La mirada de Ayato se fijaba en ningún lugar en especial, su calendario marcaba el día “27 de Noviembre” sin duda uno de los más dolorosos de su vida… o hasta el más doloroso; Podía recordar como ese cabello blanco se alejaba haciendo que su corazón se rompiera en miles de pedazos, todos siempre le decían lo mismo “Ya olvídalo, te estás haciendo más daño a ti mismo” “él está muerto” “consigue a alguien más” para ellos era tan fácil decirlo pero para Ayato saber que tenía que dejar atrás a Kaneki le dolía como los mil demonios…nunca le dijo lo cuanto que lo amaba, se siente tan culpable por eso, Kaneki cada que podía le decía lo cuanto que lo amaba…pero su maldito orgullo nunca le permitió decir lo que su corazón sentía…la manera en la que se aceleraba cuando lo veía, la infinita felicidad que le inundaba cuando estaban juntos y lo único que se sentía cuando hacían el amor.
Se encontraba recostado en la cama de ken acariciando las cobijas, no había permitido que se llevaran la cama del nombrado por lo cual se llevaron la suya, Ayato no movía nada, fotos de ellos…libros regados…la ropa de Kaneki…todo seguía ahí con la esperanza de que algún día regresara; han pasado 6 meses desde su muerte pero el ojiazul aun siente como si hubiera muerto el día de ayer; Varias lagrimas bajaban por sus aperladas mejillas hasta chocar con su barbilla y de esta manera caer. El ghoul de cabellos oscuros había cambiado… era más delgado, su cabello era opaco, sus ojos ya no brillaban, ya no hablaba con nadie, nunca salía de su habitación y no se podía notar ni una pizca de alegría o almenos de vida en él, parecía muerto…como si solo fuera un muñeco recostado en una cama.
“toc toc toc” Alguien llamaba a la puerta pero como siempre el chico menor no se interesó en lo más mínimo en saber quién era y las personas que estaban al otro lado lo sabían
—Ayato…ábrenos…somos Ituko y yo, venimos a dejarte un poco de comida….porfavor, abre —rogo una dulce y preocupada voz femenina, Ayato pudo identificarla apenas la escucho “Kitty” pensó
—Hermano…sabemos que estas mal, pero necesitas comer! No queremos que te pase algo, Noro y Eto están más que preocupados por ti al igual que nosotros —continuo el chico de cabellos celestes, Ayato ni un sonido emitió ni un movimiento, nada, solo continuo mirando a la pared recordando al albino que amo y continúa amando febrilmente
—…Te dejaremos la comida aquí! —aviso Kitty, seguido de esto puso el plato de carne aun lado de la puerta de Ayato — Te queremos…! —suspiro luego de gritar esto y se dirigio a su amigo— Vamos Ituko… —el más alto asintió y se fue junto con la pelirosada
Ayato se acurruco en la cama cerrando los ojos con fuerza, las lágrimas no había cesado, cuando podría olvidar a Kaneki? Cuando dejaría de doler tanto? Que mierda tenía que hacer para que le devolvieran a ese maldito hibrido? Esta era alguna clase de castigo? Porque tenía que enamorase de esa bella manera? Si después de todo se lo arrebatarían….
Poco a poco el más chico cayó en los brazos de Morfeo.
No sabía cuánto tiempo había pasado pero podía escuchar voces emocionadas, las ignoraba, intento continuar su sueño cuando la puerta de su habitación se abrió “Yo cerré con llave y solo yo tengo la llave…” pensó extrañado de que la puerta se abriera, esta se cerró nuevamente y unos cuantos paso se habían hechos presentes, por alguna extraña razón no quería ver…no quería saber qué es lo que pasaba o quien estaba ahí.
