Leonardo había llegado tarde al lugar, por alguna extraña razón Franco le había pedido (ordenado) que asistiera a la fiesta que organizaba una de sus más intimas amigas, dudaba que alguna amiga de su edad deseara organizar una fiesta en un antro, y Franco era demasiado recto como para tener amiguitas en sus 20, no quería asistir pero al no tener opción entro en el lugar y comenzó a bajar los escalones empezando a captar las primeras palabras de un discurso.
Se quedo pasmado al darse cuenta que el motivo de la fiesta no era otro que su ex amante pero lo que lo dejo completamente aturdido fue la imagen del peli plata besando a una chica que bien podía darse una idea de quién era; tardo un poco en recuperarse del shock antes de sentir casi inmediatamente como la sangre comenzaba a hervirle por dentro, apretó los puños a sus costados y volvió sobre sus pasos en dirección a la salida, quería irse, irse, romper algo, tal vez romperle un par de huesos a alguien… o esos eran sus planes hasta que se topo con la primera dama y por supuesto que ahí sus antes de huida se vieron frustrados.
Después de una charla con ella, se vio obligado a quedarse en el lugar un rato más pero no por ello tenía que pasarlo rodeado de todas aquellas personas que le molestaban, pidió a un mesero una botella y busco entre los reservados hasta encontrar uno solo y se quedo en el bebiendo solo.
Cuando el recuerdo de haber visto al peli plata besando a la a verbal de mil y un insultos en los 4 idiomas que conocía afloro sin descanso, hasta que alguien atravesó la puerta distrayéndolo y para los colmos de sus pesares el intruso era nada mas y nada menos que la estúpida pelinegra novia de Dilan
-Hola, disculpa la interrupción,
-Verdammter Hurenbock .-Su propia opinión sobre la chica salió de su boca en su lengua materna sin que pudiera evitarlo.
-Wou, no pude entender eso, quizás si lo dijeras en ruso habría más posibilidad.
-Tú no eres rusa.
-Ni tu americano y henos aquí charlando en ingles.- Todo en la chica le molestaba y que además fuese irónica e inteligente mucho menos.
-¿quién eres?
-¿Por que preguntas algo que ya sabes?
-¿tienes idea de con quién estás hablando?
-¿con quién? ¿Con el secretario de estado? O ¿con el ex amante de mi novio?-seria perra la mamona.
-Así que lo sabes.
-No hay secretos entre Dilan y yo.
-Oh ¿sí? Bueno en ese caso deberías saber que él me sigue amando, ¿cierto?
-Vamos, que agresión, si vamos a hablar sobre penas de amor, sería bueno si comparte una copa de eso.- Arantza señalo la botella en la mesa y camino hasta sentarse en el sillón frente a Leo. El pelinegro entendió y lleno una copa ofreciéndosela un segundo después. –Gracias y bueno, puede ser pero tengo la confianza para hacer que te olvide.
-entonces tienes demasiada confianza.
-así es, como puntos a mi favor, el ya es mi novio, su madre me ama, los medios esperan ansiosamente por nuestro compromiso y pude notar que viste como me beso allá afuera.
-No me provoques, no soy un hombre paciente.
-Si te sientes afectado debe ser porque en verdad me sientes como un riesgo.
-eso es imposible…
-Lamento avisarte que abriste esa posibilidad cuando jugaste con él.
-yo nunca jugué con él.
-Le rompiste el corazón, lo abandonaste y sobre todo le mentiste.
-Que puedes saber tu? Todo lo he hecho por él, yo le amo.
-Si realmente le amaras…- Arantza se levanto, y comenzó a dirigirse a la salida. –jamás le habrías dejado solo. – abrió la puerta y se fue del lugar sin volver a dirigirle ni siquiera una mirada al ojiazul.
A Leo le habían calado aquellas últimas palabras, sabía quela chica tenía razón, si él no se hubiera alejado desde el inicio, si tan solo hubiera sido sincero, si hubiera tenido más valor ahora quien estaría junto a Dilan sería él y aquella conversación jamás hubiera tenido lugar. Arrojo su copa contra la pared haciendo que esta se rompiera en decenas de fragmentos y el liquido salpicara todo a su alrededor.
***
Después de aquella charla con Arantza se había quedado dando vueltas al asunto día, tarde y noche; las cosas no habían sido del todo fáciles para Leonardo y no mejoraron cuando la invitación a la fiesta anual para la recaudación de fondos para los orfanatos del estado que anfitriona la familia Biavane llego a su escritorio aquella mañana.
