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Quiéreme tal como soy (CHENMIN) por Moekare

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Notas del capitulo:

-Aparece lentamente-

 

En serio, les debo una disculpa enorme por esta desapareción de 6 meses- si es que no es más-

Ahora estoy subiendo esto desde la U asi que no me voy a alargar en dar explciaciones, quizás en el próximo capítulo.

Por ahor sólo vuelvo a pedir disculpas y ojala aun estén esperando este fic T^T.

 

Lean~~

 


 


 


Luego de toda una semana siendo ignorado, el ánimo de JongDae pasó de lamentable a “no me jodan porque los mato”. Minseok estaba haciendo hasta lo imposible por no toparse con él ya sea en las horas de escuela como en las tardes. JongDae había desistido  de intentar hablarle cuando ambos se encontraban en la plaza, de hecho, optó por ir a ver a los gatitos en horarios distintos a los de Minseok.


Así inició el invierno sintiéndose realmente miserable y enfermo, porque sí, lo único que logró  fue coger un resfriado que le tuvo en cama todo el fin de semana.


Jongin y Sehun lucían preocupados por él- bueno, al menos Jongin ya que Sehun solía tener la misma expresión todo el tiempo-


JongDae jamás se había odiado tanto en la vida. Intentó seguir la entusiasta conversación de Jongin pero su mal humor le estaba jugando en contra .Sehun no contaba, su atención se dirigía únicamente al celular que sostenía entre sus manos y que muy ágilmente atendía cada vez que un nuevo mensaje le llegaba.


De seguro se mensajeaba con alguna chica que conoció por ahí.


 


— ¡Yah, JongDae! No me estás poniendo atención—reprochó Jongin.


Con mucho esfuerzo, JongDae giró el rostro en su dirección, ni siquiera se molestó en ocultar su expresión de enfado.


—Jongin, en sedio…—se detuvo a sonarse— en serio estoy haciendo un esfuerzo por no tirarte la almohada en la cabeza. ¡Estoy enfermo, cansado y con un humor de perros!, ¡En serio no grites!


 


Jongin hizo una mueca un poco herido por sus palabras. JongDae llevaba días siendo insoportable y él como buen amigo había hecho de todo para animarle, pero ya no sabía que más hacer. Quería  de vuelta al JongDae de siempre, ese que reía a diario, tarareaba todas las horas de clases y al que le gustaba bromear con lo que fuera.


Se dejó caer a un costado de la cama dispuesto a poner término a toda esta situación de “mierda” que ya le había provocado un  tic nervioso en el ojo similar al de Chanyeol, un chico muy sociable del curso de KyungSoo, y al que odiaba precisamente por ser el mejor amigo de su Hyung favorito. Pero volviendo al tema principal, si JongDae quería comportarse como idiota, pues que lo hiciera pero al menos tendría que darles una buena explicación.


—Escucha, JongDae— comenzó, acomodándose de manera que el chico no pudiera evadirle—Nosotros hemos hecho de todo esta semana para poder subir tus ánimos sin siquiera haber pedido explicaciones de tu parte, pero ¿qué hemos recibido a cambio? Miles de reclamos, sin contar todas la veces que nos has dejado plantados.  ¿No crees que estás comportándote como un verdadero imbécil?  Sehun y yo tenemos derecho a saber qué diablos te sucede, somos tus amigos ¡Rayos! –Exclamó poniéndose de pie fastidiado. Dejó salir un suspiro cansino antes de volver a enfrentarle — Si luego de esto decides seguir con esta actitud… bien, adelante, hazlo, pero yo no estaré como perrito faldero tras de ti.


JongDae ni siquiera tuvo  valor de alzar el rostro. Sabía que Jongin tenía razón si hasta Sehun había dejado el celular a un lado para prestar atención.


Finalmente  se resignó soltando un suspiro que acompañó con una mueca.


—Bien—respondió—les contadé.


