Era un sábado por la mañana, los rayos del sol se colaban por la ventana de aquel cuarto, a cualquier persona le hubieran molestado, pero no a ese bello muchacho rubio con piel de porcelana y ojos ámbar que eran enmarcados por unas largas pestañas, parpadeo hasta que se acostumbró a la luz y de un salto salió de su cómoda cama
-hoy es el día, al fin le confesare mis sentimientos a aominecchi-se dijo a sí mismo para darse ánimos y se dirigió a la ducha pues la hora para tan preciado acontecimiento se acercaba.
Gracias al mensaje que su amiga momoi satsuki le había enviado sabía que el día de hoy la preparatoria too entrenaría hasta tarde y aomine daiki estaría ahí, una vez fuera de la ducha se dispuso a colocarse el conjunto de ropa que había elegido con anticipación días antes, este consistía en una camiseta gris de manga corta con una chaqueta de cuero negra y unos jeans de mezclilla negros junto con unos botines al estilo militar en color gris y para completar su look se colocó el pendiente de color plata que siempre adornaba su oreja izquierda dándole un aire rebelde se miró al espejo y satisfecho con su reflejo bajo hasta la sala de su casa.
-wow Ryou-chan, pero que guapo te ves-dijo su madre una vez que ingreso a la sala Ryoumi Kise una verdadera joya con esos cabellos largos y ondulados color oro y esa mirada de color almendra que daban paz y tranquilidad a quien la miraba y esa sonrisa coqueta que adornaba su cara que a pesar de ya sus cuarentas seguía intacta.
Ryouta corrió hacia ella dándole un beso en la mejilla –gracias mamicchi~, voy a salir – canturreo kise
-está bien mi cielo pero lleva un paraguas, hoy en el informe del clima dijeron que llovería- dijo ryoumi con tono de preocupacion
- Moo ~ pero mamicchi, el día está perfecto no hay ni una sola nube en el cielo-
- Ryou-chan no seas ne…-
-waaaaa se me hace tarde, nos vemos mami~- y sin decir más ryouta salió disparado de su casa sin esperar la respuesta de su progenitora y dirigiéndose a su destino con una sonrisa en la cara.
Ese día al fin confesaría sus sentimientos a aquel muchacho moreno, si bien sabía que aomine daiki tenía un carácter de los mil demonios y un fetiche con los pechos enormes y curvas de ensueño, eso no lo detendría quería que el moreno se enterara de sus sentimientos, sonrió al recordar porque había decidido decirle.
Flashback
Se encontraba en instituto más específicamente en el patio de este, se hallaba sentado de bajo de la sombra de un gran árbol, reflexionando porque esa última semana se sentía decaído aunque ya sabía exactamente el porqué, pues todas sus aflicciones tenían por nombre Aomine Daiki, jamás imagino que la admiración que sentía por él antiguo As de la generación milagrosa se transformara en un sentimiento que oprimía su corazón y lo dejaba sin aire cada vez que lo veía o lo mencionaba, que haría ahora… sus confusos pensamientos iban y venían en su mente hasta que un dolor agudo lo ataco en su espalda que fue causado por una patada que obviamente era marca registrada de kasamatsu yukio.
-tú maldito rubio como te atreves a faltar al entrenamiento matutino- gruño de forma amenazadora el capitán de kaijo
-mooo~ senpai que cruel-soltó el rubio con cascadas en los ojos sobándose la zona afectada, pero al recordar su predicamento el rubio puso nuevamente una cara bastante sería muy impropio de él- lo siento solo no me sentía bien, pero nada grave-
-aaaa- supiro kasamatsu su kohai era muy obvio- claro que tienes algo grave así que dime de que se trata-demando el mayor sentándose a su lado
El rubio se quedó mudo no le había dicho eso a nadie y no buscaba como expresar lo que lo aquejaba, kasamatsu al notar la cara de espanto que el chico puso decidió comenzar a hablar
-kise sabes que puedes confiar en mí, sea lo que sea siempre estaré para apoyarte- ryota se sorprendió pero al mirar los ojos azules de su senpai comprendio que podía confiar en él
-senpai creo que estoy enamorado- soltó de una kise
- ¿y eso es lo que te tiene tan decaído?