La fiesta era la siguiente semana e inmediatamente busco en su agenda para ver si como las ocasiones anteriores alguna junta en el extranjero le salvaba de tener que asistir pero como se estaba haciendo común la suerte parecía no estar de su lado y su agenda se encontraba completamente libre en esas fechas; suspiro con resignación y se recargo completamente en el respaldo de su silla girando esta para quedar de frente a los grandes ventanales y observar perdidamente la ciudad desde las alturas.
El intercomunicador de su oficina sonó sacándolo del extraño mundo paralelo en el que se había perdido, estiro el brazo negándose a separarse de aquella magnifica vista que le regalaba la ciudad en la puesta del sol.
-Adelante, ¿qué sucede Lilian?
-Señor, el señor presidente se encuentra aquí y desea verle.
-Dile que pase.
-Sí señor.
Escucho la puerta de su oficina abrirse pero no se giro ni se paró de su asiento, ciertamente se trataba del presidente, de su superior y el protocolo indicaba claramente que ante su presencia todo el mundo debía prácticamente quitarse el sombrero y llevarlo hasta el suelo, pero Leonardo Archer era la excepción a toda regla y Franco además de ser un amigo era un hombre consciente de que su posición se la debía hasta cierta medida a el mismo, y estando en su propia oficina podía darse el lujo de ser un poco insolente.
Franco camino hasta el pelinegro, conocía bien a Leo, no debía de ser un buen día para él por lo que no se ofendió por su actitud, paseo su mirada por el sitio y esta paro en la invitación que descansaba abierta sobre el escritorio.
-Veo que ya viste la invitación.
-Si ya lo hice.
-Venia justo por ese asunto, quiero que asistas en esta ocación.
-Eso no está enteramente en mis manos y lo sabes, después de todo soy alguien que va a dar la cara por su señor presidente cada vez que este no puede hacerlo.
-Vamos Archer, se que tu agenda está libre.
-Por ahora.
-Tienes que prometer que si se mantiene así asistirás, los Biavane son gente muy influyente y esta especial cena de caridad sentara bien para nosotros ahora que están en puerta las reelecciones.
-Si nada más pasa lo haré.
-Bien, eso es todo, gracias.
Franco salió de su oficina en silencio y Leo solo puedo esperar 5 minutos para llamar a la pelirroja y rogarle por que encontrara algo que llenara su agenda esos días, pero resulto inútil, después de todo Lilian tenía otras intenciones que cumplir.
***
Estaciono el Zenvo en la entrada de la mansión Biavane, tan solo la imagen de la casa se poso ante sus ojos, pudo imaginar a un castaño más joven jugando en los jardines , sentado en la fuente de la entrada leyendo un libro o tan vez con alguna chica o chico.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el valet abrió la puerta de su lado, invitándole a salir del auto para poder estacionarlo con los de los demás invitados.
En la puerta de entrada una elegante mujer le recibió, pudo percibir en ella todas las facciones de Dilan.
- Buenas noches Señor secretario, es el primer año que nos acompaña, es un honor para mí tenerlo en esta su humilde morada, permítame presentarme, soy Margaret Biavane y espero que disfrute de la velada
Leo le tomo delicadamente de la mano y le beso en el dorso.- El placer es todo mío, lamentablemente su fiesta siempre terminaba empalmándose con mis salidas fuera de la ciudad, pero me alegra por fin estar en una de ellas, gracias por la invitación, Mi secretaria enviara mañana por la mañana el cheque de mi donativo a su caridad como cada año
- Muchas gracias señor secretario, por favor pase y disfrute de la velada
Sin más el pelinegro ingreso a la mansión, dentro el ambiente era bastante agradable y aun así Leo se paseaba tenso, a pocos pasos de donde se encontraba pudo apreciar a Franco hablando con el ex castaño al que no quería ver, aun así camino lento hacia ellos.
- Buenas noches
- Valla, por fin decidiste deleitarnos con tu presencia Leo, Oh! Pero que descortés de mi parte, Leo, el es Dilan Biavane, es el hijo de la anfitriona de esta noche, además es el encargado de nuestra seguridad, su empresa se encarga de los software que ocupa el FBI, la CIA y nuestras propias oficinas
- Sí, he tratado con el varias veces, un placer verle de nuevo Señor Biavane.- dijo tendiéndole la mano al ex castaño para forzar un apretón de manos.
