Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hanging On por yane

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hellouuuu

 

Como estan .... espero que bien.

 

Bueno mis  little flowers *-* 

 

lamento la demora y espero que el capi. les guste

 

a leer

 

En las habitaciones superiores de la casa, Taemin hablaba con Key, mientras éste terminaba de vestirse.

—No seas cabezón, Key; me niego a pensar como tú.

Furioso aún por lo ocurrido aquella tarde, Key andaba de un lado para otro como un león encerrado. Su tiempo se acababa y los resultados eran nefastos. Aquella tarde, tras recuperarse había buscado a Jonghyun por todos los rincones para hablar con él, pero no lo había encontrado. Necesitaba pedirle perdón y decirle que tenía razón.

Él había sido el culpable de sus desgracias. Quería gritarle que lo amaba. Pero le había sido imposible. Él estaba ocupado con Hyori.

 —¡Lo odio! —gritó Key, tirando el cepillo contra la puerta—. ¿Por qué se está comportando así?

—Tú te lo buscaste, Key—lo regañó Taemin—. Tú solito has conseguido que la situación llegue a esto.

—¡Yo no conocía el trato de mi padre con la familia de Hana!

—No me refiero a eso y lo sabes —gritó Taemin, poniéndose las manos en las caderas. Key asintió y se asomó a la ventana. Taemin tenía razón, y apoyándose, murmuró:

—¿Sabes lo que Jonghyun me decía cuando éramos novios? Taemin notó el cambio del tono de voz de su amigo y se acercó hasta él. Mientras le agarraba con cariño de la mano, le dijo:

 —Conociendo a mi cuñado, seguro que sería alguna tontería. Key sonrió.

—Decía: «Cuando nos casemos nuestro hogar estará en un maravilloso lugar donde tú y yo seremos uno solo».

 —¿Desde dónde tú y yo seremos uno solo? —repitió, Taemin. Key asintió.

—Nuestro hogar estaría en un maravilloso lugar, donde solo nosotros disfrutaríamos nuestro amor. Recuerdo que le decía que me gustaría que ese lugar  estuviera cerca del mar, y él reía y contestaba que su mar era yo. Sorprendido Taemin suspiró. Le entristecía ver a dos personas que quería en aquella situación. Fue a responder, pero en ese momento sonaron unos golpes en la puerta y, al abrirse, se quedaron atónitos al ver a Hyori.

—¿Puedo pasar?

—Por supuesto, Hyori, pasa —dijo Key con serenidad.

Aquélla era a la última persona que quería ver, pero decidió ser cortés. La muchacha no le había hecho nada. Hyori entró. Estaba preciosa. Llevaba un vestido en celeste que se ajustaba perfectamente a su fino y sensual cuerpo, y el cabello sujeto con una coleta. Era una mujer muy bella, y eso no lo podía negar nadie.

Hyori, tras mirar a Taemin, que la observaba con descaro, le dijo a Key: —¿Podríamos hablar un momento a solas? Taemin le echó una mirada de las suyas, y luego miró a su amigo.

 —Key, te espero en el salón. No tardes, ¿de acuerdo?

—Sí, Tae; no te preocupes. Bajaré en seguida. Una vez que se quedaron a solas en la habitación, Key la invitó a hablar:

 —Tú dirás.

La muchacha se acercó a él y le dijo, sorprendiéndolo: —Necesito saber si entre Jonghyun y tú existe algo más que amistad. Hace un tiempo me enteré de que él y tú eran prometidos, pero que su compromiso se rompió.

—Sí, así es —asintió Key con el estómago encogido.

—¿Aún lo amas? Porque si es así quiero que sepas que no lo voy a permitir. Me interesa Jonghyun y creo que yo soy una excelente mujer para él, ¿no te parece? Sintiéndose perplejo y con el corazón desbocado, respondió:

 —En primer lugar, creo que es una desfachatez que me hables en ese tono. En segundo lugar, tú no eres nadie para permitirme hacer o no absolutamente nada, y en tercer lugar, lo que yo sienta o no por Jonghyun a ti no te incumbe. Hyori, con desprecio, se acercó aún más a Key y siseó:

 —Me incumbe. He dicho que quiero que él sea mío, y tu presencia me incomoda. La sangre de Key comenzó a hervir. Pero ¿quién era ésa para hablarle así?

