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IRIDISCENTE / KaiSoo por Lesly

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Notas del capitulo:

Lean notas finales n_n

Acompañado por Tao y BaekHyun, JongIn se adentró silenciosamente al aula de clases. Debido al retraso que llevaban, cuando entraron estaban ya todos sentados en sus sitios. Los tres chicos se disculparon con la profesora de álgebra y caminaron hasta la última fila entre los murmullos de los demás. El asiento a la derecha de JongIn era por lo general ocupado por un chico llamado MinSeok, quien se hallaba ahora sentado en una de las primeras filas y se dio cuenta de ello hasta notar la silenciosa presencia de una chica de cabello corto que nunca había visto sentada a su lado.

La clase fluyó como sólo podría fluir una materia tan aburrida y ajena a su interés como aquélla, y en todo ese tiempo la niña a su lado permaneció con los labios sellados y los ojos abiertos como producto de un susto. Hubo un momento en el cual aquellos ojos amplios arrastraron a su mente la imagen de KyungSoo. Lo imaginó a él sentado con firmeza en su pupitre, huyendo de los ojos que lo veían como un extraño y con el estómago revuelto a causa de los nervios.

Pensó que probablemente ella se sentía de una forma parecida. Era nueva y se notaba que no había entablado amistad con ningún otro, así que quiso ser amable y hablar con ella un poco.

—¿Eres nueva? —preguntó lo obvio, pero no se le ocurría alguna otra frase además de esa para iniciar una conversación con una desconocida. En realidad no acostumbraba hacerlo, pero el hecho de asociar su sentir con el de KyungSoo lo orilló a eso.

—Sí —le oyó musitar.

La muchacha sólo flexionó un poco la cabeza para mirarle por el rabillo del ojo y no se molestó en agregar algo más. JongIn se habría detenido, pero lucía nerviosa y las personas como ella necesitaban ayuda.

—¿Cómo te llamas —cuestionó acomodándose de lado en su asiento. Ella agachó la cabeza y jugueteó con el lápiz entre sus dedos.

—Cho Hyun Young, ¿y tú? —respondió y sonrió avergonzada, como si decir su nombre le hubiese costado un gran esfuerzo. A partir de ese momento la chica dejó de parecerse a KyungSoo, pensó.

—Yo me llamo Kim JongIn —se presentó— ¿Fuiste transferida hoy?

—Algo así, se supone que debí presentarme hace un mes, pero la mudanza me ha mantenido ocupada —explicó un poco más relajada, pero sin dejar la timidez que mostró desde el primer momento— Espero no tener muchos problemas para tomar el ritmo que ustedes llevan —añadió riendo.

—Hasta hace unas semanas no me iba muy bien en la escuela, así que no te puedo ayudar, pero puedes pedirle a JiSook que te pase sus apuntes, es la más ordenada en el salón. Es la que está allá —dijo señalando con la mano hacia la butaca frente al escritorio.

—Gracias, se lo pediré en cuanto pueda. ¿No ibas bien con tus estudios? Pero ahora sí, ¿o no?

—Un poco, he mejorado mucho y me preocupo más que antes por mis notas.

—¿Tienes alguna razón en especial?

JongIn inhaló y sonrió.

—Creo que aprendí a valorar la oportunidad que tengo de estudiar, de venir a la escuela y tener amigos.

Hyun Young asintió y volvió a concentrar su atención en los apuntes de su cuaderno. Pocos minutos antes de que la clase terminara, la profesora guardó sus cosas y se despidió sin dejar trabajos para hacer en casa. BaekHyun y Tao aprovecharon el tiempo que tenían libre para acercarse a JongIn y hablar con él.

—¿Puedo ir mañana a tu casa? —preguntó BaekHyun con las manos apoyadas en la mesa de su pupitre, balanceándose atrás y adelante. JongIn golpeó sus manos a manera de juego con el puño y las sacó de ahí.

—Sí, a KyungSoo le encanta cuando vas —mencionó.

—También iré yo —dijo Tao sentado.

—De ti no diré nada —contestó JongIn en broma, pero Tao era del tipo de persona con un alto nivel de susceptibilidad y tomó sus palabras en serio. Se volteó, era evidente que estaba molesto.

—No te enojes —pidió entre risas JongIn—. Tú también le agradas a KyungSoo, él me lo dijo.

—Ustedes son muy groseros conmigo —les acusó, pero se olvidó del tema con rapidez.

Mientras mantenían una conversación entre los tres, JongIn se dio cuenta de que Hyun Young los escuchaba y de vez en cuando les lanzaba miradas no tan disimuladas.

