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Quiéreme tal como soy (CHENMIN) por Moekare

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Notas del capitulo:

Halla!!! Aqui estoy con un nuevo capítulo *-*

Estoy muy feliz por la buena acogida que le dieron al fic, de verdad me hicieron muy feliz.

Intenté subir el cap en la mañana pero la página jamás cargó y tuve que salir e.e peeero ya llegué asi que aquí estoy yoo(8) xDD

Bien, no leseo más. 

Leean~~

Cuando JongDae dejó a sus amigos, se dirigió hacia los casilleros a su encuentro con Minseok. En ese momento quiso suspirar de cansancio, odiaba este tipo de situaciones. Era más que obvio que el chico se le iba a declarar y él detestaba perder el tiempo escuchando los sentimientos absurdos de chicos y chicas  que intentaban de alguna u otra forma tener una cita con él.


 ¿Cómo era posible enamorarse de alguien a quien no conoces? El gran porcentaje de respuestas que recibía eran muy superficiales:


“Porque eres lindo”, “Me gusta como vistes y lo popular que eres”, “Creo que eres muy guapo”.


Y así JongDae podría seguir mencionando las miles de razones que todos sus “pretendientes” le daban. Por esto mismo, decidió que si ellos podían ser superficiales, él también lo sería. Aunque el caso de Minseok no dejaba de sorprenderle. El chico tenía agallas. En el pasado se le habían declarado chicos y chicas gorditos, con grandes anteojos o hasta con atuendos muy pasados de moda, pero jamás uno que tuviera todas esas condiciones. Minseok era el primero y JongDae tenía curiosidad de escuchar cuales serían las razones que le daría para decir que gustaba de él. Pero cuando JongDae llegó a los casilleros, Minseok no le estaba esperando. Quizás se había retrasado por lo que se apoyó contra la muralla y esperó. Esperó por quince minutos que luego de unos cuantos más, se volvieron treinta, cuarenta y JongDae ya no esperó más. Estaba furioso y molesto. Minseok le había dejado plantado y eso él no lo dejaría pasar tan fácil.


 


 


*****


 


 


A la mañana siguiente cuando Minseok despertó, hizo a un lado  los pensamientos respecto al día anterior y se vistió como si nada intentando mantener su dulce sonrisa en el rostro.


—Buenos días—saludó al bajar.


Tomó lugar a un lado de su padre y esperó por el desayuno mientras era interrogado como todos los días.


— ¿Qué tal el colegio, Minseok? —oyó al hombre preguntar.


—Bien, supongo.


Su padre quitó la vista del periódico que leía y le miró, su ceja arqueada y expresión curiosa en el rostro.


— ¿Supones? ¿Qué clase de respuesta es esa?


Minseok sonrió nervioso.


—Que nada nuevo ha pasado, todo sigue igual, Aboji.


La repuesta no pareció dejar conforme al hombre pero la madre de Minseok apareció justo para salvarle y acabar con las preguntas incómodas.


Minseok-ah—habló ésta, tomando lugar a su lado— estoy feliz de que te esté yendo bien en la escuela pero de vez en cuando deberías divertirte hijo y salir con tus amigos, jamás nos has presentado alguno, no te sientes avergonzado de nosotros, ¿verdad?


— ¡Por supuesto que no, Omoni! —Se apresuró en aclarar con una sonrisilla nerviosa— no se ha dado el tiempo para invitarles, es todo—mintió. Bajó la vista hacia el pocillo y empezó a comer.


No podía decirles a sus padres que en realidad no tenía amigos. No quería preocuparles. Minseok estaba bien así, o al menos intentaba convencerse de aquello.


— ¡Casi se me olvida! —Saltó su madre de pronto— he preparado un nuevo dulce para la tienda. Es de milhojas con mermelada de arándano, pruébalo y luego me dices que tal, ¿bien? —pidió extendiéndole el dulce sobre la mesa.


Minseok lo recibió con una pequeña sonrisa.


—Gracias Omoni, lo probaré en el descanso—dijo guardándolo en su bolso.


Su madre le miró sorprendida.


— ¿No lo comerás? ¿Minseok, estás enfermo?


—Estoy bien, sólo que ahora no tengo mucha hambre—explicó levantándose de la silla—será mejor que me vaya, no quiero llegar tarde.


