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Hanging On por yane

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Notas del capitulo:

Holaaaa

 

Volvi ^^*Mi Guardian*

 

Bueno espero que este capi les guste...

Por cierto se imaginan un fic donde Key en el 2015 es un hombre pero sufre de pesadillas sobre una mujer y descubre que en su vida pasada esa mujer era el ._.  ok ya... ando loca...

 

a leer niñas ^^ 

 

 

Los nervios de Key crecían por momentos mientras se torturaba pensando que sólo quedaban tres días para su boda. Mirando el alto techo  de su habitación, pensó en Jonghyun. Él esperara  que pasara la boda para partir a la vez que Minho y Kai. Pero a diferencia de éstos, en lugar de quedarse en la casa, prefería dormir en un hotel. Aún no había amanecido, y Key no podía dormir. A la luz de las velas aromáticas  que había en la habitación, se levantó y se sentó frente al espejo.

De pronto, unos golpecitos en la puerta llamaron su atención. Era MiJoo.

 —Hola, ¿puedo pasar? —preguntó bajito. Con una sonrisa, Key asintió y se sorprendió al verla con ropa deportiva.

—¿Qué haces despierta a estas horas? —preguntó Key. La muchacha, sin apenas moverse de la puerta, se encogió de hombros.

—No puedo dormir —dijo.

—¡Ya somos dos! —En tu caso, no me extraña. ¿Cómo puedes dormir con tantas velas encendidas? Hay tanta luz aquí dentro que parece de día —comentó Mijoo, señalando las velas.

 —Odio la oscuridad y las velas me relajan—aclaró Key.

 Apenas se conocían, pero Mijoo mirándolo a los ojos dijo: —Había decidido ir a dar un paseo por los alrededores y, al ver luz bajo tu puerta, he pensado que quizá te apetecería venir conmigo.

 —¿Saldrás a correr a estas horas? —le preguntó irónicamente Key. Con una sonrisa encantadora MiJoo resopló. —Realmente, lo del paseo es una excusa. Tengo los músculos agarrotados. No estoy acostumbrada a tanta inactividad, y como Taemin me dijo que tú sabias algo de defensa personal, he pensado que quizá conocieras algún lugar donde me enseñaras.

 —¡Qué maravillosa idea, Mijoo!

—Key sonriendo se dirigió al baño a vestirse. Se calzó unas zapatillas, guardó una pequeña daga por si las moscas, cogió su abrigo y, abriendo la puerta, le guiñó el ojo a Mijoo. Una vez que salieron de la casa  marcharon a la cancha techada que Key solía frecuentar.

—¡Vayaaaaaa! —suspiró Mijoo—. ¡Qué lugar más bonito! Orgulloso, Key miró a su alrededor y, asintió.

—Sí..., es un lugar tranquilo y pocas veces viene gente a jugar. Lo que no le contó era que aquel lugar, en el pasado, había sido el lugar preferido de Jonghyun y el.

—¿Te puedo preguntar algo, Key?

—Por supuesto, dime.

—¿Por qué te vas a casar con Hana? Tú no la amas ni ella a ti. Además, en tus ojos veo que esa odiosa te desagrada tanto como a mí.

—Mis padres hicieron  un trato con el padre de Hana —murmuró—, y por honor a mi familia... —Pero algo en él se revolvió y, quitándole importancia, le aclaró—: Te juro que, antes que pase algo me tiro de un puente.

—¡Ay, Key!, no digas eso —dijo Mijoo, preocupada.

 —¿Pues dime tú qué puedo hacer? —replicó, mirándola—. Apenas quedan tres días y no encuentro otra solución.

—Búscate un esposo. Key sonrió y, en tono de humor, respondió:

—¿Para qué? Y entonces ambos se echaron a reír.

—¿Qué tal si entrenamos un poco? Realmente lo que necesito es sacar todo este odio.

 —¡Perfecto! se miraron a los ojos.

—Sabes Karate— Mijoo asintió.