Jongin tomó lugar a un costado viendo a JongDae que aun sintiéndose algo reacio, suspiró y  sonó su nariz por trigésima vez antes de comenzar con su explicación procurando hablar lo más entendible posible.


 


—Sucede que…hace unos meses he comenzado a hablar con Minseok.  Si, ese Minseok—aclaró al ver la duda en los ojos de Jongin—nosotros nos hemos encargado de cuidar a un par de gatitos sin hogar. Al principio, pensé que Minseok era sólo agradable y que por eso me gustaba pasar el tiempo con él, pero luego comencé a sentirme extraño, sentía ansias de estar junto a él y mi pecho se contraía cuando Luhan estaba a su alrededor sonriendo y tocándole...—gruñó entre dientes, sin notar que no había sido el único en la habitación con dolor de estómago al escucharle decir aquello— y entonces…comprendí que estaba celoso porque Minseok me gustaba demasiado y ahora no sé qué hacer porque estoy seguro que no sólo me gusta, más bien, creo estoy enamorado de él y no puedo hacer nada al respecto porque en estos momentos Minseok me odia y me evita en todo momento porque fui un idiota que no supo apreciarlo a tiempo, un idiota que se burló de él sin conocerle, un idiota que lo menospreció e insultó a sus espaldas y yo…—se dejó derrumbar sobre la almohada boca abajo ocultando su entristecido rostro.


Jongin le miró con tristeza antes de acercarse para palmearle la espalda en señal de apoyo.


—Estoy realmente sorprendido.


Ambos dirigieron sus miradas hacia Sehun quien de pronto había decidido hablar.


—A mí me sorprende que te sorprenda—agregó Jongin—en realidad no. Estás tan ensimismado en tu propio mundo y ahora en tu celular que ni cuenta te debes dar de lo que ocurre a tu alrededor.


Sehun bufó sintiéndose ofendido. Volvió a coger su celular que había dejado a un lado e ignoró a sus amigos para volver a sumergirse en su “mundo”.


Viendo que claramente el chico inexpresivo no iba a ser de gran ayuda, Jongin se vio obligado a intervenir de alguna forma para apoyar a su amigo quien parecía estar a punto de desmoronarse.


—Bien…creo que al ser el único que ha tenido experiencias previas, eso me convierte en el más indicado para aconsejarte.


 


Y eso era justo lo que temía JongDae. ¿Por qué tenían que ser un trío de inexpertos en relaciones? Si al menos Jongin hubiese tenido una pareja estable superior a dos semanas, JongDae podría respirar tranquilo pero ese no era el caso.


—Jongin…en serio, no es necesa…


—Shhhh­­—le silenció—déjame, soy un experto y como el experto que soy puedo decir que realmente la cagaste.


— ¡Oh! Gran descubrimiento, genio— Sehun volvió a intervenir rodando los ojos.


Jongin le miró mal.


—Bien, como iba diciendo. La has cagado. Regla de oro JongDae, “nunca hablar de los defectos de tus posibles conquistas”


— ¡Pero Minseok no era una posible conquista, ni siquiera sabía de su existencia! —exclamó.


—Oh…en ese caso…bien, no tengo idea. No sirvo para aconsejar cuando ni siquiera puedo arreglar mis propios problemas.


Jongin se puso de pie yendo directo a golpearse contra la pared. Sehun simplemente le observó por el rabillo de su celular, con una ceja arqueada y su típica expresión seria.


—Yo pienso que la cosa es bastante simple—dijo, captando la atención del moreno y JongDae— si le has herido por algo que has dicho, debes ir y disculparte, mostrarte arrepentido y hacer algo para que él pueda confiar realmente en tus sentimientos. Debes ganarte su confianza.


Jongin asintió de acuerdo con él. Dejó la pared caminando nuevamente hacia la cama mientras parecía pensar en las palabras dichas por Sehun.


