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Quiéreme tal como soy (CHENMIN) por Moekare

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Notas del capitulo:

Halla!!!

 

Les debo una enorme disculpa. Siento de verdad la tardanza pero en estos últimos meses pasé por varias cosas, comienzo del segundo semestre, desmotivación y pos volví a bailar de Sushito- porque sí, estaba en un grupo de EXO xD- Asique se me hizo dificil retomar los fic.

Pero he vuelto. Espero que si todavía hay personas que siguen el fic, de verdad disfruten el capítulo y sigan apoyando la historia T^T. En serio lamento demorar, pero igual les tengo una buena noticia. El fic lo tengo bastante abanzado, probablemente tenga tres capítulos más terminados y he decidido hacer un total de 10 capítulos, aprox,por lo tanto, tenemos historia para rato (?) okno jeje. 

La idea es que el fic este acabado para finales de noviembre - o almenos eso quiero-

Bueno, les dejo leer ~~

Viernes por la mañana, Minseok descansaba a un lado de Luhan luego de que el profesor de gimnasia abandonara la cancha.

 

— ¿Quieres ir a ducharte? —Luhan preguntó.

 

Minseok sacudió la cabeza como queriendo alejar todo el sueño que de pronto tenía, se limitó a asentir y enderezándose, cogió sus cosas del suelo para juntos caminar hacia los camarines.

 

— ¿Crees que podamos pasar antes por la cafetería? Tengo demasiada hambre y dudo que mi estómago aguante hasta el almuerzo.

 

Con pereza, accedió a la petición de Luhan  siguiéndole de cerca mientras iba removiendo cosas dentro de su bolso.

 

—Lu Ge— le llamó.

 

Luhan dejó de avanzar volteando en su dirección. Entre sus manos, Minseok tenía un alfajor que muy amablemente le ofreció.

 

— ¿En serio me lo das? —preguntó queriendo asegurarse.

 

—Tómalo, de todas formas no pensaba comerlo.

 

Sin pensarlo demasiado, Luhan cogió el dulce devorándolo casi al instante, Minseok simplemente sonrió continuando su camino hacia el camarín.

 

—Ya es la cuarta vez que me regalas tu colación, ¿estás haciendo dieta? — bromeó Luhan. Pero cuando la expresión de Minseok mostró nerviosismo, supuso que quizás estaba en lo cierto—Minnie, ¿de verdad estás a dieta?

 

— ¡No! —Minseok exclamó inquieto—yo…bueno, sólo intento dejar los dulces—confesó—Omoni todos los días me da de los pasteles que vende en la cafetería. Si los rechazo, probablemente se sienta mal.

 

—Y todo eso dificulta tus intentos por bajar de peso, ¿o no?

 

Minseok asintió.

 

—Hace un tiempo realmente no me importaba lo que otros pensaran de mí,  estaba a gusto conmigo mismo, me sentía bien. Pero últimamente…cuando me miró en el espejo, no me gusta lo que veo y es frustrante. ¡Duele, Lu Ge! No sé qué hacer—sollozó.

 

El pecho de Luhan dolió, le angustiaba ver a Minseok sufrir. Con delicadeza rodeó su cuerpo y lo atrajo hacia un abrazo cálido y protector. Esperó a que el chico se calmara y luego apartándose sólo unos centímetros, le ayudó a secar sus lágrimas brindándole una bonita sonrisa que en seguida Minseok correspondió.

 

—Minnie, está bien querer estar a gusto con uno mismo pero quizás estás haciendo las cosas mal. Si evitar los dulces no te hace feliz deberías buscar otra solución—le aconsejó.

 

Minseok volvió a asentir como niño a quien sus padres regañan.

 

— ¿Pero qué otra cosa puedo hacer?

 

Luhan frunció el ceño pensando, alguna idea debía ocurrírsele para ayudar a su amigo. De pronto recordó el club de fútbol al que se unió la semana pasada, quizás si Minseok se unía podrían ejercitar juntos. Sin darse cuenta, comenzó a sonreír de formar perturbadora haciendo que algunos estudiantes le  quedaran viendo con extrañeza.

 

—Ummm…Lu Ge—llamó Minseok.

