El sonido de un auto transitando por la calle le despertó. Estaba más que acostumbrado a estar alerta todo el tiempo, y era muy raro que algo le tomara por sorpresa, usualmente mantenía todo bajo control y todo se hacía como él lo mandaba… nadie le tomaba por sorpresa, no podía decir lo mismo del chico que ahora dormía a su lado. Rein dormía profundamente, sabía que si lo movía a otro lado, no despertaría. Después de una semana la cama le parecía demasiado cómoda. O tal vez era Rein. La casa seguía en silencio, y con algo de disgusto noto que no habían cenado y era demasiado tarde como para hacer algo. Se levantó, buscando algo que ponerse para ir a la cocina.
Noto que el idiota no había llegado aún. Suspiro, pensando en lo desagradables que serían los siguientes días. Esperaba que al menos Kest no hubiera sido tan tonto como para dejarse atrapar ahora. Se asomó por la venta, mientras comía un paquete de galletas, esperando a ver alguna señal de que los cazadores aun anduvieran por ahí, lo que a juzgar por la ausencia de Kest no tardaría en ver. Rein seguía profundamente dormido. Camino al almario, de donde saco otro grueso cobertor y lo arrojo sobre Rein. Sabía que Rein no era una persona débil, pero el aspecto que tenía no le gustaba, como si fuera a enfermarse en cualquier momento.
.- siempre eres tan torpe.- murmuro, sentándose en la cama. Siempre le sorprendía y se preguntaba cómo era que Rein había logrado vivir sin ayuda de nadie durante tanto tiempo. A él no le agradaban mucho los humanos, siempre tan ignorantes, violentos y sin intención de conocer más, nunca se había molestado en acercarse a ellos. Mientras ellos no se metieran con él, él no tenía por qué actuar en su contra. La primera vez que había tenido el encuentro más largo con un humano había sido cuando Rein le había encontrado, y Rein ni siquiera era un humano. Sonrió, aun si Rein fuera un humano, solo podría estar con él. Había pasado ya demasiadas cosas con Rein como para no encariñarse con él, y ahora podía incluso asegurar que lo quería, cosa de lo que no muchas personas podían jactarse. Y él podía jactarse de que Rein sentía lo mismo, de no ser así, no tendría ese aspecto cansado por estar preocupado por el, ni hubiera accedido a lo que habían hecho unas horas antes. Permaneció así, en su pequeña burbuja de felicidad hasta que la luz del sol comenzó a entrar por la ventana, y entonces fue de nuevo a la cocina, dudaba que Rein fuera a levantarse temprano si ya había salido el sol y él seguía durmiendo.
Cerca de las nueve de la mañana vio como Rein comenzaba a despertar. En otras circunstancias lo hubiera levantado mucho antes, pero solo por ese día, podía ser un poco amable, así que le dejo dormir en el tiempo que había tardado en hacer el desayuno, comer, servir un plato para Rein y llevarlo hasta la habitación.
.- Rein.- le llamo, pero Rein solo se dio la vuelta.- Rein, despierta.- alzo un poco la voz, dejando la comida en el mueble.- Rein.- gruño, moviéndolo. Rein suspiro antes de abrir los ojos. Le vio frotarse los ojos, parpadeando para lograr enfocar. Cuando le vio, se sentó de golpe, haciendo un gesto de dolor.- ten más cuidado.-
.- S-si… ¿Qué…?-
.- come.- le dijo, pasándole la comida. Rein tomo el plato, mirándolo sin mucho interés.
.- no tengo hambre.-
.- no te he preguntado eso. Solo come.- Rein bostezo, y luego tomo la cuchara. Estuvo comiendo con la mirada en el plato. No le dijo nada mientras le observaba comer.
.- me quede dormido.- murmuro.- lo si…-
.- olvidado. No esperaba que despertaras por tu cuenta. No es broma cuando digo que luces mal, te falta dormir y comer, y no pienso recibir objeciones.- Rein le miro, como sorprendido que lo hubiera notado.- ¿te sientes bien?-
.- sí, creo.-
.- ¿crees?-
.- me duele un poco… pero estoy bien.- le miró fijamente unos momentos, decidiendo si creerle o no. Al final asintió.- ¿y Kest?-
.- no lo sé. Los cazadores siguieron deambulando por ahí, así que entiendo porque no regreso.- Rein también asintió, aunque pudo ver preocupación reflejada en sus ojos.
