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Llueve por girlutena

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Los suaves reflejos de aquella mañana traspasaban la fina tela que cubría la pequeña ventana, una suave ráfaga de viento recorrió aquella silenciosa habitación, que apenas era alumbrada por unos suaves rayos.


Se podía escuchan unos suaves suspiros, tan calmados y acompasados, en uno de los muebles de tres plazas, cerca de la cama de hospital, se podía ver como Naruto mantenía aferrado a Sasuke, quien mantenía su rostro oculto entre su pecho, las grandes, pero suaves manos del varón se encontraban alrededor de la cintura del menor, sintiendo como su pobre corazón latía lentamente entre ellos.


Poco a poco Naruto fue abriendo sus ojos, tallándolos con fuerza, esperando con calma que el sueño se alejara de su cuerpo, soltó un ligero gemido al sentir sus músculos agarrotados y lentamente llevó su azulina mirada hacía el menudo cuerpo que mantenía fuertemente aferrado al de él y una pequeña sonrisa empezó a asomarse por su rostro.


Rio bajito al ver como el doncel fruncía ligeramente su ceño y hacía un pequeño puchero, acarició suavemente los finos y delicados rastros de su rostro, acarició con suma sutileza la pequeña y respingada nariz, observando como el menor empezaba a removerse inquieto, pero sin atreverse a despertar.


-No puedes tener más de dieciocho años. –Su voz sonó rasposa, pero tan suave que fue como un ligero murmullo, lentamente con las yemas de sus dedos acarició su mejilla nívea, fijándose en cada pequeño e insignificante rasgo.


Lentamente llevó su azulina mirada hacía la camilla donde su pequeño había dormido toda la noche y no se esperó ver a Menma arrodillado en el colchón, con sus pequeñas manitas fuertemente aferradas a la baranda de metal y con su hermosa sonrisa en su infantil rostro.


 


Poco a poco el cuerpo de Sasuke empezó a removerse con suavidad, mientras escuchaba una suave canción de cuna, su cuerpo empezaba a sentirse relajado; gimió bajito mientras que intentaba regresar a la comodidad en la que hace poco se encontraba, pero frunció ligeramente su ceño al sentir como los suaves rayos caían sobre sus párpados aún cerrados, y casi sin ganas empezó a abrir sus ojos, esperando a normalizar su vista.


Sus mejillas se tornaron de un fuerte carmín al ver como Naruto arrullaba al pequeño Menma entre sus fuertes brazos, cantándole una suave cancioncilla, mientras que el pequeño alzaba sus bracitos y soltaba una suave risa llamando su atención.


Sus pulmones empezaban a pedirle oxígeno y él, con sus mejillas fuertemente sonrojadas, se alegró que tan solo podía ver la ancha y fuerte espalda del varón, mientras que sus fuertes músculos se notaban en la ligera tela de la camisa.


Y no se dio cuenta de cuando rápido el varón se había volteado y ahora tenía esas dos gemas tan penetrantes y azules, mirándole fijamente, mordió ligeramente su labio inferior y soltó un pequeño quejido al sentir los músculos de su cuello y columna fuertemente agarrotados.


 


Naruto se dio cuenta que le gustaba ver la sonrisa del doncel, su corazón palpitaba con fuerza cada vez que las mejillas del doncel se pintaban de un suave o fuerte carmín cuando se daba cuenta que él lo miraba fijamente y casi podía compararlo con un ángel al verlo cuidar al pequeño Menma.


Hace un rato había llegado una enfermera con un biberón para el pequeño infante y con una sonrisa volvió a salir de la habitación para dejar que los padres primerizos cuidaran de su bebé.


Sasuke sonrió al ver cómo su hijo hacía un suave berrido cuando el varón intentaba alimentarlo, alzó suavemente sus brazos cuando el morenito extendió sus brazos hacía él y con un pequeño puchero Naruto tuvo que sentarse al costado del doncel, pero no pudo evitar sonreír suavemente al ver a su pequeña familia.


El ameno ambiente fue cortado por una estrepitosa entrada, haciendo que el bebé se removiera inquieto entre los brazos de su papi, Naruto frunció ligeramente su ceño al ver a su mejor amigo entrar con su respiración agitada.


