Delusion por Silence Tsepesh de Lenfet

Ha pasado ya un mes desde que estamos en parís. La cuidad me gusta mucho, es tal y como dicen que es. En sí, no vamos a ciudades grandes, a Morgan no le gustan y dice que es mejor andar en pequeñas ciudades donde somos más novedad. Yo no comparto su opinión pero tampoco me molesta. He podido conocer muchos lugares debido a esto. Soy el único hijo, adoptivo, de Morgan, así que soy la única persona que se queda en el circo todo el tiempo aparte de Morgan. Todos los demás piden permisos para ir con sus familias o tomar un tiempo fuera de todo el ajetreo de estar yendo de un lado a otro.

.- Kalet.- y allí esta, la persona más extraña que he conocido en todo el tiempo que he vivido. Merle Deville. Desde que le vi supe que no era una persona como todas. Conocer parís a su lado ha sido lo mejor. Él conoce todo parís y siento que fue más fácil conocerlo por medio de él que por un guía o por mi propia cuenta. Hoy nos hemos encontrado para ir a comer, algo que hacemos cada que yo tengo tiempo. Extrañamente, Merle siempre tiene tiempo para estar conmigo, y eso me incomoda y me complace a la vez.

.- ¿A dónde iremos hoy?- pregunto, pues a Merle le gusta sorprenderme al llevarme a lugares realmente increíbles y que se ajustan a mi prepuesto. Parece que uno gana bien en un circo, pero no lo haces cuando compartes escenario con un montón de personas más. No es que me queje de la paga, pues realmente me gusta estar allí y las personas que participan también me agradan mucho.

.- es un lugar algo retirado, pero vale la pena.- yo solo gruño, pues “algo retirado” indica que tendré que caminar un buen tramo antes de llegar a nuestro destino. Caminar es algo que en si no me disgusta pero si puedo evitarlo, lo hago y para mi mala fortuna a Merle le encanta caminar. Jamás he ido a ningún lado con él por algún medio que no sean nuestros pies, ni siquiera le he visto tomar un autobús o un taxi.   Y no tiene caso que me queje, pues al final de todos modos le seguiré.

.- es ahí.- Al final, hemos llegado al último lugar donde esperaba estar.

.- ¿es en serio?-

.- si, iremos ahí.-

.- pero... creo que eso no es precisamente barato.- señalo a la torre Eiffel, el lugar a donde Merle me dirige.

.- pero tiene una vista increíble.-

.- pero… yo…. No es precisamente que venga a ver.-

.- deja de preocuparte por esas cosas.-

.- ¡pero si no tengo dinero suficiente para ir ahí!-

.- no lo sabrás hasta que no estemos ahí.- me dice con toda la tranquilidad del mundo. Yo no sé si ponerme a reír o llorar porque me quedare sin dinero hasta la próxima semana.- Kalet, ya no te preocupes por eso y ven. No te traigo aquí porque sí, de verdad hay algo que quiero mostrarte.-

.- está bien.- suspiro. Merle me sonríe, y continúa caminando, yo le sigo. Estar tan cerca de esa magnífica construcción es algo sobrecogedor y no puedo evitar mirar embobado hacia arriba mientras Merle se adelanta.

.- Kalet, vamos.- se ha acercado y me pone una mano en el hombro.- tenemos que entrar.-

.- si.- sin quitarme la mano del hombro me guía adentro. Yo no sé a dónde exactamente vamos, pero sigo mirando embobado. Creo que es muy obvio que es la primera vez que estoy aquí, y estoy demasiado absorto para ver si alguien más tiene el mismo problema que yo.- es tan….-

.- lo se.- solo la risa de Merle hace que vuelva a la realidad.- y esto no es lo mejor.-

.- ¿aun hay más?-

.- si.- subimos un poco antes de llegar al lugar donde comeremos. Y yo me quedo completamente sorprendido. Paris esta mis pies, literalmente, pues es lugar tiene solo ventanales y estamos muy alto, así que puedo ver parís por todos lados.

.- es increíble…-

.- si lo es. Pero deberíamos comer primero, parís no se ira a ningún lado.- yo solo asiento, distraído aun por la gran vista. Yo veo una mesa disponible junto al ventanal, y me dirijo rápidamente a ella. Merle me sigue sin decir nada, pero está sonriendo. Cada vez le veo más feliz, y el vacío de sus ojos que me daba recelo ha comenzado a desparecer. Ah, si yo también me sorprendo de que puedo pensar tales cosas  aun con la mente aturdida con el paisaje. Pero Merle tenía razón, vale la pena gastar todo lo que tengo por esto.- ¿te gusta?-

.- mucho.-

.- es lo que quería mostrarte.-

.- muchas gracias.- le digo.