—No te contengas Mijoo—le dijo Key —Por supuesto que no, Key... y te voy a ganar igual —respondió con una alegre sonrisa.

—Bueno, Key por fin voy a comprobar si eres tan bueno como Taemin dice.

 —Comencemos —contestó el, disfrutando del momento.

 

Durante un rato se movieron en círculos mientras se estudiaban los movimientos, hasta que Mijoo se le acerco. Key, con rapidez, la detuvo y Mijoo, con soltura, lo hizo caer de culo al suelo. Divertido por aquello, Key se levantó y, atacó.

—¡Te pillé! —gritó Key, que estaba sobre Mijoo.

—¡Vaya!, eres bueno —resopló, sorprendida por aquella jugada.

—Tú también. —Y soltándola, gritó—: Vamos, ¡ataca! Aquello era lo que necesitaba.

Llevaba tiempo sin que pudiera practicar con nadie que tuviera aquella soltura. Era tal su disfrute que se olvidaron de lo que había alrededor, y no se percataron de que unos  pares de ojos los observaban con incredulidad, hasta que se oyó un bramido.

—¡Mierda!, ¿qué se supone que están haciendo? Parándose en seco se volvieron hacia el lugar de donde provenía la voz y se encontraron con Jonghyun y EunShin. Con el corazón aun latiéndole con fuerza, Jonghyun los observaba. Sabía por HyoRin  que su hermana Mijoo, hacia deporte pero lo que ignoraba era que Key también practicaba deportes, sobre todo karate.  

El Key que él había conocido, no mostraba tal fiereza. Ahora entendía por qué Siwon le contaba que siempre su cuñado estaba en problemas. Mijoo, al ver aparecer a Jonghyun, sonrió. Se llevaba muy bien con él, por fin, había entendido quién le había roto el corazón. Sólo había que ver cómo observaba a Key  para entenderlo todo.

Key, en cambio, maldijo para sus adentros, pero intentó mantener la compostura mientras respiraba agitado. Él se acercó a grandes con gesto impasible mientras ellos, agotados, sudaban y resoplaban.

—¿Cómo se les ocurre hacer algo así?  Este lugar no está vigilado podrían hacerles daño.

Mijoo y Key se miraron y, sin que pudieran evitarlo, sonrieron. Eso exasperó más a Jonghyun, que deseó cogerlos por el cuello y retorcérselo.

—Tranquilo, Jonghyun—le dijo sonriendo una acalorada Mijoo—; ambos sabemos defendernos. Asombrado por esa contestación, dijo:

—¡¿Cómo dices?!. Y al ver que  no respondían pero seguían con sus malévolas sonrisitas, vociferó—: ¡Por Dios! Si realmente supieran lo que estaban haciendo no lo habrían hecho.

«Se acabó», pensó Key, cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro.

—El único estúpido que hay aquí eres tú —gritó, atrayendo su atención—. Por ello, cierra tu pico, Jonghyun, de una maldita vez, o te lo voy a cerrar yo de una patada en el culo—chilló, cansado de oírle gritar.

Jonghyun, resoplando como un lobo por cómo Key había gritado, caminó hacia él, pero éste, sorprendiéndole de nuevo, lo encaro.

—¿Dónde crees que vas, Jonghyun? —siseó, mirándolo.

—Quítate si no quieres que te retuerza tu delicado cuello Key —bramó Jonghyun, enojado por las licencias que se tomaba Key. Sabía que podía darle un manotazo, pero con seguridad ese gesto lo haría caer hacia atrás y no quería dañarlo.

 —¿Me ordenas tú a mí? —se mofó Key sin moverse.

—¡Vaya!, ¿volvemos al tú? —se burló él.

 —Por supuesto. Con cretinos y patanes cuanta más distancia mejor.

—Key... —bufó Jonghyun, cada vez más enfadado—, te juro que... Pero Key no lo dejó terminar.

 —¡Oh!, ¡estoy temblando de miedo! —ironizó Key, y Jonghyun pudo oír alguna risita de EunShin «¡Maldito Key!»