Sehunnie tiene razón— el chico gruñó ante la forma tan melosa de ser llamado—Haz que Minseok crea en tu sentimientos olvidando todas las estupideces que dijiste alguna vez—vio a JongDae asentir—…y por favor que  sea pronto antes de que Luhan se te adelante…


— ¡Ni de broma, Kim Jongin! —exclamaron al unísono JongDae y Sehun, gruñendo a Jongin quien pudo percibir un aura obscura en ambos.


—De acuerdo, tranquilos.


“En serio bromeaba, ¿cómo pueden andar tan sensibles?” pensó


Después de que ambos auto invitados abandonara el hogar, JongDae subió a su habitación recostándose nuevamente sobre la cama. Dejaría a un lado sus inseguridades y lograría conseguir el perdón de Minseok.


 


 


 


*****


 


 


 


La semana comenzó como cualquier otra, con la diferencia de que JongDae seguía en cama por indicaciones del médico y gracias a su madre quien no le dejaba tranquilo si quiera para ir al baño.


Jongin esa tarde estaba solo.  Sehun se había marchado con la excusa de  “tengo cosas que hacer”, vaya a saber que tanto haría, pero Jongin no quiso darle más vueltas al asunto y le dejó marchar despidiéndose de él para luego ir en busca de sus cosas.


Cuando hubo guardado todo dentro de su bolso, cerró el casillero, se colgó el bolso en el hombro y caminó hacia la piscina de la escuela. Era un recorrido que solía hacer cuando quería pensar  o  simplemente intentar probar suerte y quizás  toparse con cierta persona especial.


Con tales intenciones, dio un rápido vistazo a su alrededor encontrándose con silencio y más silencio. El agua de la piscina lucía tan transparente y tranquila que podía apreciar su rostro a la perfección.


“Eres tan patético” Pensó.


Cerró los ojos y gruñó para sus adentros. ¿Cuánto tiempo seguiría así, manteniendo una imagen que no le hacía sentir bien?


Quiso arrojar todo a las aguas y de paso a sí mismo pero se vio obligado a desistir cuando el sonido de pasos y voces acercándose irrumpió la paz del lugar. Instintivamente, se escondió tras los casilleros, alzando el rostro para ver de quien se trataba. Un grupo de chicos tenía acorralado a Minseok mientras uno de ellos sostenía su mochila y la vaciaba ante sus ojos con intenciones de lanzar todas sus cosas hacia la piscina.


Jongin siempre había odiado a ese tipo de brabucones. No era la primera vez que los hallaba en una situación similar y aunque él no era quien para dar lecciones de moral y buenos tratos, jamás le gustó ver como otros se aprovechaban de gente inocente. Jongin no era de relaciones serias pero podía decir que cada vez que aceptaba aventurarse con algún chico o  chica, las reglas del juego se dictaban al comienzo, nadie era obligado a jugar. Por eso odiaba que aquellos chicos buscaran entretenerse molestando a otros y si  podía impedir que eso pasara, Jongin actuaría.


 


 


— ¿No crees que tu mochila necesita un buen lavado? —habló uno de ellos con tono burlesco mientras balanceaba la mochila de Minseok entre sus manos.


Minseok por su parte, era sujeto por otros dos tipos en lo que los demás se empeñaban por jugar con sus cuadernos como si de bumerangs se tratase. Intentó soltarse sin éxito viendo a los chicos reírse de él frente a sus narices.


— ¡Yah! ¡Déjenme ir, no les he hecho nada! — exclamó con los ojos rojos y llorosos de pura rabia e impotencia.


El que tenía su mochila se acercó lentamente hacia él, le tomó del mentón obligándole a mirar su rostro. Minseok sintió como le inspeccionaba moviéndole la cabeza de un lado a otro.


— ¿Sabes enano? No me había fijado en lo lindo que eres—susurró, antes de tomar cierta distancia y guardar las manos en sus bolsillos— quizás podríamos divertirnos de otra forma, ¿Qué dices?