- q-quisiera v-vestirme… y da-darme un baño.-
.- nadie te lo está impidiendo.- sonrió, divertido al ver como la cara de Rein se teñía de rojo.- si te sientes lo suficientemente bien para hacerlo, adelante. Estaré en la sala.- tomo el plato vacío de Rein y salió. Una de las cosas que más le gustaban de Rein era el que siempre podía encontrar nuevas formas de molestarlo cuando Rein superaba la anterior. Dejo las cosas sucias en el fregadero, y se sentó en el sofá, disfrutando la tranquilidad que había. Paso un buen rato solo así hasta que los pasos apresurados en la entrada interrumpieron su descanso.
.- ¿Micah?- Kest entro apresuradamente a la casa. Él no se movió del sofá, mientras Kest se quedaba inmóvil al verlo.- ah, eres tu.-
.- no sé a quién más esperabas.-
.- ¿y Micah?- Kest miro hacia donde se encontraban las habitaciones. Se preguntó si debía decírselo ya o esperar. Solo el hecho de que Rein le tenía algo de afecto a ese le detenía a decírselo ahí.
.- en la habitación.- Kest le miro perspicaz.
.- ¿Dónde estuviste?-
.- no tengo que rendirte informes de nada a ti.-
.- Micah estuvo preocupado por ti. Deberías ser más considerado.-
.- evite el desastre que ocasionaste al llevarte a Rein. Te dije que no fueras tan imbécil como para atraer a los cazadores.-
.- eso no solo fue mi culpa. Tú también saliste en forma de dragón.- bien, Kest tenía razón pero nunca se lo admitiría.
.- y eso no hubiera pasado si me hubieras hecho caso cuando dije que Rein se quedaba aquí.- Kest resoplo. La gabardina que llevaba tenia nieve, al igual que su cabello. Recordó que había pasado toda la noche fuera, en medio de la nieve. Algo no muy favorable para un dragón que usaba fuego. Los pasos de Rein se escucharon, interrumpiendo lo que Kest estaba por decir.
.- ¿Kest?- Rein llevaba unos pants oscuros y una camisa blanca de mangas largas. Su cabello aún estaba húmedo.
.- lamento llegar apenas, pero los cazadores me impidieron venir antes.-
.- está bien. Slayer vino ayer.- Rein sonrió, y Kest hizo una mueca. Mientras Rein caminaba al sofá, con un paso despacio y no muy derecho, la expresión de Kest cambio a una de total sorpresa. Si, de seguro ya se había dado cuenta. Como si no fuera muy notorio el olor que ahora Rein de seguro tenía. No era que hubiera cambiado mucho, al menos para él o para otros humanos. Ahora Rein olía a él.
.- ¿Qué fue lo que hiciste?- murmuro.
.- ¿Qué?- pregunto Rein, pues la voz de Kest había sido solo un suave murmullo. Él no sabía a quién se había dirigido, así que no se había tomado la molestia de responder y permaneció tranquilo en el sofá.
.- ¡Tu!- Kest se adelantó, parándose frente a él. Slayer se limitó a levantar la mirada para verle, sin pararse.- ¿Qué has hecho?- Rein les miro, confundido. Y no era para menos, puesto que no tenía idea de que hablaban.
.- te dije que no tengo por qué darte explicaciones a ti.- Kest se enfureció.
.- no me vengas con eso ahora. Sé que fue lo que hiciste, quiero saber porque.-
.- ¿de qué están hablando?-
.- también ya te lo había dicho.-
.- ¡no puedes largarte y llegar con esto! Ni siquiera te preocupas por él.- se levantó, encarando ahora a Kest.- lo dejas solo así y ni te molestas en darle alguna explicación.- ambos se miraban fijamente, con aborrecimiento.- ¿no lo abras engañado? ¿Lo obligaste?
.- e- esperen ¿Qué está pasando?-
.- te dije que él era mío.-
.- no lo mereces.- continuo Kest. Le tomo del cuello de la camisa, molesto.
.- ¡detengan esto!- las manos de Rein se interpusieron entre ellos. Soltó a Kest, calmándose. A ese paso, terminarían teniendo una pelea en una ciudad llena de cazadores. Alcanzo a ver como Kest hacia lo mismo.- ¿Qué sucede?- Rein les miro alternativamente, resoplo divertido al notar que Rein no tenía idea de que estaban discutiendo por él.