—¿Estás celosa, Hyori? Con voz seca por la furia, ésta clavó sus ojos en él.

 —No voy a permitir que estropees lo que Jonghyun  y yo llevamos desde hace tiempo. Si he venido con él es porque sabía que tú estarías aquí. Aquello hizo sonreír a Key.

 —Es mi casa, Hyori. ¿Dónde pretendes que esté?

—¡Ojalá ya  estuvieras casado! Estoy segura de que tu boda hará que Jonghyun se olvide de ti. Aquello desconcertó a Key.

—¿Tanto miedo tienes a lo que él sienta por mí? —le preguntó, retándola con la mirada. Hyori lo empujó, y Key cayó sobre la cama. Y antes de que pudiera evitarlo, lo agarro del pelo y le soltó cerca de la cara:

—Aléjate de Jonghyun. No voy a permitir que un malcriado como tú, me lo arrebate. Él es el mío. ¡Mío!

Key, furioso, agarro a Hyori de su cabello, y gritó, deseoso de arrancárselo:

 —Suéltame, ¡maldita zorra! Asustada al escucharlo, Hyori se movió con rapidez y lo liberó. Key, se incorporó, y clavándole sus cristalinos y fríos ojos grito fuera de sí:

—Sal de mi habitación antes de que decida cortarte tu preciado cabello. Tú no eres nadie para ordenarme ni exigirme; absolutamente nadie. Y te advierto una última cosa: la próxima vez que tú me toques, te dejo calva. ¡Recuérdalo!

Pálida, Hyori huyó sin mirar atrás. Key, aún confundido fue consciente de que se había ganado una enemiga.

 

**

Tras lo sucedido  en su habitación, Key se arregló y salió dispuesto a ir hasta el salón. Con la rabia instalada en su rostro, decidió pararse, sentarse y calmarse hasta que dejara de temblar. Agachando la cabeza la posó sobre sus rodillas y le entraron unas ganas locas de llorar.

 ¿Qué había hecho? ¿Cómo podía haber destrozado su vida y la de Jonghyun? ¿Qué iba a hacer?

El día de su cumpleaños se acababa y que tenía que resignarse a casar o huir lejos, pero debía cumplir la palabra de su padre, aunque esa promesa lo llevara directamente a la tumba.

—Key, ¿qué haces aquí? ¿Qué te pasa? —preguntó de pronto Onew. Levantando la cabeza, Key se encontró con aquellos ojos y, encogiéndose de hombros, susurró:

—Creo que estoy luchando contra un imposible. El día se acaba y mi boda... Onew sonrió. El tonto de su amigo y aquel rubio eran el uno para el otro, y tomándole la cara entre sus manos, preguntó para animarlo:

 —¿Has decidido rendirte, precioso? Porque si es así me defraudarías. El Key del que siempre me hablaba Jonghyun era un muchacho divertido, romántico, locuaz, cariñoso y, sobre todo, que no se rendía ante nada ni nadie.

 —Ese Key del que hablas, en cierto modo, ya no existe —susurró, levantándose—. He cambiado y... —¿Eso quiere decir que quieres casarte con Hana? Al oír aquel nombre, Key se tocó el estómago.

—No, no quiero casarme con ella. Pero ya no puedo hacer nada. Onew le levantó la barbilla con una mano.

—Todavía hay tiempo, Key. Piénsalo.

—Fue un compromiso de mis padres. En estos últimos años me la he pasado de fiesta en fiesta. ¿Y sabes por qué? —Onew negó con un gesto, y el continuó—: He estado tan furioso con Jonghyun y conmigo mismo que me he portado fatal con todos los que se han acercado a mí. Y eso tarde o temprano se paga, ¿no crees?

—¿Lo dices en serio? —rió él, divertido.

—En efecto. Si quieres saber lo que opinan de mí, pregunta..., pregunta. Maravillado por aquella sinceridad, Onew cogió aire y dijo:

—Key, si tú quieres, puedo ayudarte ofreciéndote mi casa, y...

 —¡¿Cómo?! —le cortó, desconcertado. Él se encogió de hombros.

 —Lo que has oído. Ya sé que no me amas ni yo te amo a ti, pero si tú quieres...

—Pero ¡te has vuelto loco! —susurró, mirándolo directamente a los ojos—. ¿Cómo se te ocurre pedirme semejante cosa?