Mijoo, al ver el curso que estaba tomando la situación y el enfado de Jonghyun, decidió intervenir, y acercándose al oído de su nuevo amigo, le susurró:

—Key, creo que deberías dejar esto. Por favor.

 

Al sentir la voz quebrada de Mijoo, Key se movió. Key, sin dejarlo reaccionar sostuvo a Key de la muñeca.

—Estás loco, Key... ¡Loco! —gritó.

Aquella arrogancia encendió de nuevo a Key, quien, con una rapidez que Jonghyun no esperaba, dio una voltereta, le pasó por debajo del brazo, y lo tiro al piso y sonrió. Jonghyun al sentirse provocado por los actos y la mirada del rubio, sin apartar los ojos de él, preguntó:

—¿Me estás retando? Kibum apenas podía creer lo que Jonghyun le había preguntado, pero realmente era lo que daba a entender al estar ante él. Sin amilanarse, ladeó la cabeza y respondió:

—Si te atreves.

A Mijoo, le entró de todo. Jonghyun, indignado por la altanería de Key, recorrió con la mirada el cuerpo del rubio de arriba abajo; entonces con una maléfica sonrisa dijo:

—¿Debo atreverme?

—¡Ay, Key!, ¿qué has hecho? ¿Cómo se te ocurre retar a Jonghyun? Temblando como una hoja, Key deseó correr. Nunca podría ganar a Jonghyun. Era demasiado grande en todos los sentidos para él; pero sin dar su brazo a torcer, e intentando parecer sereno y tranquilo, miró a su amiga y le contestó:

—No te preocupes. No me va a matar ni yo le voy a ganar. Pero ese idiota recibirá algún golpe que otro mío. Lo estoy deseando, créeme. Mirando a Jonghyun, le dio un golpe con la mano en el trasero para llamar su atención.

—¿Aceptas Choi? —gritó.

—Por supuesto; claro que acepto. Pero sólo si el ganador elige su premio. Key se lamentó en silencio. Pero clavó sus ojos en Jonghyun y preguntó:

 —¿De qué recompensa hablamos? «Chico listo, además de valiente», pensó él observándolo. Y sin bajar la guardia, respondió:

—No pediré nada que no estés dispuesto a regalar, ¿te vale eso?

—No, Key, di que no. ¡Ni se te ocurra! —murmuró Mijoo. Key tragó saliva, y tras levantar el mentón, siseó:

—De acuerdo.

—Muy bien, Kibum; comencemos.

 

Key dio un paso hacia atrás para separarse de él, y guardar su distancia. Con precaución comenzó a andar en círculos mientras vigilaba sus movimientos. Jonghyun, que se estaba divirtiendo, le siguió el juego. No pensaba atacar antes que él.

 —¿Por qué no atacas Choi? ¿Tienes miedo? Él sonrió con descaro. Estaba tan maravillado mirándolo que comenzó a notar que su entrepierna se excitaba.

—No, Kibum—susurró con disimulo.

—¿Entonces? —volvió a preguntar, flexionando las piernas. No se fiaba de él.

Jonghyun sonrió de tal manera que Key tembló. Él se ladeó para defenderse de un posible ataque, y él, levantando la pierna sin ningún esfuerzo, le dio una patada en el trasero que lo hizo caer.

 —¡Oh, Key!, ¿te has hecho daño? —se burló, mirándolo desde arriba con las piernas abiertas.

Escudarlo  mientras estaba en el suelo fue lo que provocó que se levantara con una mirada asesina. Y sin contestar a la burla, se lanzó un ataque, Jonghyun retrocediendo con rapidez, lo esquivó.

Minutos después, Key estaba agotado, pero necesitaba hacerle saber a ese engreído que él no era fácil de vencer. Sin haberle quitado los ojos de encima, se percató de que en un par de ocasiones Jonghyun se había quedado mirando fijamente su boca al él jadear, y decidió probar algo. Soltó un jadeo, sacó su húmeda lengua con sensualidad y se la pasó lentamente por los labios. Como había imaginado, Jonghyun se distrajo y bajó la guardia, y el aprovechó el momento para girar y devolverle la patada en el trasero. El hombre cayó de bruces contra el suelo.

