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De Sacrificios y Recompensas Kaisoo/KaiDo por Azul Olivia

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Notas del capitulo:

Lo ven? , Otro capítulo más~

 

Bueno aquí es: 

Lay, yo te invoco!

 

 

Con sentimientos claros, ya estamos empezando a construir la historia c: 

(Yo les dije que esto era bastante laaaargo~)

 

Si lo vemos desde los ojos de Jongin, Kyungsoo cambia, y mucho

 

En fin, sin más que decir, Pasen y lean, bebés. 

 

Pov Jongin.

 

 

-Jamás pensé verte tan blanco.- me dice. Río recordando todo. –Huele a galletas horneadas.-

-Kyungsoo y los niños prepararon galletas. ¿Quieres comer alguna?- le pregunto.

 

Acaba de llegar, con mi auto rojo. Ese que a él tanto le gusta. Su cabello rubio le da un toque juvenil a su rostro, y a sus distraídos ojos.

 

-¿Me ayudas con las bosas, Joven?- me pregunta. Asiento con la cabeza.

-Eh, Yi Xing, deja de decirme Joven, sabes cómo me llamas, ya no trabajas en la casa de mi papá. Ahora eres mi amigo, y vivirás en mi casa. ¿Entendido?-  el me mira y me sonríe.

-De acuerdo. Pero, si  yo te llamo Jongin, tú llámame Lay.- me dice.

-¿Cómo cuando éramos niños?- le pregunto. Él me sonríe y asiente con la cabeza.  -¿Lo recuerdas?-

-He vivido los mejores momentos de mi niñez contigo. ¿Cómo olvidarlo? ¿Recuerdas que siempre bailábamos a escondidas de tu padre? Kris nos ayudaba. El parecía estricto, pero era muy lindo.- me dice, con ojos soñadores. A los doce años, Yi Xing, es decir, Lay, estaba enamorado de Kris. Incluso ahora creo que lo está. Pero, un día, de la nada, desapareció. Y desde ese día, Lay cambió. Se enfermó y todo. Fue horrible.

-Cómo olvidarlo…- susurro.

Lay se ve bastante feliz. Cargando una a una las bolsas con regalos, cada una tiene un nombre apuntado. Es una petición que un niño hizo la vez anterior cuando vino lay, él es el encargado de comprar esas cosas, con mi dinero. Pero lo hace él. Fue su idea, ahora lo hace cada vez que viene. Los niños son felices. Es como darle un poquito de amor que tanto necesitan.

Lu Han y Minseok salen a recibirnos y a cargar algunas bolsas, platican alegremente con Lay, y nos acompañan adentro, dejamos todos los regalos en el patio interno de juegos mientras que los niños están con Kyungsoo, lavándose la cara, quitándose toda la harina y masa de galletas que yo también me debería quitar.

-Me iré a lavar. Lay, ¿Llamo a los niños?- le pregunto, el asiente con la cabeza, entro a la cocina y casi todos están limpios.

 

-Yin-Yin llegó.- digo. Los niños volean a verme y sonríen. Pasan como estampida por mis costados, casi gritando de júbilo. Sonrió con Sorna. Siempre igual.

-¡Con cuidado, niños!- dice Kyungsoo alarmado. Me acerca a él y le despeino el cabello.

-Ellos estarán bien.- le digo. –No es la primera vez. Además, Lu Han, Minseok y Lay están afuera.- me encojo de hombros y me acerco a lavar mis manos, diría que Kyungsoo está totalmente manchado de harina, pero no se nota en su piel.

Tampoco es como si valla a decírselo, porque, bueno… aprecio mi vida.

 

-¿Lay está aquí? ¿Será que lo conoceré al fin?- me pregunta, hay una sonrisa divertida en sus ojos. Suelo hablarle de lay de vez en cuando, y la mayoría de temas de conversación son de ligeras torpezas por parte de mi amigo.

-Sí. Y espero que no te molestes, pero. Vivirá con nosotros. Le ofrecí nuestra casa.- le digo, él se lo piensa y asiente con las cejas juntas.

-¿Por qué?- me pregunta, sin mirarme.

-Técnicamente. Mis padres lo echaron de la casa de Ken.- sonrío al recordar el nombre que le puso Kyungsoo a mi mansión, pero luego entristezco cuando me mira con los ojos dolidos.

-Lamento lo de tus padres.- me dice.

-Oh, Hyung. No.-

-Es difícil no tener el apoyo paterno.- susurra, agachando la cabeza.  –No quiero que tu papá te odie por mi culpa. ¿Por qué me elegiste? No soy un buen… chico.- me susurra, su voz suena temblorosa y cada fibra de mi cuerpo me pide que lo abrace. Y lo hago.

