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El favorito del Diablo por BeyondBirthday

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Notas del capitulo:

Gracias a tod@s quienes lo leyeron, espero que les guste :3 

II

-¿quieres jugar Ritsu…?

Un brusco temor recorrió su cuerpo, al igual que una ligera excitación y eso le hizo sentirse avergonzado de sí mismo, sin embargo el miedo crecía desmedidamente impidiéndole pensar en otra cosa; sabía lo que esa frase significaba.

Negó una y otra vez con su cabeza cerrando fuertemente sus ojos y tapando su oídos con sus manos, si tan solo sus padres pudieran ayudarlo, si tan solo ese sueño pesado y profundo en el que su visitante los sumergía desapareciera, ellos vendrían a protegerlo y tal vez entonces el podría ser libre

-Ahh    -suspiro y coloco una de sus manos en las mejillas húmedas del menor    -es tan tierna tu inútil resistencia, casi conmovedora

-…por favor…Dios     -fue a penas un susurro que salió casi contra su voluntad de sus labios

No, no, no, por favor, ¿Por qué?, no, no de nuevo, no a él.

-de nuevo mencionas a Dios, ¿no había quedado ya claro?, los humanos son curiosos, hablan de Dios y sin embargo terminan recurriendo a mí, persiguiendo lo que ellos creen que es el bien, gracioso ¿no?, venden su alma al mal por conseguir lo que ellos consideran el bien, al menos para ellos…Ritsu Dios, es solo otra forma de referirse a mi

-porque…   -abrió sus ojos enfrentándolo de nuevo      -¿Por qué yo?    -trato de calmar su llanto

-por qué te quiero, te lo dije desde que nos concinos y siempre, cada noche me lo preguntas aunque ya conoces la respuesta, porque te quiero    -dijo simplemente como si fuera lo más obvio en el mundo    -parece que te gusta oírlo

El castaño se perdió en la profundidad de sus ojos miel, ¿Cómo podía ser tan hermosos?, ¿Cómo podía Takano ser tan bello?, el muchacho, no el demonio frente a él, su alta y pálida figura, era la combinación de la tentación y la lujuria, su presencia encarnaba el deseo en un muchacho de 22 años con una gatuna y profunda mirada miel y el cabello sensualmente alborotado negro como una noche sin estrellas.

Su sola presencia lo asustaba. Era tan atractivo como demoniaco.

Atrajo suavemente el rostro del castaño hasta el suyo sin soltar sus mejillas, junto sus labios en un beso apasionado recorriendo cada parte de su boca, invitando a la lengua de Ritsu a jugar con la suya, mentiría si digiera que sus besos no le gustaban…Siempre terminaba cayendo en el juego, cediendo lentamente ante la habilidad del demonio…Y eso le frustraba perder la batalla con tan simple caricia.

Ya habían pasado 12 años desde que lo conoció, descubriéndolo observarlo mientras dormía, todo parecía ser de verdad un juego, entraba por la ventana de su habitación y jugaban por horas, le enseñaba lo que a su tierna edad creía trucos de magia y le llevaba dulces, le contaba historias, haciéndolo reír hasta que se dormía, se había hecho amigo del Diablo...

 

-Takano-san, ¿de verdad es amigo de mis papas?    -le pregunto una noche antes de que se fuera

-se puede decir que soy el mejor amigo de tu padre, yo le di todo lo que posee

-no entiendo, ¿usted le dio todo?    -su mirad era confusa   -Takano-san, ¿qué hace usted, cuando no viene a jugar conmigo?

