Estaba la generación de los milagros sentada discutiendo, después de pelear demasiado sobre quién sería el más indicado para declararse a Kuroko.
-Entonces es simple, no pueden forzarlo, él lo tiene que dar por sí mismo, no hay límite de tiempo después de todo esto es algo que debemos terminar, simplemente el primero que lo logre gana. A partir de mañana el primero que consiga un beso de Tetsuya se quedará con él y los demás no podrán interferir. – Declaró Akashi.
Ese se volvió el acuerdo y la principal razón de rivalidad entre los integrantes del equipo de Teiko. Todos tenían claro lo que querían y pensaban que conseguir un beso del jugador fantasma no sería tan difícil.
-Definitivamente me quedaré con Kurokochii
-Soy el mejor para Tetsu.
-Yo quiero a Kurochin~
-Es definitivo que Tetsuya será mio.
-No es que Kuroko sea del todo mi objetivo pero lo lograré nonadayo.
Y de esa manera comenzó.
Murasakibara siempre compartía sus dulces y golosinas con Kuroko aunque este casi no quería.
-Kurochin~ deberías comer más dulces~ - Dijo Murasakibara con una barrita de dulce en la boca.
-Yo pienso que tú deberías de disminuir la cantidad que comes, en un futuro podría hacerte daño. – respondió Kuroko con inexpresivo rostro.
-Mm~ no quiero~ pero si Kurochin me ayuda comería menos~
-Si compraras menor cantidad de golosinas claramente comerías menos y también te ayudaría en tu economía. – dijo Kuroko mientras dejaba un poco atrás a su acompañante (Porque están caminando. Sólo ellos dos, desconocemos el paradero de los demás).
-No quiero comprar menos dulces~ No lo repitas Kurochin o te aplastaré~ - y Murasakibara abrió una bolsa de papitas. – Ah. Mira Kurochin una nueva tienda de dulces~ vamos a verla~
-(suspiro) Está bien, pero no consumas en exceso sería complicado si terminas enfermándote por eso, Akashi-san también me regañaría por no detenerte.
Y de esa manera entraron a una tienda de colores con una cantidad de dulces inimaginable que haría babear a cualquiera, excepto a Kuroko, pero definitivamente le brillaron los ojos ante el paraíso de azúcar.
Había pruebas gratis de varios dulces (por ser una tienda nueva) y Murasakibara y Kuroko le dieron gusto a sus paladares. Cuando Kuroko estuvo demasiado empalagado le dijo a su fascinado amigo que se fueran y cuando le faltó poco para convencerlo de salir de ahí los empleados los llevaron a ver la zona de descanso en el segundo piso que era algo así como un pequeño restaurant de niños, se sentaron en una mesa junto a la ventana y les llevaron unas bebidas “cortesía de la casa” para que se eliminara el exceso de azúcar de sus cuerpos y unos pockys solo porque sí.
-Kurochin este podría ser el paraíso~ debería quedarme aquí~ - comento Murasakibara mientras abría la cajita de pockys.
-Probablemente eso sería malo para tu cuerpo, no durarías demasiado tiempo antes de que tus niveles de azúcar alcanzaran niveles críticos. – dijo el chico sin expresión que a pesar de ya no tener esa sensación desagradable por tanto dulce le daba un mal sabor ver a su compañero seguir comiendo. – también, no sería del todo divertido si no puedes seguir jugando básquet ¿cierto?
-Deja de sacar ese tema Kurochin~ te aplastaré~
-Mmm entonces… los días no serían igual de divertidos si Murasakibara-kun no está conmigo. – brillos desconocidos aparecieron en el rostro de Kuroko al decir eso con una ligera sonrisa o al menos eso vio el pelimorado de Teiko.
-… Kurochin ¿puedo comerte?~
-Eso no sería bueno por favor abstente.
-Kurochin~ debes dar la última mordida~
Murasakibara puso un pocky en la boca de Kuroko y comenzó a comer desde el otro lado poco a poco… acercándose… y cuando faltaba una mordida para que se tocarán sus labios….. Kuroko soltó el otro lado retrocedió y se tapó la boca.
-Lo siento Murasakibara-kun creo que vomitaré si vuelvo a probar un dulce en este día.
-¿Qué pasa Kurochin~? ¿Te duele la pancita~?
-Si… ¿Podemos retirarnos ahora? Necesito respirar aire fresco.
-Eh~
-En realidad no es necesario que también salgas tú Murasakibara-kun, me retiraré primero pero ten cuidado con excederte demasiado, sería malo si terminas con dolor de estómago o algo similar.- y así Kuroko salí del empalagoso establecimiento dejando al pelimorado en su pequeño paraíso sin pensar demasiado en lo que acababa de perder.
No mucho después de que Kuroko saliera el resto de la generación de los milagros (por separado) salió también, todos suspirando de alivio pues por un momento creyeron que Kuroko daría la última mordida y perderían, estuvieron a punto incluso de interrumpir. Por suerte no lo hicieron habrían quedado como acosadores, no tenían razones para estar allí también.
Todos sabemos que existen más oportunidades para Murasakibara pero por ahora lo daremos por perdido.
Uno menos, faltan cuatro, ¿Quién ganará el beso de Kuroko Tetsuya?