Pov Jongin.
Frente a mí, mucho más bajita que yo, con un vestido blanco que le cubre desde el pecho hasta un poco más debajo de las rodillas, con un par de zapatos blancos que muy encantada me muestra, luciéndolos, bailando de lado a lado, mientras me sonríe y me mira con sus ojitos brillantes. Me toma de la mano y me pregunta:
-¿Me veo bonita, papi?-
Su cabello negro, suelto por primera vez, le queda hasta un poco más debajo de los hombros, tiene una tiara blanca en la cabeza, con la mano izquierda sujeta mi mano y con la derecha aferra contra su cuerpo ese peluche roa que el regalo lay, y que por cierto, se llama así.
La levanto, cargándola con cuidado de no maltratar su vestido y le sonrío.
-Te vez hermosa, Luna. Res la niña más bonita que eh visto.- me sonríe y me abraza, se ve tan tierna que me es imposible dejar de mirarla.
-Mira papi, Bebé Lay, también tiene un moñito lindo.- me dice, y me enseña el cuello del unicornio que tiene por peluche. Y es cierto, en su cuello, también tiene una corbatita, estilo michí, sonrío arrugando la nariz, esta niña es muy tierna. –Nonna Lu Han se lo regaló, se lo puso en la mañana antes de irse.- me dice, muy feliz.
Oh, Lu Han, ¿Será que ya no me odia?
-¡Inin! ¡Inin! ¡Donghae se cayó! Su rodilla, Au.- la pequeña Amber entra toda alborotada, con un vestido parecido al de luna, solo que un poco más sucio de tierra. Ah, niños.
-De acuerdo, vamos a ver a Donghae. ¿Vienes conmigo Luna?- la dejo en el suelo y la miro, ella me mira arrugando la nariz y la boca.
-No, me voy a ensuciar, y Oppa Min, me dijo que si me ensuciaba no comía pastel. Y yo quiero. Jugaré con bebé Lay aquí, creo que tiene hambre.- me dice, sonrío al oírla, Minseok le dijo eso a todos, pero parece que algunos ya lo han olvidado.
-De acuerdo. Vamos Amber.- la pequeña Amber asiente con efusividad antes de tomarme de la mano y corre, obligándome a ir más de prisa, salimos al patio, a lo lejos puedo ver a Donghae, sentado en el suelo, llorando, a su lado esta Hyukjae y la pequeña bailarina, Hyo. Aunque Hyukjae se ve más preocupado.
-Inin, mira a Donghae.- me die Amber, cuando estamos junto a él. Me agacho a la altura y lo examino, parece que sólo es su rodilla, tiene un raspón algo feo de ver.
-¿Te duele algo más, Donghae?- le pregunto, el me niega con la cabeza, no me dice nada, así que debe ser un dolor serio, por el poco tiempo que lo conozco, cunado llora sin decir alguna palabra, debo preocuparme, y mucho. –Ven aquí.- le levanto estilo princesa, el coloca sus brazos en mi hombro y su cara pegada a mi pecho. Es hora de correr.
Cuando llegamos a la “salita de emergencias” nombre que le puso Minseok a su pequeña enfermería. Lo siento en una camilla, especial para niños, y le levanto el pantalón, para que me muestre su rodilla. Oh, Jesús. Eso está vivo.
Donghae tiene un raspón en toda la rodilla, y como diría Xiumin, “La sangre es escandalosa, cariño, no te asustes.”
-¿Se pondrá bien?- la voz llorosa de Hyukjae me hace entender que está muy preocupado por su pequeño amigo, le sonrío y le despeino el cabello.
-Va a estar bien, ¿Verdad Donghae? Eres muy fuerte.- lo animo, cosas que diría Minseok.
Nunca eh curado a un niño, pero eh visto a muchos niños entrar aquí, eh visto todo lo que hace Minseok, una y otra vez, sé que puedo hacer esto.
Busco gasa, cremas, y algunas más de esas cosas que Minseok usa, esto debe ser fácil.
Unos minutos después, me siento orgulloso de mi trabajo, Donghae tiene un parche de dolor en la rodilla y ya no llora, Hyukjae lo tiene sujetado por la mano, y dejado de preguntar cosas como: “¿Le van a cortar la pierna?” “¿Regresará al mar a vivir como pez, por mi culpa?” “¿Se ha va morir?”; La imaginación de los niños es grande.