—¿Ya conocieron a Hyun Young? Es nueva compañera nuestra —dijo JongIn.

—Ni siquiera la había visto —expresó BaekHyun riendo con una actitud que cualquiera habría encontrado soez. Tal parecía que Hyun Young no lo tomó muy bien, porque bajó la cabeza y enarcó una ceja. JongIn meneó la cabeza, y BaekHyun le dio una mirada de cinismo.

—Yo soy Tao —dijo él sonriente, la chica le devolvió el gesto.

—Hola —saludó con timidez.

—Y él BaekHyun, no es tan odioso, a veces, con todos —Tao volvió a hablar.

BaekHyun los escuchaba torciendo la cara.

—Soy amable con los que me agradan —dijo.

—¿Acaso no te agrado? Ni siquiera me conoces —A JongIn le sorprendió el tono de reproche que usó Hyun Young y la determinación con la que habló, pero la entendía.

BaekHyun no se dejó ver afectado por más de un segundo. En cuanto la chica terminó de hablar, él la miró a los ojos con soberbia.

—Y no tengo ganas de hacerlo —respondió sonriendo.

—Terminando las clases podemos ir a tomar algo caliente, ¿quieren? —Tao intervino, pues un aire de tensión comenzaba a penetrar la atmósfera.

—No cuenten conmigo —contestó BaekHyun.

—Yo sí voy —dijo la chica.

—¿Y tú, JongIn?

Recordó que KyungSoo y GeumMi estarían esperándolo en casa, pero no le tomaría demasiado tiempo. Irían a beber algo, compraría algo para ellos y volvería a casa.

—Está bien.
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La lluvia no daba tregua. En la entrada de la escuela se hallaba un hervidero de estudiantes resguardándose del agua bajo el techo. JongIn y los demás se colocaron sus chamarras y abrieron los paraguas sobre sus cabezas. Al final BaekHyun optó por acompañarlos ya que según él prefería eso a esperar a sus padres en medio de la muchedumbre.

—¿A dónde iremos? —preguntó Hyun Young mientras caminaban. Viéndola así, JongIn notó lo baja que era.

—Hay una cafetería cerca de aquí —respondió él.

Los cuatro estudiantes marcharon sobre charcos de agua y lodo, en poco tiempo llegaron a la cafetería de la que JongIn hablaba. La entrada era una enorme puerta de cristal transparente, y por medio de ella se lograba ver desde fuera su interior cálido y acogedor. Era una de esas cafeterías viejas con muebles de madera antiguos y candelabros pendiendo del techo que refulgían como auténticos diamantes. Antes de entrar colgaron sus paraguas en una vara dispuesta especialmente para eso.

Encontraron lugar en una mesa con cuatro sillas exactas. Cada uno pidió un café, algunos con leche y otros un simple café americano, pero todos lo solicitaron caliente, pues a pesar de haberse cubierto, el agua los había mojado en algunas partes y se encontraban friolentos. Durante la espera charlaron un poco más con Hyun Young. Ella les explicó que si había estado tan callada al principio se debía a que no conocía a nadie y se había sentido ajena a todo, y también dijo que en realidad le gustaba hablar bastante.

Pensó que su personalidad era bastante agradable. Incluso BaekHyun charló con ella, sin embargo aún mantenía sus distancias. Cuando la mujer que los atendía colocó cuatro tazas humeantes en la mesa, JongIn observó la hora en su teléfono. Eran las 4:17 y estaba seguro de que su madre se había marchado ya a trabajar, por lo que KyungSoo y GeumMi estarían solos en casa. JongIn confiaba en él y en su capacidad para cuidar solo de la niña. No obstante, no era precisamente eso lo que le hacía sentir acongojo. Desde que llegó a la escuela había estado deseando salir para volver a casa y pasar tiempo con él, hacer alguna actividad como dibujar, o simplemente ver televisión.

—Lo lamento, ¿puede ponerme el café en un vaso para llevar, por favor? —pidió amablemente a la mujer antes de que se retirara. Ella le sonrió y asintió.

—¿Algo más, joven?

—Si, quiero dos chocolates calientes, por favor.

—¿También para llevar?

—Sí.

—En un momento se los traigo. Con su permiso.

—¿Vas a irte? —preguntó Tao. JongIn asintió.

—KyungSoo y GeumMin me están esperando en casa.

—¿Quién es KyungSoo? —preguntó Hyun Young con interés que había despertado el escuchar varias veces aquel nombre.

