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Quiéreme tal como soy (CHENMIN) por Moekare

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Notas del capitulo:

Halla!!!

Tal como les prometí aquíestoy de nuevo con el sgte capítulo.

No saben lo feliz que me hacen T^T, no esperaba este recibimiento y saber que el fic les está gustando me pone muy contenta y a la vez hace que no quiera bajar las expectativas que tienen, asi que espero que el capítulo tres les guste y que sigan disfrutando de esta historia^^.

A leer~~

 

 

— ¿Aceptarías salir conmigo si te invito a tomar algo?

—Pe…

Luhan le cubrió la boca con su dedo.

—Debes aceptar—ordenó intentado lucir severo—quiero que seamos amigos, déjame ser amable.

Minseok vio la expresión molesta en el rostro de Luhan  no pudiendo  evitar reír. Terminó por aceptar sellando el acuerdo con un saludo que Luhan le obligó a aprender y de pronto Minseok ya no estaba solo, había conseguido un amigo, uno de verdad.

 

 

*****

 

 

Durante la semana, Minseok siguió acercándose a Luhan, pasaban los descansos y almuerzos juntos conversando y conociéndose. Luhan le hizo cumplir el acuerdo que ambos habían hecho y el fin de semana fueron por bubble tea al centro comercial.

Minseok toda su vida había salido en compañía de sus padres por lo que ahora con Luhan, todo parecía nuevo y mucho más divertido, bueno, Luhan era divertido, le hacía reír y sonreír mucho, además, el chico parecía gustar del contacto físico, siempre le estaba abrazando, apretando sus mejillas o  desordenándole el cabello como muestra de afecto y aunque Minseok seguía siendo demasiado tímido como para atreverse a hacer lo mismo, pensaba que después de todo, podría acostumbrarse a esto de la “amistad”.

JongDae por su parte, pasó la semana intentando evitar a Minseok en la escuela. Cada vez que le veía, un sentimiento de incomodidad y culpa aparecía en su pecho haciéndole sentir realmente mal, pero aunque tratara a toda costa de no encontrarse con él, inconscientemente se vio buscándole día a día sólo para asegurarse de que estuviera bien y al menos poder escucharle hablar, porque la voz de Minseok era suave y bonita, o eso pensaba JongDae.

Una tarde luego de la escuela, cuando JongDae caminaba de vuelta a casa, le vio  correr calle abajo con la mochila bien cargada. Por un momento pensó en seguirle porque todo lo que involucraba a Minseok le daba curiosidad, pero enseguida recordó todos los problemas mentales que el chico le estaba trayendo y optó por no involucrarse más con él.

Y así los días siguieron pasando, JongDae siguió topándose con Minseok yendo por el mismo camino que la primera vez con la mochila igual de cargada y como siempre, llevando prisa para llegar a quien sabe dónde. Hubo veces en las que Minseok también le vio pero cuando sus miradas se cruzaban, corría el rostro y se apresuraba en alejar dando a entender  a JongDae que al igual que él, Minseok se sentía incómodo con su presencia.

Pero luego de dos semanas esquivándose y haciendo como si el otro no existiera, se dio la oportunidad para volver hablar.

JongDae regresaba de clases luego de haber acabado el taller de música. Era miércoles, único día en el que no veía a Minseok después del colegio ya que el taller duraba dos horas y para ese entonces cuando él salía, el muchacho de mejillas regordetas debía estar en su casa descansando, haciendo algún trabajo o simplemente viendo algo en la televisión. JongDae iba a acortar camino a través de los pequeños callejones que estaban cerca del colegio, después de todo, hoy no vería a Minseok así que irse por la calle principal no valía la pena.

Cuando iba a doblar para cambiar su recorrido, divisó una figura conocida, era Kris. Si hubiera visto al chico un mes atrás habría hecho caso omiso de él y habría seguido caminando pero en esa ocasión no, algo en su interior se removió y se vio obligado a acercar.

Yifan- nombre chino del grandote-estaba junto a dos de sus amigos y otro chico al cual estaban molestando. JongDae tuvo una desagradable sensación cuando reconoció el rostro de Minseok entre los presentes.