—Es por ayudarte y... Sin dejarlo terminar, Key comenzó a blasfemar de tal manera que Onew se quedó sin palabras, hasta que de pronto el paró.

—Onew, no vuelvas a pedir eso a nadie hasta que encuentres a la persona adecuada. —Tras darle un manotazo que le hizo reír, prosiguió—: Tú eres un hombre atractivo, además de muchas otras cosas más, y estoy seguro de que algún día encontrarás a la persona que te conviene y la harás muy feliz. Complacido con lo que escuchaba se carcajeó.

 En sus casi treinta años, nadie había dejado huella en él. El romanticismo no era lo suyo.

—¿Acaso no crees en el amor, Onew?

 —No.

—¿Nunca has sentido que la presencia o la mirada de una persona te quitaban el aliento, y que tu existencia se marchitaba al dejar de verla?

—Nunca.

—Imposible.

—No, Key, no miento. El rubio no podía dar crédito a lo que oía.

—¡Oh, Onew! ¿Cómo un hombre como tú no puede creer en el amor?

—Quizá porque nadie me ha hecho sentirlo.

 —Si te escuchara la abuela te diría que tu otra mitad está en algún lado esperando a que le sonrías. —Tu abuela Boa es demasiado sensible para mi gusto —ironizó Onew.

 —No, Onew. Mi abuela se enamoró de mi abuelo. Me contó que cuando sintió que no podía dejar de mirarlo ni alejarse de él supo que era su otra mitad.

Tú debes encontrar a esa mitad. Estoy seguro de que está en algún lugar esperando a que un hombre guapo como tú la encuentre. —Él sonrió—. Prométeme que la buscarás, o seré yo quien lo busque por ti. ¡Oh, Dios!, es que a veces son tan desesperante.

 —De acuerdo, precioso —se carcajeó al reconocer al Key del que tanto había oído hablar.

 —Pero bueno, Onew, ¿cómo se te ocurren esas cosas? —Al ver que él seguía sonriendo, señalándole con el dedo, le aseguró—: No deseo casarme contigo y nunca me casare yo sólo me casaré por amor, y si no lo hago así, para mí nunca será verdadero. —Con desespero, susurró—: Yo adoro a ese cabezón. Siempre lo he amado y siempre lo amaré.

Onew soltó una risotada que retumbó en la escalera y añadió: —Me alegra saber que ese cabezón tenía razón. Tienes carácter y romanticismo.

 —Según él, soy un malcriado —respondió Key.

 Mientras ambos reían, apareció Taemin, que subía en busca de Key. Y al verlos parados en la escalera, preguntó:

—¿Se puede saber qué hacen aquí los dos? Key, con una sonrisa en los labios, se llevó las manos a las caderas.

—¿Te puedes creer que Onew está dispuesto a casarse conmigo para que no me case con la odiosa de Hana? Incrédulo y sorprendido, Taemin miró a Onew, y al ver el gesto de éste dijo, haciéndole reír con más ganas:

— Quizá no sea mala idea hacer creer que eso puede pasar entre ustedes.

 —No, ni hablar —sentenció Key.

 —¡Cállate, pesado! —gruñó Taemin—. ¿No ves que una noticia así puede hacer que Jonghyun reaccione?

—¡Taemin!  resopló Onew—, pretendes que los Choi, se pasen media vida machacándome.

—No, no me gustaría —reconoció Taemin.

 

Llevándose las manos a las caderas, Taemin se apoyó en la pared de la escalera y dijo: —Vamos a ver, Onew, ¿no le acabas de pedir matrimonio a Key?

—Tae..., sabía qué diría que no. Sólo hay que conocerlo un poco para saber que si no es con Jonghyun no se casará con nadie. Aquella salida hizo soltar una risotada, y Key, dándole un manotazo, murmuró:

—Pues, fíjate..., estoy comenzando a pensarlo. No eres tan mala opción.

 —Gracias, precioso —rió Onew.

Taemin, asombrado por el sentido del humor de ambos, los miró y dijo: —¿Quieren dejarse de jueguecitos? El tiempo se agota.

—Taemin..., nada se puede hacer, ¿no lo ves? —murmuró el rubio al ver a su amigp con el cejo fruncido.

—No voy a permitir que destroces tu vida y la de Jonghyun de nuevo, ¿me oyes? —Y mirando a Onew, dijo—: Y tú... eres su única salvación.

