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Llueve por girlutena

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Notas del capitulo:

*-*!!

El sonido de los motores en movimiento se podía escuchar dentro del avión privado de la familia Namikase, se podía ver las esponjosas nubes siendo atravesadas por aquel monstruo de metal, sintiendo la constante turbulencia. Sasuke no pudo evitar sentirse un poco abrumado al verlo estacionado en medio de la pista de aterrizaje.


El suave movimiento de Menma entre sus brazos le hizo bajar su bruna mirada para sonreírle al pequeño varoncito que empezaba a soltar suaves gemidos, mostrando sus hermosos y divertidos pucheros cuando no tenía la atención de sus padres.


Sasuke cubrió el pequeño cuerpecito de Menma con una manta polar de color azul marino y el pequeño escondió su pequeña nariz respingada, riendo divertido al sentir el suave aroma de su papi, movió su cabecita, mientras que Naruto intentaba que el pequeño no se sacase el gorrito que cubría sus mechones azabaches.


 


Los ojos de Sasuke se reflejaron nuevamente en la pequeña ventana, mientras que una pequeña y apenas notable sonrisa se mostraba en su delicado rostro al ver como el rubio le hacia divertidas muecas al pequeño Menma.


-¿Todo bien? –La gruesa, pero suave voz del varón se escuchó por toda la cabina del avión privado y no pudo evitar sentir como sus mejillas empezaban a llenarse de calor al darse cuenta que los ojos azules del varón ahora le miraban fijamente.


Mordió suavemente su labio inferior y viró su bruna mirada sintiéndose nervioso, negó suavemente mientras apoyaba lentamente la palma de su mano en la ventana empañada por la neblina; sintió como un escalofríos traspasaba toda su piel, cuando sintió como el varón tomaba a Menma de sus brazos, con una extrema suavidad y talvez sin darse cuenta, rozando sus dedos contra su piel.


-No pensaba que iba a hacer mucho frio. –El menor sintió como Naruto se movía suavemente en su sitio y se sintió en la necesidad de respirar al ver como los hermosos y brillantes ojos de Naruto le miraban nuevamente con un fuerte y extraño brillo.


Rápidamente Naruto dirigió su azulina mirada hacía la ventana, observando el reflejo del rostro del moreno, tan terso y lampiño, unos pómulos altos, pero suaves, una pequeña nariz respingada y unos labios, sintió un fuerte hormigueo en su estómago , quiso alzar su mano y acariciar su rostro, sentía la necesidad de probar aquellas labios y frunció levemente su ceño, mientras que soltaba un ligero y molesto suspiro cuando sintió como Menma empezaba a removerse inquieto en sus brazos, mientras que soltaba gemidos y suaves sollozos.


El pequeño Menma alzó sus bracitos observando a su papi con sus ojos llenos de pequeñas lágrimas y Sasuke no pudo evitar reír bajito al ver como el rubio hacia un leve puchero, mientras que lo depositaba nuevamente sobre sus brazos.


-¿Acaso no soy un buen padre? –La voz de Naruto sonó un poco dolida y Sasuke no pudo evitar soltar una nueva y suave risita al ver el gracioso puchero del mayor.


Naruto sintió como su cuerpo se tensionaba al escuchar aquella suave y melodiosa risa del doncel, sintió como algo quemaba dentro de su pecho al ver como los hermosos ojos del doncel brillaban al observar al pequeño infante y por un momento sintió envidia por su pequeño hijo.


Naruto no pudo evitar repasar nuevamente los suaves y finos rasgos  del rostro del doncel, su pequeña y respingada nariz, sus altos y finos pómulos, notar las suaves mejillas sonrosadas, sintió como el calor empezaba a crecer en su pecho y le perturbó al sentir como aquel calor empezaba a recorrer todo su cuerpo hasta empezar a alojarse en la parte baja de su vientre.