- Entonces te dejo en buenas manos Leo, si me disculpan, mi esposa e hija están perdidas por ahí, por cierto Leo, Lilian les hacia compañía
- Adelante Franco, cuando las encuentres, ¿puedes decirle a Lilian que me busque?, por favor.
- De tu parte, Dilan, fue un placer hablar contigo
- El placer fue mío señor, espero verlo más tarde…
El presidente se retiro para dejar a los 2 hombres restantes en un silencio sepulcral y la atmosfera tan tensa, que podría haber sido cortada con un cuchillo.
- ¿Puedo preguntar porque después de 4 años siendo invitado a la cena de caridad de mi madre, decidiste venir hoy?
- Bueno si le interesa tanto señor Biavane, El señor presidente “Franco” me obligo a venir, “se verá bien para las reelecciones” fue lo que él dijo.
- ¿Es, eso cierto? O ¿solo es un pretexto?
- ¿Para que necesitaría un pretexto?, ¿para salir? ¿Para asistir a una cena a la que no había asistido nunca en los 4 años consecutivos en los que he sido invitado? No, la verdad estoy aquí por interés propio, debería dejar de ser un poco ego centrista señor Biavane, no todo gira en torno a usted.
Dilan estaba por refutar aquello, pero el molesto timbre del celular del pelinegro les interrumpió
- Ahora si me permite…- Leo se retiro de donde se encontraban para poder responder su llamada.
- Archer al habla.
- Señor… soy Phil.
- ¿Que paso Phil?
- Señor, Frank me encargo estar al pendiente de las cámaras del hotel…
- ¿Tienes algo nuevo?
- Sí, me temo que todo este tiempo hemos sido… engañados…
- ¿Qué?!
- Así es señor, me costó un poco de tiempo, pero al final descubrí que todo era una farsa..
- ¿A que te refieres? Explícate…
- Son videos pre grabados, irrumpieron en la seguridad del hotel para engañarnos, el pasillo que da a la habitación, el lobby, incluso la cámara que está en la habitación, tienen una cinta con la misma imagen, esta se repite una y otra vez…
- Con un demonio… ¿puedes hacer algo al respecto?
- Me va a tomar un rato, pero tratare de irrumpir en las cámaras del Lobby, y las de la calle además de la puerta trasera, tal vez haya algo que nos de pistas…
- Bien, haz lo que tengas que hacer y mantenme al tanto.
Colgó la llamada y marco en respuesta el número 1 de su marcación rápida
- Busca a Lilian, los veo en el jardín de atrás, cerca del roble…
Sin esperar contestación por parte de subordinado, camino a paso lento hasta el jardín trasero, evitando ser visto.
Momentos después de haber llegado, Frank y Lilian llegaban a su encuentro.
- ¿Nos mando llamar señor?
- Seré rápido, mi padre nos ha engañado por completo, Phil descubrió que las imágenes que vigilábamos eran falsas….
- Eso quiere decir… sabia que lo íbamos a buscar… ¿por qué dudaría de usted?.- pregunto una ansiosa pelirroja
- No tengo idea Lilian, mil ideas han pasado ya por mi cabeza y nada tiene sentido, pero todo esto me lleva a que mi padre ha comenzado a mover sus piezas del juego…
- Llamare a Mad, tal vez el sabe algo.
- Bien, cualquier cosa quiero saberlo de inmediato Frank y Lilian, mantente en contacto con Phil, igual, quiero saberlo todo.
Recibió un asentimiento por parte de los dos miembros de su personal
- Regresen a la Fiesta y actúen normal, si nos están vigilando, es mejor entrar en nuestro papel de hipocresía.- peinando su cabello hacia atrás para después acomodar las solapas de su traje, les dio la espalda para que siguieran su camino.- terminemos con esta noche de una vez por todas…
Mientras Leo fingía demencia caminando por el amplio jardín, sintió que se estrello contra algo o alguien…
- Señor Archer…, al parecer esta noche estoy destinado a topármelo… hasta en la sopa.- dijo Dilan mientras se sacudía dramáticamente el saco del traje y volvía a tomar la mano de la despampanante pelinegra.
- No era mi intención… si me disculpan, busco a Lilian. – Leo sin expresión alguna en su rostro estaba por retirarse, pero le habían jalado la manga del saco, se dio vuelta para ver a Dilan. – ¿Acaso necesita algo señor Biavane?
