvo todo el tiempo junto a él, a pesar de las dificultades que pudieron presentarse.


Estrujó a KyungSoo cariñosamente entre sus brazos y tomando valor, propinó un beso en su mejilla.


—Hablas poco, pero cuando lo haces, dices las palabras correctas —dijo—. Te quiero muchísimo.


 

Notas finales:

Actualicé rápido porque ustedes merecen eso y más, gracias por su amor <3 


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