Tuvo que reprimir sus deseos de acariciar aquella suave y lechosa piel y se quedó sin aire cuando el doncel giró suavemente su mirada y sintió un fuerte golpeteo en su pecho cuando las perlas negras brillaron le miraron fijamente.


-¿Naruto, me estás escuchando? –El varón espabiló rápidamente al escuchar la suave, pero un poco molesta voz del menor, se dio el lujo de sonreír al ver el leve puchero del doncel y pudo ver las sutiles e infantiles facciones que aún se notaban en su suave rostro, que aún se podían notar.


-Perdóname. –Sasuke frunció suavemente su ceño al ver como el mayor empezaba a ponerse nervioso. –Yo... ¿Qué me estabas diciendo?


-Te estaba diciendo que Menma está demasiado inquieto. –Naruto frunció su ceño al ver como su pequeño niño empezaba a soltar suaves sollozos, le quitó la gorrita y alzó los mechones que cubrían su frente y se sorprendió al notar como sus mejillas se encontraban sumamente sonrojadas.


-Menma-chan. –La voz de Sasuke sonó con demasiada preocupación, sintiendo como su pecho empezaba a cerrarse. El pequeño se agitó con fuerza y soltó un fuerte llanto lleno de dolor, capaz de calar lo más profundo de sus padres.


Sasuke miró a su esposo con su mirada lleno de dolor y angustia y Naruto no pudo evitar sentirse nervioso al tener aquella mirada sobre su cuerpo, se puso de pie en tan solo un salto, asustando al doncel y caminó rápidamente por el largo y angosto pasillo del avión, acercándose a presionar un pequeño botón.


-Yamanaka-san. Dile a Kakashi que venga.


-Sí Namikase-san, enseguida. –La voz de la secretaria del varón se escuchó por el intercomunicador.


Sasuke intentaba calmar al pequeño Menma con un suave canto, pero no se dio cuenta que sus lágrimas también empezaban a salir de sus cuencas oscuras, apoyó la cabecita del menor sobre su hombro y soltó unas suaves palmaditas, pero el pequeño seguía removiéndose. Naruto no volvió a sentarse hasta que un hombre de cabellos plateados se acercó a ellos con pasos demasiados rápidos.


-¿Qué pasa Naruto? –Kakashi había llegado con su ceño completamente fruncido había escuchado el suave llanto del menor cuando salió de la cabina y pudo sentir un poco de lastima por el doncel al verlo intentar calmar al pequeño infante.


-Mi hijo. –El hombre tomó suavemente al pequeño Menma de los brazos del doncel y le sonrío suavemente al ver que se encontraba derramando pequeñas lágrimas por sus  hermosos ojos negros.


-A ver pequeño. –Sasuke se puso de pie trastabillando en el proceso, pero Naruto lo tomó suavemente por sus hombros, acercándolo instintiva y protectoramente a su cuerpo al sentir como el menor empezaba a temblar suavemente. Kakashi frunció lentamente su ceño, mientras se encargaba de examinar al menor.


–Puedo darle un jarabe para que su fiebre baje, pero si continua, debemos llevarlo a Emergencia apenas lleguemos.


-¿Cuánto falta por llegar? –Kakashi sonrió suavemente al escuchar la voz llena de angustia del doncel, y se dio cuenta de las duras facciones que había puesto su mejor amigo, cuando algo le preocupaba.


-Faltan unos veinte minutos. –Kakashi cargó al pequeño varoncito para entregárselo al doncel, después de darle un espeso jarabe de color rosa. –Pero les traeré unas compresas frías para que le puedan poner en la frente.


 


Sasuke no había soltado el cuerpo de su hijo cuando Kakashi se lo entregó con un poco menos ropa y abrigado en su manta azul, Menma se había acurrucado en los brazos de su papi dejando que poco a poco su llanto disminuyera, mientras que Naruto se encargaba de cambiar las compresas de su frente.


-Tal vez sea por el cambio de ambiente. –Sasuke alzó suavemente su rostro para fijarlos en los del rubio, sintiéndose extraño al observar las fuertes facciones de su rostro y rápidamente volvía a agachar su mirada. –Menma nunca ha estado tan cerca del aire acondicionado.