.- aclaraciones.- dijo solamente. Kest le miro de mala manera.
.- Micah…- la voz de Kest tembló un poco.- ¿de verdad quieres estar con él?- Rein le miro, aun confundido. Supo que había comprendido las palabras de Kest cuando se sonrojo.
.- ¿l-lo sabes? ¿Cómo lo…?-
.- eso no importa. ¿De verdad quieres estar con él? ¿Sabes lo que paso?-
.- Y-yo… lo sé. T-todo el tiempo supe lo que hacía.- murmuro.
.- ¿seguro? No tienes por qué defenderle.-
.- no necesito eso. ¿Tanto te cuesta aceptarlo?- intervino.
.- Kest, lo siento. No puedo… con nadie más. Lamento…-
.- no tienes por qué disculparte.- dijeron a la vez. Se voltearon a ver, dirigiéndose una mirada de odio. No solo eran dragones enemigos, que se odiaban por naturaleza, sino que también peleaban por el mismo atolondrado chico. Lo único por lo que aún no estaba enfurecido, era porque el chico en cuestión, era suyo.
______________________________________________________________________________
Rein estaba completamente avergonzado. Lo que había pasado la noche anterior con Slayer era algo que no pensaba decirle a nadie jamás, que Kest lo hubiera notado tan solo así era algo que no había esperado. Después de estar casi toda la discusión sin entender el motivo de ella, ahora sabía que discutían por él, lo cual lo incomodaba aún más.
.- q-quiero estar con Slayer. Lo siento.- volvió a decir. No era tan torpe como para no notar que Kest también estaba interesado en él, vaya si hasta lo había besado, y por unos momentos estuvo confundido. Pero alejarse de Slayer le había hecho notar cuanto le echaba de menos, y también que prefería estar con Slayer que cualquier otra cosa. No sentía lo mismo por Kest, y por eso ahora se sentía mal por él. Nunca se había visto en la necesidad de rechazar a alguien, y no pensaba hacerlo jamás, era algo horrible.
.- entiendo.- le dijo Kest. Se sentía mal también por no haber estado tan preocupado por él cuando estuvo fuera, siendo que Kest se había preocupado por el cuándo Slayer no estaba. A su favor podía decir que no era su culpa y que había pasado más tiempo dormido que despierto. Quedaron en silencio después de eso. Él no sabía qué más podía decir. Noto entonces el cabello húmedo de Kest, producto de la nieve derretida, y supuso entonces que su ropa también debía estar mojada
.- d-deberías cambiarte la ropa…-
.- ah, si… eso hare.- Kest le dirigió una última mirada que no supo descifrar y paso por lado antes de perderse en dirección al baño. Le siguió con la mirada hasta que ya no le pudo ver.
.- Rein…- volteo a ver a Slayer, quien le hizo una seña para que fuera con él. Dudo unos momentos antes de ir y sentarse en el mismo sofá. Pasaron a penas unos momentos y encendió el televisor. Aun se sentía cansado, así que aunque el programa que veía le interesaba comenzó a quedarse dormido. Cuando dio un respingo a causa de que Slayer se había puesto de pie se dio cuenta que se había dormido.
.- Slayer ¿Qué paso?- pregunto, tratando se despejarse.
.- nada.- bostezo mientras también se levantaba.
.- ¿y Kest?- murmuro.
.- en alguna de las habitaciones, supongo.- Slayer se encogió de hombros, indiferente. Venciendo la tentación de ir a buscarle, se dirigió a la cocina, donde noto con algo de culpa que no había preparado nada desde hacía mucho tiempo. Aún era temprano, así que decidió esmerarse esa noche con lo que prepararía. Era muy extraño sentirse tan animado a la misma vez que triste.
.- ¿estás seguro que puedes cocinar?- pregunto la voz burlona de Slayer desde la entrada.
.- claro que puedo.- le dijo, reprimiendo una sonrisa. Slayer también sonrió y se fue a la sala. Permaneció en la cocina hasta que no hubo terminado toda la cena. Slayer fue unos minutos antes de que terminara, dándole un vistazo a todo lo que había hecho.
.- muy bien.- le dijo.
