DEAD TO ME.
Eran las ocho y media de la mañana del uno de octubre del 2015 y yo, Byun Baekhyun, ya estoy cansado de las infidelidades de mi esposo, Park Chanyeol con su secretaria; o mejor dicho con la perra de Dara. Ya verás, Park Chanyeol, me pagarás todo mi sufrimiento. Lo juro. Digo mientras admiraba un cuchillo perfectamente afilado y soltando una risa tan malévola que estoy seguro que hasta el mismo satanás de solo oírla, se asustaría.
Estuve en esa posición, sentado en mi silla por aproximadamente una hora, hasta que el ruido de la puerta siendo abierta me sacó de mis pensamientos. Escondo el cuchillo en la mesa de noche y sonrío a mi adorable esposo, quien entra por esa puerta con el perfume de la perra de Dara.
— Amor, ya llegué —dice Chanyeol entrando a la sala—. ¿Te encuentras bien, amor? —pregunta con dulzura y tranquilidad en su voz. Si supieras lo que te va a pasar, Channie.
— Viniste temprano, amor. Me alegra tanto; y sí, estoy bien, no te preocupes, es solo que te extrañé mucho —digo para después abrazarlo.
— Yo también te he extrañado mucho, Baek —dice para después corresponder a mi abrazo, y luego levantar mi cabeza y darme un dulce beso que correspondí al instante. A medida que el beso continuaba, se iba convirtiendo en algo más necesitado.
Solté un pequeño gemido dentro del beso, Chanyeol aprovechó para introducir su lengua en mi cavidad bucal para empezar una guerra de lenguas para ver quién tenía el control; obviamente ganó él. Ambos nos sentamos, él en la silla y yo en sus piernas, mientras empiezo a desabotonar su corbata me separó por falta de aire y le digo ¿te gusta?
— Sí, me encanta —me responde.
— ¿Enserio? ¿Más qué hacerlo con la perra de Dara? —digo con inocencia y rabia en mi voz mientras apretaba con fuerza su cuello.
— Baek, ¿de qué hablas? Yo nunca te he engañado con Dara; y suéltame que me estás ahorcando —habló entrecortadamente.
— ¿Qué nunca me has engañado? Entonces fueron alucinaciones mías… —dejé incompleta la frase—. Cuando abrí la puerta de tú oficina y te vi teniendo sexo con Dara encima de tú escritorio, ¿qué era? ¿Estupideces mías? —pregunté mientras apretaba más fuerte mi agarre en su cuello.
— Baek…, déjame explicarte —dijo tan bajo que creo que estaba a punto de asfixiarse. Aflojo mi agarre, sin soltarlo—. Está bien, tienes cinco minutos para explicarme… Park —dije con desprecio.
— Sí, es verdad, estuve con Dara —qué insensato—; pero solo fue una vez, sabes que yo solo te amo a ti —me dijo; pero en sus ojos pude notar que estaba mintiendo. Este ya no es era la persona de la que me había enamorado.
Ladee mi cabeza y alargué la mano para sacar el cuchillo que había escondido en el cajón de la mesa de noche.
— No te creo nada, Chanyeol —y antes de que pudiera decir algo más, lo apuñalé en su hermoso pecho, justo en el lugar dónde está su corazón. Vi como la vida de mi primer amor se iba con cada apuñalada que le daba.
La sangre se escurría por todo su abdomen hasta llegar al suelo, manchándome casi por completo. La sensación de calidez que me provocaba tú sangre me hacía sentir excitado, como si debía haber hecho esto hace mucho tiempo, como si hacerte pagar por todas tus traiciones no fuera suficiente.
Tus ojos se habían quedado estáticos en mí, observándome con temor absoluto, como si tú última palabra no pudieran ser dichas o escuchadas.
Me alejo de ti con una sonrisa y manchado de tu sangre. Las últimas palabras que dije antes de que por fin tus ojos se cerraran por completo fueron: “Te odio, pero a la vez… Te amo.”
“Lo peor de todo es que te seguiré queriendo aun cuando sienta que no me estás amando.”