 


 


La luz resplandecía por la pequeña ventana y no pudo evitar removerse suavemente sintiéndose completamente cómodo, movió ligeramente sus párpados y frunció ligeramente su ceño al escuchar como la voz de Kakashi traspasaba fuerte y seria por los parlantes, indicando que debían abrocharse los cinturones.


Naruto abrió suavemente sus ojos, recibiendo la hermosa vista de un cielo azul y despejado, respiró suavemente sintiendo un dulce aroma y frunció ligeramente su ceño al sentir como su cabeza se encontraba apoya sobre algo suave, frotó lentamente sus ojos con sus dedos intentando alejar el sueño, pero no pudo moverse cuando sintió un peso extra en su hombro derecho y no pudo evitar sonreír al ver a Sasuke durmiendo, quien mantenía su cabeza apoyada sobre su hombro.


Se dio el lujo de acariciar suavemente los mechones azabaches que caían sobre su piel nívea cubriendo parte de su frente y no pudo evitar sonreír enternecido al ver como Menma se había quedado dormido en los suaves y confortantes brazos de su papi.


Y sin poder evitarlo sacó su celular de último modelo y después de desbloquearlo y de ponerlo en silenciador, le tomó la primera foto a su esposo e hijo, sonrío suavemente y emocionado al ver como Sasuke fruncía ligeramente su respingada nariz y él no pudo evitar acariciar suavemente sus sonrosadas mejillas, pero rápidamente guardó su Note 4 y alejó sus dedos de aquella suave y lampiña piel, cuando vio que el doncel daba indicios de empezar a despertar.


 


Sasuke apretó con fuerza el brazo de Naruto cuando el avión empezó a descender con demasiada rapidez y no pudo evitar soltar un pequeño grito lleno de terror al sentir como las ruedas chocaban contra el duro asfalta y el avión rebotaba con suavidad, Naruto tan solo había mantenido apoyada su mano sobre la del menor intentándolo calmar con una pequeña y confortante sonrisa.


Después que Kakashi revisara nuevamente al pequeño niño, les dio una pequeña pero segura mirada a los padres primerizos, aquella leve fiebre no había sido nada más que el pequeño haya estado al contacto directo con el aire acondicionado. Y después que el mayor le diera una receta e indicándoles que por cualquier pequeño cambio en el pequeño lo llevaran al médico. La pareja bajó del avión, encontrándose en medio en un brutal invierno.


 


El fuerte vendaval soplaba con fuerza removiendo los cabellos del doncel y Sasuke pensó que si no fuera por el fuerte, pero delicado agarre de Naruto sobre su cintura, el viento se lo hubiese llevado, Menma se encontraba completamente abrigado entre los fuertes brazos de su padre, mientras que los encargados bajaban sus maletas.


-Vayamos al hotel. –Sasuke se encontraba de pie observando por el enorme ventanal, como la fuerte ventisca caía con fuerza sobre el asfalto del aeropuerto, su cuerpo respingó levemente al sentir la mano de Naruto sobre su hombro.


El mayor le dedicó una pequeña sonrisa y Sasuke no pudo evitar sonrojarse, caminó lentamente mientras que era llevado suavemente por el rubio, mientras que él se dedicaba a observar a ver todo aquel nuevo país con unos ojos tan brillantes e ilusionados.


 


Naruto sonrió suavemente al ver como el carácter infantil del doncel salía a flote cuando corrió hacia el enorme balcón del cuarto de hotel, desde ahí se podía observar todo el hermoso centro, los altos rascacielos, siendo cubiertos por la densa capa de neblina.


Sasuke recorrió maravillado aquel enorme piso del hotel, observando los hermosos cuadros que colgaban de las altas paredes de la sala y tocando todo lo que podía,  mientras que el botones ingresaba con las maletas.