Onew, tras suspirar con resignación, los miró. —De acuerdo —aceptó—. Aquí me tienen. Pero que conste que todo lo malo que me pase, ustedes lo sufrirán.

 —No lo voy a permitir —dijo Key, mirándolo. Pero al ver cómo aquellos dos se miraban, susurró—: Me están asustando.

—Creo que serías el encantador esposo Lee.

 —He dicho que no. Pero Taemin estaba convencido de que aquello solucionaría el grave problema. —¿Qué crees que hará mi querido cuñado cuando se entere que se van a casar?

—Matarme, fijo —se mofó Onew.

 —Pero yo no me voy a casar contigo —se defendió Key.

 Él, divertido, lo tomó de la mano.

—Lucha por lo que quieres y demuéstrale a ese burro qué clase de hombre eres. Sonríe, disfruta, baila y goza ante Jonghyun. Lo conozco y sé que él no podrá apartar sus ojos de tu persona. Eres demasiado importante como para dejar que otro que no sea él se apodere de ti.

—Pero... —Bajemos a tu fiesta —continuó Onew—. Divirtámonos y hagámosle creer que te vas a casar conmigo antes de que termine la noche. Si Jonghyun no reacciona ante eso, no reaccionará ante nada.

—Pero ¡qué fantástica idea! —asintió Taemin.

 —Pero..., pero... yo no puedo... Onew, convencido de que aquella noche dormiría con un ojo morado, como poco, bajó los escalones y no dejó que Key terminara la frase.

—Kibum, te espero en el salón, ¿de acuerdo? El rubio, pálido, asintió, y Onew, con una espectacular sonrisa, desapareció.

—Vamos..., tengo que hablar con Luhan, Mijoo y tu hermano para que nos ayuden —dijo Taemin.

—¡Ay, Dios! Creo que esto se complicara. Con gesto decidido, Taemin pellizcó las mejillas de su amigo, que estaban pálidas, y asiéndolo con fuerza de la mano tiró de él.

 —Alegra esa cara y que la divinidad nos proteja.

 —Eso espero —añadió Key. Instantes después, bajaban los dos por la escalera, a la espera de que sucediera un milagro.

 

**

  

Cuando Taemin y Key aparecieron en el salón, los invitados comenzaron a felicitar al cumpleañero. Key, como en una nube sonreía, hasta que vio a Hana. Rápidamente apartó la mirada. En el fondo de la estancia, Jonghyun hablaba con la odiosa de Hyori. Nervioso, buscó a Onew. El joven estaba junto a Heechul y Siwon, y por el gesto de su hermano y de su cuñado intuyó de lo que hablaban.

 —¡Dios! ¡Dios! —susurró para sí mismo.

 Taemin le dio una copa y, tras hacer que se la tomara entera, incitó a Seulong, que bailara con él. Eunshin, la mano derecha e Jonghyun, los observaba. Key, incapaz de rehusar la invitación, comenzó a bailar. Acabado ese baile, Onew se acercó al rubio y, delante de todos, dijo:

—Key, corazón mío, baila conmigo.

—Sonríe, precioso. Tu amado cachorro nos está mirando —cuchicheó Onew. La sonrisa iluminó el rostro de Key mientras Jonghyun comenzaba a pasear por el salón observándolos. Desde que esa tarde lo había besado, no había podido quitársela ni un instante de la cabeza. Y allí lo tenía, delante de él, con aquella sonrisa que siempre le había vuelto loco. Verlo bailar era un deleite para la vista. Key era un experto bailarín y el movimiento de sus caderas lo volvía loco.

 —Jonghyun, ¿te apetece bailar? —preguntó Hyori, acercándose a él.

—No, Hyori. Ahora no —respondió, tajante, al ver que comenzaba una nueva pieza y que Key continuaba bailando con Onew.

 «¡Maldito JinKi! Te encanta meterte en problemas», pensó al ver cómo aquél colocaba posesivamente su mano en la cintura de Key.

 —¿Quieres que salgamos a dar un paseo? —volvió a la carga Hyori.

 Pero Jonghyun no la escuchaba. Y la joven caprichosa, consciente de que era a Key a quien observaba, se sintió ignorada y levantó la voz:

—¡Jonghyun! Estoy hablando contigo. Mirándola con el cejo fruncido, Jonghyun maldijo.