Dicho eso, recogió su plato y se dirigió a la cocina. Volvió por su bolso preocupándose de besar a su madre en la mejilla y se despidió de su padre con una reverencia, luego, calzó sus zapatos en la entrada y salió directo a tomar el bus.


Apenas se vio solo, suspiró. Se estaba haciendo difícil mentir a sus padres y más cuando éstos se empeñaban en interrogarle cada vez que podían. Obvió dichas inseguridades y se apresuró en subir al bus.


Algún día la verdad saldría a la luz y él tendría que hablar.


Ya cuando estuvo en la entrada de la escuela sus nervios incrementaron. Un nuevo día comenzaba y él sabía que tenía que estar preparado para todo. Con sumo cuidado, se aferró a los tirantes de su mochila y entró, con la cabeza gacha intentando no llamar la atención, especialmente la de los brabucones que día a día se metían con él.


Pero su plan se vio rápidamente frustrado. Un par de zapatos se ubicó frente a él impidiéndole avanzar. Intentó hacerse a un lado pero los zapatos le siguieron y Minseok tuvo miedo.


Probablemente lo molestarían.


—Tenemos que hablar—la persona frente a él habló.


Alzó su rostro sorprendido. No podía ser verdad, Kim JongDae estaba a escasos centímetros, con las cejas fruncidas y  brazos cruzados, y como si eso no fuera suficiente, le estaba pidiendo, mejor dicho “exigiendo” hablar con él. De pronto, toda la conversación que oyó entre JongDae y sus amigos volvió a su mente. Todavía se sentía dolido y muy ofendido por lo que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no dejar que sus emociones se vieran reflejadas en su expresión.


— ¡Ya! ¡¿No me has escuchado?! —preguntó JongDae un poco impaciente y molesto.


Minseok seguía callado y eso lo hacía enfadar. No le gustaba ser ignorado, mucho menos por alguien como el muchacho de mejillas regordetas.


Inquieto, rascó tras su oreja sintiendo la vista de varios sobre ellos. Minseok percibió la incomodidad de JongDae, miró hacia los lados viendo como algunos de sus compañeros estaban a pocos metros cuchicheando. Volvió a posar sus ojos en el rostro de JongDae, una angustia se apoderó de él. Sabía que no era atractivo pero no entendía por qué la gente le rechazaba debido a su apariencia. Siempre se preocupaba de estar bien aseado, su uniforme jamás estaba desarreglado y todos sus cuadernos y pertenencias estaban en buen estado. ¿Acaso no era suficiente? ¿Por qué debía aguantar las burlas de personas que no le conocían? Esas y otras preguntas aparecieron en su mente mientras lo miraba y aunque le doliera, supo que debía poner punto final a todo.


 


—Lo siento— musitó.


Era el momento. Sus sentimientos por JongDae jamás serían correspondidos y lo mejor sería dejarlos atrás y continuar con su vida, por tanto, hizo una pequeña venia y se dispuso a marchar hacia la sala de clases.


— ¡Espera! —exclamó JongDae. Minseok dio la vuelta para poner nuevamente su atención en él—Ayer dijiste que tenías algo que decirme, sin embargo no apareciste y yo esperé como idiota por varios minutos, ¿crees que eso fue educado? —le reprochó con clara molestia.


Las mejillas de Minseok adquirieron color, se sintió un poco mal por haberle dejado esperando pero hubiera sido peor quedarse y ser rechazado.


—Lo siento, yo…tuve un pequeño inconveniente—mintió.


La expresión en el rostro se JongDae se relajó. Ahora sólo le miraba con los brazos cruzados y una mueca en los labios.


—Bien—le escuchó decir—en realidad sólo esperé cinco minutos. Habría sido idiota esperar más, ¿no crees?


Una pequeña sonrisa de desilusión surcó los labios de Minseok. Asintió sólo por cortesía agarrando nuevamente los tirantes de su mochila.


—Vuelvo a pedir disculpas, no volverá a ocurrir—aseguró.


—Está bien—dijo JongDae, su tono de voz expresaba cansancio. Miró una vez más a Minseok intentando no demostrar su enfado, de todas formas, el chico se veía inofensivo—entonces… ¿Qué querías decirme? —preguntó, la curiosidad había ganado.


—No tiene importancia.


—Pero…


—No la  tiene—repitió Minseok.


