Una noche donde la luna se reflejaba en lo más alto, donde el frío podría calar hasta los huesos. Escucho tu susurro leve pero suficiente para mi llamándome, diciéndome te amo y ahí noto como la frialdad se envuelve a mi alrededor con la cruel realidad que ya tu no estás.
Y hace mas frío que antes tanto que pienso que mi alma se congelará.
-Eras mi mundo Leeteuk, cómo pudiste abandonarme?, aunque pienso que quien está mal soy yo porque me enamoré de un ángel y el cielo lloraba por ti, como hoy lo hago yo aquí-
Todavía recuerdo el dolor de saber que algo no andaba bien, la opresión en mi pecho que no me dejaba respirar. Sentado en nuestro sofá favorito, escucho sonar el teléfono, parece un dejavú pero me doy cuenta que es el recuerdo que ha cobrado vida delante de mí. Aquellas palabras que para mi fueron el final de mi vida, porque si estoy muerto en vida sin mi ángel.
Aquel accidente te arrebató de mí, pero el saber que estaba en tus últimos pensamientos, que estábamos me reconforta un poco. Recuerdo haber llegado al hospital, ver tu hermoso rostro cubierto de lágrimas y sangre sostuve tu mano aquella que llevaba la alianza de nuestro amor y tu hermosa mirada se poso en mi.
-Kan...gin cielo-
-No hables mi ángel, tienes que resistir, no me dejes, no puedes dejarnos-
-Te amo, siem..pre estare jun..to a ti, jun..to a uste..des-
Te bese tan delicadamente como si fuera una ligera pluma sobre tus labios, poco a poco tu respiración así como tu alma abandonaron tu cuerpo. Lloré tanto que no recuerdo cuando llegue a nuestro departamento, recuerdo lo mucho que nos gustaba estar en este sofá, tomando chocolate caliente.
Sentado en mi regazo, sonreías ante mis caricias.
-Te amo cielo-
-Algo bueno tuve que hacer en mi vida pasada para tenerte en esta mi ángel, te amo nunca me dejes-
-No lo haré cielo-
Un ataque de cosquillas termino en hacer el amor, en recorrer ese cuerpo que conocía ya de memoria, aún con sus imperfecciones para mí era perfecto. Ver su cuerpo desnudo recostado sobre mi pecho podría decir que es el mejor despertar que he tenido. Escuchar su suave respiración y en su rostro una hermosa sonrisa provocada por nuestro amor, son los recuerdos que mas amo.
Ha pasado ya un tiempo, levantarme, volver a sonreír fue difícil pero extrañamente fueron tus recuerdos los que logran sacar una sonrisa en mi. Salí adelante por ti mi gran amor y por nuestra pequeña princesa Sakura, ella ha logrado que yo vuelva a sonreír.
Nuestra pequeña tiene tu sonrisa, esa que tanto amo, ella es tu gota de agua hasta en carácter cosa que me agrada. Ya tiene tres años mi ángel está creciendo rápido, fuerte y sana. Es hermosa hoy hemos venido al lugar donde tu cuerpo reposa, una llovizna ligera nos acompaña. Sakura tiene en sus manitos lirios blancos, ella quiere regalarlos a su omma.
Me agacho para acariciar la lápida de mármol donde está tu nombre grabado, creo que eso hace más real para mi tu ausencia y duele.
-Ángel, hoy Sakura y yo te trajimos lirios blancos, nuestra hija los escogió así que sé que te gustaran-
Sakura las coloco en un florero al pie de la lápida.
-Omma-
Kangin se abrazo a su hija.
-Te amamos mi ángel, siempre lo haremos-
Una brisa fresca se cuela entre la llovizna acariciando nuestros rostros, sacando una sonrisa en Sakura.
-Déjame adivinar cariño-
Miro al cielo y sonrió cómplice de ti.
-Te amo mi ángel prestado-