Minseok sintió su estómago revolver con aquellas palabras. Él no era idiota, tenía claro sus intenciones. Desvió el rostro hacia el lado buscando ayuda, quien sea que apareciera por ahí.  Necesitaba escapar.


Pero aunque siguiera luchando por librarse, sus agresores eran más y él sólo un pobre chico de  baja estatura, cuerpo menudo que apenas lograba mantenerse de pie. 


Quiso llorar, sin embargo no lo hizo. Sintió su corazón acelerar al igual que su respiración.


— ¡Suéltenme!...por favor—rogó. Mordió fuertemente su labio deseando mantener sus emociones controladas.


Podía escuchar la molesta risa de los que lo rodeaban y la mano del chico volviendo a tocar su mentón para alzarle el rostro y mirarle.


—No vayas a llorar, lo pasaremos bien—le oyó susurrar contra su oído— Será rápido y te gustará tanto que terminarás buscándome para repetir.


Minseok movió la cabeza zafándose del toque de sus manos. Ni siquiera se molestó en devolverle la mirada, simplemente se quedó quieto y resignado.  Ya no quería pelear.


“¿Qué hice para merecer esto?”


“¿Quizás…realmente me lo busqué?”


Sin darse cuenta comenzó a llorar. Lloró por su mala suerte, lloró por todas las veces en las que fue golpeado y agredido verbalmente por otros. Lloró por todas las mentiras dichas a sus padres.


Lloró por JongDae.


 


Un carraspeo incómodo hizo que todos dejaran de moverse y fijaran la vista en los casilleros que estaban a un costado. De ahí, un desarreglado Jongin salió rascándose la nuca y limpiándose el rostro con la palma de su mano.


El moreno los miró escudriñándolos con la mirada muy seriamente.


— ¿Qué tanto hacían?  —preguntó dirigiéndose al líder de aquel grupo.


El chico algo nervioso dio un paso hacia delante intentando recomponerse del susto que le dio verse descubierto.


— ¿Nosotros? —cuestionó, apuntándose el pecho y luego a sus compañeros— simplemente jugábamos, Kai, ¿no es así chicos? ¿Minseok…?


Jongin dirigió su mirada hacia el nombrado quien también le miró con sus ojos brillosos y asustados, pero inmediatamente le quitó la vista de encima volviendo a fijarse en el chico del grupo. Jongin sintió su sangre hervir. Aquellos tenían la desfachatez de mentir frente a él cuando claramente pensaban aprovecharse del futuro novio de JongDae. Porque sí, Minseok ahora era el “potencial novio” de su amigo y por tanto, Jongin no iba a dejar que se aprovecharan de él.


Con las manos empuñadas y el pulso acelerado, agarró al abusivo por el cuello de su camisa y lo estampó contra uno de los casilleros.


 


—Te diré algo. No, mejor, te advertiré de algo—musitó sobre el rostro del chico quien intentaba apartar la mirada y ovillarse en busca de protección—odio a los tipos como tú. Si vuelves a molestar a aquel chico—apuntó a Minseok—te buscaré y haré del resto de tu vida escolar un infierno. ¿Quedó claro? —preguntó, empujándole nuevamente contra el casillero.


El muchacho asintió asustado.


—P-prometo no volver a acercarme a él. T-te doy mi palabra Kai, p-pero ahora déjame ir.


Jongin soltó un bufido y le dejó caer contra el suelo viendo como los demás le ayudaban a levantarse para enseguida salir corriendo del lugar.


Al quedar nuevamente en silencio, dirigió la vista hacia Minseok, el cual recogía sus cosas lentamente intentando sacudir la suciedad y arreglar las hojas dobladas de sus cuadernos. De sus redondas mejillas, pequeñas lágrimas caían hasta terminar uniéndose en medio de su mentón. Jongin se sintió mal por él.


Se puso de cuclillas y le ayudó a recoger cada una de sus pertenencias dándole continuas miradas disimuladas a su rostro.


