Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hanging On por yane

[Reviews - 156]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaa

 

 

^^ Volvi 

 

Gracias por su apoyo al fic <3 

 

espero que este capi les guste kkk

 

a leer 

 

—Puedo sentarme con ustedes —dijo MiJoo, acercándose a Taemin y Key. Taemin sonrió. A diferencia de su hermana Hyorin, Mijoo era encantadora. Se la presentó a Key.

 —Siéntate aquí Mijoo. Key saludo y Mijoo sonrió. — Mientras ellos hablaban y se conocían, se oyó la voz chillona de Hyorin. Parecía muy enfadada con una empleada.

 —Discúlpenme, pero tengo que ir a salvar a la pobre Naun. Seguro que la boba de mi hermana se ha roto una uña, y la está culpando a ella —dijo Mijoo con rapidez, haciéndolos sonreír. Tras cruzar una graciosa mueca con ellos, se levantó y se marchó, y Taemin y Key volvieron su atención en Eun, que se dirigía a ellos.

—Joven Key, su hermano y la señora Boa lo esperan en la biblioteca.

—¿Ahora? —preguntó, molesto. —Eso me ha dicho. Key resopló y dijo a Eun:

—De acuerdo. Dile que  enseguida iré.

Tras suspirar Key acomodándose la ropa, se volvió y, tras guiñar un ojo a Taemin, comenzaron a caminar. Pero antes de llegar a su destino se sorprendieron cuando vieron a Jonghyun entrar con paso rápido por la puerta y a Minho, enfadado, detrás. A una distancia prudencial de ellos, se pararon y comenzaron a discutir.

—Verdaderamente parece un hombre de las cavernas —susurró Key al observarlo.

—Pero sabes que  tiene un buen corazón y es guapo y atractivo —rió Taemin.

—No exageres. Tampoco es para tanto. Entonces, Taemin le dio un manotazo en el trasero.

 —¡Ah! —se quejó Key, y Taemin sonrió. Jonghyun tenía  anchos hombros, su amplio torso y sus piernas fuertes le hacían imponente. Y aunque Key no lo quisiera reconocer, vestido con aquella camisa negra y esos pantalones de cuero oscuros, era deseable. Él era un hombre de cinceladas y marcadas facciones masculinas, de nariz recta, y unos ojos almendrados de un tono marrón exquisito. Aguzaron el oído, pero no lograron entender nada. Discutían, pero hablaban tan cerca uno de otro que no se podía oír nada. Al final, Jonghyun, entro a la biblioteca, y Minho, tras maldecir, fue detrás de él.

—¿Tú sabes lo que pasa?

—No tengo ni idea —respondió Taemin, encogiéndose de hombros. No sabía qué ocurría, pero por el gesto de Minho y el enfado de Jonghyun supo que no era nada bueno —. Vamos, te acompaño. Con paso rápido, llegaron, y tras llamar con los nudillos, entraron para encontrarse con Heechul, Siwon, Boa,  y Minho.

—¿Ocurre algo? —preguntó Key, preocupado, acercándose a ellos.

—¡Siéntate! —le dijo Heechul con voz grave. Key miro a Taemin, y molesto, preguntó:

—¿Por qué me hablas así? ¿Qué he hecho ahora?

—Siéntate —repitió su abuela Boa para desconcierto del joven. Key miró a Taemin y tomándolo de la mano lo obligó a sentarse junto a él.

 Pasados los primeros momentos en los que sólo se oían las risas de fuera, Key, al ver que ni su abuela ni su hermano decían nada, dijo:

—No sé a qué viene esto, pero si es porque me he subido al árbol para bajar a los niños, creo que mi actitud es más que comprensible.

—No tiene que ver con eso —susurró Heechul, que no paraba de dar vueltas por la habitación. Cada vez más confundido, Key gritó:

—¡Maldita sea, Hee! ¿Quieres decirme de una vez qué ocurre? Su hermano, con gesto contrariado, fue a hablar pero Boa, su abuela, se adelantó y se sentó frente al muchacho cogiéndole de la mano.