Mijoo saltó y aplaudió, aunque al ver la cara enfurecida de Jonghyun al levantarse se contuvo. Entonces, Key, aún resoplando por el esfuerzo, se encaró con él y dijo:

—¡Oh, Jonghyun!, ¿Te has hecho daño? Con una sonrisa de lo más temeraria y cansado de aquel absurdo juego, él se levantó e  hizo que Key perdiera el equilibrio y cayera rodando por el suelo. Con rapidez, Jonghyun fue hasta él, y antes de que pudiera ponerse en pie, se sentó sobre su espalda y lo cogió del pelo. De un tirón, le soltó la liga que sostenía su flequillo, y tras quedarse con el cordón entre las manos, lo obligó a levantar la cara del suelo y susurró al oído:

—Me da igual que me llames Jonghyun, patán o como te dé la gana. Esto se ha acabado, ¿has entendido?

Agotado por el sobreesfuerzo casi no podía ni respirar, y moviendo la cabeza, asintió. Nunca podría ganar a alguien como aquél. Soltándolo se volvió hacia EunShin, que lo felicito. Rápidamente, Mijoo fue hasta Key y lo ayudó a levantarse.

—¿Estás bien, Key?

 —Sí, tranquila —suspiró entre jadeos, retirándose el pelo de la cara—. Me ha herido en mi orgullo, pero lo podré superar.

Tras decir aquello, con curiosidad, miró hacia donde estaba Jonghyun y vio cómo lo felicitaba Eunshin. De prisa, buscó una escapatoria y agarro a Mijoo de la mano.

—Vayámonos de aquí —dijo. Había comenzado a caminar cuando Mijoo comentó:

—¡Por dios Key!, han luchado los dos con una pasión increíble. ¿Tanto lo odias?

—¡Oh, sí!, desde luego —bufó, molesto.

 —Había oído que entre ustedes había habido algo en el pasado, y aunque te enfades conmigo, después de presenciar lo que acabo de ver, tengo que decirte que creo que donde hubo fuego cenizas quedan.

—No digas tonterías —murmuró sin mirarla. Cuando estaban a punto de llegar a la salida, se oyó:

—¡Kibum! Huyes sin entregarme mi premio. Cerrando los ojos, Key blasfemó y, tras cruzar una mirada con su amiga, se volvió para encararse a él.

—Muy bien, ¿qué quieres?

Jonghyun, con una sonrisa pecaminosa que denotaba peligro, caminaba alrededor de él, mirándolo con tal descaro que el bajo vientre de Key temblaba. Cuando hubo dado varias vueltas observándolo, Key molesto y deseoso de terminar con aquello, se puso las manos en las caderas y siseó:

—Jonghyun, no tengo todo el día. Dime qué maldito premio quieres.

 —Hum..., lo estoy pensando con detenimiento —se mofó con voz ronca y sensual, mirándole los labios como si fuera a devorárselos—. Estoy entre dos opciones y no sé realmente cuál me apetece más. Acercándose a él, que se tensó, murmuró cerca de su boca:

—Creo que ya sé lo que quiero: besar.

Key tragó con dificultad y, a punto del infarto, ni se movió. Sentir su aliento rozándole los labios era lo mejor que le había ocurrido en muchos años, y cuando estaba preparado y convencido de que el premio de aquel caradura era su boca, Jonghyun se retiró y, con comicidad y burla, tomó la mano de Mijoo y, tras guiñarle un ojo, se la besó. Ante aquel gesto, Key deseó lanzarse de nuevo al ataque, pero cerró los puños para contenerse.

 —Besar tu preciosa mano, Mijoo—dijo Jonghyun—, es lo más apetecible que hay para mí. Tu sola presencia ya es un premio y besar tu mano, un honor. «Serás malo», pensó Mijoo, pero calló.