Sasuke vio como Naruto le daba una ostentosa propina, pero no dijo nada y tan solo tomó el cuerpo de su hijo llevándolo hasta la hermosa cuna de madera de caoba que se encontraba en mitad de la habitación.


Su cuerpo se estremeció al ver aquella cama, tamaño King, cubierta por un suave edredón de seda y las abundantes y esponjosas almohadas que ocupaban aquella cama, pero intentó no prestar atención al miedo que empezaba a embargar su cuerpo.


Su bruna mirada cayó sobre el cuerpo de su esposo y frunció levemente su ceño al verlo coger su propia maleta e ingresar rápidamente a otra habitación que yacía al costado de la principal. Sin saber muy bien que sentir, acarició los cabellos de su hijo, mientras escuchaba el gua de la ducha caer sobre el cuerpo de aquel rubio.


-Llegaré dentro de unas horas. –Sasuke se había mantenido de pie al costado de la cuna velando el sueño del niño y sintió el fuerte aroma a sándalo que provenía de aquel hombre. Escuchó las suaves pisadas acercándose y sus mejillas se sonrojaron fuertemente al sentir como la fuerte pero suave mano del mayor se apoyaba sobre sus cabellos.


–Ve a descansar. –Los labios de Naruto se posaron suavemente sobre la frente del menor, sintiéndolo temblar, pero se sintió feliz cuando el doncel no se alejó de él. –Te prometo que vendré antes de la cena.


Naruto besó nuevamente los cabellos de Sasuke para besar suavemente los cabellos de su pequeño, sintiendo como la fiebre seguía en su pequeño cuerpecito, pero el pequeño se encontraba calmado y dormido.


Naruto le dedicó por última vez una mirada al doncel y aun con la duda en su pecho se alejó de su pequeña familia y Sasuke tomó a su hijo para llevarlo hasta la gran cama matrimonial, cuando escuchó como la puerta principal se cerraba, dejando el persistente aroma de Naruto en aquella gran habitación.


-No sé lo que me está pasando. –El pequeño se removió suavemente entre las almohadas y el cuerpo de su oto-chan, soltando un suave suspiro al sentir los delicados dedos del doncel acariciando su rostro. –Se supone que debo odiarlo o temerle, pero no puedo evitar sentirme nervioso cuando lo tengo cerca. –Llevó lenta e inconscientemente sus dedos hacia su frente, el mismo lugar que los cálidos labios del mayor le había besado. –Sería un tonto si pensara que él se podría enamorar de mí.


 


Las grandes y altas puertas corredizas se abrieron con suavidad permitiendo que ingresase al alto edificio, frunció ligeramente su nariz al sentir el fuerte aroma del aromatizante y observó cómo las personas se movía con suavidad, casi creando una armoniosa concentración entre ellos. Sus ojos azules se fijaron en las dos altas y robustas columnas que enmarcaban en camino hacía el ascensor.


Frunció levemente su ceño cuando una joven rubia y de ojos verdes topacio se le acercó con una pequeña y coqueta sonrisa en su fino y delicado rostro, contorneando sus delgadas caderas, mientras que la  pequeña falda le dejaba mostrar sus largas piernas y la blusa blanca dejaba un pronunciado escote, de mal gusto, según la opinión del varón.


-Señor Namikase. –La mujer se acercó ocupando el espacio personal del rubio y Naruto no pudo evitar fruncir su ceño y alejar a la mujer, no pudo evitar sentirse ansioso al necesitar observar nuevamente los ojos oscuros del doncel. –Buenas tardes. –El rubio tan solo le dedico unos pequeños segundos en observar esos brillantes ojos y volvió a girar su mirada hacía las dos columnas. –No lo esperábamos hasta mañana en la mañana.


-Tengo un asunto más importante que atender, así que necesito acabar con esto pronto. –La mujer asintió frenética al sentirse abrumada por escuchar aquella brusca y parca voz, pero no pudo evitar sentirse aún más nerviosa al ver al otro varón peli plateado detrás del rubio.