—El día de tu bautizo, hace veinticinco años, tus padres llegaron a un acuerdo con Jung Kagin del que nunca más se volvió a hablar, y que tanto tu hermano como yo desconocíamos.

—Le entregó un papel para que él lo leyera—. El acuerdo era que, si al día siguiente de tu vigésimo quinto cumpleaños eras soltero, y su hija Hana no se había casado, ustedes se unirían en matrimonio. Taemin, con la boca abierta, observó a su amigo, que con la cabeza agachada leía el papel. Sin que pudiera pestañear, Key miró la firma de su padre y la de su madre, y el estómago se le encogió.

—¡No..., no..., no! —gritó, tirando el papel. Se levantó y se encaró a su hermano, que estaba apoyado en la mesa—. No pensarás ni por un momento que me voy a casar con esa ridícula y caprichosa de Hana, ¿verdad? Heechul no contestó, lo que enfadó aún más a Key, que volvió a gritar:

—No, no  me casaré con ella. Eso se anulara, hoy en día nadie se casa por acuerdos familiares.  No me casare. Antes prefiero casarme con..., con..., con...

—¿Con quién, Key? ¿Con alguno de tus amigos con los que te han visto divirtiéndote cada fin de semana? —preguntó Heechul.

Key lo miró, pero no respondió. Estaba harto de los chismes. A Heechul no le hacía ninguna gracia pensar en su hermano casado con la odiosa de Hana. No le gustaban ni ella ni su padre. Pero aquel maldito papel así lo ordenaba y poco se podía hacer. Taemin miró a Minho en busca de ayuda, y de pronto, vio a Jonghyun sentado en el fondo de la habitación mirándolos. Entonces, su esposo se llevó el dedo a los labios para indicarle que callara. Incrédulo, Minho comprobó que Taemin asentía y no decía nada. Con rapidez, Key comenzó a pensar en algunos de sus ridículos rollos de diversión.

Pero el solo hecho de pensar en ellos le revolvía el estómago; mientras, su abuela Boa lo miraba con gesto triste. El silencio se hizo dueño de la sala en tanto todos lo contemplaban, hasta que él, desesperado, levantó la vista y miró a su amigo.

—¡Maldita sea! Taemin, ¿qué hago? —Sin darle tiempo a responder murmuró apoyándose en la mesa mientras los demás lo miraban—. Con JiHoon no me puedo casar porque es medio tonto y no..., no puedo.

—Lo es —afirmó Taemin. —Henry es..., es... un sinvergüenza... encantador..., pero es un sinvergüenza.

—No hay duda —volvió a asentir Taemin, ganándose una mirada de Minho.

 —Shinwo... es un ser despreciable. Y antes de casarme con él, me convierto en sacerdote.

 —Yo lo haría también —asintió Taemin, haciendo reír a Minho.

 —WooHyun me odia. Recuerdo que... Taemin recordó que Key le rompió la nariz y sonrió.

—Sí, Key... Woohyun; olvídalo.

—Baro ya se ha casado. SungMin... ¡Oh, Dios, No! —exclamó, mirando a su amigo—. No sé quién es peor si SungMin o Hana... No, no.

 —Sí —asintió de nuevo Taemin.

 —JaeHyo huye de mí desde el día en que lo deje sin ropa en los baños del centro comercial por pasarse de listo.

 —Sí... Mejor no pensemos en él —rió con picardía Taemin.

 —Eli... no me puede ni ver. Me odia tanto como yo a él. Jino...

—No, ése no —dijo Taemin—. Kwang se casó hace un tiempo.

—¡Oh!..., es verdad —asintió Key. Y tapándose la cara con las manos, gruñó—: ¡Maldita sea!, no se me ocurre ninguno más. Boa miro a Taemin y el entendió lo que  pensaba. Por ello, pese al gesto de horror de su esposo y de Siwon dijo:

 —Key, yo conozco un pretendiente y no lo has nombrado. Siwon y Minho se miraron y maldijeron.