Key se dio la vuelta y, tras coger con rabia su pequeña mochila, que estaba en el suelo, camino a la salida  y esperó a que Mijoo hiciera lo mismo. Una vez que Mijoo lo alcanzo salieron del lugar. Jonghyun, aun riendo, observó cómo se alejaba, mientras en su mano apretaba la liga que le había quitado del pelo.

 

**

Key miraba por la ventana de su habitación. Habían pasado los días sin que nada pudiera hacer para remediar su horrible destino. Aquel día era su cumpleaños, pero no se sentía feliz.

 ¿Cómo podía sentirse feliz ante su horrible destino? Abajo, Hana, hablaba con su odioso padre, y eso le puso la carne de gallina. Sólo quedaba un día para tener que cumplir su terrible misión.

Tras maldecir se fijó en el auto que se acercaba. Su corazón se aceleró cuando comprobó que eran Jonghyun y HyoRin. Sin quitarles la vista de encima los observó mientras llegaban sonrientes. Furioso, Key comenzó a jugar con la daga entre los dedos, y tuvo que contener sus deseos de lanzarla cuando observó cómo ella le decía algo y él, encantado, sonreía. En ese momento, se abrió la puerta de su habitación y entraron Taemin, Mijoo, Luhan y su hermano. Rápidamente, se apartó de la ventana.

—¡Feliz cumpleaños! —gritaron al entrar.

«¡Oh, sí!, fantástico cumpleaños el mío», pensó, pero con una fingida sonrisa los recibió y aceptó sus abrazos y regalos. 

Al ver la tristeza en sus ojos, los tres se miraron unos a otros. Debían de actuar ¡ya! Luhan fue el  primero:

 —Vamos a ver futuro esposo. —Key le dedicó una mirada asesina, pero Luhan continuó—: Necesitamos que te pruebes el traje. Taemin miro a su amigo. Estaba ojeroso y se le veía cansado. Sabía por Mijoo lo que había pasado con Jonghyun, pero calló. Lo mejor era dejar que Key se agobiara y, como siempre, explotara.

—Estarás hermoso... —sonrió Heechul con tristeza—. Cuando Hana te vea aparecer caerá rendida a tus pies.

—Hana y cualquiera —asintió Mijoo. Key miró a Taemin. Llevaba sin hablar con él varios días. Parecía distante, y eso no le gustaba.

 —¿Te ocurre algo, Taemin? —le preguntó.

—¿Debería ocurrirme algo, Key? —respondió con sorna.

Durante unos segundos ambos se miraron a los ojos, pero ninguno dio su brazo a torcer. Heechul y Mijoo, que se habían acercado hasta la ventana, intercambiaron una mirada, y el primero, emocionado, atrajo la atención de todos.

 —¿No crees que HyoRin y Jonghyun hacen una bonita pareja? —preguntó—. ¡Oh, el amor, el amor! Taemin y Luhan se aproximaron también a la ventana y comprobaron que los dos jóvenes sonreían.

 —¡Qué bonita pareja! —mintió Taemin.

 —Sí..., la verdad es que ambos son tan guapos... —rió Luhan.

—¡Oh, sí!, Jonghyun es un hombre muy..., muy guapo —puntualizó Mijoo.

Key se alejó más. No quería estar con nadie. No quería oír hablar de esos dos. Sólo quería estar solo para compadecerse de la vida que le esperaba.

—La verdad, Hee, es que Hyorin es una chica encantadora y muy educada — mintió Luhan—. Anoche, durante la cena, tuve el placer de hablar con ella y me comentó que le encanta Jonghyun y que cree que entre ellos puede haber algo más.

—¡Oh, sí!, de eso no hay duda —apostilló Mijoo, divertida.

—¿En serio? —aplaudió Heechul encantado.

 —Eso dijo —asintió Luhan, mientras con el rabillo del ojo observaba a Key—. Me confesó que le resulta extremadamente atractivo e interesante.

