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Momentos fugaces (Albafica de Piscis) por NeferetteRoju

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Notas del capitulo:

Dohko x Albafica, esto sucedió un par de semanas después de lo de Shion, espero lo disfruten. 

Dohko y el poder de la persuasión.

Era un día como cualquier otro en el que Albafica haría sus deberes como guerrero, vigilaría su templo como siempre, entrenaría y por supuesto estaría completamente solo, aunque hoy bajaría al pueblo por cosas que le hacían falta. Cuando ya se encontraba en el pueblo se puso a observar los puestos y tiendas para ver que compraría cuando de repente vio a lo lejos un local donde había mucha variedad de hermosas flores fuera de este así que decidió ir a verlas, cuando llegó hasta ellas se puso a olerlas, en verdad eran hermosas y quería llevarse algunas pues pensó en probar plantar otras flores además de las rosas.

 

–Qué lindas.

 

–¿Albafica? Dijo una muy conocida voz para el pisciano.

 

–Dohko, ¿qué haces aquí? Contestó algo sorprendido.

 

–Pues en realidad solo caminaba por aquí, quería distraerme, ¿tú también estabas aburrido en tu templo?

 

–Yo solo vine a comprar algunas cosas que me hacían falta.

 

–Oh que hermosas son, ¿te agrada alguna?

 

–Hm,  si… si me gustan.

 

–Entonces comprémoslas.

 

Dohko tomó a Fica de la mano y lo jaloneó para entrar al local, Albafica iba a molestarse por el toque pero cuando entró se sorprendió aún más por la inmensa cantidad de flores, macetitas y arbolitos que vendían ahí, era magnifico.

 

–Wow, nunca había visto un lugar tan maravilloso. Albafica estaba boquiabierta.

 

–Bueno escoge las que quieras yo las compraré, ¡disculpen, quién atiende el local! Exclamó Dohko.

 

–No tienes por qué… decía Fica cuando de repente salió una mujer agitada desde la puertita al fondo del lugar, estaba ruborizada y con la ropa mal puesta, ya media desgreñada y sobre todo muy agitada.

 

–Bienvenidos, en que les puedo ayudar.  Dijo la mujer cuando después salió un hombre abrazado a otras dos mujeres, el hombre se despidió y salió del lugar atravesando entre la que atendía y los caballeros, Albafica se quedó algo sorprendido y a Dohko le dio algo de penita.

 

–Vaya que tenemos fama, ahora un hombre joven y apuesto, con quién de nosotras quieres estar corazón. Dijo una de ellas de manera atrevida señalando a Dohko mientras este se puso más nervioso.

 

–oh no podremos, mira viene con su novia. Dijo la otra. Albafica se sonrojó y frunció un poco el ceño por cómo le acababan de llamar.

 

-Lárguense, ellos vienen por flores, ordenó la mujer que atendía mientras las otras obedecían.

 

–Disculpen por favor, dijo la mujer.  Albafica escogió algunas anémonas, unos narcisos y unas violetas poniéndolas en el mostrador, Dohko las pagó y salieron luego de agradecer.

 

Albafica estaba algo furioso con lo sucedido y Dohko se dio cuenta.

 

–Oye, no estás molesto o sí. Preguntó Dohko.

 

–Odio que me confundan con una mujer, cómo pueden ser tan ciegas.

 

–No te fijes, así es la gente, imagínate qué creería cualquier mujer al ver a alguien más hermo… 

 

Albafica le lanzó una mirada asesina.

 

–Lo siento, lo olvidé.

 

–Además porqué hay mujeres así en una tienda tan linda.

 

–Pues es su trabajo.

 

–¿Trabajo? A qué te refieres.

 

–Pues… verás, ahí además de escoger flores los hombres van para… de igual manera escogen a una mujer.

 

–¿La compran?

 

–Mmm se podría decir que sí.

 

–Y para qué

 

–Pues cómo te explico…  ¿en verdad no lo sabes?

 

Albafica no lo entendía con plenitud pero ya no le importaba tanto.

 

–Aun no te he agradecido por las flores. Gracias.

 

–No te preocupes yo solo quería que te animaras, por qué no tomamos un descanso ahí, dijo Dohko señalando el riachuelo del que ya estaban cerca. Albafica se alteró pues ese lugar ya lo conocía y toda su experiencia terminó en malas condiciones.