—Gracias.


Jongin detuvo sus actos al oír hablar a Minseok. Alzó su rostro encontrándose con los felinos ojos del chico que le miraban con suavidad.


—No es nada—respondió, regalándole una sonrisa.


Minseok se movió inquieto comenzando a guardar con mayor rapidez  sus cosas en el bolso.


—Yo…—tragó nervioso dándose fuerzas para continuar hablando— Kai-ssi, sé que no es la primera vez que ha venido a ayudarme—musitó, desviando el rostro nervioso porque ahora Jongin le miraba curioso y sorprendido— en muchas ocasiones quise agradecerle pero no sabía cómo hacerlo entonces yo…simplemente dejé pasar la oportunidad— confesó.


Jongin no cabía en su asombro, sacudió la cabeza y siguió ayudándole a guardar las cosas. Una vez que tuvieron todo en orden, dejó caer el peso de su cuerpo sobre su trasero sentándose a un lado de Minseok quien jugaba con las correas de su pesada mochila.


Se mantuvieron en silencio por unos cuantos minutos hasta que un leve suspiro proveniente de Jongin acabó con el incómodo ambiente. El moreno apoyó ambas manos en el suelo y luego miró a Minseok sentado a un lado suyo.


—Entonces…si eras consciente de que no era la primera vez que te ayudaba, debes saber que me agradas y que por tanto podríamos llegar a conocernos mejor.


—Kai-ssi…


—Jongin— corrigió enseguida— Kai, no. Ese es un apodo que ocupo para mantener un cierto respeto hacia mi persona, pero Jongin me dicen mis amigos, sólo dime así, ¿de acuerdo?


La sonrisa de Jongin era tan agradable que hizo a Minseok sonrojarse cohibido. No pudo hablar, simplemente asintió.


El viento de invierno mantenía sus mejillas y narices de un sutil color rosáceo, meneando sus cabellos suavemente mientras miraban el agua moverse dentro de la piscina.


La imagen de JongDae vino a la mente de Minseok, ocupando todos sus pensamientos, arrasando con todo.


¿Cómo dejar de sentir?


 


 


Jongin le observó con disimulo, intentando averiguar qué era lo que tenía al de mejillas regordetas tan inquieto. Su ceño levemente fruncido y un pequeño mohín en los labios le delataban.  El moreno pasó la mano por su obscura cabellera dándose ánimos para iniciar aquella conversación que él mismo se dio como misión.


—Uh… Minseok— llamó, esperando tener su atención, lo cual dio resultado ya que el pequeño chico le miró de forma inmediata— ¿todo bien?  Pareciera que algo te preocupa.


Bien, Jongin tendría que tomar lecciones sobre “Cómo relacionarse con los demás”. Realmente era un asco para comenzar conversaciones pero si se detenía a  pensar, toda la culpa la tenía JongDae, él sólo estaba intentando ayudarle de alguna forma. Lo cierto es que apenas acabó de preguntar, las mejillas de Minseok se tornaron rojizas haciéndole lucir un adorable rubor en todo el rostro.  


“¿Tan obvio soy?” pensó Minseok.


—No lo entenderías— susurró, abrazado a sus piernas, con el mentón apoyado en éstas.


— ¿Por qué piensas eso?


Un escalofrío surcó su espalda cuando Jongin habló. Minseok jugueteó con sus dedos algo nervioso. Sus dientes mordían su labio inferior mientras se daba ánimos para poder responder. Jongin le hacía sentir inquieto con tanta curiosidad.


—Simplemente, —tragó— no creo que alguien como usted tenga problemas del tipo “romántico"—señaló entre comillas.


— ¿Qué quieres decir? —Jongin volvió a preguntar, aún más curioso de la perspectiva que podría tener Minseok respecto a él.


Minseok dejó de lado sus dedos para mirarle a los ojos.