Un suspiro escapo de los labios del rubio-no es tan sencillo, la persona de la que estoy enamorado es… un chico – cerro los ojos esperando alguna burla, grito a golpe de parte de su superior pero nada de eso sucedió
-vuelvo a preguntar ¿eso es lo que te tiene tan decaído?-kise abrió los ojos y de nuevo puso esa expresión de sorpresa en su rostro, el mayor continuo
-kise, el amor es amor así de simple incluso si me dijeras que estás enamorado de un elefante rosa que baila ballet, te diría exactamente lo mismo, el amor es un sentimiento que no se puede comparar con nada, es maravilloso pero también es una arma de doble filo y si no se confiesa puede lastimarte y mucho-dijo mirando a su kohai con una comprensión infinita
Kise miraba a su senpai con un deje de admiración jamás pensó que alguien como kasamatsu yukio le diera un consejo tan sabio como ese
-muchas gracias por tus palabras senpai- y lanzándose hacia él lo rodeo en un abrazo asfixiante a lo que recibió en respuesta un golpe en la cabeza
-tch, en definitiva tienes el don de romper momentos como estos-dijo kasamatsu frunciendo el ceño
-mooo~ senpai que cruel- dijo el rubio regresando a su actitud infantil y berrinchuda, ante esto el mayor sonrió de manera sincera y colocando una mano en la cabellera rubia desordenándola un poco habló
- estoy seguro que ese chico te corresponderá ryouta y si no puede irse al caño, pues a pesar de que a veces eres muy muy muy molesto, tambien eres una persona increíble y grandiosa, ahora lo único que puedo desearte es mucha suerte
Una bella sonrisa se instaló en el rostro del rubio pues gracias a las palabras de su senpai, un extraño sentimiento de valor y confianza surgió en su pecho y con energía renovada se puso de pie de un salto
-bien iré ahora mismo a decirle mis sentimientos-dijo decidido
-hey mocoso no tan rápido aun te quedan dos clases y no voy a dejar que faltes-sentencio el mayor
-mooo~ senpaiii- se quejaba el rubio mientras era arrastrado de nuevo hacia el edificio
Findelflashback
Llego lo más rápido que pudo pues realmente se le había hecho tarde pero al fin ya podía divisar la entrada de aquel instituto, su corazón palpitaba más fuerte con cada paso que lo acercaba hacia su destino y su nerviosismo crecía cada vez más sus pasos lo guiaron a la entrada de aquel imponente edificio, diviso a lo lejos a una persona y conforme se acercaba pudo reconocerlo definitivamente no podía equivocarse esa piel tostada, ese cabello azul obscuro, esa figura imponente,sin duda era Aomine Daiki, no podía creer su buena suerte, eso auguraba algo bueno ¿no?
.aomi…-estuvo a punto de gritar su nombre para llamar su atención y hacer notar su presencia hasta que noto aquella mata de cabellos celestes que resaltaba entre los brazos morenos que sin duda pertenecían a la antigua sombra del chico, kuroko tetsuya, de un segundo a otro toda esa confianza que tenia se esfumo como por arte de magia y un sentimiento amargo la sustituyo, pero ¿qué rayos pasaba?, acaso ellos dos eran ¿Qué eran?, sabia de la gran amistad de estos pero creía que era solo eso AMISTAD, pero sus ojos no le engañaban ese abrazo podía demostrar un sinfín de sentimientos menos eso amistad o era así era para él y sin poder evitarlo ese sentimiento amargo invadió todo su ser estrujando su corazón dolorosamente, sus piernas reaccionaron y echaron a correr sin dirección alguna lo único que quería era irse de ese lugar, sus ojos ardían ante las lágrimas que se acumulaban en estos, su corazón había sido roto y los causantes ni lo sabían, de repente sintió como su cuerpo era atacado por un sinfín de frías gotas de lluvia ¡genial! solo eso le faltaba quedar empapado y resfriarse pero en ese momento nada de eso importaba solo podía sentir ese horrible sentimiento recorrer todo su sistema.
Ryouta corría como si un lunático con una sierra lo estuviera persiguiendo incluso ya no sabía que era lo que mojaba su rostro si sus lágrimas o el agua, quería desaparecer y no sentir más esa dolorosa sensación que atacaba su corazón esquivaba a cuanta persona se le ponía enfrente y era sencillo puesto que gracias a la lluvia las personas se refugiaban en los pequeños techos de las tiendas que habían cerca, aunque no tuviera idea de donde se encontraba, iba tan ensimismado con sus pensamientos que inevitablemente choco contra algo o alguien llevándolo directo al suelo
-hey, fíjate por donde vas idiota-rugió la voz de aquella persona
-l-lo siento- salió casi como un susurro, pero al alzar la mirada ryouta se encontró con la cara de la persona que menos imagino…
Continuara…