-Debemos evitar salir a jugar hoy, solo para evitar más accidentes, ¿De acuerdo, Donghae?- le pregunto, el asiente con la cabeza, le ayudo a bajar de la calilla y automáticamente Hyukjae le pasa una mano por su hombro, ayudándolo.
Uh, estos niños tienen un gran futuro.
Todos están jugando adentro. Hasta la pequeña Luna, Donghae camina despacio y Hyukjae lo ayuda en todo lo que puede. La pequeña bailarina Hyo y Amber platican muy animadas sobre sus vestidos. En realidad, todos los niños están vestidos así. Las niñas, con el cabello suelto, o con una colita, y con vestiditos y los niños un una camisita blanca, una corbata negra y un pantalón negro también. Cortesía de Lu Han, que hace tiempo venía pensando la idea de comprarles esta ropa a todos los niños.
Algunos están más limpios que otros, pero todos se ven muy bien.
-¡Yin-Yin!- corean algunos niños, sonrío al escuchar, cunado mis ojos se encuentran con los de Lay, mi sonrisa se desvanece.
¿Por qué Suho está aquí? Demonios.
Este no es un buen lugar para encontrarme con él, él no debería enterare de este día. Maldición, él no debería estar aquí.
-Jongin, sabía que olvidaba algo, pero ya lo solucioné.- me dice lay, Suho está examinando todo el lugar con los ojos, deteniéndose en cada niño, mirándolo con unos ojos que causan temor a los pequeños.
-¿Qué ocurre, Lay?- le pregunto, mi vos suena molesta y es ahí donde Lay se pone serio.
-Lo lamento, ¿Hice algo mal?- me pregunta, niego con la cabeza, sé que, lay no haría nada malo conscientemente. El jamás me fallaría. –Kyungsoo tiene dos testigos, Lu Han y Minseok.- lay me habla, pero está mirando su libreta, como cada vez que me dice algo realmente importante. –Pero tú sólo tienes uno, yo. Por eso traje a tu amigo, ehh, JoonMyeon. Es necesario tener dos testigos y no sabía dónde encontrar a alguien más para ti. Pensé en buscar al señorito Taemin, pero, aquí especifica que, tiene malos entendidos con Kyungsoo.- me dice, enseñándome su libreta.
Oh, valla, viéndolo de ese punto, yo no tengo amigos.
Mi vida se cierra en Kyungsoo, Lay, Hyuna, mis padres, JoonMyeon, mis “amigos” de oficina y Kyungsoo, nuevamente. Es raro no tener amigos hasta este punto, pero siendo una persona importante, no puedo confiar en cualquier persona. Desde ese ángulo, entiendo el punto de vista de Lay, además, un chico como Lay, es fácil de manipular. Lamentablemente.
-Suho, ¿Podemos hablar en privado?- le pregunto, y por primera vez desde que llegó, Suho fija sus ojos en mí.
-¿Suho?- pregunta Lay, confundido. Busca alguna hoja en su libreta y relee. –Oh no.- susurra.
-Claro.- me dice Suho. Suspiro.
-Niños, quédense aquí, en un momento vuelvo, pídanle a Yin-Yin que les toque la guitarra.- digo en voz alta, los niños sonríen al instante.
-¡Siiiiiiií! Yin-Yin, toca la guitarra~- la voz de luna se nota, ahora todos los niños se acomodan en círculo, alrededor de Lay, este sonríe encantado.
Guio a JoonMyeon a la salita de emergencias, lo dejo sentarse en una camilla y yo me siento en otra. Nos miramos fijamente, y por unos segundos, nadie dice nada.
-Te vez bien hoy.- me dice, me miro, tengo un traje negro entallado, con una camisa blanca que contrasta de una manera bastante bonita y notoria, y solo por hoy, dejé que me peine Lu Han, y hasta ahora no me eh visto y si a ese le añadimos que no eh dormido nada desde ayer, por estar “practicando” los besos que me daré con Kyungsoo, y en la mañana nos separaron muy temprano. Pues la verdad no sé exactamente como me veo.
Es decir. Lay fue el primero en despertar (el único), ir al orfanato, ayudar con la atención a los niños y luego mandar a Luhan y Minseok para la casa, es ahí donde aprovecho Lu Han en peinarme. Solo pude sacar mi traje y mis zapatos, antes de que me echen de mi propia casa. Me vine en moto, a toda velocidad, no es que no confíe en Lay con los niños, pero, son niños, las emergencias ocurren.
-Digo lo mismo.- le imito, debo reconocer que siempre eh dicho que le asienta usar traje.
