Capítulo 1
PDV Narrador
- ¿E-Es humana? - tartamudeó un hombre que apreciaba el espectáculo, frente a ellos una mujer pelirroja, con una armadura que le hacía parecer un ángel, peleaba a la par con un gran monstruo, que había estado atacando el aldea.
- Los magos de Fairy Tail son sorprendentes - susurró quien estaba a su lado, mientras también observaba la batalla.
- Bailen, mis espadas - murmuró la chica mientras decenas de espadas aparecieron a su alrededor formando un circulo mientras flotaban - ¡Círculo de espadas!
Ese fue el último ataque que la pelirroja necesito antes de que la bestia cayera de bruces al suelo. El nombre de la maga era Erza Scarlet, también conocida como Titania, la reina de las hadas y la mujer más fuerte de Fairy Tail. Hermosa mujer conocida por su manejo de la espada, anormal fuerza y potencia mágica. Dueña de una larga cabellera escarlata, ojos marrones y piel clara. Una figura esbelta envidiable y elegante. Quien mientras no estaba en batalla era vista llevando armadura Heart Kreuz junto a una falda azul y botas de color negro. Quizá un poco impaciente y estricta, lo que causa que algunos le teman, pero con un gran sentido de justicia y orgullosa miembro de su gremio.
Hace unas horas había iniciado su pelea con el monstruo, monstruo que había estado atacando a los aldeanos de una pequeña aldea minera que se ubicaba en las montañas, desde hace ya unos meses. Los trabajadores habían encontrado un gran yacimiento de piedras preciosas que los salvaría de la banca rota, pero por desgracia, antes de que pudieran colocar sus manos en la riqueza el monstruo apareció para bloquearles el camino. Por más que lo intentaron no lograron derrotarlo, magas y magos acudieron para enfrentarlo, pero nadie logró siquiera herirlo, no hasta que Erza Scarlet llegó.
Apenas se acercó a la mina el monstruo la atacó, sus gruñidos asustaron a todos los aldeanos, algunos de los cuales se acercaron para ver cómo le estaba yendo a la maga, sorprendiéndose al ver que estaba dándole pelea al monstruo.
- Ahora no podrás seguir atacando a gente inocente - le dijo Erza mientras volvía a colocarse su armadura Heart Kreuz y caminaba cerca de la cabeza del monstruo, que exhalaba sus últimos alientos
- E-ella - gruñó sorprendiendo a la chica, quien no esperaba que el monstruo hablara - ella... e-es mía
- ¿Ella? - se preguntó Erza, mientras los aldeanos se acercaron liderados por el alcalde, a quien Erza se dirigió - ¿a qué se refiere con ella?
- Debe ser la mina - dijo el alcalde restándole importancia mientras le entregaba un sobre de jewels, el pago por la misión - gracias por su ayuda Srta. Scarlet
- Quizá haya algo en el interior - murmuró Erza caminando a la mina - que nadie se acerque, podría haber más monstruos
- ¡Espere! - gritó el hombre, pero Erza ya había desaparecido
PDV Erza
¿Quién o qué será ella? Esta misión desde el comienzo pareció extraña, monstruos como ese no habitan en estos lugares, por eso acepte el trabajo. La aldea se ve normal, no parecen ocultar nada, son mineros normales, pero siento que algo extraño sucede aquí.
Hace unos días salí de Fairy Tail, espero que los demás no estén causando problemas, tengo el presentimiento que tendré muchas cosas que arreglar a mi regreso… pero me estoy desviando, ahora debo concentrarme en la misión.
Llevo unos minutos caminando, pero aparte de piedras preciosas, rocas y tierra aquí no hay nada, el calor comenzó a sofocarme y la poca luz que conseguía de mi lámpara no me ayudaba mucho, así que decidí regresar. Suspiré antes de dar la vuelta, pero una corriente de aire helado me tomó desprevenida ¿Cómo podía hacer frío de la nada?
Decidí continuar hasta que llegué a una cámara iluminada que me cegó en un principio, pero cuando logré ver nuevamente me encontré con lo último que pensé poder encontrar aquí ¡Una persona! Pero no una normal, sino que una en posición fetal en el interior de una gran gema dorada translúcida.
- Esto no puede ser real - susurré mientras con cautela acercaba la mano a la piedra, pero el frío que irradiaba me hizo retroceder, estaba fría como un témpano de hielo, pero no parecía derretirse, así que hielo no era. La persona no se movía, parece que está muerta, se cruzó por mi mente que podía ser una especie de muñeca, pero era demasiado real para serlo. Se notaba que era una mujer, vestía una armadura negra, que se notaba que pasó por tiempos mejores y una capucha que le cubría el rostro - ¿Cómo llegaste hasta aquí?