«¡Maldita sea!, ¿por qué tengo que seguir oyendo hablar de esto?», pensó Key, cada vez más enfadado. Taemin lo vio apretar los puños con fuerza y sin que pudiera evitarlo sonrió. Su encantador  amigo luchaba contra un imposible y, tarde o temprano, debería darse cuenta. El problema era que ya comenzaba a ser tarde. Por eso, todas ellos habían decidido hostigarlo hasta que reventara, y acercándose a su hermano Luhan, murmuró:

—¡Oh, sí! Minho y yo estamos encantados por Jonghyun. Llevábamos años sin verlo tan feliz.

Luhan al oír resoplar a Key sonrió, y Taemin  continuó—: Es más, anoche mismo me dijo que si me parecía bien invitar a Hyorin a casa. Una vez allí, quizá Jonghyun tome la iniciativa y le pida por fin matrimonio.

 «¡Dios!, como sigan hablando voy a explotar.»

—Bueno..., bueno..., eso volvería loca a mi hermana—se mofó Mijoo, sabedora de la verdad.

—¡Oh, otra boda! ¡Qué ilusión! —aplaudió Heechul con demasiada devoción.

—Y seguro que pronto tienen preciosos niños —añadió Luhan riendo.

—¡Oh, sí! —asintió Taemin—. Jonghyun quiere tener varios; le encantan los niños. Sólo hay que verle cómo está con Sulli y Jihyun.

—¡Basta ya! —gritó, de pronto, Key—. Si van a seguir hablando de Jonghyun y Hyorin, es mejor que salgan de mi habitación. No quiero oír hablar de ellos, ¡¿me entendieron?! Heechul, haciéndose el sorprendido por aquel arranque de furia, miró a los otros y, con voz inocente, preguntó:

—Pero, hermanito, ¿por qué te pones así? —Al ver que él no contestaba, prosiguió—: Estoy feliz por tu boda, y sólo digo que me haría muy feliz que entre Hyorin y Jonghyun pudiera haber otra boda. Además, con lo guapos que son los dos, estoy seguro de que tendrán unos niños preciosos y... Soltando un grito Key se lanzó contra su hermano, pero Taemin y Luhan, que lo conocían bien, ya estaban alerta.

 Lo sujetaron a tiempo mientras gritaba improperios, hasta que por fin lloró. Necesitaba llorar. Conmovidos por la rabia y las lágrimas de Key, todos suspiraron. Sin tiempo que perder le explicaron que todo lo que habían dicho había sido para saber si realmente aún sentía algo por Jonghyun. Y no se equivocaban. Seguía amando a Jonghyun. Una vez que consiguieron calmarlo, se sentó frente a ellos y susurró:

 —¡Odio a Jonghyun! Taemin le limpió una lágrima.

—No, no lo odias. Lo quieres y no puedes negarlo —susurró. Y Key prorrumpió de nuevo en terribles sollozos.

—Mira, tesoro —dijo Luhan, levantándole la barbilla—. Creo que ya va siendo hora de que le perdones por algo que él no pudo remediar.

—Ya es tarde... Me odia. Lo sé. Lo conozco.

 —Vamos a ver, Key —murmuró Heechul con cariño—. Jonghyun no te odia. A él le pasa como a ti. Intenta olvidarte, pero en su cara se ve que le es imposible. Hyorin le gusta porque es una joven preciosa, pero a ti te adora.

—Pero déjanos decirte —continuó Taemin— que le hiciste pagar muy caro su anhelo de cumplir su mayor sueño.  Todo su futuro dependía de ti y de donde había invertido su dinero y parte de su vida, tuvo una reunión con un inglés que estaba a punto de dejar a Jonghyun fuera, Key él tenía que irse.

Él no pudo regresar de aquella reunión para despedirse de ti,  pero cuando regreso  tú, te alejaste de él y anulaste el compromiso. ¿Cómo crees que se sintió él?

—¡Uff! ¿Te lo digo yo? Fatal —asintió Luhan—. Pasó una época terrible.

—Pero Hyorin es una mujer preciosa, y yo veo cómo la mira, y... —susurró Key con la voz rota tras un lamentoso gemido.