De pronto una seguridad le invadió y fue capaz de responder sin tartamudear. Sin embargo, JongDae no pareció feliz con su respuesta, su ceño volvía a estar fruncido como antes.


— ¿Por qué dices que no la tiene? Ayer te veías muy inquieto por hablar conmigo.


Minseok negó. Otra sonrisa apareció en sus labios cuando le miró.


—Ya no tiene importancia, JongDae-ssi.


—No lo creo—volvió a contradecirle.


La sonrisa nostálgica que Minseok le dedicó mantuvo los ojos de JongDae fijos en su rostro.


—No tiene importancia porque ya tengo la respuesta que estaba buscando—dijo al fin.


 


JongDae no tuvo como responder a aquello. Minseok se despidió nuevamente de él con una venia y se alejó dejándole solo y con la misma sensación que sintió el día anterior cuando éste no apareció plantándolo igual que un idiota.


 


 


*****


 


Cuando Minseok llegó a la sala, se preocupó de entrar rápido y sin hacer mucho ruido para así no llamar la atención de los brabucones que solían molestarle. Dejó caer su cuerpo sobre el asiento soltando un suspiro, aun no se explicaba cómo fue capaz de enfrentarse a JongDae sin haberse desmayado o muerto en el intento. Simplemente sucedió, se armó de valentía y respondió aguantando las ganas de huir, a pesar de haberlo hecho después.


Miró a sus compañeros hablando entre ellos, algunas de sus compañeras reían y comentaban sobre revistas y nuevos grupos idols del momento, otros hacían planes para después del colegio. Minseok deseó ser parte de ellos, poder tener amigos con los que comentar a diario, no importaba de que, él sólo quería dejar de sentirse solo y apartado.


—Miren quien llegó.


— ¿Pero si no es la Ardilla?


Y ahí iban de nuevo.


Intentó concentrarse en sus manos y no hacer caso a los chicos que habían comenzado a molestarle. Sacó con cuidado su cuaderno y lápices dispuesto a atender la clase.


 “Ojala el profesor no demore en llegar.”


—Ardilla, ¿me estás ignorando? —continuó el chico de hace un momento pero él no se movió. El chico sonrió mientras se acercaba hasta colarse frente a su escritorio— ¿Está sordo? —habló, apoyando ambas manos sobre la mesa.


Minseok sintió su aliento rozarle el rostro, aun así no prestó atención, pensaba que si no hacía caso, el brabucón ese le dejaría y él sobreviviría a su primer hora de clases. Pero muy por el contrario, el chico pareció molestarse y sin tener cuidado, le arrebató los lentes comenzando a jugar con ellos.


— ¿Qué haces? Devuélvemelos— pidió, poniéndose de pie intentando cogerlos de vuelta.


—Así que ahora atiendes a lo que digo ¿no? —rió el grandulón colocándose los lentes— ¡wow! Además de sordo eres ciego Ardilla—se burló de él.


Otros de los amigos del chico comenzaron a reír y a celebrar las acciones de éste mientras imitaba a Minseok de forma burlesca. En ese momento, el profesor ingresó en la sala con su expresión cansada de “quiero unas jodidas vacaciones ahora”.


— ¡Todos a sus asientos, ahora! —Exclamó palmeando las manos para llamar la atención— señor Wu,  haga el favor de devolver los lentes a su compañero—ordenó sin hacer demasiado caso a la situación para luego tomar asiento al frente.


El nombrado de inmediato obedeció extendiendo los anteojos a Minseok quién rápidamente los cogió y volvió a ponérselos.


—Luego seguimos jugando, Ardilla—susurró en su oído, poniendo a Minseok nervioso.


El profesor enseguida pasó lista y cuando hubo acabado, se levantó de la silla caminando hacia el centro de la sala para comenzar la clase.


—Antes de que continuemos con la materia de la semana pasada debo anunciar algo importante—habló masajeando su sien con clara señal de aburrimiento— no es común recibir alumnos cuando el año ha dado inicio hacía varios meses pero como es asunto de traslado y en realidad el que decide aquí es el director, el día de hoy se integra al curso un nuevo compañero…—soltó, yendo hacia la puerta para abrirla— pasa—En ese momento, un chico de tez muy clara entró en la sala haciendo que los ojos de todos se posaran en él— él es Lu Han, viene de China y a partir de hoy estará asistiendo a clases con ustedes.