 

–Estas seguro, creo que ya nos alejamos demasiado del santuario deberíamos regresar. Dijo Fica esperando convencerlo.

 

–Vamos no te preocupes, ahora mismo no tenemos nada que hacer recuerda que el siguiente año posiblemente se comience una nueva guerra santa así que debemos disfrutar nuestras vidas ahora ¿entendido?

 

Albafica asintió con trabajo pero al fin de cuentas cedió. Se acostaron en el pasto cerca de la orilla al riachuelo donde unos grandes árboles brindaban una excelente sombra.

 

–Ah, ¿no es relajante? Preguntó Dohko

 

–Claro. Asintió Fica.

 

Transcurrieron 20 minutos en los que disfrutaban de la frescura del pasto y el olor del bosque en general.

 

–Dime, en verdad no sabes sobre el trabajo de esas mujeres.

 

–Por qué te preocupan tanto.

 

–No es por ellas, pero me da curiosidad tu pensamiento tan inocente.

 

–¿Inocente?, o sea que crees que no sé que se dejan besar y tocar por los hombres.

 

–Entonces si lo sabes.

 

–Pues lo supuse.

 

–Y… dime… a ti… ¿a ti te interesan las mujeres? soltó el guerrero de libra.

 

Albafica volteó a mirarlo con nerviosismo, pero luego le dio la espalda y dijo de una manera muy melancólica.

 

–De todas maneras nunca estaré con nadie, compréndeme, no tengo necesidad de pensar en eso.

 

Dohko lo miró con compunción, se incorporó un poco para acercarse a su compañero. Estando ya tras su espalda sacó una flor que él había comprado y se la puso frente al rostro como ofreciéndosela. Albafica se sorprendió y se sonrojo un poco.

 

–¿Un tulipán?

 

–Es hermoso ¿no?

 

–Por supuesto…

 

–Se parece mucho a alguien no crees, además sabes qué significan.

 

Albafica se puso ruborizado y mirando a los ojos a Dohko le contestó algo apenado.

 

–Pues… se supone que… alguien declara su amor a otra persona.

 

Contestó tímido cuando su compañero lentamente colocó su rostro frente al de él, Albafica cerró despacio sus ojos mientras Dohko juntaba sus labios con los suyos, rozó las mejillas con sus dedos y luego acarició su cabello celeste. Se separaron y Albafica algo confundido dijo.

 

–No deberías hacer esto, puede ser peligroso.

 

–No te preocupes, contestó pícaramente. –Mira lo que conseguí, dijo cuando sacó un pequeño frasquito con un líquido dentro, Albafica lo observó y al serle tan familiar lo recordó.

 

–¡Eso es el tónico de Shion!

 

–Sí, es tan efectivo que le sobró casi todo el frasco que les dio el médico.

 

–Y qué dijiste, con esto ya le hago lo que quiera a Albafica sin problemas.

 

Albafica enfureció, empujó a Dohko y se puso de pie para irse de inmediato sin embargo Dohko logró tomar su brazo con fuerza y se dispuso a no soltarlo.

 

–¡Suéltame!

 

–Por supuesto que no.

 

Dohko lo jaló hasta lograr apresarlo de la cintura.           

 

–Sé que es muy repentino y que te parece muy atrevido de mi parte pero, la verdad es que me enferma que alguien tan hermoso como tú se prive del placer, por favor, quiero darte otro tipo de felicidad aunque sea la única vez.

 

–Por qué te empeñas tanto.

 

–Albafica, seré claro, nosotros somos guerreros y no podemos darnos el lujo de tener una vida amorosa ni una familia, pero tampoco podemos negar nuestra naturaleza humana por eso quiero tenerte y que me tengas. 

 

De esa manera Dohko logró tomar el mentón de Albafica, lo atrajo hacia él para besarlo nuevamente, su otra mano aun rodeaba la cintura de piscis y poco a poco comenzó a husmear bajo su camiseta. Libra logró hacer que piscis le abriera paso a su lengua, tenazmente saboreaba la de Fica para que luego este le correspondiera, era fascinante pensaba Dohko mientras alzaba la camiseta de piscis hasta sacársela; poco después volvieron a estar sobre el verde pasto y Dohko se sacó su camiseta, ya semi-desnudos comenzaron a acariciarse todo lo que podían,  torso, espalda, pecho, rostro, todo pero eso no acababa ahí, el guerrero de libra empezó a frotar las piernas de su amante para luego quitarle el pantalón.

