-No puedo creer que hayan aceptado a otro niño así!
-Que es lo que piensa el Reverendo?! Esos niños no son normales, solo basta con mirarle esos ojos atemorizantes!
-Bendito dios, son hijos del diablo.. Y cada días son mas!
-El Reverendo los acepta sin pensarlo, esos niños habrán controlado su mente?
-No podemos quitarles la vista de encima a saber que tienen planeado!! Dios mio quien los mandara aquí?
Un niño que se encontraba escondido entre los muebles rodo los ojos con fastidio, había estado escuchando la conversación de aquellas monjas que hablaban como hurracas pestes de los niños como el.
Sabia que no lo querían, que pensaban que era “hijo de Satán” pero el no había pedido nacer así.. Pero eso no era lo importante.
Lo importante había sido el hecho de que había alguien igual a el, alguien había entrado al orfanato y era igual a el, era considerado un hijo de Satán.
-Jonghyun!.- Una de las monjas que hasta ese entonces platicaba con otras descubrió su escondite.- Ven aquí!
Sin ninguna delicadeza para un niño de 13 años lo tomo del brazo bruscamente, le propino una bofetada y se lo llevo casi arrastras hasta la habitación del castaño.
-Hay alguien como yo verdad?!.-decía jalando su brazo con brusquedad, esas monjas viejas y apestosas ya no le daban miedo, ahora solo le daban asco. Después de muchos golpes recibidos por parte de ellas las odiaba a muerte, quería matarlas.- quiero verlo!! Quiero conocerlo!
-Si! Hay otro hijo de Satán como tu deja de fastidiar!! Este lugar se llenara de maldad!!.-decía aventándolo a su habitación.- No quiero volver a verte hasta la cena!
Al ver como aquella vieja decrepita cerraba con llave su puerta la pateo escuchando un gritito asustado del otro lado. Sonrió malévolo, ahora el no les tenia miedo, pero ellas a el si.
Resoplo y se tiro en su cama, durmiendo hasta que otra vieja viniera por el para la cena.
Un fuerte sonido lo despertó, molesto se quejo mientras rodaba su pequeño cuerpo en la cama. Era muy temprano aun para la cena, pero los pasos dentro de su habitación y la luz encendida no lo dejaban dormir, así que lentamente se sentó en su cama.
-Que sucede? Que hacen?.-les pregunto a las Monjas que arreglaban la cama vacía que se encontraba en su habitación.
-Compartirás tu cuarto de ahora en adelante.-se limitaron a decir.- asi los tendremos a los dos vigilados.
A los dos?.. Jonghyun volvió a rodar sus ojos fastidiado para volver a acostarse dándoles la espalda. Sabia que se referían al otro chico, al que supuestamente era igual a el.
Estaba arto de que fueran tan supersticiosas, no era hijo de Satán. Había conocido a su mama, era hermosa y era igual que el. No era fea ni bruja ni mucho menos hija del diablo. Solo por tener esos raros ojos no la hacia hija de Satán y a el menos.
Por tener un ojo café rojizo y otro morado lo habían discriminado desde el instante en que había pisado el orfanato y esas monjas se habían encargado de que todos los niños le temieran, que no consiguiera ningún amigo y que los mas grandes le pegaran.
Pero había podido sobrellevarlo al darse cuenta que no era odio lo que los demás le tenían si no miedo se aferro a eso y se hizo fuerte a costa del temor de los demás. Ya nadie lo molestaba, nadie le pegaba. Nadie se le acercaba y el no se acercaba a nadie, no confiaría en nadie nunca mas ni se molestaría en lo que pensaran de el. Si querían pensar que era hijo del diablo que así lo hicieran.
El sabia que no lo era, su madre tenia los ojos iguales, uno verde y uno morado, mientras el supiera lo que era nada ni nadie mas importaba.
-Vendrá después del almuerzo, mantén limpio este lugar.-dijo una que era la mas severa y la que golpeaba mas fuerte, antes de cerrar la puerta.