Mire a mí alrededor buscando alguna señal de que alguien hubiera estado en el lugar antes que yo, pero nada, además de restos de animales y un nido que parecía ser del monstruo que derroté, pero no había ningún rastro humano.
Me acerque nuevamente a la piedra para intentar ver mejor a la chica, pero no lo conseguí ¿Cómo habrá terminado así?
- Quizá el maestro sepa qué hacer con esto - pensé en voz alta considerando mis posibilidades mientras me cruzaba de brazos, tendría que volver a la alianza e informar, pero ¿Qué pasará con ella? Si los aldeanos se enteran podrían lastimarla, quizá intentar sacarla y destruirla… ¿Si la llevo conmigo? Podría intentar sacarla y llevármela al gremio, pero ¿podré con ella? Tendré que conseguir una carrera, pero de todas maneras necesitaría ayuda para sacarla de aquí ¿Cómo reaccionarán los aldeanos al verla?, pero ¿Por qué estará aquí? quizá fue sellada y esta sea su prisión, pero no existe ningún tipo de seguridad, así que no puede ser… - quizá pueda moverlo
Coloqué la mano para ver si podía empujar la piedra, pero creo que activé algo, un sello blanco apareció en el suelo iluminando la piedra, que explotó en miles de fragmentos haciendo que cerrara los ojos mientras protegía mi rostro con mis antebrazos, pero no sentí nada además del sonido de un cuerpo al chocar contra el suelo. Tragué saliva mientras despejaba mi vista y observé a la chica que descansaba en medio de la sala y ya no existía ningún rastro o señal de la piedra.
Caminé lentamente esperando no activar nada, la chica seguía sin moverse, ahora acurrucada boca abajo en el suelo.
Suspiré cuando llegué a su lado, tomando una gran bocanada de aire antes de tomar su hombro para ver si reaccionaba, pero nada. Con delizadeza la empujé, acomodándola de espalda mientras pensaba en mi siguiente movimiento, busqué su pulso, gracias a dios seguía con vida. Su piel increíblemente era cálida, y a pesar de su palidez parecía saludable ¿No debería estar muerta?
- ¡Srta. Scarlet! - levanté la vista para encontrarme con el alcalde, quien se acercaba corriendo junto con al menos cinco aldeanos que traían con ellos lo que parecían armas - ¿Se encuentra bien? - preguntó deteniéndose frente a mí
- Creo haberle dicho que nadie se acercara - dije un poco amenazante mirando al hombre, quien tragó saliva al igual que los demás
- Nos preocupamos por usted - dijo uno de los hombres mientras miraba a la chica que estaba frente a mí, pero no dijo nada - pensamos que al no conocer la mina o tener experiencia en una tendría problemas
- ¿Quién es ella? - preguntó el alcalde
- La encontré aquí - respondí mientras me inclinaba para tomarla en mis brazos, era bastante más liviana de lo que imaginé, quizá cuanto tiempo ha estado durmiendo - ¿alguno la conoce? - todos negaron - ¿algún buen médico o mago curandero en la aldea?
- Yo la llevaré - dijo otro de los hombres, al que solo pude seguir en silencio.
Quería respuestas y solo la chica podía dármelas, pero no mostraba señales de despertar pronto. Al salir de la mina nos dirigimos donde vivía un médico, era un hombre mayor quien nos recibió asustado y al instante comenzó a curar a la chica con la ayuda de su hija, mientras yo debía esperar en una habitación contigua, unos minutos después salieron diciendo que la chica solo dormía, pero no podían hacer nada para despertarla, solo debíamos esperar… por le menos el tiempo servirá para curar mis heridas.
PDV Narrador
Dos días habían pasado desde la derrota del demonio, los aldeanos celebraron la primera noche, la música y los gritos de alegría llenaron el lugar, pero ni todo ese espectáculo sirvió para que la chica despertara. La chica durmió como si nada en una cama, su armadura le había sido quitada entra la hija del médico y otras mujeres para ser colocada en una de las sillas, ahora la chica llevaba un camisón celeste y vendas en sus brazos, torso y piernas. Tras curarla descubrieron cientos de heridas, que por suerte no estaban infectadas, pero faltaba para que se cerraran completamente.