- Yo… no…solo…, un bicho, tenía un bicho en la manga, lo siento fui muy impertinente
- Bien.- Les dio la espalda a la pareja para adentrarse en el salón, bajo la mirada del ex castaño.
- Señor… le veo extraño.
- Tengo un mal presentimiento Arantza, algo va a salir mal esta noche…
- No sea paranoico, ¿que podría salir mal? Busquemos al señor Marcov, tal vez el le haga sentirse mejor.
- Tienes razón, voy a tratar de relajarme…
Escoltando a la bella castaña, entraron al salón, dividiéndose para tratar de encontrar a Maximilian entre toda la gene, con la promesa de llamarse el uno al otro cuando le encontraran, después de que el castaño diera vueltas por la recepción del salón, pudo divisar entre los invitados a Leo, el cual estaba hablando bajo, casi cuchicheando, nada adecuado para poder enterarse de lo que hablaban debido al ruido de la música, las risas y charlas de los demás. El hombre que estaba con Leo levanto la cara en busca de algo o alguien y para sorpresa de Dilan era Max.
El ojigris después de ver al ex castaño codeo a Leo en el costado con cierta sorna de burla, sin hacer amago de molestia, Leo solo puso una cara visible de pocos amigos, y ese gesto fue suficiente para que Maximilian le dejara ahí parado en medio de la sala sin siquiera haberle dicho nada. El rubio se alejo a paso lento hasta llegar al ojimiel.
- Hola pequeño, ¿en dónde estabas?
- Paseando con Arantza en los jardines y tú, ¿que estabas haciendo hace unos instantes?
- Estaba hablando de Negocios, después me tope con el secretario de estado y estábamos conversando…
- Sabes que puedes decir su nombre ¿cierto?
- M… si, supongo. – dijo el rubio con una sonrisa coqueta. – Te veo Nervioso Dilan…
- No, más que Nervioso, creo que la palabra es preocupado…
- ¿Te pasa algo?
- Tengo una sensación extraña en el estomago, algo va a salir mal, muy mal, esta noche…
- Pues espero por nuestro bien que nada arruine la cena de tu madre, un solo error y la tendremos el resto del año atormentándonos por ello…
- Agh… ni lo menciones, en fin… dime ¿que hablabas con Leonardo?
- Cosas sin importancia en su mayoría, acciones, inversionistas y hablábamos de Phil Lewis es el nuevo secretario de seguridad nacional provisional y es el encargado de manejar los software de nuestra compañía.
- M… valla que interesante su conversación.
- Me encanta el sarcasmo de tu voz.
- ¡¡¡Cállate!!! .- contesto el peli plata golpeando un poco al rubio.
- ¿Donde dejaste a Arantza?
- Ha de seguir buscándote en el salón, olvide llamarla, nuestro plan fue dividirnos para encontrarte…
- Ese es siempre un pésimo plan, pero bueno, dime ¿cuantas citas ha logrado conseguirte esta vez tu madre?
- Ni lo menciones.- el ojimiel hizo pucheros.- han sido 5 hasta el momento y ya me encargue de cancelarlas personalmente, consiguió que saliera con Andrea la hija del presidente y tuve que inventar un viaje de negocios a Hong Kong.
El rubio soltó una carcajada nada escandalosa pero con el tono perfecto de burla
- ¿Funciono?
- ¿Qué? ¿Decirle que salía Hong Kong? Si, al parecer fue muy convincente.
- Mi madre está logrando arruinar mi imagen, se supone que salgo con Arantza ante los medios.
- Sabes que tu madre no puede ser detenida por nadie, hablando de salir con, has hablado ya con Arantza, tenemos un buen rato aquí y no ha venido hacia nosotros, y bueno puede que este sola y siendo acosada por los reporteros y los “hombres de buena Voluntad”
- No, lo olvide, iré a buscarla, no te vayas, si no regreso en 15 minutos, nos vemos en mi antigua habitación.
- Oh! Esa propuesta me agrada, suena tan… indecente.
- ¡¡¡Deja de jugar Max!!!
- ¡Oye! Relájate pequeño, estas bastante tenso esta noche.
Refunfuñando por lo bajo el ojimiel se alejaba del rubio, así que este aprovecho el paso de un camarero para tomar una copa de Champagne y salir al jardín, el ambiente del salón le asfixiaba un poco.
Tan solo salir del salón de cristal, se dedico a observar un poco el cielo nocturno, hasta que una voz le saco de sus ensoñaciones.
- Estaba buscándote.