Una cálida mano acaricio sus suaves cabellos azules, abrió sus ojos levemente y se sentó en la cama tallándolos, esa sensación de calidez aún no se iba, se sentía extraño pero no era la primera vez que la sentía…con ken siempre la sintió
—Tch… como mierda entraste Noro? —asumió que era el hombre mayor ya que pudo notar perfectamente que esa no era la mano de una chica aparte de que Ituko nunca le acariciaba así la cabeza, si no le daba suaves palmaditas o sobaba su espalda, a cambio Noro si acariciaba su cabello; Una suave y serena risa se hizo presente en la habitación, el corazón de Ayato comenzó a latir de sobremanera, esa risa la conocía mejor que nadie…pero como? Era imposible...lentamente giro su mirada encontrándose con dos hermosos ojos grises
—Noro? Ayato-kun~ como me puedes confundir con Noro? —Pregunto la causa de sus lágrimas por 6 meses con una suave y dulce sonrisa, acaricio su mejilla limpiando las lágrimas las cuales habían brotado de los ojos del más chico —
—…Kaneki…? —pregunto el más joven sin poder creerse lo que veía, poso su respectiva mano en la del otro la cual estaba en su mejilla — e…eres tu…?
—Tonto… claro que soy yo, quien más podría ser? —Respondio divertido Kaneki, Ayato rápidamente abrazo a Kaneki —Ayato….je…—el correspondió al abrazo del menor con cariño, transmitiéndole todos sus sentimientos al ghoul de cabellos oscuros— te extrañe…—murmuro el más alto cerrando sus ojos
—También te extrañe!! Ken! No me dejes! Porfavor…porfavor…—suplico Ayato, Kaneki acaricio su cabello y beso sus labios con cariño, nuevamente el corazón de Ayato dio un vuelco de felicidad, se sentía tan bien la calidez de su amado…después de tanto tiempo
—No lo hare, me quedare contigo…—susurro en el oído de Ayato, este último sollozaba con fuerza
—te extrañe!! —repitió— no te odio! te amo! te amo!! no te vuelvas a ir!! No me dejes!...el día que te fuiste estaba enojado! por eso te dije esas horribles cosas...pero no eran ciertas...te amo, te amo más que a mi maldita vida... —sollozo en el pecho del mayor el cual acariciaba su espalda y cabellos, por su parte Ayato daba suaves golpes a puño cerrado en el pecho de Kaneki
— niño tonto— la suave y amorosa voz de Kaneki hizo que el corazón del peliazul se acelerara- yo sé que no era verdad...entiendo que estuvieras molesto... también te extrañe, te extrañe como no tienes idea, contaba los días para poder volver a ver tu hermoso rostro... te jure que volvería, o no? nunca rompo un juramente... te amo Ayato, nunca te dejare... nunca mi hermoso conejito....- cada palabra del hibrido era una bomba al corazón de Ayato, este solo sonrió... hace tanto que no lo hacia
—…júralo…—pidió Ayato con la mirada baja
—Ayato kirishima, mi hermoso chiquillo —acaricio la mejilla de Ayato con dulzura haciendo que el menor cerrara sus ojos sin borra su sonrisa— juro…juro nunca dejarte solo nuevamente, primero muerto antes que irme de tu lado
—Gracias ken… —el nombrado asintió y beso nuevamente a Ayato— te amo parchecito —dijo Ayato entre lágrimas y sollozos
—Yo te amo más conejito…—respondio Kaneki, el de igual manera lloraba, nuevamente estaba juntos…y no permitirían que nada los alejara.
***
Ayato abrió su ojos de golpe buscando el suave calor de su sueño, su rostro estaba empapado en lágrimas, buscaba con la mirada a Kaneki, donde estaba? Se preguntaba pero fue cuando cayó en cuenta en que todo fue un sueño.
Se sentó en su cama abrazando sus piernas…lo que daría porque ese sueño fuera real, nuevamente las lágrimas se hicieron presentes en los opacos y dolidos ojos del chico de cabellos azules
—Porque tuve que despertar…? Porque?! —maldijo internamente el haber despertado, le hubiera gustado dormir para siempre…con Kaneki acompañando sus sueños pero ahora por más que deseara regresar a ese hermoso y cálido ambiente ya no podría, estaba en la maldita realidad— solo fue un sueño…—rio amargamente cubriéndose el rostro con su mano izquierda— Un hermoso y doloroso sueño…