.- y no te preocupes por la comida, esta vez yo invito.-

.- no, no puedo aceptar eso…-

.- déjame hacerlo. Yo te he traído ¿no?-

.-  pero…-

.- solo pide lo que quieras.- yo estoy dudando, al menos hasta que llega el menú y veo las cosas que venden, y pues todo se ve delicioso. Casi ni me  fijo en los costos cuando pido lo que más se me antoja. La comida esta tan buena como se ve en el menú, y no puedo evitar comer con avidez, sin hablar.

.- ¿pasa algo?- pregunto cuando veo a Merle mirándome fijamente.

.- nada. Estoy feliz de que te gustara.-

.- es realmente increíble. De verdad, muchas gracias por esto.-

.- aún no termina.-

.-  ¿aún no?-

.- no.- Merle me sonríe enigmáticamente y luego me hace la seña de que vuelva a comer. Y solo porque me ha encantado la comida es que le hago caso.

.- por cierto, deja que pague al menos una parte.-

.- oh, no. Yo te invite, esto va por mi cuenta.- yo suspiro.- ¿terminaste?-

.- si.- veo que Merle pide la cuenta, y a propósito vuelvo a ver por la ventana, pues no quiero saber cuánto es que pagara Merle por esto. Merle se levanta y me hace la seña para que vaya. Me cuesta mucho dejar la vista, pero al final le sigo. Seguimos subiendo, más, y más.- ¿Qué hay arriba?-

.- algo realmente asombroso.-

.- ¿estás bien?- Merle se ha puesto pálido, y suspira.

.- las alturas no me gustan mucho.-

.- ¿le temes?-

.- no, solo me traen malos recuerdos, no te preocupes.- las puertas del elevador se abren y lo primero que siento es la corriente de aire frio en mi rostro. El lugar es un mirador.  Yo hago una exclamación de sorpresa y alegría y salgo de lugar para pegarme al barandal y ver todo bajo mis pies.

.- me encanta.- no puedo evitar gritar.

.- no deberías acercarte tanto al borde.- Merle esta atrás, mirándome con una expresión que no logro descifrar.

.- pero es hermoso…podría saltar de aquí.-

.- ¡No!...- miro sorprendido la reacción de Merle, me ha gritado con una expresión de terror en el rostro, casi inmediatamente desaparece y ahora solo me mira con precaución.- no sería bueno si… eso es algo… lo siento… yo solo…-

.- no iba hacerlo, solo era una expresión.-  le digo.

.- si, exagere un poco.- su voz suena avergonzada. Yo me retiro del borde y camino por la rampa en círculo, mirando parís por todos los ángulos posibles. Merle me sigue, y aun parece agitado.  Quiero quedarme ahí por siempre, es realmente… cuando me canso de ver todo, me siento en un banco, con Merle a mi lado.

.- ah, por cierto, Morgan me ha dicho que nos quedaremos tres semanas más.-

.- ¿tres semanas?-

.- si, mañana se cumple el mes de estar aquí, y ha dicho que tres semanas más serán suficientes, después creo que iremos a otra ciudad grande. Creo que ha Morgan le han gustado.-

.- oh. Es bueno saberlo. ¿Son todos los espectáculos que tienen? ¿Los que he visto?-

.- si ¿Por qué?-

.- no he visto ningún mago.-

.- el mago renuncio antes de venir aquí.- explico.

.- ya veo. Creo que es hora de irnos.-

.- ¿tan pronto?- Merle suelta una risa, me revuelve el cabello y se levanta. Mientras le sigo al elevador que nos bajara, puedo ver que está realmente aliviado de volver al piso.

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Para mí, saltar en el trapecio es algo que no tiene comparación. La sensación de hormigueo en el estómago cuando saltas, pues tu cuerpo sabe que estas cayendo, que es peligroso. Pero mi mente sabe que alguien me sujetara o que me sujetare yo mismo. Si caigo, solo me concentro en la red en la que caeré. Sé que todos los que saltamos sentimos lo mismo.

.- ¿Kalet?- Alyssa se asoma en mi carpa. Las carpas son algo curioso, pues solemos estar en caravanas, pero vivir todo el tiempo en las caravanas logra cansar, pues son pequeñas, y no permiten mucha movilidad, así que en ocasiones, si el lugar nos lo permite, montamos carpas para tener más espacio y descansar de la caravana.-¿estás aquí?-

.- aquí estoy.- Alyssa entra, la veo echar una mirada al florero donde tengo las rosas que Merle me da cada que nos vemos.- ¿necesitas algo?-

.- solo quería hablar contigo. Últimamente es raro verte por aquí.-

.- si, bueno, ensayo contigo casi diario.- me excuso.