¿Por qué no ser sinceros? Nada es como antes.
La amistad que teníamos se esfumó al mismo tiempo en cuanto nos dimos cuenta que teníamos un gusto en común: Kyungsoo. Y más que gusto, enamoramiento.
Solíamos pasar las tardes juntos, salir del trabajo e ir a algún bar a tomar unas copas, (sin Kyung, por supuesto, el odia ese tipo de lugares). Pero todo eso se desvaneció. Incluso, se extinguió. No dejamos de ser amigos, pero sí de ser cercanos.
Más que amigo, podía considerarlo hermano. Uno de los verdaderos amigos que están ahí para darme la mano en cualquier momento, como cuando unos abogados se unieron para ponerse en mi contra y casi derrumban mi empresa, con la ayuda de Suho y un amigo suyo, pudo restaurar los valores perdidos, aunque algunas de las acciones pasaron a bando enemigo, pero claro, al estar en la cima de nuevo, volví a comprar mis acciones, ahora, la empresa es totalmente mía. Y nada de eso hubiera pasado si Suho no hubiese estado conmigo.
Ah, le debo tantas cosas a Suho…
Le miro desafiante, y él me devuelve la mirada, ahora que le veo bien, JoonMyeon está maquillado. Porque no es lógicamente posible que tenga ojeras en un solo ojo.
Kyungsoo tiene buena mano, si lo miro bien, incluso está un poco hinchado su ojo izquierdo. Auch.
Cuando conocí a Kyungsoo, el me hizo algo así, pero fue en el ojo derecho. Aprendí salvajemente que no le gusta que le digan “enano”
Creo que Kyungsoo nunca le había pegado a Suho… valla, sí que se molestó ese día.
-Me gusta Kyungsoo. Lo sabes, lo sabe. Lo saben. Y ya pasé por esa faceta de egoísmo, creo que más que amor, estoy enamorado de Kyungsoo, y al estarlo. Busco su felicidad. Parece ser muy obvio que su felicidad eres tú. No sé cómo pasó. De la noche a la mañana ustedes se casan. Quizás si no te hubiese traído del bar es madrugada, nada de esto estaría pasando. Pero creo que, en esta relación, yo soy algo así como su cupido. Así que, aquí estoy hoy. Para ser tu testigo. ¿Sin rencores?- me pregunta.
Mucha información para un solo minuto.
¿Debo creer en las palabras de Suho?
Suho es un buen Hyung.
De actitud pulcra y de etiqueta. Siempre ayudando a las demás personas, siempre con una sonrisa en el rostro apacible que tiene, nunca me ha fallado antes y no digo que lo haga justo ahora pero, si chocamos con Kyungsoo.
Doy un suspiro y cierro los ojos.
Maldición, espero no arrepentirme luego de esta decisión.
-Sin rencores.- le digo, estirando mi mano, él la toma enseguida estrechándola.
-Ven aquí.- me dice, atrayéndome hacia a él.
Nos fundimos en un abrazo a la vez en la que las comisuras se levantan. Extrañaba mucho este tipo de amistad, en donde no tengo miedo de expresarme como soy, decir lo que pienso o hacer cosas que el resto de gente no hace porque sí. Suho es uno de los amigos que vino a mi vida y jamás se fue. Su amistad se solidificó de una gran manera, y arece que vamos a restaurar los lazos de amistad que habían quedado sueltos.
-Muy bien, novio. ¿Estás nervioso? Estás a punto de firmar un pacto con el diablo. ¿Seguro de esta decisión?- me pregunta, bromeando. Sonrío.
Siempre hemos molestado a Kyungsoo por su carácter. No cuando está tranquilo, sino, cunado está molesto.
Cuando está molesto, Jesús. Sálvese quién pueda.
-Muy nervioso. Nunca pensé casarme.- le confieso, ambos nos sentamos en una camilla y nos miramos sonriendo.
-Es cierto, cuando hablaste de matrimonio esa noche, más que risa me causo asombró. Nunca pensé que te casarías, es decir, sí. Con Hyuna, pero tú querías casarte para tener un hijo. No porque la amabas, y por mucho que lo intentaste, se notaba a leguas que ella era un gusto tuyo. Nada más que eso.- me dice, tuerzo la boca al oírlo.
-Me fijé en ella porque me pareció preciosa. Y porque es muy blanca. Tenía como capricho que mis hijos sean blancos, muy blancos. Como…- le digo, el entiende, pasa saliva y me mira. Luego achina los ojos. Ahora dirá algo que me dolerá. Lo sé, lo presiento.