—KyungSoo y GeumMi son primos de JongIn —respondió BaekHyun. Hyun Young emitió un «oh».

—No es mi primo —respondió JongIn.

—Es hijo de tus tíos, adoptivo, pero es su hijo y eso lo convierte en tu primo —señaló BaekHyun.

—¿Él no te agrada? —quiso saber Hyun Young. Tomó un sorbo de su café y le miró sobre la taza. JongIn arrugó las cejas. BaekHyun soltó una fuerte risotada.

—JongIn adora a KyungSoo.

—Es verdad —secundó Tao—. Y a GeumMi también.

—Pero es diferente, a GeumMi la quiere pero a KyungSoo lo adora.

—Lo siento, creí que te desagradaba por cómo negaste tu parentesco con él —se disculpó la chica. JongIn sonrió vagamente.

—No es eso, es que no puedo verlo como un primo.

—Pero a gatito sí —añadió BaekHyun.

—¿Gatito?

—Gatito es GeumMi, odia que la llamen por su nombre, debes saberlo si alguna vez llegas a visitar la casa de JongIn —dijo el chico. Tao sonrió y asintió.

—Yo me llevé un golpe por olvidar eso —comentó al recordarlo.

Por un momento JongIn creyó que BaekHyun había dejado el tema de KyungSoo, pero cuando el chico lo miró con fijeza y sin hablar, supo que tenía que responder a la pregunta que formuló antes de ser interrumpido.

—Sí, a ella sí.

La amable mujer llegó como por arte de magia. Dejó su pedido frente a él y se despidió haciendo una inclinación de cabeza. JongIn le agradeció, dejó un par de billetes sobre la mesa y cogió la bolsa que contenía la caja con los tres vasos.

—¿Por qué será? —cantó BaekHyun bebiendo de su café. JongIn le ignoró.

—Me voy, los veo mañana en la escuela.

—Hasta mañana, JongIn —se despidió Hyun Young.

Salió del establecimiento y tomó su paraguas del montón. Con el pensamiento de llegar lo más rápido posible, comenzó a caminar bajo el cielo encapotado y gris que contorneaba la ciudad, con la velocidad que el piso mojado le permitía.

Como tenía las manos ocupadas y no podía abrir con su llave, golpeó la puerta y casi al instante fue abierta por GeumMi, que al verlo expresó su emoción por medio de una radiante sonrisa y extendió los brazos.

JongIn dio unos cuantos pasos y se introdujo al calor de su hogar.

—¡Hola JongIn! —aclamó la niña.

—Hola gatito —Sostuvo la bolsa con una mano para poder abrazar a la menor con la libre, pero cuando se inclicó para hacerlo ella rió y negó.

—¿Qué hay en la bolsa? ¿Me trajiste algo?

—Sí, ven y te lo doy —le dijo sonriendo, por un momento creyó que le estaba pidiendo un abrazo.

Al final del pasillo vio a KyungSoo asomarse, pero cuando él se dio cuenta de que había sido descubierto desapareció. JongIn comenzó a empujar la silla de GeumMi hacia el interior.

—Mi hermano te ha estado esperando —dijo la niña.

—¿Sí?

—Ajá, mis papás le compraron cosas para pintar y no las quiso compartir conmigo, dijo que eran para ti.

Una sonrisa surcó su cara de manera inconsciente. Empujando la silla de ruedas, se abrió paso hasta la sala de la casa, donde KyungSoo se encontraba sentado.

—Hola —le dijo al verlo llegar. JongIn dejó a GeumMi y se acercó a él.

— Hola, ¿Me esperaron mucho?

—Sí, ¿estabas ocupado? —cuestionó KyungSoo.

—Algo así, tengo una nueva compañera. Tao, BaekHyun y yo estuvimos charlando con ella, es agradable —respondió. Pensó que KyungSoo preguntaría por BaekHyun y Tao, como hacía cada que los mencionaba, pero en lugar de eso miró hacia otro lado y calló— Iba a quedarme más tiempo, pero recordé que tenía cosas más importantes que hacer con ustedes —agregó y su intención de hacer a Kyungsoo sonreír fue cumplida—. ¿Quieres hacer algo?

KyungSoo echó un vistazo hacia la ventana despejada de cortinas. JongIn miró en la misma dirección y notó los objetos de arte apilados sobre una silla frente a ella.

—¿Te gustaría pintar la lluvia? —preguntó KyungSoo sin mirarlo. La respuesta de JongIn fue acercarse hasta donde estaban las cosas después de poner la bolsa sobre la mesa.