 

–¡ah!  Gimió Albafica al sentir como Dohko posó su cálida mano en su zona masajeándolo.

 

–Ves, te dije que te gustaría. Le susurró libra al oído lamiéndolo luego de ello.

 

–Lo sé pero aun creo que no es buena idea. Decía susurrando y con la voz apretada.

 

Al escuchar esto, Dohko pausó sus lamidas al cuello del pisciano para decirle.

 

–Mi amor, a estas alturas que más te puede preocupar.

 

Luego de esto Dohko lamió dos de sus dedos para dirigirse a la entrada de Albafica, los introdujo lentamente para preparar a su amante.

 

–No crees que estás yendo demasiado lejos.

 

–Pero si apenas comenzaré, ya verás que no te vas a arrepentir cariño.

 

–¡Ah!

 

–Relájate.

 

–Pero qué…

 

Dohko se puso sobre él totalmente y le susurró al oído.

 

–Tranquilízate, estoy a punto de follarte…

 

En ese momento se introdujo completamente arrancándole un gemido estrepitoso al pisciano. Poco a poco comenzó a moverse dentro de él, despacio y con delicadeza.

 

–Ah, suspiró. –Que maravilloso eres Albafica. Le dijo mientras se acercaba a besarlo otra vez pero ahora más apasionadamente, sus lenguas jugaban juntas mientras Dohko aumentaba el ritmo de sus caderas.

 

–Hm, ah, ah.

 

Los dos disfrutaban arduamente del vaivén, cada vez gemían más y más fuerte, Albafica conocía el sexo de una forma exquisita hasta que ya bañados de sudor sintieron en su interior que estaban a punto de enloquecer, gimieron aún más fuerte hasta que

 

–¡Ah!

 

–¡Arrrgh!   Gruñó Dohko corriéndose deliciosamente dentro de Albafica.

 

***

 

 Ya en la tarde llegaron sin contratiempos al santuario, los dos se veían muy contentos.

 

–Se puede saber dónde estaban. Exigió Shion quien fue el primero en encontrarles  dentro del santuario.

 

Albafica no pudo evitar sentir un poco de nerviosismo. Iba a comenzar a hablar cuando su compañero le arrebató la palabra.

 

–Yo salí a caminar porque estaba aburrido y ya de regreso me encontré a Albafica, sin embargo en el camino descubrimos esto, explicó Dohko enseñándole las flores que habían comprado.

 

Shion se sorprendió un poco.

 

–¿Flores?

 

–Si una tienda repleta de hermosas flores, sabes, por fin nuestro amigo Albafica encontró un lugar interesante y fascinante para distraerse yendo a comprar en ella de vez en cuando ¿no es así Albafica?

 

–A… sí, así es. Contestó aun nervioso el pisciano.

 

–Bueno, entonces yo me retiro a mi templo, Albafica fue encantador acompañarte, no dudes en hablarme nuevamente ¿ok?, nos vemos. Se despidió.

 

Albafica asintió con la cabeza, mientras Shion se despedía del guerrero de libra. Después de que partiera Shion le comentó a Fica.

 

–Lamento haber exagerado mi preocupación, es solo que… no es normal que tú salgas, por eso me preocupe.

 

–Eh, a, no tienes de qué preocuparte, no me molesta. Debo irme. Dijo comenzando su paso.

 

Shion solo lo observó sin decirle nada, sabía que Albafica era así, pero el que hubiera encontrado ese lugar de donde trajo las flores le hacía sentir bien, pues claramente el guerrero de piscis era feliz con ello. Albafica antes de salir de Aries paró y se dio la media vuelta para ir nuevamente hasta Shion y darle un pequeño presente.

 

–Oh, ¿para mí?

 

Albafica asintió.

 

–Es hermosa.

 

–Es un tulipán, por favor acéptalo como muestra de nuestra amistad.

 

–Muchas gracias. Contestó el guardián de Aries.

 

Shion se asombró, esas palabras provenientes de aquellos lindos labios ya era una gran recompensa, estaba feliz por él y por Albafica que evidentemente pasaba una gran alegría.

Notas finales:

Gracias por leer. Esperen por el próximo capitulo, nos leemos. 


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