-Claro, síganme. –Aunque la mujer hubiese querido comenzar alguna conversación  rápidamente era cortada con monosílabos por parte de los varones. –El señor Mitsuka los está esperando.


Las puertas del ascensor se abrieron dejándoles pasó a un largo corredor, el suelo de un mármol reluciente y recién pulido, dejando ver el reflejo de las personas, las altas mamparas dejando la hermosa vista de aquella ciudad, escuchó la voz de la mujer como un lejano susurro, casi sin importancia.


No pudo evitar fruncir ligeramente su ceño, al ver aquel despacho, era mucho más grande de lo que Naruto se hubiese esperado ver, pero aquello era típico de los suizos, tan extravagantes; sus ojos se fijaron en uno de los jarrones subastados por  un alto precio, junto con algunos hermosos cuadros, pero el que le llamó la atención fue uno, donde se veía el hermoso castillo bávaro de Neuschwanstein, de Alemania, pintado por el dictador alemán Adolf Hitler.


-Es hermoso ¿Verdad? Pintado por el propio Adolf Hitler. –La voz gruesa y tosca del hombre se dejó escuchar por el gran despacho y Naruto tan solo asintió suavemente, sorprendiéndose de que aquel hombre tuviera 100.000 euros que fue lo que costó aquel cuadro en la subasta. Negó levemente y siguió a su mejor amigo hasta sentarse en el mueble de cuero de la pequeña salita de la oficina. –Su padre me avisó que llegarían.


-Hemos venido a hacer una inspección del financiamiento.


-Necesito que me haga entrega de los libros de ingresos. –La voz de Kakashi se volvió más ronca. –Ya que los cheques que nos envían a Japón no concuerdan con sus ganancias. –Los dos varones pudieron ver como el mayor movía nerviosamente el wiski entre su mano.


Naruto frunció fuertemente su ceño cuando el sonido de su celular empezó a sonar por todo el lugar, soltó un suave suspiro y con un pequeño movimiento de cabeza se alejó de los varones, observó el número desconocido, deseó cortar la llamada, pero sin saber el porqué, contestó.


-Namikase. –Su voz sonó tosca y parca, como últimamente estaba sonando, mientras acariciaba su ceño fruncido y soltaba un cansado suspiro.


-¡Naruto! –La voz de Sasuke sonó en un solo grito en su oído, asustándolo en el proceso, frunció su ceño al no escuchar claramente la voz de su esposo y empezó a inquietarse cuando escuchó los fuertes sollozos de Menma.


-¡Sasuke! –Sin darse cuenta el nombre del doncel le salió en un desesperado grito, sintiéndose culpable por haberlo dejado solo con el pequeño aún enfermo.


-Es Menma... su fiebre, ya no sé qué más hacer. –Su pecho se agitó al volver escuchar aquellos sollozos del doncel y el recuerdo que tenía de Sasuke debajo de su cuerpo, pidiéndole que le suelte embargaron sus pensamientos.


-Sasuke. ¡Sasuke escúchame! –Suspiro despacio, intentando calmarse en el proceso, cuando el menor le escuchó, intentando detener sus lágrimas. –Quiero que te abrigues y abrigues a Menma y lo lleves a la clínica Senju, cuando llegues ahí diles que eres nieto de Tsunade Senju.


-Bien, bien. –La voz de Sasuke sonó entrecortada y opacada por el fuerte llanto del pequeño y no pudo evitar sentirse extraño.


-Tranquilo, yo te veré allá. –Cuando se dio vuelta Kakashi yacía a su lado, pero sin que el otro le preguntara nada le dio pase para que vaya con su familia, mientras que él se quedara en la empresa.


 


Naruto nunca había manejado demasiado rápido para ir a la clínica, él recordaba que siempre tenían que llevarlo a rastras, golpeó con frustración el timón de su auto cuando se topó con un semáforo en rojo y las lágrimas del doncel, pidiéndole que se detenga cuando le penetró sin ninguna preparación, volvieron a su mente.


