Todo parecía perfecto ese día: desde lo fresco que se encontraba el ambiente hasta el cielo totalmente despejado de nubes y ahí estaba Yami esperando por Yugi quien había terminado aceptando no muy convencido, con sus reservas pero había aceptado y eso era lo que importaba porque Yami tenía pensado que sería un excelente día de compartir los dos juntos.
- Hola
Era Yugi y estaba con…Joey
- ¿Qué hace el aquí? – preguntó Yami lanzando una mirada al rubio
- Dijo que no conocía el acuario y me acompañó – contestó Yugi
Ambos chicos se miraron unos minutos sin decir nada y Yami suspiró con resignación terminando en el mismo tren rumbo al lugar.
Después de unas 4 estaciones “Nuestra bajada es la siguiente” había anunciado Yami. Joey y Yugi ya estaban listos para bajar. Cuando las puertas se abrieron, Joey fue el único que fue empujado afuera violentamente. Luego de unos segundos de confusión, el rubio supo quién había sido el causante de eso. Cuando intentó subir rápidamente de nuevo, las puertas se cerraron en sus narices y el tren partió dejándolo solo en la estación
- ¡Maldito! ¡Eso fue bajo!
En el tren:
- ¿Por qué hiciste eso? – Yugi estaba molesto
- Lo siento pero este día de verdad quería compartirlo contigo
- Pero eso estuvo mal, ¿qué hay si Joey se pierde?
- Es astuto, encontrará el camino a casa
Yugi seguía molesto pero no había vuelta atrás. Llamó a Joey para decirle que se tranquilizara, que estaría bien y que lo vería en el acuario si le era posible llegar.
- Por cierto, iremos al parque de diversiones – dijo Yami una vez que Yugi colgó
Yugi no contestó, estaba tan enojado, no podía creer que pensó que este día sería algo diferente, se regañó por pensar que esto funcionaría para sentirse menos incómodo con Yami alrededor. Ahora se sentía solo e irritado. Cuando bajaron del tren había un silencio incómodo entre los dos. Ninguno sabía que decirle al otro, además de que Yugi ya no estaba enfadado sino nervioso, nunca se habían encontrado en una situación como esta en la que no hubiera nadie conocido alrededor de ellos para sentirse menos tenso o protegido, estaba empezando a sentirse susceptible al pánico pero se obligó a pensar en positivo. En realidad, ¿no era capaz de afrontar la situación?
Cuando llegaron a la entrada e ingresaron al parque el silencio aún reinaba, fue Yami quien lo rompió
- Bien Yugi, ¿Qué quieres hacer?
- No lo sé – y era verdad, no tenía idea de que se hacía en esos casos además de dejarse devorar por el sentimiento de que algo le pasaría– Deberíamos subir a una atracción ya que estamos aquí ¿no? – se armó de valor
- Lo que quieras Yugi – Yami sonrió levemente y ambos se encaminaron
Sorpresivamente pasaron una tarde más que agradable subiendo a diferentes juegos mecánicos. Subieron a uno que te dejaba caer desde 80 metros de altura en caída libre, - uno de los juegos que Yami agregó mentalmente a la lista de: “no repetiré esto jamás” – cuando subieron no pensaron que fuera tan malo pero el vértigo que le dio a Yami fue mortal. Abrió los ojos un solo segundo y se arrepintió de haberlo hecho. Después durante la caída ambos sintieron que no podían ni gritar. Se bajaron temblando ligeramente. Subieron también a los carritos chocones*, a la montaña rusa y otros en los que se divirtieron genuinamente. Cuando sintieron hambre fueron a buscar algo rápido, simple y rico.
Cayó la tarde, y con ella los colores del ocaso se manifestaron como pinceladas de un pintor experto. La temperatura bajaba haciendo el aire cada vez más gélido, era hora de regresar a casa y Yugi no podía negar que se la había pasado genial a pesar de todo el alboroto por el incidente con Joey.
- Me alegra que hayas decidido venir conmigo – dijo Yami mientras ambos caminaban lentamente rumbo a la salida, parecía que no querían irse y quizá era verdad. En el lugar tuvieron una tarde estupenda en la que Yugi por primera vez se sintió más tranquilo al estar cerca de Yami. Casi incluso cómodo aunque eso no lo pudiera asegurar.
- Me alegra haberlo decidido – dijo Yugi simplemente
- Yugi… yo… - se detuvieron, Yugi pensó que aquí venía un momento importante, Yami dudaba cuando quería decir algo importante– Sé que no puedo cambiar el pasado y no me alcanzarán las palabras para pedirte perdón pero no lo he hecho realmente. Yugi, perdón por lo que hice. Entenderé si hablar de esto te molesta
¿Le molestaba? Es que ni en sus más locas pesadillas había pensado que escucharía eso alguna vez pero ahí estaba: la persona que había destruido su mundo hace un año pidiéndole perdón oficialmente, realizando las tareas que fuera con tal de ser perdonado y en una especie de cita con él. Yugi solo agachó la cabeza y Yami pensó que se echaría a llorar así que lo abrazó como si temiera hacerle más daño pero Yugi lo apartó suavemente y levantó la mirada sin rastro de lágrimas en sus ojos
- Gracias – fue lo que dijo – y gracias por este día
Yami sonrió levemente, tenía la impresión de que Yugi se estaba volviendo más fuerte cada día.
- ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro, ¿qué es?
- ¿por qué te molesta tanto que Joey y Yo estemos juntos? – Escuchó suspirar a Yami y lo vio pensando un momento, como eligiendo las palabras adecuadas
- Si te soy sincero me molesta por que no puedo verte así de feliz y tranquilo cuando estás conmigo, y cada vez que estás con él es como si me fuera más difícil alcanzarte…
- ¿Por qué querrías alcanzarme?
- Tu abuelo e incluso Joey – hizo una pausa – me preguntaron acerca de mis sentimientos por ti. Yo…no supe responderles, estoy confundido. Hasta ahora solo pensé que era la culpa y me convencí de ello pero, ahora no estoy tan seguro, pareciera como si fuera…algo más. Quiero alcanzarte y poder descubrirlo. Yugi, ayúdame a descifrar esto que siento.
Y Yugi juró que su corazón dio un salto.