—Hyori, ve a bailar con otro. Yo no quiero bailar —dijo sin importarle sus modales. En ese momento llegó Taemin hasta él, y tras mirar con gesto burlón a Hyori, cogió el brazo a su cuñado.

—Jonghyun, vamos. Sin negarse, Jonghyun lo siguió, y Taemin fue a colocarse justo al lado de aquellos a los que él observaba. Cuando oyó la risa de Key, sintió hacerse añicos su corazón. Estaba precioso aquella noche. Incluso parecía feliz. Eso lo alertó. Lo conocía y sabía que, tras lo ocurrido entre ellos y su inminente boda, debería haber estado incómodo en aquella situación, pero no. Se le veía contento. Con gesto duro clavó sus ojos en los de Onew, pero éste ni lo miró. Sólo tenía ojos para Key. Su Key.

Taemin, disfrutando de aquel momento, cuchicheó: —Jonghyun, querría preguntarte algo.

—Tú dirás.

—¿Hyori es tu novia?

—No —respondió Jonghyun con rotundidad clavando la mirada en su cuñado.

 —¿Seguro?

—Sí.

 —Entonces, ¿por qué...?

—¡Basta, Taemin! —cortó él. No estaba de humor. Dándole un golpe en el costado, Taemin llamó su atención.

 —¿Por qué me has golpeado? —protestó, mirándolo.

 —Porque te lo mereces —siseó—. Desde que has llegado has dejado de ser tú para convertirte en un gruñón como lo es, en ocasiones, tu hermano. Jonghyun tuvo que sonreír. Su cuñado, siempre lo animaba.

 —Vamos a ver, Jonghyun, ¿dónde está tu sonrisa y tu maravilloso sentido del humor?

—Quizá no tenga por lo que sonreír ni bromear —respondió, cambiando el gesto al ver a Key cuchichear.

—¡Por Dios! —susurró Taemin—. Si las miradas mataran, Hyori ya me habría asesinado. Jonghyun se volvió hacia Hyori y se sorprendió al toparse con su fría mirada. Aunque en cuanto ella se dio cuenta de que él la observaba, la calidez volvió a su rostro con rapidez.

—No te preocupes. Nunca se lo permitiría —murmuró, fijándose de nuevo en Key.

 —Ni yo —susurró Taemin con seguridad.

En ese momento, llegó Minho hasta ellos y se plantó ante su hermano.

 —¿Me permites bailar con Taemin? —le pidió con seguridad. Jonghyun sonrió.

—Todo tuyo, hermano. Minho, con una expresión cautivadora que hizo que Taemin temblara, susurró mientras lo tomaba y lo acercaba a él:

—Siempre mío. Regocijado por el enamoramiento continuo de su hermano y su cuñado, Jonghyun se alejó para hablar con Eunshin. E instantes después se percató de que Key había dejado de bailar y hablaba en un lateral del salón con Boa. Sin perder de vista a Key, caminó hasta una de las grandes mesas para coger una copa. Cuando comenzó a beber se dio cuenta de que Heechul, Luhan y Mijoo se sentaban no muy lejos de él y parecían cuchichear. Con disimulo, se acercó.

—¿Estás seguro? —susurró Luhan. Heechul, con gesto disgustado en la cara, asintió.

—La abuela me lo acaba de decir. Onew y Key han decidido casarse, y como queda poco tiempo, pues será antes que termine la noche. Jonhyun se quedó boquiabierto y ni se movió hasta que vio a Key abandonar el salón. ¿Dónde iba aquel loco?

 —¡Qué emocionante! —exclamó Mijoo al ver el gesto de Jonghyun.

 —¡Oh! —susurró Luhan, guiñándole un ojo—. ¿No les parece romántico el acto que está haciendo Onew por Key, para que él no tenga que casarse con la odiosa de Hana?

—Sí, Lu —asintió Heechul,—. Creo que es algo muy romántico.

 El amor ya les llegará; estoy convencida. Ambos son jóvenes y tienen toda la vida por delante para conocerse. Además, Key será mucho más feliz con él que con Hana, y como dijo Hyori, tendrán unos niños preciosos. Soltando de golpe la copa en la mesa, Jonghyun dio por concluida la intromisión.

