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THE LIE IS NOT OVER por Daydream duet

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Notas del capitulo:

Hola, que tal? como estuvo su semanita? la mia mejor ni hablar :/ en fin vengo hoy con un cap super cargado de infina informacion :/ hay q estar muy atentos a la profundidad de todo, :3 seguimos esperando su cast de los personajes ya tenemos el primero y es muy bueno, seguimos esperando a revisir el de los demas :3.

sin mas a leer.

Jjin.

 

Las emociones golpeaban en su interior como bestias desbocadas; su cabeza estaba más complicada que Platón y sus teorías, ¿Qué mierda había pasado? ¿Cómo en la vida fue posible que Leonardo Archer perdiera el control de algo? Había despertado en la desconocida habitación de hotel solo, con una resaca de mierda, y un nudo y cruda moral en el pecho, ah y una carta y una rosa sobre la otra almohada.

Después de su paseo por el baño y antes de la llegada de Frank, releyó la nota con más calma, la ira se apodero de él, rompió la hoja, la prenso entre sus dedos y la arrojo al suelo, viendo la rosa no pudo hacer lo mismo, a esta la había tomado con cuidado y la metió en el bolsillo de su chaqueta. Frank lo llevo hasta su departamento y sintiendo el malestar a tope se dispuso a recostarse y dormir hasta el siguiente día, y lo habría hecho de no ser por el sonido de su teléfono.

Maldiciendo en voz baja contesto a la llamada de mala gana.

-¿¿En donde se ha metido en toda la noche señor??

-No grites Lilian, no estoy sordo.

-He tratado de localizarlo desde ayer pero su teléfono estaba apagado.- No lo había notado hasta aquel momento, cuando quiso llamar a Frank su celular se encontraba apagado, en ese momento no le dio importancia y simplemente lo encendió sin más, pero justo ahora no recordaba haberlo apagado en ningún momento.

-Lo siento, me quede sin batería.

-como si eso fuera siquiera posible tratándose de usted. – La pelirroja se sorprendería de la cantidad de cosas que se supone no eran posibles en él y sin embargo estaban ocurriendo.

-Como sea, ¿qué sucede?

-Hay un problema en la oficina, solicitan su regreso y reincorporación inmediata a su trabajo.

-De que mierdas hablas Lilian? Estoy de vacaciones.

-Y Franco lo sabe sin embargo es imperativo que regrese.

-Joder, debiste haberte negado.

-Es una orden del estado señor, yo solo soy su secretaria y le paso el mensaje.

-claro, solo mi secretaria.

- pasare por usted en 20 minutos, Franco, Miller y Phil le verán en la casa blanca a las 6, el jet está listo y despegara a las 4.

-Ya que, solo para por algo para la resaca y algo de comida mexicana my picante por favor.

-Como ordene.

***

El trabajo lo  estaba matando, maldecía la hora en que sus vacaciones se vieron súbitamente interrumpidas por un problema inesperado, maldecía más a Phil por ser un incompetente, a Franco y a Miller por no poder apañárselas solos y a él mismo, maldecía a su estupidez, a la noche anterior, a los recuerdos que lo agobiaban, al remordimiento que lo carcomía, a la cruda y al alcohol y al agotamiento que sentía en ese momento.

-Mateo, Mateo, Mateo.

El pelinegro parecía haberse alojado en su cabeza como una sanguijuela robando sus pensamientos y cada vez que sus ojos, su mirada, su rostro y sus expresiones provocativas, retadoras e insolentes venían a sus recuerdos también lo hacían los pucheros de Dilan, sus miradas tiernas, su sumisidad tan perfectamente acoplada a su indomabilidad. Cada uno en su cabeza como si de una doble pantalla se tratara. Físicamente similares pero infinitamente diferentes.

La culpa lo absorbía, pero leo luchaba por auto convencerse que aquello no podía ser una traición, Dilan y él ya no estaban juntos, Mateo tampoco estaba con él, él era libre, era él y solo por eso no debía sentirse mal al respecto.

Mateo, Mateo, Dilan… Mateo.

Trataba de centrarse en el enorme montículo de papeles y documentos sobre su escritorio y aunque los problemas gubernamentales eran tan gordos que no daban cabida a más ciertos pensamientos con nombres y apellidos lograban hacerse un espacio.

-Mateo, Mateo… Dilan.

-Mateo… Dilan.

-Dilan…

-Dilan, Dilan, Dilan.

Sin percatarse del paso del tiempo las manecillas del reloj marcaron las 4:45 de la madrugada, había pasado la noche entera trabajando sin saber exactamente en que, actuaba y resolucionaba de manera automática; de la misma manera y por inercia saco su celular del bolsillo y tecleo un texto que envió sin pensar.

***

Dilan se encontraba sumido en una agradable pesadilla, como se estaba haciendo costumbre en el último tiempo todos sus sueños rondaban en base a cierta persona; justo en ese momento soñaba una playa privada, un mar con un oleaje increíble, a él mismo remontando una ola sobre su tabla y a un pelinegro contemplándole desde la orilla.

Bajó de la tabla y con ella a cuestas caminó por la orilla hasta quedar apresado por unos fuertes brazos y besado de manera dulce y hambrienta por esos labios que no se cansaba de probar, de un momento a otro sus manos ya no aferraban la tabla sino el cuello del mayor y sus dedos se enredaban en la hebras negras, mientras la distancia de sus cuerpos se reducía a cero, sintiendo las grandes manos del ojiazul recorrerle la espalda, los costados y comenzando a aventurarse bajo su bañador mientras los marcados abdominales se pegaban a su torso y la erección del alto se restregaba contra su abdomen.