Erza pudo apreciar mejor a la chica una vez la dejaron sola. Tenía el cabello negro y largo, quizá un poco más largo que ella. Su piel había tomado un poco más de color, aunque seguía siendo pálida, parecía ser de la misma estatura de Erza, aunque no podía estar segura, era delgada y bien proporcionada, aunque tenía menos curvas que Erza. Su rostro era un poco redondeado con un aire juvenil, nariz pequeña y cejas delgadas. Quizá tenía unos quince o dieciséis, pero claramente más joven que la pelirroja.
Erza también aprovechó el tiempo para revisar la armadura de la mujer, era un excelente trabajo, como nunca antes había visto, pero estaba tan deteriorada que a un experto en las armaduras como ella le daba lástima. Ahora que la observaba mejor podía ver que era negra con detales en gris y marrón, aunque quizá el color también se había deteriorado. Tenía una cara de lobo bordada en uno de sus hombros, quizá una marca de gremio, aunque no recordaba haberla visto antes, pero aparte de ello no había nada identificativo en la chica.
PDV Desconocida
Sentí una dulce fragancia en mi nariz, lo que me causó confusión, hace unos segundos estaba rodeaba por el olor a hierro de la sangre y humo, ahora olía a flores, quizá rosas, nunca he sido buena con ese tipo de cosas. Otra cosa que noté fue que estaba acostada sobre algo suave, aunque según recuerdo segundos antes me había estrellado contra el suelo tras apenas bloquear los ataques de un grupo de magos. Tampoco notaba mi armadura, en lugar de ella una tela suave rodaba mi cuerpo ¿me habrán secuestrado? ¿O quizá alguien me encontró y se ocupó de mí? No puede ser eso, quienes me atacaron tenían claras intenciones de matarme ¿Cómo llegué hasta aquí?
Lo último que recuerdo es la misión que tenía cerca de las montañas, la emboscada… pero ¿Qué paso después?
- ¿Algún cambio? - dijo la voz de un hombre, por el tono se notaba mayor, pero no sonaba a nadie que conociera
- Nada - ahora era una chica quien hablaba, parecía pertenecer a alguien de mi edad ¿ellos me rescataron? - ¿cree que despertará?
- No puedo asegurarlo Srta. Erza, pero quizá debamos llevarla a un médico con más recursos - escuché como alguien se acercaba a mí, por lo que me preparé en caso de que fueran hostiles - no cuento con lo necesario para decir un diagnóstico adecuado
- Podría llevarla a mi gremio - ¿Gremio? ¿Una maga? Esto podría resultar mal - quizá podamos ayudarla en Fairy Tail - ¿Fairy Tail? Nunca he escuchado ese nombre, quizá sea un gremio pequeño o nuevo - tenemos una maga especializada en curación, ella podría decirnos que sucede con esta chica
- Será peligroso intentar viajar a Magnolia con ella en estas condiciones - ¿Magnolia? ¡Conozco Magnolia! Es un pueblo mercante al sur de Fiore, pero no recuerdo que allí existiera algún gremio llamado Fairy Tail - podrían ser atacadas por ladrones o un gremio oscuro - continuó el hombre - además no sabemos quién es esta chica, quizá sea bueno acudir al consejo - ¡mierda! No puedo estar cerca del consejo, si llegan a reconocerme como Tara estoy muerta, tengo que salir de aquí
- No hay necesidad de llamar al consejo, es solo una chica que fue atacada por un monstruo - sin darse cuenta esta chica me acaba de defender, quizá incluso salvado la vida, mientras más lejos del Presidente Akira me encuentre mejor para mí - Fairy Tail ya está en los ojos del consejo, mientras más lejos de ellos estemos las hadas mejor
- Soy consciente de la fama destructiva de su gremio - rió el hombre mientras lo escuchaba alejarse - quizá deba ir a comer algo Srta. necesitará energía para regresar a Magnolia
Escuché la puerta cerrarse y algo arrastraste por el suelo, quizá deba abrir los ojos, pero aún necesito información para saber si este lugar es seguro o no. Siento mi cuerpo tenso y acalambrado, como si hubiera recibido la paliza de mi vida, también noté la inestabilidad en mi magia, incluso quizá una disminución en ella, como si hace años no al hubiera utilizado, pero eso es imposible, hasta hace unos minutos peleaba por mi vida. Aunque por lo que entendí estuve inconsciente… eso debe explicarlo.
- ¿Despertarás? - susurró la chica mientras tomaba mi mano, su piel era extremadamente suave, pero su agarre firme demostraba su poder - quizá pueda pedirle al maestro que venga aquí, pero dudo que Porlyusica acepte salir de su bosque - se levantó y sentí que se alejaba - quizá un poco de aire ayude - ¡distracción! Mientras abre la ventana podré mirar a mí alrededor.