- Valla, valla, mi hermanito buscándome, que novedad…
- No estoy para juegos Maximilian.
- Al parecer nadie esta de humor para mi hoy, ¿por qué me buscabas Leo?, hace rato en el salón parecías bastante ansioso…
- Tenemos problemas.
- ¿De qué calibre?
- Pues no se qué calibre consideres tu para decirte que lo que hemos visto en las cámaras de seguridad ha sido todo un truco. – No hacía falta demasiada descripción, Max sabía perfectamente a lo que el ojiazul se refería.
- ¿Qué? ¿Entonces no tenemos idea de que es lo que está haciendo, ni siquiera de donde esta?
- No, me temo que no, Frank se está moviendo con mis hombres para descartar que esté actuando a mis espaldas.
- Mierda, llamare a Mercedes para que investigue por su cuenta, tenemos que salir de aquí Leo, no has pensado que este es el lugar perfecto para un golpe de estado?
- No entiendo, a que te refieres?
- Piensa Leo, tenemos en esta casa a los líderes del país, el presidente y su familia, el vicepresidente e incluso el secretario de estado, lo único que nos faltaría es que tu secretario de seguridad haga su entrada triunfal a la casa del mayor empresario en seguridad y software de Estados Unidos
- Mierda, Phil tiene que venir hacia acá, tenemos que sacar de aquí a Franco y Mason…
- Me temo que Margaret no dejara ir a ningún invitado sin argumentos validos y/o a menos que haya un apocalipsis o la casa se esté incendiando, nadie se irá hasta que la cena termine y créeme hermano, esto ni siquiera ha comenzado
- Ya me encargare yo, solo encárgate de Dilan y su madre, yo me encargare del presidente y vicepresidente
- Que pasara con el resto de los invitados?
- Solo preocúpate por ellos y déjame lo demás a mi
- Que piensas hacer?
- Aun no lo sé, pero haz lo que te digo y no me cuestiones!
- Bien, confió en ti, iré a buscar a Dilan y llamare a Mercedes
El pelinegro se quedo solo y entonces como un destello un plan comenzó a surgir en su cabeza, desde su accesorio de muñeca del celular adicional en su bolsillo, busco en sus contactos hasta dar con la persona que buscaba, y mientras sonaba el primer timbre, la respuesta no se hizo esperar
- Donde estas Mad?
- Jefe, me sorprende su llamada
- En donde estas Mad
- Cerca de Central Park señor
- Que se dice para esta noche?
- Nada nuevo, arriba un paquete grande del otro lado de la costa, redadas en california y un ataque al presidente, algo sobre una reunión extraoficial algo…
- Sabes quien planea el atentado?
- No señor, se lo dije a Shadow hace unos instantes tras
- Bien, si sabes algo, quiero saberlo Mad, de acuerdo…
- Sí señor.
El plan era simple, instalaría en los soportes del salón un dispositivo de explosivo que solían usar en las misiones para cubrir sus rastros, a prisa y sin que nadie se diera cuenta llego hasta la zona de la mansión Biavane donde habían estacionado todos los autos y sin problemas llego hasta el suyo pues los vale parking estaban jugando baraja y tomando a varios metros y él se encontraba fuera de su alcance de visión, con cuidado y asegurándose de que el auto estuviera abierto y sin la alarma, saco de debajo del asiento del copiloto un pequeño maletín negro, lo abrió sobre el asiento, de el maletín saco 10 pequeños y casi imperceptibles chips, los guardo en el bolsillo superior de su traje y regreso todo a su lugar, como si nada hubiera pasado se escabullo por los jardines hasta llegar al salón del evento, donde cuidadosamente y tratando de no levantar sospechas adhería los chips a las columnas que sostenían los cristales del salón, pasando sobre ellos el accesorio de muñeca del celular para activarlos, dejando satisfactoriamente los 10 pequeños explosivos antes de la cena.
***
La cena transcurría normal, todos los invitados sentados en sus respectivas mesas circulares a lo largo y ancho del salón de cristal.
El momento del postre se acercaba y para sorpresa del pelinegro la alarma de su dispositivo le avisaba que era la hora, sin hacer escándalo, se levanto tranquilamente de su asiento para quedar entre el presidente y el vicepresidente y hablándoles solo para que ellos escucharan
- Caballeros, lamento interrumpirlos, pero voy a pedirles que por favor salgan por la puerta que está detrás de nosotros, no hagan preguntas solo, por favor háganlo, Franco, indica por favor a tu esposa e hija que sean las primeras, tiene que ser lo más rápido que puedan por favor
Como si no hubiera pasado nada, regreso para tomar asiento y desde su posición, envió el mensaje que tenía preparado
“sácalos, ahora”
L.A.