.- terminare en unos momentos.- le paso un monto de platos, ocasionando que Slayer le dirigiera una mirada de recriminación.- llévalos a la mesa.- le dijo, rodando lo ojos. Se giró para terminar las cosas. Cuando fue a la mesa, Kest ya estaba ahí. Durante la cena no dijo mucho, así que se concentró más en ver la televisión. Viendo que no había forma de hablar apropiadamente con Kest, se fue a la sala.
.- Rein, ve a la cama.- le ordeno Slayer, cuando le vio cabecear por quinta ocasión. Se levantó tambaleándose y se dirigió a su habitación. Los siguientes días pasaron de forma similar, lo que había pasado con Slayer no se había repetido, y seguía preocupado por Kest. Al segundo día de eso, Kest había vuelto a hablarle, aunque de forma más reservada y de temas triviales. Slayer le había impedido salir de casa, de nuevo, y él pensó seriamente en buscar otro trabajo.
.- quiero salir.-
.- aún es muy pronto.-
.- pero ya no hay nada.- se refería a que desde el día anterior no había rastro de los cazadores después de cuatro días de estar encerrados.
.- aun no es seguro.-
.- Yo puedo salir con él. Micah, quiero hablar contigo.- ambos miraron a Kest, sentado en el sofá. Estaba por asentir cuando la voz de Slayer le impidió hacerlo.
.- por supuesto que no.-
.- yo quiero.- dijo, no encontrando otra forma mejor de expresarse por la prisa que tenía en responder. Slayer le miro.
.- ¿Qué? ¿Acaso tienes miedo?- pregunto Kest burlonamente.
.- no tengo miedo, no confió en ti, que es otra cosa.-
.- Slayer, yo también quiero hablar con él.- Slayer le miro, y él le devolvió la mirada. Con un suspiro se apartó de la puerta.
.- recuerda que no es completamente seguro aun. Y que te encontrare de vuelta si se te ocurre algo.- le gruño a Kest. Kest paso por su lado, saliendo. El tomo su abrigo.
.- yo confió en el.- le dijo a Slayer.- volveré pronto.- añadió antes de salir. No pensaba de cualquier manera alejarse mucho de la zona. Kest camino delante de él por varios minutos sin decir nada, por lo que se limitó a seguirlo también en silencio.- Kest…. Kest.- le llamo.
.- ah, Micah lo siento.- Kest se detuvo, lo que le permitió alcanzarle.- ¿te encuentras bien?-
.- sí. Es bueno salir.-
.-sí…-
.- …. ¿Qué querías decirme?- Kest suspiro.
.- dime, Micah, ¿estás completamente seguro en tu decisión?- miro al suelo, entendiendo a lo que Kest se refería.
.- lo estoy… yo…-
.- no tienes que decir más. Era algo que suponía, pero no estaba de más intentar algo contigo.-
.-…-
.- Micah, hay algo que... he tomado una decisión. Lo he estado pensando desde hace un tiempo…voy a volver.-
.- ¿volver?-
.- a mi hogar.- abrió los ojos, sorprendido. Se detuvo, mirando a Kest. Kest también se detuvo, y volteo a mirarlo.
.- ¿Por qué? ¿Acaso es…?-
.- no te preocupes. No es por eso. No negare que me siento contrariado, pero no es por eso que me voy. He hablado con Slayer anoche también.-
.- ¿entonces?- pregunto, ansioso.
.- el clima. No soporto demasiado estar en este lugar, me debilita más de lo que quisiera.- Kest le sonrió.- no es tu culpa. Estuvimos cerca, pero no demasiado. Es posible que lo mismo te pase si vas climas cálidos, así que de igual forma, hubiera sido difícil.- abrió la boca, tratando de decir algo, pero nada salió de sus labios. Sentía la boca seca.
.- ¿c-cuando te vas?-
.- mañana.-
.- ¿mañana?-
.- de momento, tampoco es que tenga muchas ganas de quedarme… y no, no hay nada que puedas hacer para evitarlo.-
.- entiendo.- murmuro.
.- no te entristezcas por favor. Pasémosla bien hoy.- logro sonreír, asintiendo. Recordó entonces que no había podido mostrarle apropiadamente la ciudad a Kest, así siguieron caminando, a paso lento, disfrutando de estar al aire libre después de varios días de encierro, tratando de olvidar que les quedaban pocas horas de estar juntos.