— ¿A dónde ibas con tanta prisa, Ardilla? —Escuchó preguntar a Kris con la mochila de Minseok entre sus brazos mientras veía al pequeño con burla — ¿no vas a responder? —Insistió sin conseguir que Minseok hablara—bien…entonces quizás deba revisar que tanto llevas en tu mugroso bolso ¿Qué te parece?

En ese momento Minseok abrió los ojos alzando el rostro asustado.

—Por favor, devuélvemelo—rogó intentando acercarse pero los otros chicos le sujetaron de los brazos impidiéndole avanzar.

Kris sonrió.

—Oh…veo que traes algo importante aquí—apuntó la mochila sonriendo con malicia—tendré que abrirla para averiguar que es.

—No, por favor, Kris—se soltó del agarre y se sujetó de su brazo mirándole con temor—puedo hacer lo trabajos que quieras o pagar tu almuerzo…

— ¡No me toques! —gruñó Kris tirándole al suelo.

Minseok mantuvo el rostro en el piso, mordió sus labios intentando aguantar las ganas de llorar por el fuerte golpe que había hecho sangrar una de sus rodillas.

—P-por favor—susurró, pidiendo una vez más.

Kris no le hizo caso, sólo se paró cerca poniéndose de cuclillas frente a él.

— ¿Qué pasa, Ardilla? ¿Quieres llorar? —Minseok ni siquiera le miró— vamos a ver qué es lo que traes.

Minseok intentó detenerle pero de nuevo los otros dos le sujetaron contra el suelo mientras Kris abría su bolso.

—Ya fue suficiente— escucharon decir.

 JongDae apareció de quien sabe dónde parándose a un lado de ellos con el rostro serio y los brazos cruzados. Kris le miró con clara antipatía.

— ¿Qué haces aquí, JongDae? No deberías meterte en los asuntos de otros—le dijo, levantándose y haciendo a un lado la mochila de Minseok.

—Y tú no deberías aprovecharte de chicos que no te han hecho nada.

Kris rió.

— ¿Y a ti que te importa? Tampoco te agradan los chicos como él—escupió apuntando a Minseok que aún seguía en el suelo —siempre andas rechazándolos y hablando mal de ellos a sus espaldas ¿Qué te hace distinto a mí, Kim? ¿Eh? —habló con el rostro a centímetros de JongDae quien no pareció inmutarse, más bien, sentía ganas de golpear su maldita cara para borrarle la estúpida sonrisa que traía.

—Yo no soy un abusivo como tú— respondió al fin— no ando sacando provecho de otros. No seré un ejemplo pero tampoco soy peor que tú, así que será mejor que dejes en paz al chico y te vayas por donde viniste a menos que quieras que te denuncie frente al director.

La mirada de Kris se endureció. Bufó molesto antes de hacerle un gesto a su grupo para que se marcharan del lugar.

—Jamás te había interesado el que yo me metiera con alguien. Eres un imbécil Kim—gruñó.

Le dirigió una última mirada cargada de molestia y rabia para luego irse y desaparecer junto a los otros dos por uno de los callejones.

JongDae se había metido con su juguete favorito y eso de alguna forma lo iba a tener que pagar.

 

Cuando los tres se vieron lejos, JongDae suspiró frustrado, odiaba discutir con idiotas-así les llamaba él- y mucho más si el tema no le incumbía. De pronto recordó la presencia de Minseok y volteó en su dirección. El chico seguía en el suelo con el bolso entre las manos manteniendo su cabeza agachada. Una mueca apareció en sus labios, caminó hacia él posicionando justo al frente y carraspeando, intentó llamar su atención.

—Hey tú, ¿Minsook?, ummm ya se fueron, levántate— ordenó, pero Minseok no se movió. JongDae de a poco fue perdiendo la paciencia hasta comenzar a enfadarse — ¡Ya, tú! Deja de ignorarme y levántate. Eres tan debilucho, ¿Cómo dejas que esos tres se aprovechen de ti? deberías aprender a defenderte por eso luego te golpean, molestan y…

JongDae no pudo continuar, Minseok se había puesto a llorar silenciosamente frente a él. De inmediato se reprendió mentalmente, se supone que venía a ayudarle y al final terminó gritándole igual que Kris.