Jonghyun, al entender lo que iba a hacer Taemin, lo miró y negó con la cabeza desde el fondo de la habitación. Lo mataría más tarde.

 —¿Quién? —preguntó Key. Pero antes de que su amigo mencionara el nombre, gritó—: ¡¿Jonghyun?! ¡Oh, Taemin! ¿cómo se te puede ocurrir algo así? Ese..., ese... patán es el peor de todos los hombres que he conocido.

—No es un patán —negó Taemin.

Pero Key, más histérico que instantes antes, gritó fuera de sí: —¡Nunca! No me casaré con él. ¡Nunca! Antes me caso con Hana, me vuelvo sacerdote o me quito la vida. Él es un ser despreciable, al que odio y no soporto ver. Nunca; repito: nunca me casaré con él. Incrédulo, Taemin lo miró. ¿Cómo era posible que Key dijera aquellas barbaridades? Con decisión, se volvió hacia donde Jonghyun estaba sentado y lo vio sonreír. Pero Taemin le conocía, y sabía que, a pesar de su sonrisa, lo que había escuchado le dolía.

Minho, herido por lo que había dicho Key, se acercó a él y siseó: —Por supuesto que no te casarás con mi hermano. Pero no porque tú no quieras, sino porque él ha rechazado la proposición. Jonghyun tampoco quiere tener nada que ver contigo. Taemin, con rapidez, miró a su cuñado, y éste, con la misma sonrisa absurda, asintió. Key gimió; ahora entendía la discusión que habían presenciado. Al ver su gesto derrotado, Taemin le tomó las manos.

—A mí me parece que Jonghyun podría ser un buen esposo. Sé juicioso y piensa. Él siempre te ha querido y creo que aún te puede querer.

 —Al oír aquello, Jonghyun se puso en pie. ¿Qué hacía Taemin diciendo aquellas mentiras? Pero no podía decir nada, así que continuó escuchando—. Jonghyun es un buen hombre; siempre lo ha sido y siempre lo será. Sé que ahora piensas que él ha cambiado, pero... no es así. Jonghyun sigue siendo el mismo, y estoy seguro de que si tú se lo pidieras, él aceptaría. Levantándose como una flecha, Key cogió a su amigo del brazo y, apartándose de las curiosas miradas y oídos de los los demás, bufó:

—¿Te has vuelvo loco, Taemin? ¿Cómo puedes decir eso después de lo que pasó entre él y yo?

 —No, no me he vuelto loco.

—¡Oh, Tae!..., ¿cómo puedes estar haciéndome esto?

—¿Recuerdas cuando a ti te parecía buena idea que yo me casara con Minho y a mí no? Minho sonrió. Nunca olvidaría aquel día. Taemin estaba hermoso con su cara de enfado, negando una y otra vez que quisiera casarse.

 —No es lo mismo, Taemin —se defendió Key.

 —¿Por qué no es lo mismo? Key no podía creer que su mejor amigo le estuviera proponiendo aquello.

 —En tu caso —contestó—, yo sabía perfectamente que Minho y tú estaban hechos el uno para el otro. —Eso hizo sonreír a Taemin—. Además, recuerda que tus abuelos le hicieron prometer que cuidaría de ti. Y tú, en ese momento, necesitabas a Minho para que no te ocurriera algo peor.

 —¿En qué se diferencia lo que yo necesitaba a lo que tú necesitas ahora? ¿Acaso deseas casarte con Hana?

—¡Oh, Dios, No! Se me revuelven el estómago de sólo pensarlo.

—Lógico, no es para menos —asintió su amigo.

 —No, no quiero casarme con esa odiosa, este papel no me obligara. — Entonces, al pensar en Jonghyun, murmuró—: Pero, Tae, Jonghyun ha venido acompañado por una mujer, ¿no lo recuerdas?

—Sí. Y sé perfectamente que esa boba no significa nada para él. Y ahora deja de decir y hacer tonterías, y asume que Jonghyun es lo que tú necesitas, al igual que yo necesitaba a tu juicio a Minho.