 

Luhan volvió a prestar atención en él, causándole un susto al momento de agarrarle por los hombros para acercarlo a su rostro.

 

—Tengo una idea, Minnie—susurró.

 

 

Bien…Minseok podría irse preparando para cualquier cosa.

 

 

 

*****

 

 

 

 

Cuando JongDae terminó sus clases, cogió sus cosas lo más rápido que pudo  y salió de la sala sin siquiera despedirse de Sehun y Jongin.

 

Después de su encuentro con Minseok el miércoles, había decidido intentar acercarse a él, y que mejor forma que a través de los gatitos que aquel día le ayudó a cuidar.

 

Corrió cuesta abajo hasta llegar a la pequeña pasarela donde se encontraba la caja con los mininos. Dejó su mochila a un lado sacando del interior algunos juguetes que había comprado para los gatitos el día anterior. JongDae de alguna forma había logrado encariñarse con los pequeños animales.

 

Mientras esperaba a Minseok, se dedicó a jugar con ellos, también se encargó de limpiar la caja reemplazando las mantas sucias por unas limpias. Estuvo en eso por alrededor de 20 minutos hasta que la inconfundible silueta de Minseok se hizo presente a lo lejos, pero no venía solo, JongDae reconoció el rostro de Luhan a un lado del pequeño chico.

 

Sin darse cuenta, algo en su interior comenzó a molestar, una sensación desagradable que le hacía sentir ganas de ir y reprochar a Minseok por tardar y no venir solo – además de las ganas de golpear Luhan en el rostro-. Pero JongDae jamás podrían comprender que aquella sensación no era más que el reflejo de los celos que el chino le hacía sentir cada vez que estaba cerca de Minseok.

 

De un momento a otro, su mal humor creció. Agarró sus cosas y cuidandose de no ser visto, se escondió tras la pasarela, sintiéndose avergonzado por su cobarde actitud, aunque prefería ser un cobarde antes de tener que admitir frente a los otros dos su interés por Minseok.

 

—Oh, vamos Minnie, definitivamente debes aceptar.

 

“Minnie”, y el revoltijo dentro de su estómago creció más, junto a las ganas de vomitar sobre el verde pasto de la pequeña plaza- y Luhan, claro-

 

Minseok frunció el ceño a Luhan, sus labios se abultaron en un pequeño mohín mientras se agachaba a saludar a los mininos.

 

—Lu Ge, he dicho que no, por favor no insistas— pidió esta vez regalándole una bonita sonrisa a los gatitos que muy felizmente comenzaron a lamerle las manos.

 

Un gruñido salió de los labios de Luhan antes de que se sentara junto a él para también acariciar a los felinos.

 

JongDae por su parte, intentaba contener los impulsos de ir y golpear a Luhan por estar coqueteando de forma tan descarada con Minseok aunque también se sentía curioso de su conversación.

 

¿Qué era eso que tanto Minseok se negaba a hacer? ¿Por qué Luhan no dejaba de insistir?

 

Sin duda tendría que quedarse para averiguarlo…y para no ser descubierto.

 

 

 

— ¿Y por qué eres tan negativo? Ni siquiera lo has intentado y ya te muestras reacio a lo que podría ser una buena oportunidad— reprochó Luhan.

 

Minseok tenía la vista fija en el pequeño gatito que muy entusiasmado bebía de la mamadera entre sus brazos. ¿Cómo hacer entender a Luhan?

 

Volvió a fruncir el ceño negando, él era malo en deportes, jamás podría igualarse a Luhan.

 

—Soy el peor alumno en gimnasia, ¿en serio piensas que podré hacerlo bien en Fútbol?

 

Sus ojos se clavaron en los del rubio, estaba molesto, pero no con Luhan, más bien consigo mismo por ser tan débil y torpe.

 

JongDae tenía razón.

 

Minseok sintió el calor de la mano de Luhan sobre su hombro. Volteó a mirarle notando la flamante sonrisa del chino sobre su persona y supo entonces, que jamás podría pelear contra Luhan porque era incluso más testarudo que él mismo.

 

—Prometo estar a tu lado en todo momento, confía en mí, tal como yo confío en ti.