-Toma, les traje algunas cosas que supongo vayan a necesitar. –Naruto asintió suavemente y con una pequeña sonrisa hacía el doncel, ingresó al baño.


-Sabes, me recuerdas a alguien. – Cuando la puerta del baño se cerró, Kakashi le sonrió suavemente a Sasuke y el menor tan solo le dedicó una nerviosa sonrisa.


Sasuke no se había dado cuenta, cuando había sido el momento en que el varón se había acercado a él y sintió como sus mejillas empezaban a calentarse al darse cuenta que el rostro del mayor estaba demasiado cerca de él.


Se dio cuenta que Kakashi era demasiado guapo y que no aparentaba su verdadera edad, su respingaba y fuerte nariz, junto con su fuerte quijada le daba un matiz demasiado varonil, mantenía sus cabellos cortos y puntiagudos de un color plateado, demasiado brillantes y unos ojos tan negros y brillantes.


No pudo evitar llenar sus pulmones con el fuerte aroma de aquel varón, un aroma entre cítricos y canela y empezó a sentirse nervioso cuando el mayor quiso acercarse más a su rostro, escuchó como la puerta del baño era cerrada y sintió miedo que Naruto malinterpretara aquella situación.


-¡Auch! ¿Por qué me golpeas? –Sasuke había cerrado sus ojos y fue abriéndolos poco a poco para ver cómo Kakashi tomaba su cabeza y Naruto le miraba con su ceño fuertemente fruncido, gritándole un par de cosas en otro idioma que él no entendía.


Su bruna mirada cayó sobre el cuerpo recién duchado del varón y no pudo evitar sentirse lleno de vergüenza al verlo tan solo vestido con sus pantalones y con una toalla cruzando su cuello, dejando que las pequeñas gotas cayeran de sus rubios cabellos resbalando por su fuerte y bien formado pecho, perdiéndose bajo la tela de su pantalón.


Naruto sintió como un tic empezaba a formarse en su ceja izquierda y con un leve suspiro volteó a ver a su esposo, sintió un fuerte tiró bajo de su vientre al verlo con las mejillas tan rojas y esas dos hermosas perlas fijadas en su pecho desnudo, lenta y casi mecánicamente llevó su mano hacía su  pecho y sin decir algo volvió a encerrarse en el baño.


-Lo siento. –La voz de Kakashi sonó suave, pero varonil y Sasuke tan solo pudo asentir suavemente, intentando que sus mejillas y su respiración volviesen a la normalidad. –Supongo que tiendo ver a la persona que amo en ti.


El fuerte, pero adictivo aroma de Naruto, que llenó rápidamente la habitación, no le dejó responder y no pudo evitar llevar su bruna mirada hacia su esposo y soltó casi un pequeño suspiro aliviado al verlo, completamente, vestido.


Sasuke se vio reflejado en el espejo un poco empañado por el vapor de la ducha, lentamente y con la palma de su mano la limpió para ver cómo sus mejillas se habían teñido de un suave rosa al verse desnudo, llevó sus manos hasta su vientre plano y lampiño, sus cabellos azabaches se encontraban en puntas y totalmente desarreglado, las gotas aún caían por su cuerpo.


Buscó la ropa limpia que le había traído el varón y con un fuerte sonrojo vio que también le había colocado un cambio de ropa interior, mordió ligeramente su labio inferior al darse cuenta que la ropa de Naruto estaba junto a la de él.


Cuando salió del baño la mirada de Naruto se posó rápidamente sobre él y no pudo evitar sentirse nervioso y se alegró de que sus mejillas siguieran teñidas de un suave rosa por la ducha.


Naruto pasó su mirada por el cuerpo del doncel, quien llevaba puesta una fina camisa blanca de manga larga y un pantalón de lino negro, dejando que sus finas curvas se notasen, también se había colocado unas zapatillas converse y Naruto no pudo evitar sonreír enternecido al verlo vestido de aquella manera.