 El corazón le latía a una velocidad desenfrenada mientras caminaba hacia la salida en busca de explicaciones. En ese momento, Luhan y Mijoo se volvieron hacia Taemin, y éste, guiñándoles el ojo, sonrió. Minho, al ver que Taemin de pronto comenzaba a reír, lo miró.

 —¿De qué te ríes, cariño? —preguntó extrañado. Feliz porque su plan parecía funcionar, lo besó sin importarle quién estuviera delante, y con ojos chispeantes le dijo mientras comenzaba a tirar de él:

—Minho, ven..., vamos. Él lo siguió, y se sorprendió cuando vio que Boa y su abuelo y a su vez, Luhan tiraba de Kai.

 Una vez que salieron del salón, Minho, de un tirón, paró a Taemin y le preguntó: —¿Dónde vamos, Taemin?

 —Corre, Minho —cuchicheó, emocionado—. Jonghyun ha caído en la trampa y se va a casar.

Minho levantó las manos al cielo, y cuando el resto del grupo llegó hasta ellos, con gesto tosco, miró a Taemin y, alzando la voz, rugió:

 —Taemin, ¿qué has hecho? Sin amilanarse al ver que Minho clavaba sus impresionantes ojos  en él y en su boca se dibujaba un rictus de enfado, contestó:

—Hice lo que debía hacer para que dos personas a las que quiero mucho estén juntas de una santa vez. Minho no podía creer lo que oía, y voceó al recordar lo que su hermano tenía pensado hacer aquella noche:

—¡Maldita sea, Taemin! Lo has estropeado todo.

—De eso, nada —apostilló Luhan ante la cara de susto de Mijoo.

 —Pero ¿qué han hecho? —gruñó Kai.

 —Como siempre, meterse en problemas —auguró Minho.

Kai, al entender lo que allí pasaba, se llevó las manos a la cabeza y blasfemó. El plan que tenían trazado se había ido al traste. Taemin, ajeno a lo que Kai, Minho y Jonghyun tenían planeado hacer, miró a su esposo y espetó:

—¿Qué esperaban?, ¿que permitiera que Key se casara con Hana cuando sé que ama al cabezón de tu hermano y que él lo ama a el?

 —Taemin tiene razón —asintió Hyuson.

 —Abuelo, por favor —gruñó Minho, desesperado—. No le des la razón como siempre.

—Pues yo pienso como ellos también —sonrió Boa—. Mi nieto y jonghyun están hechos el uno para el otro, y creo que el que se casen es una buena opción. Eushin, semiescondido entre las sombras, saco su móvil debía avisar a Jonghyun de aquella trampa.

 —Pero ¿Se han vuelto todos locos? —gritó Kai.

Luhan clavó su mirada en él y le dijo sin ningún remilgo: —Kim JongIn, no vuelvas a insinuar algo así de ninguno de los que estamos aquí. ¿Se habían vuelto todos locos?

 —Venga..., venga..., muchachos, corramos o al final llegaremos tarde, y esta boda no me la quiero perder —apremió Boa.

Minho, asombrado al ver a su abuelo y Boa felices miró a Taemin y dijo:

—No querría estar en tu pellejo, cariño, si esto sale mal. Tras un suspiro divertido, Taemin asió con fuerza la mano de Minho.

 —Si este enlace sale tan mal como el nuestro, me daré por satisfecho —le susurró tras un arrumaco.

 

**

Nervioso Key no dejaba de mirar en dirección a la puerta de la capilla, mientras Onew sonreía como un bobo ante el altar.

—Padre, le encuentro un poco nervioso —se mofó el supuesto novio. Secándose el sudor de la frente con un pañuelo que sacó de su hábito, el hombre suspiró.

—Hijo..., no sé aún qué estoy haciendo, pero confieso que cuando me han llamado no he podido decir que no. Todos rieron.

—¡Onew! —le advirtió Siwon, mirándolo—, si Jonghyun no aparece, te obligaré a casarte con Key.

—Tranquilo, Siwon, ese testarudo aparecerá, y si no, me casaré con él.

 —No, no te casarás conmigo. No lo voy a consentir —le aclaró Key.

En ese momento, se oyeron pasos rápidos acercándose, y Onew, cogiendo con rapidez las manos de Key, sonrió.