-juego con otras personas    -le respondió con una sonrisa acariciando sus cabellos, pero el pequeño hizo una especie de berrinche, porque Takano-san era solo su amigo    -no te preocupes mi pequeño Ritsu, jamás jugaría con ellos como juego contigo, y, cuando seas un poco más grande te enseñare un nuevo juego    -se acercó más al castaño y deposito un suave beso en sus labios, un leve rose que provoco que sus mejillas se pintaran de un sutil rosa

-nos vemos mañana Takano-san     -Ritsu se incorporó y llevo sus dedos a sus labios, sonrió y se despidió del mayor con un beso en la mejilla

-tentador   -acostó al pequeño    -¿sabes que estas tentando al diablo?     -el rostro del ojiverde solo mostraba confusión      -tu inocencia me provoca y debe ser al revés, ese es el trabajo de un demonio…

 

Habían pasado tres años, cuando Ritsu tenía 14, desde la primera vez que Takano le enseño el nuevo juego y tomo su cuerpo, el demonio había irrumpido en su habitación como de costumbre con su misma sonrisa ligeramente inquietante de siempre, ¡la forma tan dulce en la que le había hablado!, la forma tan lasciva en la que lo había besado como acostumbraba desde hace un tiempo, sin embargo a diferencia de otras veces los besos fueron solo el comienzo de lo que en verdad sucedería, la corrupción completa de su cuerpo, la pérdida de su inocencia…

-Pero tú sigues siendo tan puro mi hermoso niño        -dijo Takano sacándolo de sus recuerdos, el castaño se dio cuenta de que ahora estaban de pie y él se hallaba entre la pared y el cuerpo peligrosamente cerca del demonio

Antes de que pudiera darse cuenta lo tenía sobre la cama y comenzaba a despojarlo de sus ropas acariciando su cuerpo mientras lo hacía.

-Ahhha mmhh     -leves gemidos y suspiros entrecortados traicionaron su garganta, saliendo sin su consentimiento

El Demonio decencia con sus labios por su cuello, delineando cada parte de su pecho, dibujando un camino con su lengua. Ritsu se encontraba ahora solo en ropa interior.

Takano se incorporó para admira su cuerpo, paso su lengua por sus labios, aquel humano era delicioso…con movimientos rápidos pero sensuales se fue desprendiendo una a una de sus prendas, siempre tan elegantes y oscuras, bajo la atenta mirada del castaño que estaba como en trance, aunque sonrojado y apenado por no apartar su mirada seguía cada uno de los movimientos que hacia el mayor descubriendo de nuevo cada parte de su cuerpo.

Subió las piernas del ojiverde a sus hombros y comenzó a acariciar su despierta y palpitante erección, su nariz olfateo el cabello castaño haciendo que su cálida respiración bajara por su nuca, llegando a su oído donde metió la lengua y susurro

-eso es que buen chico, ¿ves lo amable que puedo ser contigo y el placer que te puedo dar cuando te portas bien?      -acaricio su rostro y detuvo sus dedos en la comisura de sus labios    -vamos, no arrugues tu cejo de ese modo y por favor no muerdas tus labios, me provoca más de lo que puedes imaginar, sabes lo que tienes que hacer

Metió la mano que estaba cerca de sus labios a su boca y cerrando sus ojos Ritsu comenzó a lamer sus dedos, despacio primero, la saliva se escapaba de su labios con forme la velocidad aumentaba al tiempo de que también lo hacia su ansiedad.

Bajo su mano desde los labios de Ritsu por todo su cuerpo hasta llegar a su entrada, introdujo un dedo con tortuosa lentitud mientras su otra mano subía y bajaba acariciando las piernas y muslos del castaño, introdujo un segundo dedo y comenzó con movimientos circulares, su otra mano viajo ahora a su miembro, duro que exigía atención, introdujo el tercer dedo…

-Pídemelo Ritsu, ahora, pide lo que sea y será tuyo    -lo susurro en su oídio, volvió a besar su cuello, para Takano no era suficiente solo poseer su cuerpo, lo hacía desear caer en el pecado, lo hacía desearlo, quería que lo hiciera.

Pero el otro negó fuertemente con el cabeza, decidido a no hacer de nuevo, a no dejarse llevar por más que lo deseara dentro. Pero esto no desanimo al demonio, por el contario su rebeldía e inocente obstinación solo lograron deleitarlo más; Demasiado caliente para esperar un segundo más deslizo su duro miembro entre las paredes de su cuerpo que gustosas lo recibieron en una oleada de calor que aumentaba a cada segundo, Ritsu grito ante la mezcla de dolor y placer que recorría su cuerpo enviando una corriente eléctrica que subía por su espina dorsal, se abrazó fuertemente del cuello de Takano llevando sus manos hasta su cabello, enredando sus dedos en este presa del placer que comenzaba a consumirlo, sin embargo los movimientos del ojimiel eran lentos y muy suaves, tan distintos de sus anteriores encuentros cargados de pasión desbordante, quería jugar con él, quería quebrar su voluntad como una frágil rama en otoño …

Y Ritsu lo sabía.