PDV Erza
Desde que comencé a hablar con el médico sentí la magia dentro de la chica, durante estos días ha aumentado poco a poco, pero ahora el incremento es demasiado notorio. Mientras conversábamos la chica realizó sutiles movimientos, muy pequeños para que el doctor los notara, pero yo si me di cuenta de ellos. Sobre todo cuando se mencionó al Consejo Mágico, quizá también tiene problemas con ellos, pero no es una criminal, o al menos su rostro no está en los reportes de “Se Busca” que el Consejo envía a los gremios.
Mirándola de reojo caminé a la ventana y tardé más de lo necesario en abrirla, la chica aprovechó para entreabrir los ojos y mirar alrededor, pero no hizo ademán de levantarse o atacar. Suspiré antes de apoyarme en el marco de la ventana mientras me giraba para mirarla.
- ¿Cuánto más piensas fingir estar inconsciente? - pregunté alerta, por si se colocaba violenta - ¿Debo preocuparme de que seas peligrosa?
- De eso debería preocuparme yo, tú eres la que lleva armadura - su voz sonaba rasposa, ronca, como si tuviera la garganta lastimada, pero claramente era de una mujer joven - quiero sentarme, pero mi cuerpo no responde ¿me podrías ayudar?
- Claro - me acerqué a ella para ayudarla a sentarse, aún no abría los ojos y se veía tensa - ¿puedes abrir los ojos?
- Me molesta la luz
- Te tomaré por la cintura para ayudarte, no te asustes - ella solo asintió mientras me acerqué, me senté en la cama para que fuera más fácil ayudarla mientras pasaba mi brazo izquierdo por su cintura, que era bastante delgada, pero se notaba que alguna vez tuvo un buen estado físico, y coloqué mi brazo derecho en sus hombros para tener un mejor apoyo - a las tres - susurre - 1, 2… 3
- ¡Ah! - grito cuando estaba sentada
- ¿Estás bien?
- Me dolió la espalda ¿Cuánto tiempo he dormido?
- No lo sé, te encontré inconsciente en una cueva - dije apartándome un poco para ver su rostro, se notaba que aún sentía dolor, pero creo que no quería demostrarlo
- ¿Hace cuánto? - preguntó con tono preocupado, no pude evitar preocuparme por ella
- Hace dos días te encontré - respondí mientras ella asintió
En ese momento la puerta se abrió dejando ver a la hija del médico, quien apenas nos miró salió corriendo llamando a su padre.
- Creo que deberías soltarme
- ¿Ehh? - no pude evitar avergonzarme al notar que todo este tiempo la he estado abrazando, pero recordé que no podía soltarla descuidadamente ya que estaba lastimada - déjame acomodar las almohadas
- Gracias - sonrió y noté recién que tenía los ojos abiertos, sus ojos eran celeste grisáceo, un poco fríos
- Me dijeron que despertó - el doctor entró seguido de su hija, me aparté en silencio para darles espacio mientras examinaba a la chica - ¿Cómo se siente?
- Adolorida, como si llevara semanas sin moverme - susurró mientras movía sus brazos, pero se notaba que se esforzaba para hacerlo - ¿alguna herida de la que tenga que preocuparme?
- La mayoría eran heridas superficiales, con un poco más de tiempo no quedará rastro de nada, aunque sus brazos son una historia diferente
- ¿Qué le pasó a mis brazos? - las dos quedamos viendo las vendas en sus brazos mientras el hombre colocó sus manos en los hombros de la chica
- Nada serio, pero las heridas eran profundas, pueden dejar cicatrices
- ¿Tendré problemas para moverlos?
- No - negó el doctor mientras ella dejó escapar una bocanada de aire - solo será algo estético, aunque me preocupa más la herida en su espalda ¿Cómo se la hizo?
- No es importante - dijo con tono bajo, mientras sus ojos perdían su brillo… he visto esa mirada antes - solo es una vieja herida
- ¿Cómo llegaste a la cueva? - pregunté rompiendo la tensión en el aire, ganando la mirada de los demás
- ¿Qué cueva? - tanto el doctor como yo miramos preocupados a la chica, no sé si estará bromeando o quizá oculta algo
- Iré a buscar al alcalde - dijo el doctor, quien salió seguido de su hija
- ¿Estás escondiendo algo? - acusé acercándome a ella, quien negó rápidamente
- Lo último que recuerdo es estar en las montañas, pero no entrar a un cueva
- ¿Cómo te llamas?