 


 


Tsunade pudo sentir como el doncel empezaba a removerse inquieto en la silla de metal que se encontraba al frente de ella, soltó un ligero suspiro, mientras dejaba el lapicero sobre algunos documentos y apretaba con delicadez el puente de su nariz.


Naruto observó de soslayo como la bruna mirada de Sasuke se fijaba en la ventana del despacho de su abuela, llevó el peso de su espalda en el respaldo de la silla y alzó levemente su mirada hacia el techo, perdiéndose nuevamente en sus pensamientos.


-Sasuke. –El doncel no pudo evitar estremecerse cuando escuchó su nombre salir de los labios de aquella gran mujer. –Naruto me contó lo que te hizo. –Y rápidamente llevó su mirada hacia sus muslos, apretando la tela de su pantalón con sus manos.


Mordió ligeramente su labio inferior, empezando a sentir como su corazón empezaba a apretujarse y a quedarse sin aire, pero intentó calmarse y levantó su mirada hacia la mirada color miel de aquella mujer.


-También me comentó sobre el tema de tu corazón. –Sasuke quiso decir algo más, pero sentía como su garganta empezaba a quedarse seca. –He llamado a tu familia y ya tengo tu historial anterior, lo estudiaré y cuando tenga todos los análisis te llamaré de nuevo.


Sasuke solo pudo sentir la mano de Naruto sobre su espalda, su cabeza había empezado a doler y un fuerte zumbido empezaba a escucharse dentro de sus tímpanos, llevó sus manos hasta cubrir sus oídos, mientras sentía como unos fuertes mareos empezaban a invadir su cuerpo.


Escuchó a lo lejos la voz de Tsunade, luego sintió como los fuertes brazos del rubio lo tomaron con suavidad hasta acostarlo en una camilla.


-¿¡Qué le pasó!? –Tsunade frunció ligeramente su ceño, mientras escuchaba como el corazón del doncel latía cada vez más lento y pausado. –Oba-chan.


-Está bien, su respiración ha empezado a estabilizarse. –Naruto se alejó unos pocos centímetros del moreno, observando con su ceño ligeramente fruncido, como Shizune empezaba a sacarle sangre. –Lleva esto al laboratorio y Naruto, cuando Sasuke despierte pueden irse, yo lo llamaré cuando tenga los resultados.


Naruto sintió como el peso de su cuerpo caía sobre la silla de metal, apoyó sus codos sobre la camilla y lentamente llevó sus manos hasta acunar una de las manos del doncel, sintió como una opresión empezaba a crecer en su pecho y sin poder evitarlo escondió su rostro en el pecho del menor, sintiéndose relajado al sentir el dulce aroma a canela.


 


 


No recordaba cuantos días habían pasado desde que habían salido del hospital de Tsunade, solo recordaba haber dejado a Sasuke y a su hijo en el cuarto del hotel, mientras que él volvía a salir a la oficina.


Cuando Naruto ingresó a la habitación del hotel, la oscuridad y el silencio fue lo único que le recibió con los brazos abiertos, la suave luz de los faroles llegaba como pequeños rayos hasta el suelo de la sala, dejó las llaves y su portafolios en una pequeña mesita y llevó su mano hasta la parte de atrás de su cuello, sintiendo como todo el cansancio empezaba a acumularse.


Lentamente fue desarreglándose la corbata, mientras se acercaba a la gran mampara, observando la iluminada ciudad  y frunció ligeramente su ceño al ver como una suave luz ámbar salía de la habitación del moreno, mordió ligeramente su labio inferior y dándose el valor se acercó lentamente hacia allá.


Observó la pequeña lamparita alumbrando parte de la cuna donde dormía Menma y los cabellos azabaches del doncel brillando con suavidad, se aceró lentamente hasta la cama del doncel y no pudo evitar tocar aquella suave piel.


Y sin esperarlo, su respiración se detuvo al ver como Sasuke abría lentamente sus ojos, para mirarle fijamente, sintió como su corazón se agitó dentro de su caja torácica al ver como las níveas mejillas del menor empezaban a tornarse de un suave rosa.


Vio como el labio de Sasuke empezaba a temblar, mientras que esos hermosos ojos negros empezaban a opacarse por una capa de lágrimas.