El chico hizo una reverencia a modo de saludo mientras el profesor decidía donde sentarle. Al segundo después le indicó dirigirse hacia el final de la sala a un lado de Minseok. Lu Han obedeció y haciendo una pequeña venia, caminó con la mochila bien colgada a su espalda hasta la mesa que le había sido asignada. Cuando llegó a su lugar, dejó el bolso tras la silla y se sentó dispuesto a tomar notas de lo que el profesor decía. 


Minseok en ese momento no pudo dejar de mirarle, Lu Han era demasiado brillante. Su cabello rubio le hacía ver mucho más pálido de lo que en realidad era, tenía la nariz respingada igual a la de un elfo, ojos avellanos y rostro de niño. Todo Lu Han parecía salido de un cuento, y Minseok deseó poder ser cercano a él.


Fue tanta su admiración por el muchacho nuevo que no logró percatarse cuando éste comenzó a mirarle también.


—Hola— Lu Han le saludó con una cálida sonrisa.


Minseok dio un respingón en su lugar, de pronto se sentía nervioso. Bajó la vista avergonzado intentando ignorarle tal como hacía con todos pero el chico pareció no captar sus indirectas de “no quiero hablar” porque movió su silla sentándose aún más cerca de él.


— ¿No te han dicho que es de mala educación no responder cuando te hablan?


Los ojos de Minseok se abrieron como platos, volteó el rostro viendo ahora directamente a Lu Han. Éste le observaba con el rostro apoyado en la palma de su mano manteniendo su resplandeciente sonrisa la cual hizo que volviera a bajar la vista.


—L-lo siento—musitó sintiéndose tímido y avergonzado.


— ¡Así que hablas! —Exclamó Lu Han sin dejar de sonreír— ¿Cómo te llamas?


Minseok se tensó. Pensó que Lu Han dejaría de hablarle cuando le respondiera, sin embargo, el chico siguió preguntando e intentando tener una conversación con él.


—Lo siento—repitió Minseok—será mejor que no me hables.


Él no quería sonar cortante pero en su interior sintió que era lo mejor. Cualquier vínculo con Lu Han probablemente le traería problemas más adelante, especialmente cuando éste decidiera hacerse un lado y dejar de hablarle, porque así era siempre, jamás había tenido un amigo por mucho tiempo.


—Oh, ¿Y por qué no sería bueno que te hablara? ¿Eres un buscapleitos? —preguntó con tono de broma.


Minseok negó.


—N-no soy popular y si me hablas se meterán contigo.


Bien, eso era todo. Probablemente Lu Han ahora sí dejaría de intentar conversar con él. Esperó unos segundos para levantar el rostro y volver a mirarle. No pudo evitar ruborizarse, los ojos de Lu Han le estaban viendo fijo, su expresión amable había sido reemplazada por una más severa y la sonrisa ya no estaba en sus labios.


—No vine a este colegio para ser popular y si dices que algunos me van a juzgar por quien me junto, pues prefiero pasar desapercibido y terminar el año tranquilo. Así que… ¿Me dirás tu nombre?


A pesar de que Lu Han le habló serio y hasta sonando molesto, su sonrisa volvió a aparecer cuando insistió en saber su nombre y Minseok ya no supo cómo hacer para ignorarle otra vez.


—Soy Minseok—dijo al fin, bajando el rostro abochornado.


La sonrisa de Lu Han se ensanchó aún más al escucharle y de pronto Minseok le vio echarse sobre el escritorio sin despegar la vista de su rostro.


—Y tú puedes decirme Luhan o Lu Ge, jeje. Minseok, llevémonos bien, ¿de acuerdo?


—De acuerdo.


Algo en su interior comenzó a crecer, una mezcla entre felicidad y calidez, y todo gracias al chico nuevo que había insistido en acercarse a él. Luhan por su parte, siguió contemplando a Minseok. Su rostro sonrojado, sus finos labios y abultadas mejillas que no hacían más que robarle sonrisas.


—Lindas mejillas, Minseok—susurró para que sólo su compañero le oyera. Minseok se ruborizó aún más y con la vista en el suelo, sonrió.


 Quizás Luhan cambiaría de buena forma su vida.