.- ¿te gusta?- sus ojos azules me ven, sin expresión. Alyssa no es muy expresiva, lo que en ocasiones aumenta su parecido con una muñeca.

.- ¿Qué? ¿París?- pregunto, perdido.

.- el chico con el que sales, el que siempre te trae y viene a las funciones.- oh… yo pensé que nadie lo había notado.- es muy obvio.- me dice, como si supiera lo que estoy pensando.

.- no tanto.- murmuro.  La cosa aquí es el hecho de que… bueno… a mí me gustan también los chicos, no solo las chicas. Es uno de los secretos que tengo, ok, no es precisamente un secreto pero tampoco es algo que les vaya diciendo a las personas, aunque estando en un circo no es algo que pueda ocultar con facilidad, así casi todo el circo conoce mi secreto.

.- ¿te gusta?- me repite.

.- tal vez… un poco.- ella solo me mira.

.- nos iremos en tres semanas ¿lo sabes?-

.- claro que lo se.- exclamo.  Ella sonríe un poco.

.- creo que deberíamos inventar otra rutina.- en el fondo, me alegro del cambio de tema. Con todo lo que está pasando me olvido de que yo me iré, Merle se quedara en parís. La realidad me golpea demasiado fuerte, aun así solo me siento algo decepcionado, pues supongo que en el fondo siempre tengo presente que nada en mi vida en permanente. Entiendo ahora por qué Alyssa ha dicho eso.

.- si, deberíamos.- ella sale de mi carpa y yo la sigo. En la carpa principal siempre hay muchas personas, pues ninguno puede confiarse con sus habilidades, así que siempre hay alguien ahí practicando.  

.- Alyssa,  ¿alguien más lo noto?-

.- no. Todos están ocupados con las funciones, además no eres el único que sale. Los Kazahaya lo hacen, y también Ryder.- solo asiento,  buscando a los nombrados con la mirada. Ninguno esta ahí. No tardamos mucho en subir y prepararnos para ensayar. Los demás trapecistas tampoco están, así que solo seremos Alyssa y yo.

Vivir en un circo es muy divertido, al menos para mí.  Siempre conoces personas raras, y eso que no somos una exhibición de fenómenos, espero que Morgan no lo note o terminaremos siendo de verdad un circo de fenómenos. El que me gusten los chicos no es para nada raro viviendo en un circo, hay cosas peores. Como Ryder, el domador de felinos o  tigres o, no se la diferencia. Ryder llego aquí con dos de sus tigres pidiendo entrar en la función. Rubio, alto y con tres largas cicatrices en el rostro.  Nadie sabe de donde vino, ni como consiguió los tigres, es algo tenebroso.  O  están también Kyon Zhu y Yuan Xue, llegaron con la familia china que hace acrobacias y siempre se la pasaban de un lado a otro andando contorsionados de espaldas y caminando con manos y pies, como sacado de una película de exorcismos. Para la suerte de todos, dejaron de hacerlo hace varios años, no era agradable encontrarlos por la noche. Supongo que porque Kyon prefirió ser más normal para salir con algún chico. Esos son solo algunos ejemplos, pues también están los gemelos Kazahaya, que actualmente no tienen función, Zima, la chica del salto ecuestre y Feux, el que hace el espectáculo del traga fuego y también espadas.  

Si, somos todo un espectáculo.  Yo también me considero de las personas que están entre las más raras de aquí, pues si hay algo que solo Morgan sabe de mí, es que desde que tengo memoria puedo ver espíritus, animas, fantasmas…. Se que parece increíble, pero créanme, estando a un lado de Feux, soy muy normal. Tampoco es que podamos hacer un show con esto.

Para muchas personas yo solo quiero llamar la atención, y si por mi fuera dejaría de hacerlo. Tampoco es tan interesante como parece, pues es como ver a una persona normalmente. No lucen aterradores aunque puedo sentir su hostilidad, tampoco puedo escucharlos. Lo único diferente a una persona normal es el hecho de que son más traslucidos, pueden aparecer en cualquier lugar y también desaparecer.  Siempre he querido ayudarles, pero como soy incapaz de escucharles, no puedo hacer mucho por ellos. Lo más importante sobre ellos, es que siempre, siempre, van siguiendo a una persona, están apegados a una persona, o la persona a ellos. Con el tiempo, he aprendido a ignorarlos.