Envuelvo mis brazos alrededor de su cuerpo y lo atraigo hacia mí.

 

Por primera vez en mi vida, Kyungsoo llora en mi pecho. Se aferra a mí con sus manos, abrazándome mientras pequeños gemidos de dolor se le escapan. Odio verlo así. ¿Qué le pasó?

-Kyungsoo. ¿Qué te ocurre? Sabes perfectamente porque te elegí. Porque te quiero. Porque confío en ti. Porque quiero tener hijos contigo, porque me gusta tu carácter. Vamos Hyung, no deberías llorar por esto. No tienes que preocuparte por mí, el dinero jamás me faltará. Te lo juro. El apoyo de mis padre no es tan importante como lo eres tú para mí.- le susurro, al oído.

 

Los ojos llorosos de Kyungsoo me miran, cara a cara. La perfección de sus ojos negros me atrae e hipnotizan. Su rostro tiene una expresión de duda.

-¿En serio quieres tener hijos conmigo?- me pregunta. Le limpio las lágrimas de la cara y le sonrío.

-Claro que sí Hyung.- le digo, peinándole el cabello, él me sonríe.

 

Oh. Qué bonita sonrisa.

 

-Me haré el difícil.- me anuncia. Me rio con sorna al escucharlo. ¿Cuándo ha sido fácil Kyungsoo? ¿Cuándo? Santo cielo. ¿Cuándo?

-Oh, valla. ¿Todo este tiempo ha sido una mentira?- le pregunto. Me da un puño en el hombro, divertido. Se ve radiante de nuevo.

-O, claro que no. No seas bobo.- son estos momentos en donde me siento muy cómodo con Kyungsoo. Eso momentos en donde es él mismo y me deja verlo cono en realidad es, y no como la persona dura que aparenta sr, incluso se vuelve algo infantil y juguetón.  –Jongin. Tengo algo que decirte.- me dice. Me asusto, porque se ha puesto serio de nuevo. ¿Es algo grave? Kyungsoo se separa de mí. Solo un poco. Su cuerpo ya no está apegad al mío ahora solo tiene los brazos apoyados sobre los míos. –Verás… yo… yo…-

-¡Oppa!- la voz de Luna me hace dar un brinquito asustado. Incluso creo que Kyungsoo también salto. -¡Yin-Yin me trajo un unicornio rosa!- me anuncia. Se le ve muy feliz.

Kyungsoo me suelta despacio, sus ojos sobre la pequeña Luna, que ahora nos mira curiosa, y con una extraña sonrisa en la cara.

-Que bien Luna. ¿Te gusta?- le pregunta Kyungsoo, agachándose a su altura.

-Oppa Kyungsoo. ¿Te estabas besando con Inin?- pregunta. Kyungsoo intercambia miradas domingo antes de enrojecer sin piedad y pararse de golpe. Hasta yo creo que me sonrojo.

-No, pequeña, cla-claro que no. ¿Có-como sabes de esas co-cosas?- le pregunta.

-Nonna Lu Han estaba besando a Oppa Min. Yo los vi. Lugo Donghae y hyukkie se besaron.-

-Oh Dios.- veo como todo el aire y el color (El poco que tenía) abandonan el cuerpo de Kyungsoo, y es entonces donde la situación me parece divertida. –No pu-puedo –Cre-e-er- pongo una mano sobre el hombro de Kyungsoo y le sonrío divertido, el me mira con esos ojos tan grandes suyos haciéndome reír.

-Deja que yo me encargo, Hyung.- le digo, el asiente con la cabeza.

-Señorita. Usted y yo debemos hablar de algunas cosas… cuando me lave la cara.- le digo. Ella me sonríe. De nuevo, ese par de ventanitas me saludan.

 

 

 

Estamos sentados en el parque del orfanato.

Yo sentado en el suelo cerca de ella, y ella sentada en un columpio. Ella tiene abrazado a su nuevo peluche de unicornio y de vez en cuando enreda sus pequeños y delgados en la tela del peluche. Se ve realmente feliz.

-Te diré un secreto.- le digo, ella se me acerca interesada. –Pero no puedes decirle a nadie, ¿De acuerdo?- le digo. Ella asiente con la cabeza. Decidida, y coloca su dedo meñique frente a mi cara.

-Por el dedito.- me dice. Rio antes de entrelazar mi dedo con el de ella.

-Le pedí matrimonio a Kyungsoo.- le susurro. Ella se asombra y lleva sus manitos a su boca, ocultando su cara de sorpresa.

-¿Y qué te dijo? ¿Se van a casar? ¿Y se van a dar muchos besitos?- me pregunta.

¿No es muy niña para saber de estas cosas?

