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"Seed of Life" por William Michaelis

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Notas del fanfic:

Tematica de drama, angustia, y romanticismo.


Orca x Tiburon Orca (?)

Tan lejos, y tan cerca.

Miraba a mí alrededor,  miraba como sonreía a su lado, al lado de una persona que no era yo.

“Sousuke” Dijo mi nombre, captando de inmediato mi atención, lo mire, inexpresivo, mi vista la desvió a su brazo, pasa por los hombros del pelinegro a su lado. Siento como todo mi mundo se derrumba con sus sonrisas, y sus palabras.

¿Se había recuperado en tan poco tiempo?

“Haru, y yo, nos casaremos.” Dice, para después darme una invitación a su boda, temeroso, la tomo en las manos y la leo, ‘Rin Matsouka y Haruka Nanase, tienen el placer de invitarle…’ Lo miro aun vacilando en lo que le diré, años callando el sentimiento. Años en que no le dije nada, ahora, se casara, con alguien que no soy yo.

Haciendo mi pensamientos a  un lado, lo abrazo de manera amigable, siento mi corazón morir. Sin quererlo termino derramando saladas  gotas de agua, ensuciando su camisa. Lamentaba todo, haber callado el sentimiento desde años atrás.

“Te pido que lo hagas feliz, Nanase.” Digo cortante para guardar la carta en el bolsillo. Ambos se miran felices, y después reciben una llamada, uno de los antiguos amigos de Iwatobi. Sus amigos, me retire sin decir nada, sin si quiera avisar mi ida.

Me sentía tan frustrado, tan infeliz. Había perdido a la persona que amaba, y a la que nunca podría ver de la misma manera. ¿Qué sentido tenía seguir con vida entonces? Si nunca iba a despertar con él, ni en su mismo lecho.

¿Debería de asistir a su boda, y después suicidarme?

Que estúpido, corromperse por emociones vánales.  En un momento dado, este dolor se convirtió como el insoportable dolor del hombro, por instinto lleve la mano a la zona afectada. Era estúpido.

En un momento mire a los alrededores, estaba en un parque, tenía poco tiempo viviendo en la región de Tokio, pero que más daba, nunca he tenido sentido de la orientación.

Miraba directamente a unos críos jugar en los charcos de lluvia. Ahí estaban, de la mano de sus padres, “felicidad”, logré pronunciar entonces seguí con mi trayecto.

Si bien había perdido la noción del tiempo, no sabía qué hacía en una zona tan peligrosa como lo era Tokio, y no por el índice de crímenes, sino por la sobrepoblación.

Que más daba, escuchaba el motor de los autos y a todos los transeúntes, aunque, hubo un momento que todo ceso, al llegar a mi apartamento, ahí, estaba empapado en fría lluvia, estaba adolorido y molesto.

La primera vez, ¿Cómo fue? ¿Cuándo nos vimos?

Lo recordaba, me había confesado a él, al dejar la preparatoria Samezuka, era idiota incluso hacerlo, planeaba que fuera mío a toda costa, pero, no lo fue.

“Sousuke, te apreció, te quiero como mi hermano, pero Nanase y yo estamos saliendo.” Así era, podía ver pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos, por un momento logre pensar si él se sentía de la misma manera que yo lo hacía. Si el sentía el dolor que esas palabras me provocaban.

Los sentimientos a flor de piel, lo abrazaba, y lo consolaba, él tenía razón, y nunca se callaba conforme a Nanase, lo debía de suponer. “Te lo iba a decir pero, no había encontrado la situación perfecta.” ¿Perfecta?

Soy masoquista.

Le sonreí como pude, tal vez no fuera su amante, pero aún conservaba el lugar de mejor amigo.

Ah sí, ahí estaba, tumbado en el sofá del apartamento, llorando mares, con un dolor inexplicable en el pecho.

Estaba ahí. De un momento a otro deje de ser un ser viviente.

Tome un portarretratos de la mesa al lado del sofá, tome la foto, los tiempos en Iwatobi. Nanase estaba en la foto, al lado de Rin, y su amigo, ¿su amigo? Tachibana…

Seguro estaría igual de dolido que yo, era inseparable del pelinegro.

Justo como yo era con Rin. Fruncí el ceño y rasgue la foto, entonces, quedábamos Rin y yo.

Asi era como las cosas debería de ser. Era absurdo, era estúpido. Era obvio que él no sería mí.

Y así, me sumí en mi misericordia, entre llantos ahogados y dolor. No supe cuando acabe dormido en el sofá, tenía bastantes llamadas perdidas, y mensajes también, la mayoría eran de Rin.

¿Perdí la noción del tiempo? En mi propio dolor.

Tenía un último mensaje en el buzón de voz del teléfono. Era Rin, de tan solo dos minutos de antelación. “Sou, ¿Dónde te metiste? No has venido a la universidad por varios días, Yo, trate de ir a tu apartamento ayer y todo estaba cerrado, no quise molestarte. Solo, quiero saber si estás bien, saliste corriendo de nuestro apartamento, sin ni un adiós... Yo- Yo te quiero Sousuke, solo quiero saber si estás bien. “¿Me quería? Demasiado para olvidar que yo lo quería con todo mi corazón. Que lo necesitaba.

Nuevamente otro mensaje, era de Nanase. “Yamazaki, Rin está preocupado por ti, al menos repórtate. “ Decía. ¿Cómo se atrevía?

¿Cómo se atrevía a si quiera hablarle? Mire de nueva cuenta el teléfono y solo respondí a Rin: “Estoy bien”

Me levante del sofá y fui a arreglar unas cosas para salir, quizá tomar un descanso, hasta la afamada boda. Sería lo mejor.

Que ridículo, y aún pensaba en asistir, si no lo hacía por ellos. Al menos lo haría por Rin.

Entre a la ducha y recordaba certeros toques que había tenido con Rin, era por lastima, ahora lo recordaba, o cuando habíamos bebido de más.

Suspire y lleve una mano a mis labios, el sentimiento aún permanecía, lo sentía, en ellos sentía ese cálido beso que alguna vez me había dado. Y ese beso me había hecho falsas esperanzas, idiota. Y por sobre todo, le creí.

Era de noche, hambriento a más no poder fui a la nevera, nada bueno.

Ni nada comestible, a más de mantequilla… y algunos vegetales que estaba seguro tendrían una eternidad.

Estúpido. Olvide comprar las cosas.

Solo quiero una respuesta a todo este martirio.

Tome la chaqueta y me dirigí hacía la puerta, deje el celular en casa, solo tome las llaves y el dinero. No tendría que preocuparme por más.

¿En fin, quien se preocuparía por mí?

 


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