 —Que seas muy feliz, precioso —le susurró dándole un beso en la mejilla. Como si un vendaval hubiera abierto las puertas de la capilla, así apareció Jonghyun. Sus ojos marrones echaban chispas y se clavaron en aquellos que ante el padre se miraban a los ojos cogidos de las manos. Jonghyun, sin pararse, fue hasta ellos y, con un gesto brusco, atizó un puñetazo a Onew en el rostro, de modo que cayó hacia atrás. Siwon fue a auxiliarlo.

—¡No te casarás con él! ¡Te lo prohíbo! —gritó. Key quiso hablar, pero por primera vez en su vida no pudo. Jonghyun había ido a impedir la boda. Eso sólo podía significar que aún lo amaba. Jonghyun, todavía más enfadado al ver que él no decía nada, lo tomó con brusquedad del brazo y, mirando hacia Onew y Siwon, vociferó:

—Si alguien ha de casarse aquí con él, seré yo.                Siwon asintió sin rechistar, Jonghyun se afianzó.

—No me casaré contigo, Jonghyun. Eres el último hombre con el que me casaría —murmuró Key, tembloroso.

Jonghyun volvió sus s ojos hacia él y resopló: —Key, no voy a permitir que te cases con otro hombre que no sea yo. Eunshin entró en la capilla y se acercó a un furioso Jonghyun.

 —Debemos hablar —le susurró.

—Ahora no, Eunshin —respondió Jonghyun—. Después, hablaremos.

—Pero, Jong...

—¡He dicho que ahora no! —dijo, molesto.

Atónito por el tono de voz de Jonghyun, fue a moverse, pero él asió con fuerza su mano, tiró de el y, una vez que lo tuvo bajo su semblante, le soltó:

 —No volveré a repetir lo que he dicho, Key. No me subestimes. Entonces aparecieron Taemin, Minho y todos los demás, y con rapidez tomaron asiento. Eunshin cruzó una significativa mirada con Minho, y luego se encogió de hombros y se posicionó en un lateral de la capilla.

Minho, incapaz de callar y seguirle el juego a Taemin, se levantó para horror de ésta.

—Jonghyun, tengo que hablar contigo.

—Ahora no, Minho.

 —Es importante. Muy importante —insistió éste, consternado al ver cómo la capilla se llenaba de gente. Necesitaba hablar con él a solas. Pero Jonghyun no quería escuchar a nadie. Sólo quería una cosa: casarse con Key antes que cualquier otro lo hiciera. Finalmente, Minho, tras insistir un par de veces más, se sentó ante la mirada triunfal de Taemin.

 —Jonghyun —dijo Onew, que se tocaba el golpe que tenía en la cabeza—, si sigues pensándolo, al final seré yo quien me case con Key.

—Por encima de mi cadáver —bramó aquél delante de todos—. Yo me casaré con Key y nadie me lo va a impedir.

—¿Estás seguro, Jonghyun? —preguntó HyuSon.

 —Sí, abuelo. Estoy seguro.

—Piensa en lo que haces, muchacho —dijo Boa—. Es con mi nieto con el que te vas a casar, y no quiero que luego digas que fuiste obligado o llevado engañado al matrimonio. Con un gesto depredador que a Key le puso la carne de gallina, asintió, y dijo delante de todos los presentes:

—Sé muy bien lo que hago.

—Pues que así sea —asintió Heechul, encantado. Instantes después, la tensión aún se palpaba en el ambiente. Y cuando la pequeña capilla ya estaba a rebosar de gente, Jonghyun miró hacia atrás y se percató de cómo Taemin guiñaba un ojo a Onew y éste asentía, contento. Entonces, miró a Siwon. Un extraño presentimiento lo azotó de pronto, y al mirar a Eunshin y después a Minho y ver que éstos asentían con la cabeza, blasfemó en silencio. Como si le hubieran dado un latigazo, lo entendió todo. Habían jugado con él, lo habían engañado, y ahora ya no había marcha atrás.

Tras sentirse como un imbécil por no haberse dado cuenta de aquella trampa, clavó su oscura mirada en Key, y por la tensión que percibió en su cara, supo que él le había leído la mente. Al ver que éste, con ojos asustados, miraba pidiendo auxilio a Onew, endureció la voz y le dijo al hombre, que lo miraba con una estúpida sonrisa:

 —Deja de sonreír, Onew, porque cuando salga de esta capilla ¡te mataré! ¡Maldito bastardo!

—Jonghyun, no te voy a permitir que blasfemes en la casa de Dios —le regañó el padre.