-¿Por qué me haces esto? –La voz de Sasuke sonó levemente entrecortada y Naruto sintió aún más culpa alojarse en su pecho.


Sasuke observó con su mirada acuosa como Naruto agachaba su mirada hacia el suelo de madera y no pudo evitar sentirse abandonado cuando le vio alejarse con pasos rápidos de aquella habitación.


Había pasado casi una semana desde que Menma había enfermado y desde que Tsunade le había hablado sobre su problema de corazón y le había hecho recordar aquella tarde donde fue tomado violentamente por el rubio.


Había sentido como todo lo que había pasado con el varón después de aquel día, en como Naruto había empezado a acercarse poco a poco, el día en que trajo a Menma y como todo había empezado a mejorar. Ahora creía que todo había sido un cruel sueño y cuando cayó en la realidad se dio cuenta que Naruto había empezado a alejarse de él.


Sasuke apretó con fuerza la suave y delicada sábana entre sus manos, hasta hacerlas puños y mordió con fuerza su labio interior, al sentirse tan estúpido por haberse enamorado de un hombre como aquel.


De un hombre que lo había tomado sin siquiera llegar a conocerse, de un hombre de pocas palabras, pero no pudo evitar enamorarse de la forma en la que cuidaba de Menma y él tan solo anhelaba que también le cuidase de esa forma.


-Solo nos hemos casado por un contrato. –Odió que su voz saliera entrecortada. –Que tonto eres, Sasuke. –Sus lágrimas ya habían empezado a derramarse por sus mejillas, pero con frustración e intentando controlar su respiración, escondió su rostro entre la almohada, rogando por quedarse profundamente dormido.


 


 


El pequeño Menma borró lentamente su sonrisa cuando su papi le sentó en su sillita, alzó sus bracitos y soltó un suave berrido para llamar su atención, pero el doncel tan solo le dedicó una triste sonrisa y una temblorosa caricia sobre sus cabellos ébanos.


-Vamos hijo, come un poco. –Pero Menma frunció su naricita cuando su papi intentó darle de comer y no le gustó escuchar la dulce voz de su papi, entrecortada, soltó un leve gemido cuando vio como los hermosos ojos del mayor empezaban a aguarse. -¿Tú también me odias?


Menma soltó un doloroso gemido cuando observó como una pequeña lágrima empezaba a resbalar por la nívea mejilla de su papi, pero se calmó cuando sintió como éste lo volvía a cargar para llevarlo hasta la cuna.


-Perdóname bebé. –La suave mano del doncel acariciaron los cabellos del menor, mientras le dedicaba una triste sonrisa, para luego dejarlo e ingresar al baño.


 


La puerta se abrió lentamente dejando que Tsunade ingresara con una sonriente Sakura, quien se alejó de la mayor para abrazar fuertemente al doncel, quien en ese momento salía del baño, para luego ir a la habitación y ver al bebé.


-Perdónanos por entrar de este modo. –Sasuke tan solo observó como la rubia caminaba tan cómodamente por toda la sala hasta llegar a la cocina. –¿Todavía no desayunas? –La mujer se volteo lentamente y alzó una de sus cejar al ver como el doncel seguía de pie muy cerca de la puerta principal y con la mirada gacha. –¿Dónde está Naruto?


-Yo. –No pudo evitar morderse el labio inferior y ya estaba empezando a sentirse estúpido. –No lo sé. Sale muy temprano en la mañana y no llega hasta la medianoche.


-¿Pasas encerrado todo el día? –El menor asintió despacio, escuchando como los tacos de Sakura sonaban cada vez más cerca de él.


Tsunade tan solo se quedó de pie viendo como la mirada del doncel empezaba a verse más apagada y como las ojeras en sus ojos empezaban a notarse cada vez más, Sakura se acercó a ella y asintió despacio al ver como el menor había bajado de peso en tan poco tiempo.


-Ve a vestirte. –Sasuke alzó su mirada para observar como Sakura ya se encontraba a su lado, tomando el cuerpo de Menma entre sus brazos. –Saldremos al centro comercial a desayunar.