—Minho acaba de decir que Jonghyun ha dicho que no —exclamo Key.

 —Pero yo creo que...

—¡Imposible! —gritó Key, volviendo junto a los demás para sentarse—. El maleducado y estúpido de tu cuñado está descartado como lo están todos los que he nombrado. Antes muerto que casarme con él. Tras un silencio sepulcral, de pronto se alzó la voz de Jonghyun y lo dejó petrificado.

—Kibum, ¿podrías indicarme por qué estoy descartado de tan encantadora proposición? Taemin y Key se miraron, y este último maldijo antes de volverse para ver a Jonghyun sentado en el fondo de la estancia. Como Key no respondía, Jonghyun se levantó y se acercó lentamente hacia él. Se paró y lo contempló.

 —¿Debo pensar, Kibum, que apesto? ¿O quizá soy un sinvergüenza encantador? —preguntó con burla. Minho, al comprender la ironía de su hermano y ver la cara de Key, supo que aquello no terminaría bien. Key se levantó para encararse a Jonghyun y éste se encendió.

 Aquel rubio caprichoso con gesto descarado y peores modales siempre le había gustado, y aún continuaba gustándole; pero mirándolo con fingida indiferencia, siseó:

—¡Ah, perdona! Recuerdo haber escuchado que para ti soy ¡un patán y un cretino! —Y agachándose frente a su cara, murmuró—: Lo que no has escuchado es que yo pienso de ti; Key  eres un malcriado, un consentido, un maleducado y un sufrimiento como compañero, además de insoportable. Rabioso por lo que Jonghyun decía, tragó saliva y se encaró a él. No le importaba que fuera más grande que él. Con su estatura sabía perfectamente defenderse, y poniendo las manos en las caderas y estirándose, dijo:

—¡Patán! Sí, eres un ¡patán y un cretino! Y un ¡sinvergüenza! Pero en tu caso no eres encantador ¡Oh..., no! —gritó, furioso—. Y prefiero casarme con cualquiera, incluso con uno de esos guardaespaldas, antes que contigo. Sólo pensarlo me pone enfermo. Jonghyun, con una mezcla de furia y diversión, sonrió, y tras mirar a su hermano, señaló:

—¿Sabes, Kibum? En eso estamos de acuerdo. Yo me casaría con cualquiera antes que con un mimado como tú. Por lo tanto, ya puedes buscar a un tonto que te aguante, porque yo no estoy dispuesto a ello. Valoro demasiado mi vida, mi paz y mi tranquilidad como para casarme con un grosero y desconsiderado como tú

. «¿Desde cuándo se tratan con tanto formulismo?», pensó Taemin, desconcertado. Buscó ayuda en los demás, pero ninguno movió un dedo. Con rabia en la cara, Key levantó los brazos y le golpeó en el pecho. Estaba furioso con él desde que se había marchado a Inglaterra.

Jonghyun, ante aquellos golpes, apenas se movió, pero lo asió por el brazo con gesto tosco. Siwon se movió ligeramente, pero Heechul, sujetándolo, le indicó que no se metiera. Con el enfado en los ojos y en la voz, Jonghyun miró a Key, y agachándose para acercar su cara a la de él, siseó mientras lo sujetaba con fuerza:

—¡Nunca! Repito: ¡nunca vuelvas a hacer lo que has hecho! Y por supuesto, nunca vuelvas a tocarme sin que yo te dé mi consentimiento. Porque si vuelves a hacerlo te juro que me dará igual quién esté delante, Gato. —Escuchar aquel apelativo lo desconcertó. Sólo él lo llamaba de ese modo—. Porque te cogeré y te azotaré hasta que aprendas que a mí no se me trata así.

—Soltándolo con desprecio, miró a los que allí estaban y dijo—: Ahora, si no les importa, regresaré a la fiesta. Hay una bonita joven esperándome a la que no le parezco un patán, y no quiero que se impaciente ni un instante más. Sin decir nada más ni mirarlo, Jonghyun se dio la vuelta, y después de cruzar una mirada muy seria con su cuñado, abrió la puerta y se marchó dando un portazo.