 


 


*****


 


A la hora de almuerzo, JongDae estaba sentado junto a Sehun y Jongin en una de las mesas del casino, comiendo y conversando como habitualmente hacían. Llevaba toda la mañana pensando en lo que Minseok le había dicho cuando hablaron. Un sentimiento de culpabilidad le estaba invadiendo pero ¿por qué?, no recuerda haberle hecho nada al chico y eso era lo que más le inquietaba porque la mirada de Minseok ocultaba algo, algo que de alguna forma le estaba involucrando. Y como si su mente lo hubiera llamado, Minseok apareció en el casino junto a Luhan. JongDae les miró, el chico al que nunca antes había visto le conversaba al de mejillas regordetas con total naturalidad como si fueran amigos de toda la vida y eso no hizo más que aumentar su incomodidad.


—Ahí viene el chico nuevo—dijo Jongin moviendo la cabeza hacia donde él estaba mirando.


— ¿Alumno nuevo en estas fechas?


El moreno asintió.


—Traslado, oí que viene de China y por lo que veo…está mucho mejor de lo que los rumores dicen—soltó sin pudor, viendo al chino como posible conquista.


—A veces eres tan desagradable—Sehun habló sin poner atención a los que recién llegaban.


Jongin hizo una mueca acercándose al aburrido de su amigo, le rodeó los hombros con el brazo dedicándole una mirada juguetona.


Aish…tan engreído—siseó— Sehunnie, de vez en cuando te haría bien salir con otros ¿no lo crees?—desvió la vista nuevamente a Luhan. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios antes que volviera a posar los ojos sobre Sehun— el chico nuevo se parece mucho a ti, claro, dejando a un lado el hecho de que él sí parece sonreír y cambiar de expresión, quizás podrían llevarse bien. Estoy dispuesto a dejarte el terreno libre.


Sehun quiso golpearle fuerte la cabeza pero se contuvo y simplemente también miró al chino por el cual Jongin hacia tanto escándalo. Ciertamente era atractivo, tenía una sonrisa agradable y natural que llamó mucho su atención. Luhan de pronto volteó en su dirección y sus miradas se cruzaron. La sonrisa de Luhan se desvaneció para mirarle  serio y curioso. Sehun sintió los ojos de éste atravesar su piel y encender algo dentro de su cuerpo, una conexión que nunca antes había sentido y que le hizo incomodar. Por dicha razón, apartó la vista del rostro de Luhan y volvió a mirar a Jongin quien seguía sujetándole firme los hombros. De un empujón se soltó y le mostró una expresión de molestia para luego continuar comiendo en silencio.


— ¿Conoces al chico que está junto a él?


Esta vez fue JongDae quien habló. Jongin dejó de ver con reproche a Sehun  para llevar su atención  nuevamente a los recién llegados.


— ¡Ah! Te refieres a Minseok—respondió, sorbiendo un poco de su jugo.


— ¿Min…cuánto?


—Minseok— repitió rodando los ojos— va en otro paralelo y ahora que lo mencionas, es raro verle por aquí, suele comer  en el patio cerca de la piscina.


— ¿Y cómo es que le conoces? — trató de sonar desinteresado mientras fingía no ver a Minseok. Porque claro, JongDae no estaba viendo como éste reía con cada comentario que el chino hacía al lado suyo.


—Oh, pues…— Jongin mostró una expresión incómoda— suelen abusar de él en el colegio, ya sabes, brabucones jugándole bromas, quitándole sus gafas, robándole comida o simplemente molestándole por su aspecto. He pasado algunas veces cuando lo están molestando, los tipos esos huyen apenas me ven aparecer.


—Entonces si le conoces.


—Algo, nunca he conversado con él, pero es un buen chico. Dan ganas de protegerlo cuando le tienes cerca.


La mirada de ambos se dirigía hacia la mesa donde estaban Minseok y Luhan. El sentimiento de culpa creció en JongDae, no podía seguir así, ¿Por qué Minseok le hacía sentir de esta forma?


Sin hacer mucho escándalo, cogió sus cosas y se paró de la silla saliendo del casino lo más rápido que pudo. Jamás hizo daño a Minseok, aun así, JongDae se sentía como un brabucón más.

Notas finales:

Bueno~~
Espero les haya gustado el cap, voy a responder los review en un rato más.
El siguiente capítulo ya está listo D:! hasta yo me sorprendo xDDD Lo puedo subir incluso mañana si veo que ustedes me lo piden ¬3¬ asdhsjdjhs okya.

De nuevo agradezco el apoyo *-*.

Nos leemos


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