“y pasamos al horóscopo del día de hoy….
Comenzaremos con anunciar al signo con más suerte y con peor suerte de hoy: Cáncer felicidades hoy es tu mejor día, conseguirás algo que quieres, hoy podrías ganar una competencia si te lo propones. Para duplicar tu suerte lleva contigo tu objeto de la suerte siempre, hoy es un… ¡oh! Especial, una muestra de cariño de alguien que admiras, seguro hoy lo consigues sin problemas. El signo con quien congeniaras más será acuario, pero cuídate de virgo podría dañar tus planes.
Y ahora el de peor suerte será….”
-Hoy será un gran día nonadayo.
Ciertamente y como se lo esperaba todo estaba sucediendo de manera satisfactoria para Midorima pero se sentía incompleto sin su objeto de la suerte, era algo extraño por lo general se trataba de un objeto que llevaba en la mano o que cargaba con él a todas partes pero ahora era intangible además ¿de dónde exactamente sacaría eso? Hoy era su día de suerte así que no necesitaba del todo el objeto pero no debía rendirse “yo debo de dar todo lo que puedo si quiero verme recompensado nonadayo”.
Ese día por razones complicadas de explicar no tuvieron entrenamiento así que Midorima se dirigió a la biblioteca, Akashi iba a estar ocupado y regresar en ese momento a su casa quizá sería un desperdicio de tan buen día. Tomó unos libros que se veían interesantes y le ayudarían en sus estudios y se sentó en una mesa que creyó libre. Leyó un poco y al levantar la vista para cambiar de página se percató de que su compañero de equipo estaba sentado frente a él leyendo, dejó escapar un grito ahogado por la sorpresa.
-No sería bueno que hicieras mucho ruido Midorima-kun, nos encontramos en una biblioteca después de todo.- dijo Kuroko con su rostro sin expresión.
-No deberías asustar de esa forma a la gente nonadayo, y este lugar está prácticamente vacío así que no hubiera molestado tanto, de cualquier forma no hice ruido ¿Cuánto tiempo has estado allí?
-He estado aquí desde antes de que tú te sentaras.
-¿Viniste aquí por no haber entrenamiento? Eso es un buen hábito, te dará resultados satisfactorios.
-Eso supongo, pero no lo sabré hasta que ese momento llegue.- comentó inexpresivo mientras se preparaba para retomar su lectura.
Midorima también se entregó una vez más a su libro, estaba concentrado pero de pronto su horóscopo regresó a su mente y recordó que no había conseguido su amuleto de la suerte.
-Ahora que lo pienso, Kuroko es alguien a quien admiro.- pensó en voz alta el peliverde.
Kuroko levantó la vista al ser nombrado y Midorima se dio cuenta de que fue escuchado así que se puso algo nervioso, intentó pensar en algo para desviar el tema…
-¿Qué consideras como una muestra de afecto, Kuroko?
-¿mm? ¿A Qué se debe tu pregunta, Midorima-kun?
-Es… algo que quisiera confirmar, por favor responde nonadayo.
-Acariciar la cabeza, revolver el cabello creo que esa sería una.
-Sí, es algo que hacen a los perros y ellos lo entienden muy bien- “podrías ganar una competencia si te lo propones” recordó Midorima- pero… ¿no tendrás en mente algo más exclusivo de humanos? Algo más… no sé… ¿intimo? ¡Ah! ¡Aunque no necesita ser intimo en realidad nonadayo! Sólo eh… más como…
-En ese caso… podría ser un beso.- ¡Habló el del inexpresivo rostro!
Midorima se sonrojo ante eso.
-Eh si- se acomoda los lentes- eso sería una verdadera prueba de cariño.
-Pero ¿por qué querías que yo te lo dijera?
-El día de hoy mi amuleto de la suerte es una muestra de cariño de alguien a quien admiro nonadayo – “Con esto yo ya he hecho todo lo que podía sin romper las reglas” Pensó Midorima.
-Tú dijiste que yo era alguien a quien admirabas. -“Sólo me queda dejar que el destino (o en este caso Kuroko) haga el resto” continuo con su pensamiento - ¿Tú quieres que yo te de un beso?
-……… -¿Este chico no conoce la discreción? Sufrió Midorima por dentro.- yo…… yo no te... lo pedí- Es posible que ni siquiera el color rojo estuviera más rojo que el rostro de Midorima en ese momento.
-No es necesario, Midorima-kun, para mi está bien apoyarte.
Kuroko recargó ambas manos en la mesa e impulso su cuerpo hacia Midorima quien, al ver el rostro de esa sombra acercarse con los ojos cerrados e inclinando la cabeza de forma que fuera su boca lo de más enfrente, quedó congelado.
Se podría decir que se escuchó ese típico “chuu~” pero nadie lo asegura.
Aomine entró a la biblioteca y vio a Kuroko sentado frente a Midorima hablándole pero el peliverde solo veía a la nada.
-Tetsu aquí estas, te he estado buscando, regresemos a casa.
-Aomine-kun pudiste haber regresado tu solo.
-No, es mejor contigo. Por cierto que le pasa a Midorima esta sólo allí sentado.
-No lo sé, se quedó así desde que lo besé y no responde.
-¡¿Lo besaste?! – preguntó Aomine alterado.
-Sí, bueno no, más o menos.
-¿Qué es eso? ¿Sí o no? – cuestionó desesperado el moreno.
-Aomine-kun estamos en una biblioteca, por favor guarda silencio.- El peliazul hizo ademán de relajarse- Planeaba besar su frente pero estaba más lejos de lo que pensé y termine besando sus lentes, aunque creo que lo hice con mucha fuerza pareciera que están rotos.
-Sus lentes… -Aomine suspiro relajado- hay que irnos ahora Tetsu.
-Pero Midorima-kun…
-Él está bien así, vámonos.
Aomine y Kuroko salieron de allí y regresaron juntos a casa como todos los días. Alguien rumora que ese día cuando la escuela cerró se diferenciaba en la biblioteca a alguien sentado viendo a la nada.
Cuando Aomine mencionó lo sucedido a la generación de los milagros una nueva regla nació.
-El beso debe ser en la boca, labio con labio, ninguna otra cosa cuenta.- Declaró Akashi.
Existen más oportunidades para Midorima pero quedó tan en shock que no fue capaz de intentarlo otra vez.
Es el segundo eliminado. ¿Quién ganará la competencia?