- Alexa, Alexa Ross, soy una maga independiente - dijo mientras me extendió su mano - ¿Tú eres?
- Erza Scarlet, maga de Fairy Tail
- ¿Fairy Tail? - me miró confundida mientras ladeaba la cabeza, no pude evitar sonreír ante lo linda que se veía, pero rápidamente recuperé la seriedad - no recuerdo ese nombre
- ¿De verdad? - ¿Cómo no conoce Fairy Tail? No quiero ser narcisista, pero somos un gremio conocido - somos algo famosos
- Soy una viajera, nunca me preocupo de los gremios, mientras no intenten atacarme no me acerco a ninguno de ellos
- ¿Por qué te atacarían?
- En tiempos de guerra quien no porte tu insignia es tu enemigo, como maga deberías saberlo - dijo como si fuera lo obvio, pero ¿guerra? ¿de qué guerra está hablando?
- ¿Guerra? - cuando pregunté eso, me quedó mirando confundida - no estamos en tiempo de guerra
- ¿Cómo qué no? - dijo mientras bajaba sus pies de la cama y me miraba con el ceño fruncido - Fiore y el Imperio Alvarez están peleando, y no solo eso, sino que los gremios oscuros están aprovechando para ampliar su poder
- El Imperio Alvarez no ha invadido Fiore en años
- ¿Qué? - nos quedamos mirando en silencio, casi veía el humo saliendo de su cabeza mientras pensaba.
- Veo que despertó - dijo el alcalde mientras entraba rompiendo por completo nuestra conversación - ¿Cómo se encuentra?
- Bien, creo - susurró Alexa, mientras sonreí levemente
- ¿Recuerda algo? - Alexa se quedó en silencio mirando al alcalde, quien me miró, pero solo me encogí de hombros - ¿sabe cómo llego a la cueva?
- No, estaba pasando por las montañas cuando me atacaron, pero no recuerdo haber entrado a ninguna cueva
- ¿El monstruo la secuestró? - siguió con su interrogatorio el alcalde
- No recuerdo haber visto algún monstruo
- Quizá la encontró en las montañas y se la llevó - intervino el doctor, que se volteó a mirarme, pero permanecí en silencio - ¿Qué estaba haciendo por aquí?
- Solamente estaba viajando o eso creo, no recuerdo mucho, creo que mi nombre es Alexa - cuando dijo eso la quedé mirando con el ceño fruncido ¿no acabada de decirme que ese era su nombre? - creo que… parece que mis recuerdos están algo revueltos
- Recibió muchos golpes, quizá tenga amnesia a causa de alguno de ellos - dijo el doctor
- Pero… - iba a hablar, pero la mirada fría que me dio Alexa hizo que me detuviera, vi como negó levemente, creo que queriendo que guardara silencio
- ¿Qué hará? - le preguntó el alcalde, yo solo quedé mirándola esperando su respuesta
- La Srta. Erza me dijo que cerca de su gremio hay una usuaria de magia curativa poderosa - eso confirma que estuvo despierta todo el tiempo - creo que podría ir a su gremio para hablar con ella, Erza se ofreció llevarme
- No se podía esperar menos de Titania, eres una persona admirable - me felicitó el alcalde, mientras el doctor se acercaba a hablar nuevamente con Alexa - ¿Cuándo partirán?
- Cuando el doctor diga que es seguro
- Mi hija le hará un tratamiento para que sus músculos se relajen, si se dirigen a Magnolia será un viaje largo y caminarán mucho antes de llegar a una estación - eso es verdad, tardé en llegar hasta aquí y solo porque no traía nadie conmigo - tendrán que cambiar las vendas una vez al día hasta que lleguen a su gremio, una vez allí su maga les dirá que hacer, pero creo que en dos días ya podrán irse
- Gracias - le sonreí al doctor, quien asintió
- Srta. Scarlet - me llamó el alcalde - aquí tiene la paga por la misión, muchas gracias por su ayuda, no dude en pedirnos cualquier cosa mientras permanezca en la aldea - luego se volteó a mirar a Alexa - si usted necesita algo también puede pedirlo
- Quisiera ir a la cueva en la que me encontraron, quizá allí pueda recordar algo
- Eso tendremos que verlo, los aldeanos ya comenzaron a trabajar, pero veré que puedo hacer
Tras decir esto los dos se fueron nuevamente dejándome sola con Alexa.
- ¿Por qué mentiste? Lo recuerdas todo
- Quiero confirmar algo - susurró recostándose - responderé todas tus preguntas más tarde.