 

Minseok no podía verse en ese momento, pero estaba completamente seguro de que sus mejillas estaban igual de rojas que dos tomates cherrys. Bajó la vista sintiéndose avergonzado y entre pequeños susurros logró dejar salir un “gracias” a Luhan.

 

Luego de su pequeña conversación/discusión sobre si debía o no entrar al club de futbol, procedió a limpiar la caja de los mininos pero su sorpresa fue grande al notar que ya estaba limpia.

 

—Lu Ge, la caja fue limpiada— dijo, materializando sus pensamientos en palabras.

 

Luhan, echó un vistazo a  la caja comprobando lo que acababa de decir.

 

—Sí, tienes razón.

 

—Y estoy seguro de no haber comprado estos juguetes— agregó alzando un pequeño dinosaurio que estaba oculto entre las mantas.

 

 

 

Del otro lado de la pasarela, JongDae se removía nervioso con temor a ser descubierto. La sombra de Minseok moviéndose de un lado a otro aumentó sus nervios obligándole a hacerse un ovillo. Si el chico le veía, jamás podría explicarse, mucho menos con el metido de Luhan presente y de seguro sus planes para acercarse al pequeño de mejillas regordetas, se verían totalmente arruinados.

 

—Bueno…hay muchas personas que cuidan de los animales que son abandonados. Quizás no eres el único pendiente de este par de gatitos.

 

Minseok abrió los ojos asombrado, Luhan podría tener razón y si había alguien más cuidando de los pequeños gatitos, su trabajo se vería notablemente disminuido. Minseok debería estar feliz, pero la sola idea de un día llegar y no ver a los mininos bajo la pasarela, le hacía sentir sumamente triste y solitario. Inconscientemente se vio haciendo un puchero que hizo a Luhan reír.

 

—No te pongas triste, no creo que esa persona tenga las intenciones de arrebatártelos—  le aseguró Luhan.

 

La expresión de tristeza de Minseok se posó en el rostro del chino quien inmediatamente corrió el rostro sintiendose un poco avergonzado, y es que Minseok era sumamente lindo y adorable cuando hacia ese tipo de expresiones. La vista del pequeño volvió a posarse sobre los gatitos y con resignación, dejó salir un suspiro. Acomodó nuevamente a los felinos dentro de la caja dispuesto a marcharse en compañía de su amigo, cerciorándose de que nada les fuera a faltar.

 

 — ¿Crees que le agrade a tus padres? —preguntó de pronto Luhan.

 

Minseok sonrió.

 

—Por supuesto, serás el primer amigo que les presente. Omoni estará encantada contigo.

 

Los ojos de Luhan brillaron. Esperó a que Minseok se pusiera de pie para rodearle los hombros con el brazo y así comenzar a caminar juntos hacia la cafetería de los padres de éste.

 

—Soy muy encantador, haré que tu madre me ame—musitó muy seguro de si mismo.

 

Minseok simplemente negó. Se dejó arrastrar por Luhan riendo de sus ocurrencias cada vez que abría la boca. Pero antes de que abandonaran la plaza, pidió a Luhan que esperase y volvió con los gatitos dejándoles otro par de mantas para la noche. Removió las cosas para cubrirles, descubriendo entre las mantas lo que parecía ser un anillo, aunque no pudo estar seguro hasta lograr sacarlo de la caja. La bonita joya de oro brillaba con el reflejo del sol mientras Minseok minuciosamente la observaba. Miró el grabado en su interior, en ese instante sus ojos se abrieron desmesuradamente, el nombre de “Kim JongDae” apareció ante él. Sintió como el nudo en su estomagó comenzaba expandirse, calor invadiendo su cuerpo. Dio un vistazo alrededor esperando encontrarlo o que apareciese de algún lugar. Sus ansias de verle eran igual al miedo que esto mismo le provocaba. Escuchó la voz de Luhan llamarle, con cuidado guardó el anillo en el bolsillo de su pantalón escolar y se levantó volviendo a su lado al instante.

 

Su corazón no dejaba de latir, ¿por qué JongDae se empeñaba en mantenerse dentro de él? De esta forma, difícilmente podría olvidarlo.

 

Al momento en que él y Luhan abandonaron la plaza, JongDae salió de su escondite volviendo a respirar con tranquilidad.