Minho, con gesto duro, agarro la mano a Taemin, que no protestó, y salieron también de la habitación. Key se había quedado tan petrificado por aquella reacción de Jonghyun que cuando Boa, su abuelo, pasó por su lado y no lo miró, no supo qué decir. Sólo oyó la voz de su hermano, que antes de cerrar la puerta y dejarlo solo, dijo:

—Tú lo has querido, Key. Dentro de seis días te casarás con Jung Hana. Ese papel es la única petición que te dejaron tus padres.

 

 

 

**

 

A la mañana siguiente, cuando se despertó, Key se puso un pantalón gris y una camisa de manga corta de color negro se calzó las botas. Odiaba recordar cómo, la noche anterior, tras lo ocurrido en la biblioteca, Jonghyun se había divertido con HyoRin, y Hana, una vez que su abuela hubo anunciado el compromiso, se había pavoneado como una idiota ante todos, diciendo que se casaría con el hombre más guapo de todos. Después de una terrible noche en la que no había podido dormir, al bajar al salón lo encontró vacío, y suspiró, aliviado. No deseaba recibir ni una sola felicitación más.

Odiaba a Hana tanto como la boda. Tras tomar el desayuno que Sohee le obligó a tragar, se encaminó hacia el garaje. Necesitaba dar un paseo para despejar la cabeza. Cuando entró, miró a sus magnífico Audi TT y su chevrolet onix. Al final se decidió por su Audi color azul.

—Bueno. ¿Te apetece correr un ratito? Key sonrió, como si el auto le fuera a contestar, se subió al auto y cuando salió de la casa, se dirigió hacia el parque yeouido. Sabía que alejarse lo suficiente sería bueno para él.  Comenzó a lloviznar. Pero sin importarle el tiempo, siguió su rumbo. A Key le encantaba ir al parque yeouido  aquel parque se lo conocía muy bien. Durante bastante tiempo, Key camino por largo rato, no le importaba que la ropa se le empapara con la lluvia. Sabía que aquello, cuando regresara a la casa, no iba a gustar, pero le daba igual. De hecho, no quería regresar a la casa.

No quería pensar que en cinco días, si no hacía algo para remediarlo, su destino quedaría unido al de la odiosa de Hana. Finalmente, pasando la plaza del parque llego hasta un árbol y se resguardó de la lluvia. Pero como no había dormido la noche anterior sus párpados cansados le pesaban, y antes de que se diera cuenta, se quedó dormido. No supo cuánto tiempo había pasado cuando el rugir de su estómago lo despertó. Sobresaltado, se desperezó y se levantó. Era de noche. Y mirando a su alrededor, se dirigió hasta donde había aparcado. ¿Dónde lo deje?

 Cuando encontró por fin su auto,  soltó un grito al ver que le habían ponchado las llantas.

—¡Maldita sea! ¿Qué más me pasara? Abrió la puerta del auto  y se miró en el retrovisor estaba horrible. Sabía que estaba demasiado lejos y que la noche se le había echado encima, pero no pensaba llamar a nadie. Horas después, Key estaba empapado, agotado y congelado de frío. No era fácil cambiar un neumático. De pronto, oyó el ruido y antes de que pudiera reaccionar, Jonghyun y sus guardaespaldas lo miraban. Al verlo, él suspiró, aliviado. Cuando se enteró de que él había desaparecido, pensó en lo peor.

 Llevaban parte del día buscándolo y llamándolo. Después de lo ocurrido la noche anterior, temía que aquel loco hubiera hecho una tontería. Por ello al encontrarlo su corazón se había tranquilizado. Sin embargo, con gesto serio, preguntó:

—Kibum, ¿estás bien? Cansado y tiritando de frío, le miró y, en un tono nada altivo, dijo:

—Le han ponchado las llantas al auto, he tratado de cambiarla pero es difícil. Jonghyun, conmovido, por su forma de hablar, se acercó mientras sus hombres miraban la escena con gesto impasible.