Con cuidado se arrodilló y un poco nervioso se rascó el cuello sin saber qué hacer.

—Emmm…escucha, lo siento, no fue mi intención gritarte es sólo que tú…eres demasiado débil y eso hace que los brabucones se aprovechen de ti ¿entiendes?

Minseok siguió llorando en silencio, JongDae podía oír sus hipidos. Se acercó un poco más posando la mano en su hombro. El cuerpo se Minseok se tensó, JongDae creyó que le alejaría, pero muy por el contrario, sintió la frágil mano de Minseok sobre la camisa de su uniforme y de pronto le tenía aferrado a su pecho llorando desconsoladamente como un niño pequeño.

El corazón de JongDae comenzó a bombear sangre con fuerza y sin saber cómo,  rodeó a Minseok con sus brazos y le atrajo fuerte contra su pecho en un abrazo cálido que le hizo perder la noción de todo. En ese momento JongDae sólo era consciente de la presencia de Minseok junto a él, de lo bien que olía y de la agradable sensación que le producía la tibia y suave piel de éste tocando su cuerpo.

—Gracias—susurró Minseok.

Poco a poco se alejó de él mientras se quitaba las gafas para limpiar sus ojos. JongDae no podía moverse ¿Qué le estaba pasando? Contempló a Minseok poniendo atención en sus finas y delicadas facciones.  Sus ojos eran alargados, de un color marrón que no era percibido debido a los lentes que acostumbraba usar, su nariz era pequeña y bonita, sus labios muy finos y de un rosa pálido que relucía cada vez que pasaba la lengua por sobre ellos y por último, su rostro redondo y aniñado lo hacía lucir muy tierno.

¿Cómo es que no fue capaz de verlo antes?

Siguió recorriendo a Minseok con la vista, no traía uniforme porque la escuela había acabado hace horas y como éste había salido antes que él, ahora vestía una camisa manga corta color amarillo claro  y unos shorts que le llegaban hasta las rodillas. “Lindo” pensó JongDae. En ese momento vio la herida que Minseok tenía en la rodilla, estaba llena de tierra debido al golpe contra el suelo y aun podía verse sangre salir de ella. Sin pensar demasiado, JongDae sacó una botella de agua de su mochila, cortó un trozo de su camisa y se dispuso a limpiar la herida.

— ¿Q-que haces? —preguntó Minseok más que sonrojado mientras intentaba alejar las manos de JongDae de su pierna.

—No te muevas—reprochó éste mirándole serio—intento limpiarte.

—N-no es necesario, enserio.

Minseok por favor, quiero ayudarte.

Y eso fue suficiente. El corazón de Minseok comenzó a latir fuerte contra su pecho y no sólo porque JongDae estaba junto a él sino que además, el chico había recordado su nombre y lo había pronunciado bien. Por eso, dejó que JongDae cuidara de él y se mantuvo quieto intentando controlar sus emociones que en cualquier momento amenazaban con salir.

 

—Bien, con eso la hemorragia debería parar—aseguró JongDae viendo a Minseok asentir— ¿Cómo te sientes? ¿Duele mucho?

—N-no…ummm, gracias—musitó éste rojo de la vergüenza.

JongDae observó sus mejillas cambiar de color y sin saber por qué, también se sonrojo. Y es que Minseok con el rostro rojo era muy lindo.

—Ummm—carraspeó— ¿no llevabas prisa? —preguntó intentando apaciguar el ambiente que de un momento a otro se había vuelto incómodo.

— ¡Oh, cierto! ¡Voy muy tarde! — exclamó Minseok poniéndose de pie pero cayendo al suelo otra vez por el dolor en su rodilla.

—Tan tonto…—susurró— debes tener cuidado, tu herida aun no cicatriza.

—Lo siento…

—Da igual—contestó JongDae levantándose para luego extenderle la mano—ven, te ayudaré.

Minseok miró la mano de JongDae extendida frente a él, un calor volvió a invadirle y cuando sus dedos tocaron los del otro, una fuerte corriente se transmitió por todo su cuerpo alcanzado también a JongDae. Tomó firme la mano de éste y con su ayuda se puso de pie limpiando inmediatamente toda su ropa.