—Dudo que alguna vez le hayan rechazado.


 


Una vez más se hizo el silencio.


Jongin estaba al tanto de todo el problema entre Minseok y JongDae, tenía claro que éste último la había cagado en demasía pero Jongin no podía echarle la culpa completamente a JongDae. El chico siempre estuvo rodeado por personas interesadas sólo en su aspecto o popularidad haciéndole difícil confiar en los demás. JongDae jamás tuvo la oportunidad de amar sin sentir miedo, hasta ahora, claro.


A Jongin realmente no le importaba meterse con quien fuera, él había decidido hacer un lado sus sentimientos para evitar salir herido. Aunque nada salió como él esperaba porque terminó enamorándose de quien menos pensó, el problema es que esa persona jamás podría tomarle en serio, tal como él hacía con cada una de sus conquistas.


Resignado, se acomodó para quedar viendo a Minseok. Era momento de sincerarse.


 


— ¿Sabes? Hace un tiempo tuve un amigo el cual gustaba de una chica, una muy bonita, de esas con lindas facciones, un par de ojos deslumbrantes y muy redondos, y unos bellos labios en forma de corazón. La conoció porque  ella había sido asignada como su tutora por orden de su padre. Mi amigo no estaba muy feliz con esto, tener una tutora significaba dejar de salir en las tardes, dejar a un lado las fiestas, ligues, en fin, dejar su vida actual. Por esta misma razón, el chico decidió que no permitiría que una intrusa viniera a cambiar su rutina y se propuso terminar con sus tutorías el mismo día que estas comenzaran — Jongin suspiró. Dio una discreta mirada a Minseok y al verle tan concentrado en su relato, no pudo evitar dejar que una sutil sonrisa se posara en sus labios, entonces continuó— El problema con el plan de mi amigo fue que cuando vio por primera vez a la chica, todas sus ideas de sabotaje fueron guardadas en una pequeña caja y lanzadas lejos de su mente. En ese preciso momento, no supo si fue amor a primera vista pero sí comprendió que quería a esa chica junto a él para siempre.


— ¿Pero eso no es bueno? —le interrumpió Minseok.


— ¿Cómo?


—Ummm…—ahora el pequeño de mejillas tiernas no lucía muy convencido de haberse metido tan abruptamente en el relato del moreno— quiero decir, su amigo gustó de la chica y decidió no hacerle daño, ¿acaso no es bueno? La chica finalmente pudo haberse enamorado de él y corresponderle…


Jongin comprendió el razonamiento de Minseok. En realidad todo se escuchaba bastante fácil cuando en realidad no era tan así para él.


—Tienes razón—respondió— la chica probablemente pudo corresponderle pero pasada la primera semana de tutorías, mi amigo quiso ir a divertirse un momento junto a su grupo así que, acabado el primer día de clases, salió en compañía de sus amigos y unas chicas que siempre les acompañaban. Fue en ese instante, cuando estaba por atravesar la gran puerta de su escuela, que la vio. Sus grandes ojos expresivos mirando directamente los suyos, y luego los vio bajar hasta su mano que muy cómodamente tenía enrollada en la fina cintura de una de las chicas. Ella simplemente le sonrió, no de la misma forma que hacía cuando él intentaba hacerse el gracioso para poder hacer a un lado el estudio y poder conversar un poco para que ambos se conocieran. Esta sonrisa más bien, parecía forzada, triste, al igual que sus redondos ojos castaños. Fue ahí que mi amigo comprendió, ella siempre lo supo. Él jamás pensó que podían pertenecer al mismo colegio y se sintió como un idiota porque en realidad era muy  probable que así fuera  y aunque él hubiese querido ir en busca de ella para poder explicarle que sólo iba a divertirse de buena forma, de nada serviría porque TODOS en el colegio le conocían y sabían de sobra la fama que poseía y mi amigo… él tenía claro que una chica como esa jamás se involucraría con alguien como él. Por eso —volvió a mirar a Minseok— quiero decirte que no toda va en el físico de las personas, mi amigo siempre fue alagado por su aspecto pero sus propias actitudes le condenaron y cuando se vio enamorado no pudo hacer más que aceptar ser amigo de aquella chica porque nuestras acciones pueden perjudicarnos  y a él claramente le pasaron la cuenta.