-Me dijo que sí. Y nos casaremos mañana. Aquí.- le digo, ella grita y da unas palmaditas, antes de serenarse otra vez, preocupada por si alguien la vio.

-¡Se van a casar!- grita. Feliz. Y luego se entristece. -¿Y luego se irán?- me pregunta. Su cara de dolor es toca el alma. Le acaricio la mejilla antes de dejarle un ligero beso en la frente. Ella suspira. Su rostro de pronto decaído. –Mis papis no me querían, y por eso me dejaron aquí. ¿Tú no me quieres tampoco? ¿Por eso me dejarás?-

-Oh, pequeña. No digas eso.- la cargo y la acuno entre mis brazos, ella abraza con más fuerza aún a su peluche. –No te dejaremos. Si me voy, te llevaré conmigo. ¿Te gustaría eso? ¿Te gustaría que yo sea tu papá? Y Kyungsoo también lo sería. Él te cuidaría, y te querríamos como ahora, e incluso más. Tus papis no te dejaron porque no te querían. Ellos te amaban. Pero, no sabían cómo darte una buena vida, por eso te trajeron para que seas feliz. ¿No eres feliz aquí?-

-Soy muy feliz Oppa. Y desde que conocí a Oppa Kyungsoo y a ti, soy mucho más feliz. Me gustaría mucho que sean mis papitos~- me dice, antes de abrazarme. – ¿Te puedo llamar papi?- me pregunta. Los ojos se me aguan y la apego más a mi cuerpo con cuidado.

-Claro pequeña, dime así, si quieres.- le susurro. Acariciando su cabello.

-Te quiero mucho, papi~- me dice. Se incorpora un poco para dejarme un besito en la mejilla, y luego esconde su cabeza de nuevo en mi pecho. Cierro los ojos y sonrío. Una lágrima cae por m mejilla y la limpio rápidamente. Ser padre es mi gran sueño. Y la pequeña Luna, acaba de cumplirlo, en parte.

¡Soy tan feliz!

-Yo también te quiero mucho, Lunita.- ella me mira curiosa, con sus ojitos brillantes. –Ahora, debemos fingir que te llame la atención. Y no debes decirle a nadie que Kyungsoo y yo, nos besamos. ¿De acuerdo?- ella asiente con rapidez, se pone de pie, y sujeta mi mano.

-No lo diré a nadie.- dice. Divertida.

 

 

-¿Así que se llevan bien?- le digo a Lay, él se ríe asintiendo. Tiene un par de galletas en la mano. Creo que las galletas ya se acabaron.

-Sí. Le enseñe la foto que me diste para recordarlo y todo, y no se molestó.- me dice. Claro, no podría hacerlo, ya le explique que, para que lay recuerde a alguien nuevo,  tiene que verlo infinitas veces.

-Él es buen tipo.- le digo, fingiendo no saber el porqué.

-Le contaste de mí, ¿Cierto?- me pregunta. Asiento con la cabeza mirando hacia abajo.  –No te preocupes. Me gusta cómo me trata. No me trata como a un idiota, pero sí me tiene paciencia. Es un buen chico.- repite.

-Creo que es hora de ir a casa.- le digo. ¿Quieres conocer tu nueva casa?- le pregunto, pasando mi brazo alrededor de sus hombros.

-Claro. Pero, prefiero vivir solo. No es por nada. No me quiero meter en su relación.-

¡Qué alguien le dé una medalla a este tipo! ¡Este es el tipo de pensamiento que debe tener tatuado en la mente JoonMyeon! ¡Este!

-Solo una semana. ¿De acuerdo? Luego yo mismo te buscaré dónde vivir. Además, siempre estás en la calle. No serás molestia.-

-Bien, solo una semana Jongin.-

 

 

Luego de despedirnos de todos y cada uno de los niños,  de Lu Han y Minseok, nos regresamos a casa en mi auto. Pero esta vez, la maneja y yo le doy indicaciones de cómo llegar. Así nos pasamos el camino.

-Kyungsoo. Sube arriba, en un minuto te alcanzo.- le digo, el me asiente y sube, despidiéndose con una sonrisa. –Lay. Debo pedirte algo. ¿Recuerdas esa cuenta en el banco?- el me mira confundido, le quito el cuaderno y le enseño una hoja especial. El la lee y asiente con la cabeza.

-Oh, claro, esa cuenta que está a nombre de Kyungsoo. Sí, ¿Qué ocurre con ella?- me pregunta.

-Quiero que pongas en venta todos mis autos, excepto este, y el negro que tengo guardado en la cochera del edificio. Los demás, tú sabes dónde están. ¿De acuerdo? Anota eso. Vende mis autos. Todos.- el me mira sorprendido, yo asiento.

-¿Seguro? Son tus “bebes”- me dice.