—Gracias.

JongDae alzó los hombros con fingido desinterés.

—Ahora…—volvió a carraspear intentando hacer caso omiso a las fuertes emociones que en ese momento sentía— ¿A dónde tienes que ir?

Minseok enseguida le indicó el camino con su dedo, JongDae le tomó del brazo y lo pasó por alrededor de sus hombros para hacer que se cargara en él y con cuidado, comenzaron a avanzar.

El silencio era un poco incómodo y el viaje se hizo un tanto largo debido a lo lento que iban pero luego de varios minutos, Minseok paró soltándose de JongDae para caminar cuesta abajo hacia un parque que estaba al lado del río. Anduvieron hasta llegar bajo una pequeña pasarela poco trascurrida. Una pequeña caja de plástico apareció frente a los ojos de JongDae y Minseok se arrodilló frente a ella comenzando a hacer suaves ruiditos con la boca.

—Vengan gatitos, ¿dónde se han metido?

De la pequeña caja, un par de felinos de no más de 4 semanas salió maullando a través de las mantitas que los cubrían. JongDae se acercó hasta acomodarse a un lado de Minseok mirándolos con admiración.

— ¿Gatitos? —dijo aun sorprendido.

Minseok asintió  tomando su mochila para comenzar a sacar de ella algunos juguetes, más mantas y dos mamaderas con leche.

—Los encontré hace unas semanas, los pobres fueron abandonados y parecía que en cualquier momento morirían de frio o hambre. Desde entonces me he encargado de alimentarlos, cuidarles y limpiarles.

JongDae abrió la boca asombrado escuchándole atentamente, vio a Minseok coger uno de los pequeños gatitos entre sus brazos y empezar a alimentarle de la pequeña mamadera. Algo en su interior se removió, un revoltijo de sensaciones creciendo en su estómago y de pronto, sintió los ojos de Minseok sobre su rostro.

— ¿Quieres intentarlo?

Sin esperar respuesta, Minseok  le entregó al gatito para que continuara alimentándole mientras él tomaba al otro. JongDae se sintió nervioso, el minino era tan pequeño y frágil que le hacía sentir miedo de lastimarle pero Minseok le calmó diciendo que no temiera, que el gatito estaría bien en sus brazos y entonces JongDae dejó los miedos a un lado comenzando a sonreír y a reír bajito cada vez que el minino se lamía la boca y seguía tomando de la mamadera.

—Son muy bonitos —admitió siendo correspondido por Minseok— pero ¿por qué no te los has llevado a tu casa?

Minseok hizo un pequeño puchero.

—No puedo quedarme con los dos, mis padres probablemente me matarían y no sería capaz de separarles, por eso prefiero tenerles aquí y venir a cuidarles hasta que pueda conseguirles un lugar donde vivir.

—Ya veo…

JongDae volvió a mirar al felino entre sus brazos, realmente eran tiernos, podía entender porque Minseok se encariñó con ellos.

Luego de darles de comer, le ayudó a limpiar la caja y a cambiar las mantitas. Jugaron con los mininos unos minutos más y cuando los dos se durmieron, les dejaron nuevamente en la caja contemplándoles por un buen tiempo, ambos sonriendo y dándoles mimos con sus dedos.

JongDae no supo en que momento Minseok comenzó a mirarle hasta que sintió sus ojos clavados sobre él. Tragó nervioso ahora admirando el pequeño rostro de Minseok, dejándose embelesar por su dulce expresión.

—Gracias — le oyó decir— gracias por todo, JongDae-ssi.

Y cuando Minseok sonrió, JongDae supo que no había vuelta atrás. El chico había logrado ganarse un lugar en su corazón y ya no podría removerlo de ahí aunque quisiera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, de nuevo agradezco los comentarios. Los voy a responder mañana porque ahora no tengo mucho tiempo :C.

Emmm...lo más probable es que actualice el otro fin de semana, si es que tengo el capítulo antes, pues actualizo antes (?) xDDD, pero creo que me tardaré mas o meno ese tiempo.

Gracias por el apoyo, nos leemos ~~

^^


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