 


Jongin jamás había contado su historia a alguien, ni siquiera a sus amigos, y ahora que se había confesado a medias –porque nunca admitió ser él el del relato-, sintió como si un pequeño peso fuera sacado de su espalda.


A lo lejos de donde estaban sentados, vio pasar a un grupo de chicos conversando y jugueteando entre ellos. Distinguió a Chanyeol, bueno, es que como no hacerlo si para tener dieciséis años, el chico bordeaba el metro setenta y cinco- de seguro seguía creciendo- y sus grandes orejas resaltaban a pesar de llevar el cabello lacio y algo largo. Pero su atención en Chanyeol no duró más de dos segundos porque rápidamente sus ojos se posaron en el pequeño que estaba justo al lado de éste y que con una amable sonrisa y sus ojos bien abiertos, iba escuchando atentamente todo lo que el grandote ese le conversaba.


Jongin cerró los ojos, dejando que el aire saliera por su nariz. Esto no pasó desapercibido por Minseok quien había seguido disimuladamente su mirada hasta verle posar los ojos en aquel chico de lindo rostro, ojos deslumbrantes y sonrisa en forma de corazón. Entonces todo cobró sentido en su mente. Minseok vio el rostro afligido del moreno sintiendo empatía por él porque Jongin también estaba sufriendo. Quizás si ambos lucharan por sus sentimientos podría tener a la persona que quieren a su lado, quizás Minseok sólo debía confiar en JongDae, darle una oportunidad. Al menos Jongin había logrado hacerle reflexionar y si él podía dejar a un lado su pequeño rencor, Jongin también podría intentar acercarse al chico de labios acorazonados.


Claro que podía.


—Jongin-ssi— siseó para conseguir su atención. Los ojos chocolates del moreno le vieron con esa profundidad que siempre le causaba calosfríos—creo que...su amigo debería intentar hablar con aquella chica— sus dedos se movían de forma nerviosa al sentir como Jongin le inspeccionaba de forma curiosa— digo—tragó— Si él realmente gusta de ella, debería ser valiente, acercarse y pedirle que le dé una oportunidad. Por lo que entiendo, él jamás intentó explicar nada y ella tampoco pidió explicaciones porque quizás nunca se imaginó que su amigo sentía algo por ella. Jongin-ssi, tal vez…ÉL está esperando a que usted se acerque.


Y con una sonrisa de oreja a oreja, Minseok se puso de pie tomando su mochila para colocarla detrás de su espalda. Hizo una pequeña venía a Jongin y se despidió alejándose rápido en sentido contrario, dejando al moreno  pasmado en el suelo.


Jongin volvió a dirigir su mirada en la dirección por la cual se fue KyungSoo, no pudiendo evitar sonreír. Quizás Minseok tenía razón y él sólo debía intentarlo y demostrarle a ese pequeño Hyung que por él, Jongin sería capaz de dejar todo.

Notas finales:

Debo dar las gracias por el apoyo, las leídas, los favoritos y los comentarios. Quiero responderlos todos pero iré de a poco. 

 

Si aun hay algunos(as) que siguen leyendo "Quiéreme tal como soy", espero me disculpen y bueno, para interactuar con ustedes quisiera saber,

¿Quién es su bias en EXO? El mio es Junmyeon >///< jeje, y si pertenecen a otro fandom, yo además de EXO-L soy MeU *O*

 

Ya en la siguiente actualización les dejaré una nota un poco más grande y otras cosas.

 

Quedán dos capítulos y quizás un epilogo.

Nos estamos leyendo ~~


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