Había hecho el recorrido en diez minutos, las luces de los autos pasaban con demasiada rapidez, pero él no se detuvo ni al oír los sonidos de los claxon, empezó a sentirse frustrado cuando se dio cuenta que aún le faltaban cuatro cuadras más para llegar.


Dejó el auto mal estacionado fuera de la clínica, importándole poco que le ponga una multa y corrió hacia el interior del establecimiento, se detuvo de golpe cuando el olor a desinfectante llegó hasta su olfato, sintiendo como su estómago empezaba a revolverse, pero sin importarle caminó hasta la secretaria.


-Menma Namikase. –La mujer digitó algo en la máquina y luego alzó su rostro, molesta por el ruido que el rubio se encontraba haciendo con su pie, asustándose en el proceso.


-Namikase-san. –Sus mejillas se sonrojaron de vergüenza y agachó su rostro, completamente abochornada. –Tsunade-san ya lo está atendiendo en la sala 6. –No dijo nada más y salió corriendo hasta llegar al pasillo y mordió su labio inferior al ver al doncel sentado en una de esas incómodas bancas de metal.


Sintió su corazón afligirse al ver como Sasuke mantenía su rostro cubierto entre sus pequeñas y temblorosas manos, aferrando fuertemente la manta preferida de su hijo y se pudo dar cuenta que aquel pequeño cuerpo se encontraba temblando, frunció su ceño al verlo vestido nada más con una delgada camisa, un simple pantalón y unas sandalias, sus cabellos alborotados le indicaban que había estado descansando cuando todo ocurrió y casi pudo asegurar que debajo de sus hermosos ojos mantenían unas horribles ojeras.


Se acercó lentamente, dejando que el sonido de sus zapatos contra el suelo de cerámica llenara el silencioso pasillo y sin que el menor alzará su rostro, aferró fuertemente el cuerpo del doncel contra el de él, acarició sus cabellos, permitiéndole que llorara en su pecho y no lo soltó hasta que se hubiese calmado.


-Te dije que te abrigaras. –La voz de Naruto salió suave y rasposa, pero aun así hizo que Sasuke se estremeciera.


-Lo siento. –Naruto se separó del menor y Sasuke sintió cuando el frio abrigó su cuerpo, soltó un gemido lastimero al saber que no le había gustado aquella sensación, pero rápidamente se vio envuelto por el albornos del varón, mientras que cruzaba su brazo por sus delgados hombros y lo atraía nuevamente a su cuerpo.


 


Sasuke escondió su afligido rostro en el pecho de Naruto sintiendo el fuerte aroma a wiski, cerró lentamente sus ojos y sintió como su respiración empezaba a agitarse cuando los fuertes brazos del mayor se aferraban fuertemente a su delgada cintura, él tembló, aún tenía miedo, pero no se alejó de aquel hombre.


Por alguna extraña razón empezaba a sentirse seguro y protegido, se sintió estremecer cuando el rubio escondió su rostro entre sus cabellos, sintió como el pecho del varón empezaba a inflarse con su suave aroma. Soltó lentamente un suave suspiro sintiéndose relajado y perturbado al sentir aquellas nuevas sensaciones.


Unos fuertes pasos se oyeron por el largo pasillo, obligando que Naruto alzara su rostro de los suaves cabellos del doncel y frunciera ligeramente su ceño al ver como los zapatos de su abuela se acercaba a ellos.


Naruto separó suavemente el cuerpo de Sasuke y le ayudó a ponerse de pie, apoyó suavemente sus manos sobre lo delgada cadera del doncel y lo acercó a su cuerpo al ver como la mirada de su abuela empezaba a volverse fría.


La galena observó fijamente al doncel que había llegado derramando infinitas lágrimas y con un pequeño entre sus brazos llorando desconsoladamente, diciendo que ella era su abuela, al principio hizo caso omiso a los llamados de las enfermeras, pero al ver el rostro lleno de miedo y preocupación del doncel no pudo evitar tomar al pequeño varoncito y llevarlo a la sala de urgencias.