—Creo que deberíais regresar a casa. Tu hermano y tu prometida están intranquilos. —Al decir aquello se le agrió la voz, pero continuó—: No te preocupes por el auto, alguno de mis hombres lo llevará de vuelta.

—No. Quiero regresar en él.

Jonghyun fue hacia EunShin, su hombre de confianza, cogió un abrigo que sostenía, se lo llevó a Key, y se lo echó por encima para que dejara de temblar.

—Si permaneces aquí lo único que harás será enfermar. Te aseguro que tu auto llegara perfectamente a tu casa. —Ahora abrígate; se ve que tienes frío.

El tono de voz de Jonghyun y su masculina presencia hicieron que Key se estremeciera. Tenerlo tan cerca le hacía rememorar momentos pasados y sin saber por qué lo miró y sonrió. Él, consciente de aquella sonrisa, empezó a curvar sus labios justo en el momento en que aparecía Hana, que al verlo empapado y en aquellas circunstancias espetó:

—¡Por Dios, cariño!, ¿ qué ha pasado? Key estaba tan perturbado por la cercanía de Jonghyun que no supo qué contestar. Por ello fue éste quien habló.

—Ha sufrido un percance y...

 —¡No me extraña! —lo interrumpió la odiosa de Hana—. Seguro que él ha tenido la culpa de lo ocurrido.—Y reprendiéndolo ante todos, dijo—: Cariño dentro de cinco días se acabará. Cuando nos casemos, nos iremos a New York. Key resopló. De pronto, sus fuerzas habían vuelto, y Jonghyun, conocedor de aquellos ruiditos, se apartó a un lado.

—¡Hana! —gritó, enfurecido—, cállate odiosa si no quieres que tus lindas extensiones queden destruidas. Y en cuanto a que dentro de cinco días me casaré contigo, ¡aún está por ver!

 Los hombres de Jonghyun se rieron por lo bajo al escucharlo. Hana, molesta,  se dirigió hacia Key con paso decidido. Jonghyun la miro. ¿Qué iba a hacer ella? Key no se movió, y Hana, acercándose a él, murmuro:

—Cariño han anunció nuestro compromiso para dentro de pocos días. Te pido  respeto cuando me hables. Key, apretujando el  abrigo de Jonghyun contra su cuerpo, replicó sin dejar de mirarla:

 —Cuando tú te comportes, pensaré si te respetare. Hana enfadada deseó cruzarle la cara a Key con un bofetón pero no se atrevió. No quería más problemas con Key.

 Además sabía que el hombre que estaba junto a Key, había sido años atrás su prometido, el cual  la observaba. Conteniendo su rabia, se volvió hacia su chofer, tomó una manta y se la tiró de malos modos a Key.

 —Toma la manta eso te cubrirá mejor —dijo ella.

 Jonghyun, sorprendido por aquella actitud, miró a Hana con gesto serio.

—Vamos, ¿Key? —lo apresuro Hana.

Key se sentía furioso, pero se quitó el abrigo de Jonghyun. Al devolvérselo a Jonghyun, rozó apenas la mano de él, lo que le provocó olvidadas y placenteras sensaciones. Asustado, cogió rápidamente la manta y se abrigó. Jonghyun, sin dejar ver sus emociones, cogió el abrigo. Después, sin mirarlo, le dijo a Key:

 —creo que deberías de regresar a casa.

—Ésa es una excelente idea. Estas muy frio —murmuró Hana, una vez en el auto Key miro a Jonghyun  y dijo—: lleven el auto a casa.

Jonghyun, con una sonrisa fingida, regresaba se volvió a sus hombres maldiciéndose a sí mismo por haber hecho aquello. ¿En qué estaría pensando? Al dejarlo irse con aquella muchacha.

Notas finales:

^^ y que les parecio.... 

 

Quizas les paresca que Key es arrhgg.... pero Jong ... Jong dara miedo ><  ya no digo mas...

 

 

espero me dejen rw kkkk 

 

nos leemos

 

bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).