-Todos queremos mejorar nuestra raza, Jongin. Si te hubieses fijado en una chica bronceada, tus hijos hubieran salido como el carbón. Heredando netamente tu color.- su risa resuena en la pequeña salita y yo junto mis labios en una línea. Estas son el tipo de bromas que le encantan a Suho, esas donde resalta mi color. Y yo puedo contraatacar con su altura.
-Deberías casarte con una chica de metro ochenta. ¿Has visto a la secretaria de Sehun? Ella sería buena para ti.- le digo. El me mira con odio fingido.
-¿Soo Young? Sí, es bastante bonita. Voy a empezar a cortejarla.- ambos reímos a la vez, a todo pulmón y achinando los ojos hasta casi ocultarlos.
Ah, como extrañaba yo estos momentos.
-¡Papi! ¡Papi!-
-¡Oppa Inin!-
Las voces de mi niña y la pequeña bailarina suenan, casi alteradas, fijo mi visión en ellas, tratando de regularizar mi respiración, y ellas hablan a la vez.
-¡Oppa Kyung está aquí!- vocean.
Me paro de golpe y ellas dan saltitos encantadas, aplaudiendo con las manos, mirándome risueñas, como si acabaran de ver que están regalando sus juguetes favoritos.
Hyo me toma de una mano y Luna de otra, me cas arrastran hacia afuera, yo solo puedo sonreír.
-¿Estás preparado, Jongin?- Lay entra, con una libreta en la mano y un lapicero en la otra, me mira risueño, pero sus ojos parpadean al ver a Suho.
-No te preocupes, todo está bien.- le digo, él sonríe de forma tranquila, esas en donde se ve muy, muy relajado y tu cabeza vuela y puedes llegar a pensar cosas que no son.
-Hey, niño rico no tan rico.- Lu Han entra, llamando la atención de todos. Como siempre. –Te eh traído al segundo hombre más guapo del mundo, así que, si le pasa algo te mataré yo mismo, y sabes que no dudaré en hacerlo.- me dice, su tono de voz tan despreocupado me alerta, Lu Han es el tipo de chico que suele pecar de sincero. Y eso a veces asusta.
-Vamos niñas, serán las damitas de honor, vengan.- Lay se lleva a las niñas, que bailando se van tras de él.
-Hey, Jongin.- me llama Suho, a mi espalda, Lu Han se mueve tras una de las camillas, seguro buscando algo.
-Dime.-
-No eh podido evitar fijarme en esa libreta que tiene Lay, ¿Qué es?- me pregunta, me encojo de hombros.
-Técnicamente, tiene mi vida ahí. ¿Por qué lo preguntas?- sus ojos divagan un poco y ¿Se tornan un poco más oscuros?, valla, no haber dormido me está pasando factura.
-Solo curiosidad. Lay me parece un chico muy guapo.- susurra, luego me mira, sonriendo de nuevo, pero, hay un no sé qué en sus sonrisa, que no me gusta. –Necesito ir al baño. ¿Dónde?- me pregunta. Le señalo la salida, y él mira en esa dirección.
-De frente, hacia la izquierda, antes de llegar al patio.- le digo él me sonríe y casi corre.
-De acuerdo, gracias. Nos vemos en un minuto, novio.- se burla antes de desaparecer.
Doy un suspiro riendo. Ah, mi amigo.
-Hey, cabeza hueca.- Luhan me da un susto de muerte, me había olvidado que estaba aquí.
-Tan tierno.- replico. El ríe. Pero su sonrisa no llega a sus ojos, es más, está muy serio. Muy, muy serio.
-Ese amigo tuyo. No confíes en él. Eh visto esa mirada antes, y no trae ninguna cosa buena.- me dice. Su rostro serio no me deja dudar, no desconfío de Suho, pero tampoco digo que sea un santo. Lu Han solo me advierte, como buen amigo.
-De acuerdo.- le digo. –Gracias.- su mirada se vuelve rebelde de nuevo. Al fin puedo respirar tranquilo.
-No me des las gracias, niño rico. Ahora, mueve el culo, que tienes que esperar al segundo hombre más guapo del mundo.- me dice, mi cuerpo vibra sin poder evitarlo. El medio se burla de mí, pero, la mirada que me dirige, me transmite tranquilidad. –Todo saldrá bien.- me dice, poniendo una mano en mi hombro.
Ah, voy a casarme con Kyungsoo.