Sasuke quiso negarse, pero no pudo hacerlo cuando sintió las manos de la mujer sobre su espalda llevándolo hasta su habitación.


 


 


Debía admitir que la idea de Tsunade por salir a desayunar había sido excelente, se sentía excitado observando cada lugar, cada edificio a su alrededor, no pudo evitar observar las extrañas ropas de las vitrinas, pero rápidamente regresó a la realidad cuando Menma empezó a refunfuñar en el cochecito.


El suave viento soplaba trayendo consigo el dulce aroma de las pocas flores que quedaban a pesar del invierno, habían buscado una banca vacía en el parque cuando Tsunade les informó que debía ir a recoger algunos documentos, Sakura observó ilusionada como Sasuke tomaba en brazos al pequeño y el varoncito se dejaba abrazar por su papi.


-Supongo que Menma ya se acostumbró a estar en tus brazos. –Sakura sonrió suavemente al ver como Sasuke daba el biberón al pequeño Menma.


Sakura se había sentado a lado del moreno dándole una pequeña sonrisa al menor, soltó un ligero y casi imperceptible suspiro y alzó su verdosa mirada hacía el cielo, observando como la neblina empezaba a opacar todo a su alrededor.


El pequeño Menma alzó lentamente sus manitos para tomar levemente las manos de su papi y Sakura sonrió tristemente como el doncel le sonreía suavemente al infante, negó levemente sin poder imaginar lo que su mejor amigo le estaba haciendo pasar al menor.


-Cuando me casaron con Naruto. –La voz del doncel sonó tan suave y despacio, que Sakura tuvo que prestar verdadera atención a pesar de los ruidos. –Me dijeron que debía darle un hijo y luego podría divorciarme. –Su ceño se frunció fuertemente al escuchar aquello y casi iba a decir algo. –Lo único que yo ganaba era un verdadero diagnostico a mi enfermedad.


-¿Y tú aceptaste? –No quiso que su voz salga tan ruda y se lamentó cuando vio como el menor protegía a Menma entre sus brazos.


-No. –Sasuke acarició los cabellos de su hijo, pensando que debía darle su primer corte de cabello. –La empresa de mi padre tenía problemas financieros y mi hermano junto con mi padre pensó que se iba a solucionar, yo no quise, nunca podría abandonar a mi hijo.


La fémina mordió ligeramente su labio inferior, escuchando como el menor empezaba a retener sus suaves sollozos, soltó un ligero suspiro, mientras intentaba tranquilizarse.


-¿Te has enamorado? –Sasuke mostró una pequeña sonrisa, tan triste y llena de angustia, que Sakura tuvo que reprimir las ganas de abrazar al menor.


-Fui un tonto. ¿Cómo pude llegar a enamorarme de un hombre que me tomó por la fuerza?


 


 


Naruto cerró lentamente el documento que hace unos minutos Kakashi le había entregado y llevó su mirada hacia el gran ventanal, observando como las ramas desnudas de los altos árboles se movían con fuerza.


Acarició con suavidad sus párpados cansados, empezando a sentir como el cansancio empezaba pasarle factura a su cuerpo.


-Si no te conociera, diría que estás evitando a Sasuke. –La voz de su mejor amigo y colega se escuchó desde el otro extremo de la oficina. –Es un hermoso doncel, supongo que cuando lleguen a divorciarse podrá enamorarse rápidamente.


Kakashi sonrió levemente al saber que su amigo mantenía su ceño fruncido ante sus palabras, escuchó los fuertes pasos de Naruto alejarse hasta salir de la oficina y soltó un fuerte suspiro, mientras se ponía lentamente de pie.


Escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón y observó como las personas caminaban por las calles transitadas, sonrió suavemente al ver como madres y donceles cuidaban de sus hijos, pero no pudo evitar mostrar una triste sonrisa, temiendo que cuando su amigo se diera cuenta, pudiera ser demasiado tarde.

Notas finales:

Todavía pueden ir votando sobre la relación entre Kakashi, Obito e Itachi. ;)!!!!

espero sus lindos reviews!!!!


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