 —Usted lo sabía, ¿verdad? —siseó mirándole.

—¿Qué, hijo? —preguntó angustiado el padre mientras se secaba el sudor de la frente con un pequeño paño. Minho y Kai se miraron y entendieron que Jonghyun  se acababa de dar cuenta del engaño, pero ya no se podía hacer nada.

—Espero que con esto Heechul todas mis deudas contigo queden saldadas.

—Por supuesto —asintió Heechul. Con gesto desafiante, Jonghyun volvió a mirar a Key, y éste casi soltó un chillido cuando le oyó decir:

—Padre, comience la ceremonia.

 —¡No! —gritó Key, asustado.

—Sí.

—No...

—Sí. —Y alzándolo contra su costado le siseó al oído—: ¿Qué ocurre, Gato? Ya me tienes donde queríais tú, el idiota de Onew y seguro que alguno más. ¿Ahora te echas para atrás?

 A Key se le erizó el vello del cuerpo. Él sabía la verdad. Conocía el engaño. Y con una gélida sonrisa, al ver que él no respondía, Jonghyun susurró:

—Te prometo que llorarás día y noche por no haberte casado con Hana. Haré que tu vida sea tan insoportable como tú me la has hecho a mí. Key estaba al borde de la histeria. Se suponía que aquél era su príncipe, no su ejecutor. Aquella boda era lo que siempre había anhelado y, de pronto, todo se estaba convirtiendo en una auténtica pesadilla.

 ¿Qué podía hacer?

 Horrorizado, Key intentó volverse para mirar a su hermano, pero esa vez Jonghyun no se lo permitió. Lo tenía sujeto de tal manera que no se podía mover, mientras el sacerdote hablaba sobre el sacramento del matrimonio. Key, casi sin respiración, susurró como pudo:

—Suéltame ahora mismo, Jonghyun, y acabemos con esto. La respuesta de Jonghyun fue el silencio.

—Choi Jonghyun, ¿aceptas por esposo a Kim Kibum? —preguntó el padre.

Jonghyun, miro a Key. Y tras sonreír al verlo tan desesperado, contestó con rotundidad: —Acepto. Por supuesto que acepto.

Apenado por ver aquel anillo, que él había guardado con tanto amor, para Jonghyun, deseó llorar, pero se contuvo. No iba a aceptar aquel matrimonio.

—Kim Kibum, ¿aceptas por esposo a Choi Jonghyun? Asustado por lo que iba a hacer, cerró los ojos dispuesta a soportar los alaridos de su hermano. Pero de pronto oyó a su abuela susurrar: «Di que sí, mi niño..., di que sí». A partir de ese momento, en su interior comenzó a librarse una batalla. ¿Qué debía hacer?, Finalmente, abrió los ojos, levantó la mirada y, clavando sus ojos en el hombre que lo miraba con gesto descompuesto, se dispuso a aguantar un terrible futuro.

—A…acepto —murmuró.

—Ponle un anillo, hijo —susurró el padre a Jonghyun. Éste, tras sonreír de lado, dijo:

—Padre, mi esposo tendrá lo mejor, pero como ha sido todo tan precipitado no tengo ninguno. Con esto de momento valdrá, ¿verdad, cariño? Y sacando un trozo de cuero marrón que guardaba en su bolsillo se lo ató a modo de anillo en el dedo. Sorprendido, Key lo miró y siseó:

—¿Un trozo de viejo cuero?

 —No seas materialista como la preciosa Hyori — preguntó con maldad.

—Este trozo de cuero valdrá —murmuró.

 Jonghyun, como burlándose, se encogió de hombros, y Key deseó abofetearlo. Cuando el padre terminó, el joven esposo alzó a Key en brazos y lo besó. Fue un beso duro y exigente, para nada el dulce beso de amor que él siempre había soñado.

Con rapidez todos se acercaron a felicitarlo, pero Jonghyun, con un gesto implacable, los detuvo. No quería felicitaciones de nadie.

Quería explicaciones.

Notas finales:

U_U Bueno comienza lo bueno... oh señores espero que el otro capi sea de su agrado.

 

No se creo que me quedo algo largo el capi :/ deberia cortarlos .... :P

 

Actu dependiendo se sus rw como siempre hago ^^ 

 

Nos leemos

 

bye bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).