Frunció ligeramente cuando vio cómo su nieto abrazaba a aquel doncel, tan protectora y celosamente, nunca había visto aquella personalidad de él con otras personas.


-¿Cómo está? –La voz llena de angustia de Sasuke se escuchó rasposa, cuando una mujer de grandes rasgos físicos se detuvo ante ellos, sus cabellos rubios yacían amarrados en una alta coleta, soltó un suave suspiro mientras observaba los ojos de su nieto, tan parecidos a los de su hijo.


-El pequeño está recuperándose. –La mujer fijó sus orbes en el menudo cuerpo del doncel y soltó un suave suspiro al verlo tan afligido. –Puedes ir a verlo a la habitación cuatro.


La mujer llamó a una enfermera para que se llevara al menor y éste tan solo le dedicó una desesperada mirada a su esposo y se alejó con pasos rápidos.


-Acompáñame a mi oficina. –Cuando el cuerpo del doncel desapareció por los largos y fríos pasillos del hospital, la mano de la mujer se cerró sobre el brazo de Naruto y lo jaló con fuerza hasta la oficina,


-¿¡Te casaste!? –Naruto se estremeció por el fuerte grito de la mujer, pero Naruto solo soltó un ligero suspiro, acariciando su ceño fruncido. -¿Cuántos años tienes? ¿Doce?


Naruto viró su mirada hacia la ventana de la oficina, observando como las esponjosas y grisáceas nubes empezaban a traer consigo a la noche, mordió ligeramente su labio inferior al darse cuenta que no sabía nada de su pequeño esposo, sabía que era menor de edad y que había sido virgen cuando se casó con él, pero nada más.


-Ya veo ¿Y ese niño? –La mujer frunció ligeramente su ceño, mientras tomaba un poco de sake, observando molesta a su nieto.


-Lo hemos adoptado hace poco. –La mujer apoyó el peso de su cuerpo en el respaldar de la silla, mientras se sobaba la sien y soltaba un ligero suspiro. –Abuela yo tengo algo que decirte.


La mujer alzó su rostro mientras fruncía su ceño, dejó lentamente el sake en la mesa, observando fijamente al menor, Naruto se caracterizaba por ser un hombre terco y serio, casi incapaz de hablar de sus problemas.


-Hace unas semanas yo. –Tsunade alzó una de sus cejas al escuchar la suave y dolida voz del varón. Frunció ligeramente su ceño al verlo tan estresado y nervioso.  –Yo le obligué a...


-¿Lo violaste? –Tsunade sintió como su corazón saltó con brusquedad en su pecho, rogando de que el menor no lo haya hecho, pero al notar que Naruto agachaba su mirada, sus manos se posaron con brusquedad sobre la madera, sus ojos se opacaron de un color miel mucho más oscuro y Naruto sintió como un frio recorría su columna vertebral.


El rostro de Naruto se giró rápidamente hacia la izquierda y cerró con fuerza sus ojos azules al sentir la palma de la mano de su abuela, el calor empezó a recorrer por su rostro, abrió lentamente sus ojos sintiendo como su mandíbula empezaba a doler, su labio tembló levemente, sintiendo como el nudo en su pecho comenzaba a crecer, impidiéndole respirar.


-No puedo creer lo que me estás diciendo. –Tsunade se puso de pie y empezó a dar vueltas por toda la habitación soltando varios improperios. Naruto sintió achicarse en su silla y entrecerró levemente sus ojos al sentir la mano de la mujer apretar con demasiada fuerza su hombro. -¿Tu padre lo sabe?


-No, él no lo sabe, pero yo. –Mordió su mejilla interior y cerró con fuerza sus ojos recordando nuevamente las finas lágrimas del doncel. –Yo me siento mal, todas las noches tengo pesadillas recordando sus lágrimas. –Naruto agachó suavemente su cabeza, apretando sus manos en la tela de su pantalón sintiendo como el nudo en su pecho empezaba a asfixiarlo.