-Sí, hazlo. Y prepárate. Porque venderé todas mis cosas, y acciones, y todo lo que aún lleve mi apellido, empezaré una nueva vida con Kyungsoo. Y sin saberlo, él me mantendrá.- digo riendo. El asiente entendiendo.

-De acuerdo, estaré de vuelta en la noche. Tengo que preparar el trámite de permiso para la boda en el orfanato mañana. Será algo simple Jongin. Una firma y pastel, para los niños. Y también buscar algún traje para ti y Kyungsoo, sé que tengo apuntadas sus tallas por aquí.- me dice, regresando su vista a su libreta. Yo asiento complacido.

 

La, haciendo mi vida más fácil, como siempre.

 

El regresa al auto y yo me giro, para entrar al departamento. Busco el ascensor y cuando las puertas se abren. JoonMyeon aparece.

Trago saliva enfadado.

-Seguiré insistiendo.- me avisa. -Vendré día con día, hasta que se enamore de mi.- le veo la cara.

Uy. Eso se pondrá morado para mañana.

-Has lo que quieras. A partir de mañana todo cambiará. ¿Quieres asistir a nuestra boda? Lo siento. No lo harás. No estarás invitado. Una lástima. Por cierto. Ponte un par de hielos en el ojo.- le molesto.

El sale del ascenso y yo entro, al pasar uno junto a el otro nos golpeamos nada amistosamente con el hombro.

Subo cada piso bufando molesto.

Cuando llego a mi destino las puertas se abren y casi voy corriendo hacia el departamento. Entro y busco a Kyungsoo. Está en la cocina, apuñalando un pedazo de carne.

-Estoy en casa.- le susurro, no es bueno acercarse a él, en este tipo de momento.

-Estoy preparando la cena.- me dice, sin verme. Su tono de voz más agresivo.

-¿Pasa algo?- le pregunto. Él se gira a verme, guao. Está enfadado.

-Suho me besó.- me dice. Siento la sangre de mi cuerpo hervir y aprieto las manos enfadado.

-¿Cómo?- le pregunto. Él se me acerca mirándome amenazadoramente, como si yo tuviera la culpa. Entonces la ira se disipa, en su lugar, entra el terror.

-No es como si no lo supieras. Fui muy bobo al no darme cuenta antes.- me dice. Masticando cada palabra. Valla. En serio. En serio. Está muy enfadado.

-Debí decírtelo. Pero creí que no sería adecuado. Lo lamento.- me disculpo.

-Ya pasó. Olvídalo.- de nuevo su rostro se vuelve confuso. Me hace recordar el momento en el que. Espera un minuto.

-Tú dijiste que querías decirme algo.- le digo. Él se sorprende.

Su cara es un poema.

-Si, bueno. Tú.. yo. Tú dijiste. Ehmm. Yo…-

-¿Qué ocurre?- le pregunto, luego trato de molestarlo. –No me digas que no te bajo la regla. No te preocupes, nos casaremos pronto, la sociedad no tendrá con qué llenarse la boca.- le digo. … ¿Está más pálido?

-¿Quién te dijo?- me dice… -¿Ya lo sabes?- okey. Esa no era la expresión que yo quería…

-¿Qué te ocurre? Estas muy extraño. Solo estoy jugando.- Kyungsoo  respira tomando aire por la boca. Le miro haciendo extraños gentos. ¿Qué le ocurre? ¿Está en sus días? ¿Tendrá algún antojo? ¿Querrá matar a alguien?

-PuedoTenerHijos.- escupe. ¿Qué ha dicho?

-¿Podrías, no sé, repetirlo en español, o de manera más pausada y calmada?- le digo, el… ¿Está sonrojado? Oh. No. Me estoy preocupando.

-Puedo tener hijos.- me dice, ahora sí le entiendo todo, perfecto y claro. Ah, solo eso. Yo también puedo.

-Lo sé, los tendremos. ¿No lo recuerdas? Adoptaremos. ¿Sabes? Hoy Luna me dijo…- y. me interrumpe.

-No digo eso, Kim.- Oh mierda. Dijo Kim. ¡Estoy en problemas! –Digo, que, enserio. Puedo tener hijos. Yo… puedo concebir. Hacer que un niño crezca dentro de mi.-

Ah… eso.

 

Espera. ¿Qué? 

Notas finales:

Qué tal? 

Me dan amor o me lo quitan? 

 

 

Vamos a ver, si a partir de aquí, le siguen teniendo lástima a Suho. 

-Insete sonrisa maquiavélica aquí.-

 

Qué opinan de Lay?  Alguna idea? Algo?

 

ya saben, déjenmelo en sus rw, yo seré feliz de leerlos~ 

 

Nos leeremos pronto! 


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