Jonghyun aun se preguntaba como iba a ser ese niño, seria mas pequeño que el o mas grande?.. Sus ojos también serian rojo y morado? Verde y azul?.. Sentía gran curiosidad, pero solo eso no estaba interesado en ser su amigo. Sabia que también lo tacharía de hijo del demonio.
Jonghyun lo había escuchado antes, tenia el síndrome de Heterocromia que consistía en tener sus ojos de diferente color, pero al mismo tiempo poseía el Génesis de Alexandria. Sus ojos serian los mas raros en el mundo ya que nadie poseía dos genes así o eso había dicho el doctor que un día visito con su madre. Igual no le importo.
Después de unas horas de divagar en su mente, la puerta de su habitación se abrió, dejando ver a una vieja que lo miraba con cierto miedo.
-Es hora de cenar, andando.
Jonghyun frunció sus labios en un puchero y camino por los pasillos hasta el conocido comedor.
Se sentó en su mesa solitaria y comenzó a comer la comida asquerosa que daban en ese lugar. Los niños ya ni notaban su presencia, ya no lo miraban de reojo ni intentaban acercarse a el o molestarlo. Comió en paz.
Después de terminar se levanto de su mesa, camino con destino al baño para después largarse a su habitación y dormir hasta el otro día, como siempre.
-Jonghyun espera, tu acompañaras al niño nuevo hasta la habitación que compartirán.-interrumpió su huida la misma monja miedosa.- ve por el, esta en el despacho del reverendo esperando.
-Porque yo?! Ve tu inservible!.-renegó.
-JONGHYUN!.-grito.- HAZLO AHORA!.- y otra bofetada, le gruño a la vieja apestosa y la empujo antes de caminar en dirección al despacho.
-Ya quiero cumplir 18 para largarme.- renegaba mientras abría bruscamente la puerta de la oficina.- y quemare este lugar y a todos los que...
Las palabras murieron en su boca al ver al niño sentado en uno de los grandes sillones viendo como sus pies se columpiaban. Era rubio y mas pequeño que el con unos ojos grandes como gatito.. Pero ese niño no era como el, para nada era como el. Jonghyun era hijo de Satán y ese niño era hijo de un ángel, era imposible que fuera como el.
Sus ojos eran del mismo color pero eran tan azules y brillantes como el cielo, aunque la oficina estuviera oscura esos ojos brillaban azules.
Como podían esas viejas arrugadas y asquerosas siquiera osar que el era hijo del diablo? Malditas perras..
-Tu..-y la puta madre con esa hermosa y melódica voz.- debes ser Jonghyun.
-S.. Si.-tartamudeo.
-No pareces hijo del diablo.-dijo dejando sonar un tono de voz sorprendido.- Creí que serias feo y darías miedo..
-Lo dicen por mis ojos.-se encogió de hombros.
El chico rubio se bajo del sillón con un saltito y se acerco con un andar divertido hacia el, para mirarlo de cerca.
-Tus ojos no son como los míos.-noto lo obvio.
-Lo se..
-Porque dicen que somos hijos de un demonio?..-pregunto con tristeza.- esas abuelas me trataron mal, me despreciaron.-miro el suelo.
-No les digas abuelas.-dijo severo.- Son unas viejas apestosas, no las obedezcas ni siquiera las quieras ni las mires.
-Pero ellas nos cuidan desde ahora..
-No no lo hacen.
-Entonces quien?.-pregunto mirando aquellos ojos bicolor.
-Entre nosotros nos cuidaremos de acuerdo?..
-Soy Kibum, pero mi mama me decía Kibummie..
-Yo te cuidare Kibummie.-le dijo tendiéndole la mano y jalándolo fuera de la dirección.
-Somos iguales.-sonrió haciendo que el corazón del mayor se parara y lo mirara con los ojos sumamente abiertos.- Ellas dijeron eso.
-No lo somos, tu eres muy bonito..
Mis ojos en ti.. Tus ojos resaltan pero son suaves al mismo tiempo, nunca lo había visto antes. De ojos raros eres tu.. Oh solo soy atraído por tu mirada..