.- Alyssa…-

.- ¿Qué?-

.- estoy cansado.- ella asiente, y  ya no toma el columpio al que pretendía subirse.  Si, la vida en un circo siempre es divertida.

Han pasado ya las tres semanas que nos quedaremos en parís, y cada día me he visto con Merle. Ninguno de los dos menciona lo que pasara dentro de dos días. En dos días, nos iremos. No sé qué piense Merle al respecto. Vamos, ni siquiera estoy seguro de que clase de relación podríamos tener, se que al menos Merle no solo quería una aventura de un rato, pues no ha intentado nada mas. Ah, que pena… pensar tales cosas… pero no puedo evitarlo, Merle no es una persona común,  y es muy atractivo. Si tan solo me quedara, podría considerar salir con él.

.- Kalet, estás distraído.-

.- ah, lo siento.- Merle solo me sonríe. Estamos en una plaza, donde Merle ha estado haciendo magia desde hace un rato. Merle también consigue reunir muchas personas.

.- ¿quieres ir a otro lado?-

.- ¿podemos ir al puente? A donde me llevaste la primera vez que salimos.- sin dejar de sonreír, Merle asiente.  Ya en ese lugar, no puedo evitar suspirar.

.- ¿estas triste? No has estado muy animado hoy.-

.- no, solo… estoy pensando.-

.- ¿y que clase de pensamientos puede hacer que dejes de sonreír?- mis labios  se curvan en una sonrisa involuntaria.

.- Merle, me iré en dos días.-

.- lo se.-

.- solo pensaba en eso.- no le diré en realidad todo lo que pienso.- parís es muy hermoso.-

.- si, lo es.-

.- gracias por llevarme a conocer.-

.- gracias a ti por acompañarme.- vuelvo a mirar sobre el río, a las luces que se reflejan en agua. Esta noche no tengo función.- Kalet…-

.- ¿si?- aun distraído volteo a ver a Merle, él me mira  unos momentos sin decir nada.  Veo que se inclina hacia mí, yo sé cuáles son sus intenciones y no puedo evitar retroceder un poco, pues aún estoy inseguro, no he tenido mucho tiempo de pensar en esto. Antes de que yo pueda decir o hacer algo más, Merle termina por inclinarse y juntar su boca con la mía. Yo me quedo quieto, intentando pensar aun, pero no pasa mucho para que me deje llevar y termine por corresponder al beso. Ah, se siente tan incorrecto el hacer esto cuando sé que me iré en algunas horas. Es lo único en lo que puedo pensar, por lo que me concentro también en disfrutar los pocos segundos que  durara este beso.

.- no pude resistirme.- me dice, casi contra mis labios.  Yo solo jadeo y me estremezco.- Kalet, me gustas.-

.-…- eso ya lo sabía,  Merle no ha sido muy discreto en ese sentido, y la verdad, le ha funcionado.

.- Kalet…-

.- lo sé. Pero… no será bueno para nosotros. Yo me iré en un día, y… no hay manera de que sigamos en contacto.-  murmuro, sin mirarle.

.- ¿crees en la magia?-

.- ¿Qué?- volteo a verle por tan rara pregunta.

.- Si crees, siempre hay una manera.- me dice, y me besa de nuevo. Siento que me estoy derritiendo en ese abrazo. Cuando nos separamos, quiero decirle muchas cosas, preguntarle otras más, pero todo desparece cuando le siento. Una horrible sensación de opresión que me hace levantar la mirada más allá de Merle.

Y entonces le veo.  Toda la calidez que sentí al estar con Merle desaparece, ahora siento frio, como si me hubieran llenado de nitrógeno líquido o algo así.  Mi primera impresión es que me estoy viendo en un espejo, luego caigo cuenta de que no puede haber un espejo en ese lugar, en medio de la calle.  La “persona” que está ahí es idéntica a mí, y solo hasta que veo a través  de él es que me doy cuenta de que es un fantasma. Uno idéntico a mí. Uno que nos mira con odio a Merle y a mí.  Mis ojos automáticamente ven a Merle, tratando de que me explique qué pasa, pero Merle no sabe que es lo que veo, ¿Por qué hay un fantasma idéntico a mí? ¿Por qué esta aquí?

¿Quién es él? Me pregunto. ¿Quién es él? quiero preguntarle a Merle.

 Sé que no tiene nada que ver conmigo, y pensar en lo que significa me causa malestar, así que solo me doy la vuelta y salgo corriendo, dejando a Merle ahí, sin voltear cuando me llama.