—Y Jonghyun te quiere a ti —sentenció Heechul, tocándole con cariño la cara.

—Por mi hermana no te preocupes, Key —murmuró Mijoo—. Ella no tiene nada que hacer con él, y lo sé de primera mano, créeme.

 —Escúchame, Key—intervino Taemin de inmediato para no dejarlo pensar—, conozco a mi cuñado y sé que sólo tiene ojos para ti. Su Key..., eres su Key. Y aunque no he hablado con él, estoy seguro de que está sufriendo cada instante del día viendo cómo se acerca tu boda con Hana.

 Al ver que Key sonreía, murmuró—: Y por mucho que te empeñes en decir que él es un patán, y que él te reproche que eres un malcriado, son el uno para el otro. Y como dije hace unos días, él es tu hombre. Consciente de que no podía seguir luchando contra un imposible, Key resopló y, entre gemidos, murmuró:

—Pero... somos tan diferentes que nos terminaríamos matando. Luhan se carcajeó y, mirando a su hermano, dijo:

—Key, si Minho no ha matado a mi hermano, no creo que Jonghyun te mate a ti. Eso los hizo reír, en especial a Taemin, que asintió. —Eso a los Choi le gusta— dijo Taemin—. Y por mucho que se empeñen en maldecir y recordar en ocasiones a todos los santos, ¡nos adoran!, y les gusta que les presentemos batalla.

—Vamos a ver, Key, el tiempo apremia —dijo su hermano—. Tú no deseas casarte con Hana, ¿verdad?

—Por supuesto que no. La detesto—respondió, limpiándose las lágrimas.

—¡Uf, qué odiosa mujer! —susurró Luhan.

—Ni que lo digas —asintió.

 —Pues entonces debes convencer a Jonghyun para que se case contigo antes de que termine el día de hoy, o ya no podrás hacer nada para impedir tu boda —dijo Taemin de un tirón. Ante aquella locura, Key quiso protestar, pero Mijoo lo cortó:

—Una cosa más, Key: llama a Jonghyun por su nombre y déjate de tanto formulismo. A él no le va eso; al revés, lo irrita. Pronuncia su nombre mirándolo a los ojos y comprueba por ti mismo si lo que te decimos es verdad o no.

 —¡Vaya, Mijoo...! Compruebo que tienes experiencia—rió Luhan.

—Algo sé... —contestó la joven sonriendo—. Conseguí que el hombre al que amo me mirara y derribé sus defensas, aunque por desgracia aún nos quedan más por derribar. Pero no era el momento de hablar de Mijoo, y Taemin, mirando a su amigo, repitió:

—Debes conseguir que Jonghyun se case contigo antes del amanecer, Key, ¿has oído bien? Key miró a todos con ojos asustados y, tapándose la boca con un cojín, chilló. Una vez que acabó su largo y agonizante chillido, se quitó el cojín de la cara y le preguntó a Taemin:

—¿Y cómo pretendes que consiga eso? ¿Amordazo a ese cabezota y lo obligo a casarse conmigo?

—Es una opción —asintió Mijoo, mientras los demás reían y Key ponía los ojos en blanco. Heechul se puso en pie.

—Key, levántate —le ordenó—. Debes volver a ser el muchacho que él conoció y del que se enamoró. Por lo tanto, bajemos al salón e intenta por todos los medios que se fije en ti y te siga como te seguía tiempo atrás.

Al ver que todos lo miraban, Heechul dijo—: Como última opción siempre lo podemos amordazar, o quizá Taemin, con algún te lo pueda atontar.

—¡Heechul! —gritaron todos,  alegres. Y sin esperar un momento más, trazaron un plan. Key debía casarse aquella noche con Jonghyun, y punto.

Notas finales:

^^ Bueno esos dos se mataran antes de tiempo ...

No creen.... *-*

 

 

Gracias por la rw...

 

Nos leemos 

 

Por cierto ademas de Shinee que otros grupos escuhan.

 

bye bye


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