-por favor    -el hilillo casi inaudible de su voz estuvo acompañado por un sollozo casi tan débil como esta, pero los sentidos demoniacos pudieron oírlo con facilidad    -hazlo ya, termina de una vez conmigo, ¿no es suficiente con hacer que te desee?    -Takano seguía sin moverse preguntándose cuando el castaño se rendiría por fin a el     -¿Qué tan humillado debo estar para que estés satisfecho?, ¿quieres que te ruegue?

Takano lo beso de nuevo, acelero sus movimientos haciéndolos más fuertes, mordió el labio de Ritsu hasta hacerlo sangrar, su lengua lamio con sensualidad casi obscena la herida, solo para volverlo a besar

-no me tientes, porque si lo hiciera con toda la fuerza y el deseo del que soy capaz podría lastimarte y no quiero hacerlo   -hablo sobre sus labios

-Ahhhh…Ahhh…Ahh….   –las embestidas del demonio eran frenéticas y certeras, dando una y otra vez en el centro del placer de Ritsu, quien simplemente se dejó hacer como una marioneta en sus manos.

Los minutos pasaban pero Ritsu no era consiente de ellos había perdido toda percepción del tiempo envuelto en el placer, sabía que no podía resistir más.

-¿Por qué lo haces, Por qué yo?     -detuvo sus movimientos por unos instantes y una sonrisa oscura se extendió por su rostro

-porque te quiero    -retomo las embestidas aún más rápido y en un gemido que casi rasgo su garganta Ritsu se corrió en la mano de Takano, quien lo siguió haciéndolo adentro, impregnando sus cuerpo con su esencia, imprimiendo en Ritsu una vez más su marca, la marca de Diablo.

El castaño respiraba agitadamente, tratando de recuperar el ritmo normal su corazón, sin embargo, Takano lo tomo del mentón haciendo que lo mirara y sin esperar a nada lo volvió a besar, Ritsu se dio cuenta de que aún no había salido de su cuerpo; y eso solo significaba una cosa…

No le dio tregua, habían pasado casi 10 días desde la última vez que lo fue a visitar y realmente lo extrañaba, lo deseaba, entre besos y caricias lo hizo suyo una y otra vez hasta que agotado Ritsu no pudo más y cayo dormido en sus brazos después del séptimo orgasmo, Takano se corrió por última vez esa noche y sonrió satisfecho, acomodo bien al castaño sobre la cama, lo abrigo con una gruesa cobija, lo miraba dormir mientras acariciaba sus cabellos

‘’Has cegado mi juicio humano, Ritsu sigues siendo tan inocente a pesar de mi deseo y de lo que te he hecho, a pesar de que podría poner tu pequeño mundo en tus manos, sigues oponiéndote con rebeldía casi infantil es por eso que es a ti a quien elijo, eres el favorito del Diablo, tu alma nunca más será libre’’

Acaricio su mejilla y se despidió con un suave beso en los labios del menor, para salir por la ventana por la que había entrado.

Estaba en el jardín de la mansión Onodera; El cielo comenzaba a ser claro y la luna perdía poco a poco su brillo, debían ser como las 5:00 am y estaba a punto de amanecer,  

-sigues jugando con el humano, Takano    -se giró y observo a la pequeña sentada en lo alto de uno de los árboles del jardín

-ahora me vigilas Mitzuki    -la pequeña de unos seis años bajo de un salto, quedando frente a él, vestida con un lindo Kimono que arrastraba, llevaba el cabello negro y suelto hasta la mitad de su espalda, tan pálida como el mismo Takano, sus grandes ojos que eran de un rojo profundo no reflejaban nada

-sabes que él no está dentro del contrato...

Notas finales:

¿que les parecio?


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