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De Sacrificios y Recompensas Kaisoo/KaiDo por Azul Olivia

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Notas del capitulo:

(no diré nada, porque much@s aquí tienen ganas de esto, lo sé)

Pov Jongin.

 

 

 

-Averiguaré de él. Pero primero, su boda. Kris puede esperar, me hizo esperar muchos años, puede esperar unos días más.- Lay baja la cabeza y susurra.  Doy un suspiro y paso una mano sobre su hombro.

-¿Estas bien?- le pregunto. El asiente con la cabeza, pero me da una sonrisa triste.

-Sí, solo necesito estar solo. Para ordenar tu boda… y eso…- me dice.

-Bien, te dejaremos solo, descansa.- le digo le despeino los cabellos de la frente y tomo la mano de Kyungsoo.

-Hasta dentro de un rato, Lay. Duerme un poco.- le anima Kyung.

-Sí, nos vemos chicos.- su tono de voz tan lastimero me hace suspirar intranquilo.

Salimos de la habitación de Kyung y nos dirigimos a la mía, me echo en mi cama de golpe. Con la piernas colgando, tocando el suelo con mis pies  con los brazos extendidos de par en par.

-¿Me dirás qué está ocurriendo?- me pregunta Kyungsoo. Sonrío al oírlo. Su voz suena mejor, ya no hay ningún rastro de tristeza, ni de lastima hacia el estúpido ser humano que es Hyuna.

-No~- canturreo. Kyungsoo frunce las cejas y se sube a gatas sobre mí, sentándose en mi abdomen. Poniendo cada una de sus piernas a mis costados.

Arqueo una ceja. ¿Es consiente Kyungsoo de lo que está haciendo?

-Me dirás. Lay también es mi amigo.- me dice, cruzándose de brazos.

No. No es consiente.

Pongo mis manos en su caerá, esperando alguna reacción, un sonrojo u algún signo de incomodidad, pero nada. Está muy concentrado, mirándome con odio.

Muevo mi pelvis hacia arriba, y de manera “sutil” empujo su cuerpo hacia abajo, obligándolo a sentarse sobre mi entrepierna, y sentirme. Y, ¿Por qué no? Sentirme justo ahora que mi mini yo, está empezando a crecer.

Eureka.

Un sonrojo violento le invade las mejillas, desenreda sus brazos  y trata casi de manera desesperada de zafarse de la situación, rio y aprieto sus caderas con mis manos, obligándolo a moverse involuntariamente.

-Te diré si me das un beso.-

Y como si fuese un chiste, su cara se pone más roja aún,  su rubor le abarca hasta las orejas.

-Jon-Jongin.- tartamudea.

Su cuerpo empieza a vibrar, seguro de manera involuntaria y a mí me encanta este tipo de acción.

Kyungsoo pone las manos sobre mi torso, su calentura me invade y hace que “mi mini yo” siga creciendo, poniéndose duro.

-Ven aquí.- le digo, le sujeto la espalda y me tiro hacia adelante, sentándome, mi nariz rosa la suya,  y sonrío. Amo los momentos en donde Kyungsoo pierde su coraza y vuelve vulnerable.

Me lamo los labios mirando los suyo, sus manos suben a mis hombros y tiemblan, debatiéndose entre tocarme o no. 

Lo acerco a mí y le robo los labios, para placer mío, Kyungsoo pierde la cordura, sus manos se enredan en mi cuello así como sus labios en mi boca.

No sé si se esté dando cuenta, pero su cuerpo se ondea de una manera deliciosa sobre mí y no puedo evitar moverme también.

Fricción.

Sus manos en mi cabello, en mi cuello, en mi cara, en mi torso, en mi espalda.

Su lengua jugando con la mía. Sus labios entreabriéndose a ritmo conmigo, sus dientes mordiendo mi labio inferior.

Mierda. Que rico.

 

Un beso más, uno en el cuello.

Kyungsoo es muy sensible. Y escucharlo con la respiración entrecortada, dando suspiros o acallando esos pequeños gemidos es lo mejor que podría haberme pasado.

Otro, uno en el hombro.

Mis manos se meten debajo de su polo y juegan con el borde de su bóxer. Cuando mis manos tocan su piel, y su suave trasero entra en contacto con mi piel, su cuerpo se tensa, y para mi sorpresa y satisfacción, se libera dándome un mordisco en el hombro, uno algo rudo, varonil. Existente.

No es como si hubiese estado anteriormente con una hombre,  ero inexperto no soy, eh estado con muchas mujeres, y puedo asegurar sin dudar que ninguna se compara con Kyungsoo, porque con simples toques y besos, estoy muy duro.

Kyungsoo viene a romper todo mis estereotipos y a destruir todas mis ideas de fascinación.

Kyungsoo es lo mejor del mundo. Y ahora, aquí, en este momento. Kyungsoo es mío.

 

 

-Tienes los labios morados.- me dice, y más parece que me ronronea. Su voz juguetona, sus ojos brillosos y su sonrisa perfecta hacen que me enamore.

-Los tuyos también lo están y también hinchaos y yo no digo nada.- le digo, jugando. El ríe.

-¿Está mal?- me pregunta, ladeando la cabeza.

-¿Te gusta?- le digo, el esconde los labios antes de asentir. –Entonces está muy bien.-

Oh, su sonrisa. Cuanta perfección junta.

-¿Más?- me pregunta. Yo río. –Solo para practicar.-

Sonrío antes de besarlo.

Sus labios se enredan con los míos  y de nuevo su cuerpo se ondea cuando mis manos ágiles acarician toda su piel.

 

Me encantan este tipo de prácticas, pero, dentro de poco, todo esto será legal. Kyungsoo será mío. Totalmente mío.

Notas finales:

Muy chiquito, No? 

¿Opiniones? 

Déjemelo saber en sus rw

Ahora sí, se viene la boda c: 

 

 

¡Nos leeremos pronto! 


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