 

Secó su frente y mejillas sintiendo como poco a poco su pulso volvía a la normalidad, luego arregló su uniforme y cabello, y partió rumbo a su hogar no sin antes haber dado un último vistazo al par de felinos que minutos antes habían sido cuidados por el muchacho de mejillas regordetas quien  había comenzado a invadir su mente en las últimas semanas.

 

JongDae probablemente estaba igual de perdido que Minseok.

 

 

 

 

 

*****

 

 

 

 

— ¿Por qué estamos un sábado por la mañana tiritando de frío, viendo como JongDae intenta controlar un balón de fútbol? — preguntó Sehun con la voz entrecortada mientras intentaba darse calor abrazando su cuerpo.

 

Sus ojos y los de Jongin miraban fijos la silueta de JongDae ir de un lado a otro con la pelota entre las piernas.

 

—Porque somos sus amigos—respondió Jongin—…y porque disfruto verle caer.

 

Ambos rieron al momento de ver a JongDae golpear su rostro contra el pasto, y es que el chico era un caso perdido si de fútbol se trataba, pero nadie podría hacerle entender aquello porque primero, JongDae era muy testarudo, y segundo, su ego era tan grande que de alguna u otra forma se las arreglaría para conseguir dominar el balón aunque fuese sólo una vez.

 

Los dos continuaron disfrutando del espectáculo que éste último les brindaba hasta que el mismo JongDae decidió que ya era suficiente de humillación pública por el día.

 

Limpiándose la camiseta se encaminó hacia ellos con el balón en sus manos. Jongin le ofreció una botella de agua más una toalla con la que secó  su rostro y  cuello.

 

— ¿Ya te has dado por vencido? —soltó el moreno no pudiendo aguantar reír.

 

JongDae le miró con el ceño fruncido. Quería patearle por burlarse de él pero prefirió no armar un alboroto y dejar que sus amigos se bufaran todo lo que quisieran, después de todo, él también se reiría si estuviera en su lugar.

 

— ¿En serio piensas que me rendiré tan fácilmente?

 

Sehun bufó.

 

—Ya dinos de una vez por qué tanto interés en aprender a jugar fútbol, los tres sabemos lo mucho que detestas los deportes—exigió saber.

 

Claramente, JongDae les ocultaba algo, lo cual no era normal. Todos eran buenos amigos, entre ellos jamás habían secretos, bueno, probablemente sí, pero secretos demasiado personales como para estar comentándolos sin cuidado. De todas formas, Sehun sabía que el secreto de JongDae no podía ser tan confidencial.

 

—Sehun tiene razón, no eres un “genio” si de deportes hablamos, más bien…eres todo lo contrario a “habilidoso” en deportes. Tus dos piernas izquierdas te hacen rodar por el suelo cada vez que llegas a tocar la pelota y probablemente podríamos utilizar tu nombre como sinónimo de torpe, lento, inútil, ya sabes algo así como, “Hey, deja de jugar con ese balón y haz algo con tus piernas, no seas JongDae”, o “Creo que hoy amanecí JongDae para las prácticas” o…

 

—Está bien, entendí—interrumpió cubriéndole la boca, molesto—No hay un interés oculto de por medio, sólo quería intentar mejorar en algún deporte y así ustedes no estén molestándome en los recesos.

 

 La voz de JongDae salió firme y segura, pero Sehun percibió un pequeño brillo de mentira en sus ojos. De todas formas, decidió dejar de interrogarle y se fijó en las manos de éste cogiendo nuevamente la botella.

 

— ¿Qué ha pasado con el anillo de tu abuelo? —preguntó curioso.

 

JongDae gruñó con fastidio.

 

—Lo he perdido.

 

Sehun miró a Jongin extrañado y éste le devolvió la mirada para luego ambos mirar a JongDae. Bien, claramente algo no estaba bien con su amigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Eso ha sido todo por hoy!

Estaba pensando actualizar el Domingo (?), espero que me den sus opiniones y mientras mas se hagan presente, más rápido pienso actualizar, es un compromiso que hago con ustedes.

De antemano, muchas gracias por los comentarios y por leer ~~

 

Saludoooos~~


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