-Es lo mínimo que debes sentir. –La voz de Tsunade sonó dura y Naruto tragó grueso, sintiendo la molestia en su voz. –La culpa va a hacer tu peor castigo y vas a tener que aprender a vivir con tu error y a aprender a pedir disculpas.


-Ahora la prioridad es ese pequeño. –Naruto asintió lentamente, tan solo escuchaba la voz de su abuela. La mujer palmeó suavemente el hombro de su nieto.


-Él tiene un problema en su corazón. –Los pasos de Tsunade empezaron a escucharse lentos, pero fuertes chocando contra el duro mármol del suelo. –Yo no quiero que nada malo le suceda, no cuando yo pueda evitarlo.


-Entiendo. –La mujer soltó un fuerte y abatido suspiro, acariciando fuertemente su ceño fruncido, sintiendo como el cansancio empezaba a pasarle factura. –Ve a ver a tu hijo, después iré a verlos.


 


Naruto cerró la puerta y apoyó el peso de su cuerpo en ella y soltó un suave suspiro, frotó con fuerza sus cuencas, sintiendo como el dolor en su cabeza empezaba a aumentar. Caminó por los largos pasillos sabiendo que aceptaría todo lo que su abuela le proponía, los golpes y los gritos que recibiría, él se lo merecía y lo sabía.


-Sasuke. –El doncel giró lentamente su bruna mirada observando el cuerpo de su esposo que yacía de pie en el umbral de la puerta, el menor le dio una pequeña y cansada sonrisa, sintiendo como las lágrimas luchaban por salir.


-Fue mi culpa. –Naruto se acercó con rapidez y abrazó protectoramente el menudo cuerpo del doncel, sintiéndolo frio y tembloroso, dejó que el menor ocultara su rostro en su pecho, mientras él lo abrazaba con fuerza. –Menma no se merece tenerme como su padre.


-¡No! –Naruto sintió como la furia empezaba a envolverlo, empezó a sentirse molesto consigo mismo, pero intentó relajarse al sentir el cuerpo del doncel temblar entre sus brazos; soltando un suave suspiro, tomó suavemente los hombros del menor y lo alejó unos pocos centímetros. –Menma te ama y esto no es tu culpa.


-Esto es mi culpa. –El doncel mordió ligeramente su labio inferior al escuchar la temblorosa voz del mayor, observó cómo esos hermosos ojos azules empezaban a aguarse y esas manos empezaban a temblar sobre sus delgados hombros. –Yo no debí haberte forzado, si tan solo hubiese hecho las cosas bien, yo.


Las lágrimas ya bañaban aquel duro rostro de Naruto y Sasuke pudo darse cuenta que aquel gran e imponente hombre también se encontraba sufriendo, sus propias lágrimas ya bañaban su terso rostro y sintió como los dedos del varón secaban con suavidad sus mejillas.


-Lo siento mucho. –La voz del rubio sonó entrecortada, aún con sus manos sobre los delgados hombros del doncel, escondió su rostro en el pecho de Sasuke y lloró como un pequeño niño en busca del perdón de su madre.


Lentamente Sasuke apoyó sus manos sobre las hebras doradas, sintiéndolas húmedas, cerró lentamente sus ojos al sentir como el abrazo del varón empezaba a hacerse más fuerte, tragó grueso y por primera vez Naruto sintió los delicados labios del menor sobre sus cabellos, lentamente sus cuerpos empezaron a calmarse el uno con el otro.

Notas finales:

Creo que este es el capitulo mas largo que he escrito en este fic.

Tengo una duda con respecto al tema de Itachi y Obito.

Alguien desea que hayan "insinuaciones" entre Kakashi y Obito??? o solo haya amistad??? 

(: espero sus lindos comentarios!!!!! *-*!!! y espero que les haya gustado este capitulo *-* (:!

Besos!!


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