Vio salir a su espalda a la primera dama junto a su hija, después de ellas Franco era el tercero que salía mientras a lo lejos veía como Maximilian dirigía a los Biavane fuera del salón.
De repente los vidrios caían sobre las cabezas de todos en el interior del salón, era un caos de gritos y gente corriendo, para satisfacción del ojiazul no veía a nadie de la familia presidencial o al vicepresidente dentro del salón, sus oídos zumbaban por la adrenalina, todos sus sentido estaban alerta e intensificados por la adrenalina, a lo lejos observo a Frank sacar a una familia y al voltear a los costados algunos cuantos heridos en el piso he inconscientes, ese era el saldo.
***
Fuera todo era un caos, las damas lloraban y chillaban, mientras que los caballeros buscaban a sus damiselas para consolarlas ante el susto, más un ojimiel no se encontraba del todo asustado o confundió, pues más temprano esa noche el había presentido que aquella velada no iba a ser llevada del todo bien.
- Alguien vio al secretario de estado.- gritaba Lilian con los nervios de punta
- Cierto… Max, viste salir a Leonardo Archer?.- preguntaba un curioso ojimiel
- Qué? No, solo, todo se dio muy rápido, solo los ayude a ti y a tu madre
- Voy a regresar dentro
- Qué? Ni se te ocurra Biavane, no sabemos que causo la explosión así que quédate aquí
- No, no lo entiendes, el puede estar aun ahí adentro, herido…
- Si esta herido, no tardan en llegar los paramédicos, ellos lo sacaran, así que por una vez en tu vida, haz lo que te digo
El ex castaño se aparto de la vista del rubio y cuidando que nadie lo viera, se escabullo para poder entrar en el salón, pero se detuvo al escuchar voces adentro.
- En qué demonios estabas pensando
- Pudo haber sido perfecto Leo, el gobierno estadounidense derrocado por el mayor líder de la mafia rusa
- No pensaste en las consecuencias ni por un segundo, cierto? Esto pudo haber provocado la tercera guerra mundial, lo sabes, la mitad del mundo estaría dispuesta a caer por Estados Unidos
- Eso es lo que tú crees, tu puestecito en la política te ha secado el cerebro y has perdido tu objetivo
- Es eso lo que querías, no es así? Alguien desde dentro para meterte como te diera la gana con el sistema
- Leo, Leo, Leo, me decepcionas, tu hermano ha sido más inteligente y astuto que tu
- Que tiene que ver Maximilian en todo esto?
- Después de todos estos años y aun no lo descubres? El hermano mayor que tanto amaste y extrañaste, es la persona más vengativa, fría y cruel, la mente maestra de los planes de esta noche fue el, no le importo atentar contra su propia sangre, te quiere muerto, quiere el puesto que te ha correspondido siempre…
- ….
- No dirás nada? A caso te han comido la lengua los ratones?
Las sirenas de las ambulancias y patrullas se escuchaban a lo lejos, poniendo en alerta a los dos hombres
- Bien, hora de mi salida triunfal, ya nos veremos después
Mientras el hombre de porte imponente, salía por la parte trasera del salón, no le quedo al ojiazul más que dejarse caer al suelo y dejar que su caro traje se llenara de vidrios y que los mismos le hicieran daño, en su estupor escucho pisadas cerca hasta que un peli plata se paraba frente a él
- Estas bien
No hubo respuesta
- Leo me escuchas?
Ni siquiera se movió el pelinegro
- Vamos Leo, tienes que levantarte, te estás haciendo daño.
Sin respuesta, el pequeño comenzaba a desesperarse, hasta que los paramédicos llegaron
- Señor, puede oírme?
- Qué? Yo sí, pero el Señor Archer parece estar como ausente
- No se preocupe, es a causa del shock, ahora salga del salón, mis compañeros le revisaran afuera, mientras yo hago que su compañero reaccione para poder sacarlo de aquí
Leo era consciente del peli plata llamándole, instándole a que se levantara, pero sabía que mas allá de sus ganas de que aquel peli plata le hablara y le abrazara, necesitaba fingir su papel de víctima en shock así que se dejo guiar por el paramédico, mientras sus aun atentos sentidos veían como los paramédicos hacían su trabajo sacando a los demás heridos.