“Me siento tan bien
haciendo lo incorrecto
y me siento tan mal
haciendo lo correcto “
- ¿Por qué lo hiciste? – había gritado Yugi para soltarse a llorar. Yami guardó silencio y Yugi le preguntó una vez más
- ¿Realmente quieres saberlo? – le preguntó Yami
- Antes de si quiera pensar en darte la oportunidad de arreglar lo que hiciste – dijo Yugi, aunque estaba temblando ligeramente – quiero escuchar el porqué.
- Bien – contestó – pero tendrás que seguirme
Yugi se tensó y no contestó
-No te haré nada – le dijo Yami – confía un poco en mí
Yugi no se movió ni un poco por lo que tuvo que tomarlo suavemente de la muñeca y llevarlo por las calles. Yami sabía que estaba haciendo algo que muy seguramente estaba haciendo entrar en pánico a Yugi pero no supo de que otro modo hacer que lo siguiera. Y lo peor sería cuando se enterara el porqué de su decisión y el porqué de su sufrimiento, realmente lo lastimó muchísimo, lo admitía, pero estaba desesperado y no sabía que más podía hacer. De todos modos, aceptaría las consecuencias de sus actos
Caminaron unas cuantas calles, afortunadamente su destino no estaba muy lejos, Yami no había soltado la mano de Yugi, la cual era cálida pero aún temblaba.
- Está bien –se soltó del agarre cuando se dio cuenta– puedo caminar solo
Yami asintió y continuó caminando asegurándose cada tanto que estuviera siguiéndolo. Yugi Era como un cachorrito obediente pero muy asustado.
- Está bien – dijo Yami – Llegamos
Yugi lo miró con esos ojos violeta tan grandes que poseía, miró el lugar extrañado pero asintió.
Entraron, pararon en la recepción para el registro de visitantes, al menos Yugi debía hacerlo. Anduvieron por unos pocos pasillos blancos llenos de hombres vestidos de blanco y camillas, todas esas cosas que hay en un hospital.
- Muy bien – suspiró Yami, esto iba a ser lo más difícil del mundo – Lo primero que tienes que saber es que… mi abuelo es Mahaad Atem* - Dijo frente a la puerta de la habitación, vió que Yugi reconocía el nombre de su abuelo. Abrió la puerta y entraron a la habitación, el abuelo Mahaad estaba despierto.
- ¡Yami! ¡Yugi! – tosió un poco – es muy bueno verlos por aquí. ¿Qué te trae por aquí Yugi?
- Yo – Yami se adelantó y vió a Yugi curioso – traje aquí a Yugi porque él me preguntó acerca de por qué yo lo… – Yugi entendió lo que iba a decir y lo interrumpió
- ¡Por qué Yami no me había presentado a su familia! – dijo Yugi lanzándole algo así como una mirada de advertencia– E-Estamos C-Comprometidos – tartamudeó un poco pensando que excusa había sonado ridícula y al mayor le pareció de lo más lindo.
Mahaad rio, un ataque de tos lo siguió y después balbuceó algo como “Solomon es rápido”
- Si es así entonces… ¿Podrías dejarnos solos Yami? – No esperaba que pasara algo así pero de todos modos asintió.
Una vez que Yami estuvo fuera Mahaad procedió a preguntarle con cautela a Yugi qué es lo que pensaba de su nieto. Yugi no sabía qué responder, después de todo no quería decirle a Mahaad que su nieto era un violador así que optó por la respuesta más fácil de todas: “No lo sé, no llevo mucho tiempo de conocerlo”
“Pero vamos, ¿Cuál fue tu primera impresión?”, insistía Mahaad y Yugi muy a su pesar dijo “Es un buen tipo”
- ¡Eso quería escuchar! – dijo Mahaad feliz – Yami es un buen chico Yugi. No es porque yo sea su abuelo pero sabes, yo estoy muy enfermo, los doctores me practicaron una dolorosa cirugía que tenía las mismas probabilidades de dejarme vivo o muerto pero me salvaría de una muerte más rápida…
Algo se removió en Yugi, Mahaad era un gran amigo del abuelo Solomon y desde que era pequeño había visto al hombre ser casi un hermano para el abuelo, y hacer todas esas cosas que al abuelo hacían feliz: charlar animadamente, bromear, reír a carcajada limpia, compartir los logros de sus hijos y de sus nietos…
- ¿Yugi? ¿Estabas escuchando? – Yugi se disculpó apenado – como te iba diciendo, la cirugía era carísima y no podíamos pagarla pero Yami se empecinó en que conseguiría dinero a como diera lugar y así lo hizo, consiguió el dinero para mi operación…
De pronto Yugi comprendió porque Yami se prestó al video, sintió ganas de llorar. Después de aguantarse las lágrimas muy a duras penas por tener que escuchar un muy doloroso y desesperanzador “Quizá sea la última vez que nos veamos, cuida bien de Yami“ de parte de Mahaad se disculpó por tener que irse tan pronto y se despidió para salir corriendo sin darle tiempo a Yami de encontrarlo por el pasillo.
Caminando por la calle, pensaba, y no es que estuviera justificando lo que Yami hizo pero; lo hizo por una buena razón. ¡Aun así pudo haber conseguido un empleo verdadero! Pero si no lo hubiera hecho a su abuelo no le hubiera quedado tanto tiempo, pero ¿¡por qué de entre todas las cosas… qué hubiera hecho Yugi por su abuelo de estar en la misma situación que Yami… ¿habría recurrido a ser un delincuente o un maniático sexual? Pero… ¡el señor Mahaad no estaría vivo sin la cirugía! Se detuvo ¿Y si después de todo, Yami era una buena persona? ¿Y si… le daba la oportunidad de demostrarlo?