—Te ayudo a armar todo —dijo colocando los dos caballetes. Sobre ellos encajó el bastidor y a continuación los lienzos.

Cada uno se instaló frente a la ventana, separados por un metro al menos. El menor extrajo de una caja las pinturas y pinceles y los alineó en la silla. Después de haber colocado las pinturas en sus paletas, se dispusieron a trazar sobre la tela.

Durante unos segundos, JongIn miró fijo el exterior a través de la ventana para tener una imagen clara en su mente y posteriormente plasmarla. Embarró de azul y gris su pincel y lo comenzó a deslizar con movimientos suaves y largos en su lienzo. Así continúo haciendo con el blanco añadido, y a veces el verde de las plantas que quedaban a su vista. Al girarse para ver cómo iba KyungSoo, lo descubrió mirándole. Su lienzo estaba volteado al lado contrario, de modo que no podía verlo, pero no tenía duda alguna de que la pintura de KyungSoo sería grandiosa.

GeumMi se había sentado frente a la mesa con algunas cartulinas blancas, en las cuales dibujó con los crayones que Kyungsoo le había obsequiado.

Al momento de terminar, después de algo así como una hora más tarde, JongIn dejó sus cosas en la silla y observó su trabajo. No era tan bueno a su parecer, pero al menos se distinguía que se trataba de un día nublado con la lluvia espesa cayendo sobre las macetas y las casas de la otra calle.

—Terminé —escuchó que KyungSoo decía, pero aún no dejaba ver lo que había pintado.

En la ropa, al igual que en los brazos del menor de divisaban churretes de pintura de variados colores, pero el negro era el que predominaba. Su figura lucía encorvada y nerviosa, JongIn se acercó para mirar, y descubrió la razón cuando su cuadro quedó al descubierto.

KyungSoo no había pintado la lluvia, sino que lo había pintado a él. Se acercó un poco más y mirando con atención, sintió que estaba parado delante de un espejo. La imagen se constituía en su mayor parte de blanco y negro, pero algunos colores resaltaban alrededor. En la imagen su cabello estaba bien peinado, como en escasas ocaciones solía estar. Su expresión era seria, pero podría estar más cerca de la felicidad que de otro sentimiento. Era hermoso, y no porque fuese él, pero lo era porque las obras de KyungSoo eran así, hermosas.

Hasta abajo se presenciaba la firma de Kyungsoo, y más al lado su nombre, escrito mal de nuevo.

Al principio JongIn no reaccionó, el sentimiento conmovedor le había petrificado el cuerpo y la cara. Abrió la boca, tembloroso, y luego fue capaz de sonreír con sinceridad.

—No sabía que me pintarías —expresó con emoción.

—Espero que no te moleste —dijo KyungSoo.

—Claro que no, me ha gustado muchísimo —JongIn soltó una risa débil—. Volviste a escribir mal mi nombre.

—Lo siento, lo arreglaré —declaró KyungSoo tomando su pincel con pintura negra. Estiró la mano hacia su obra y pareció pensar en algo—. ¿Puedes decirme cómo?

Sus pies lo llevaron hasta donde KyungSoo estaba. Se posó a su espalda y se acercó por detrás hasta quedar a escasos centímetros de distancia. Con su mano derecha sostuvo la de KyungSoo y la guió sobre la tela, escribiendo la letra «J» sobre ya «Y».

Tenía en cuanta que no habría sido necesario hacerlo de esa forma, ni siquiera acercarse tanto, sin embargo lo hizo sin detenerse a pensar. Fue algo repentino, como un reflejo del que no podía escaparse. La necesidad de ese tipo de cercanía con KyungSoo iba cada día en incremento.

—JongIn, ¿no habías dicho que me trajiste algo? —GeumMi apareció. Las ruedas de su silla resonaban al paso por el suelo. Fue en ese instante que recordó las bebidas, ahora seguramente frías. Dejó libre la mano tensa de KyungSoo y se separó.

—Les traje chocolate caliente pero supongo que se ha enfriado —comentó distraído—. Vamos a la cocina, los calentaré de nuevo.

En un intento de huir de los pensamientos difusos que flotaban en su mente, JongIn llevó a GeumMi hasta la cocina, pero KyungSoo se quedó quieto en el mismo lugar.

 

 

 

Notas finales:

Por medio de mi página de facebook y mi ask estaré cumpliendo peticiones de drabbles, obviamente kaisoo, por si quieren pedir alguito :D 

Gracias a los pocos que siguen comentando esta historia, a pesar de no ser la gran cosa, merecen todo mi amor <3


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