Dilan jadeo sin poder contenerse y Leonardo aprovechó para profundizar el beso, metiendo su lengua en la boca del menor y comenzando la mejor lucha de todas. Las sensaciones y emociones del sueño no desaparecieron aun cuando abrió los ojos con una sonrisa gigantesca en el rostro; adormilado tomó su celular para acallar la alerta de mensaje que le había despertado, sonrió aún más (de ser humanamente posible) al leer el texto

“Odio mi trabajo, estoy cansado y crudo, el trabajo parece no acabarse nunca, aunque ya llevo buena ventaja, espero poder terminar para las 10.”

Y anexo a este una imagen de la infinidad de archivos sobre su escritorio dividido en un montículo al lado derecho, de lo que podía suponer era el trabajo ya terminado, hojas desparramadas en el centro de lo que seguro estaba en proceso y otro montículo a la izquierda que probablemente era lo que faltaba.

Presionó la opción de responderle y tecleó unas cuantas palabras antes de enviar su respuesta.

***

Seguía tratando de sacar el trabajo de una buena vez, mientras la doble pantalla en su cabeza se fundía en una sola, los ojos le escocían por el cansancio y el café que tenía entre las manos parecía ya no producir ningún efecto. Suspiró con resignación cuando la vibración en su bolsillo lo alertó de un mensaje recibido.

                               “Animo cielo, ya estas a menos de terminar :3 :3“

Sin pensar en nada sonrió al leer el texto y mandó la contestación en menos de 20 segundos.

“Aún sigue siendo demasiado :/ moriré.”

La respuesta fue igual de rápida.

“Tú puedes.”

En ese momento Leonardo cayó en cuenta de algo que le helo la sangre y sintiendo un poco de remordimiento tecleó con rapidez.

“Por favor dime que no te desperté.”

Eran ni siquiera las 5 de la mañana de un sábado, claro que toda persona normal estaría dormida… ¿Pero qué estaba pensando? No pensaba, esa era la razón.

***

Dilan se mantenía en un estado semiconsciente entre el sueño y la realidad, sintió su teléfono vibrar y la melodía que indicaba la llegada de un mensaje nuevo comenzar a sonar, Leía y sonreía… el sentimiento que lo inundaba era extraño y agradable.

“Ha ha ha, amm  digamos que deje el celular con perfil de exteriores.”

Un mensaje sonó casi de inmediato.

“Oh! Lo siento mi cielo, vuelve a dormir y ahora baja o quita el volumen.”

Se enterneció con aquello, realmente no era la gran cosa pero conociendo a su pelinegro seguro que estaría avergonzadísimo en ese momento, podía apostarlo todo a que se encontraba abochornado y arrepentido por haberle despertado. Sus dedos se movieron solos cuando contesto sin pensar y de manera automática.

“Awww eres tú, así que no importa.”

Envió y tecleó las palabras que tanto quemaban en su interior, que había luchado por detener y que aun con todo, aquel momento le bajo las guardias y terminó por enviar.

“Te amo monchevalier

***

Había mandado el último mensaje con el arrepentimiento palpado en cada letra, dejó su celular sobre su escritorio a un lado de toda la papelería desordenada que tenia por resolver; no esperaba una contestación por lo que cuando la alerta de un nuevo mensaje sonó, se sorprendió sin poder evitarlo.

Al leer aquellas simples palabras su mundo se vio reducido a cenizas, se sentía tan bien y a la vez tan mal, sabía que le amaba de la misma manera que él le amaba pero se sentía infinitamente culpable por el día anterior, a sus oídos llegaron resonantes las palabras de Frank… ¿No se arrepentirá señor? en aquel momento había estado convencido de que no, pero justo ahora no podía decir lo mismo. Y lo que pesaba aún más sobre todo era que aquellas palabras aunque ciertas y reciprocas no podían ser realidad en aquel momento.

***

-Esto resulto más problemático de lo que sopesé.

-Es tarde para arrepentirse, los hombres están en movimiento y mi chico ya inicio la jugada.

-Y valla que consiguió mucho, eh!-  El sarcasmo resonaba en su voz a manera de reproche.

-Funcionara.-  La voz sonó decidida y desafiante. –No podemos ser precipitados ero obtendrás lo que has pedido a tiempo.

-En verdad espero que así sea, una parte crucial recae en tu muchacho.

-Invertimos demasiado en él después de todo, lo hará bien.

El silencio se apoderó de la sala y la tensión parecía no amainar con el paso de los minutos.

-Dejemos esto aquí, solo diré que nuestra operación “Rey del mar” tiene que resultar perfecta, Mateo es la clave, si él falla la responsabilidad será solo tuya.

-Es un hecho. Me iré ahora, aún hay mucho trabajo por hacer.

-Te veré mañana a las 8.

-Está bien.

Era la primera vez que ambos quedaban inconformes en una despedida, pese a la relación jefe-empleado la lealtad y confianza entre ellos había sido lo que les impulso a llevar a cabo la descabellada idea de ir en contra del clan más grande y poderoso de narcotráfico en el país, de ese y de cualquier otro que estuviera de por medio, pero en ese momento la tensión de ls primeros pasos estaba causándoles dificultades.

 

***

Maximilian llevaba un par de días esperando por el efecto que los movimientos ocultos y las cartas de Esmeralda debían producir, según sus cálculos aquello ya se había comenzado a retrasar, Las dudas se comenzaban a apoderar de sus pensamientos cuando un agitado Stephan irrumpió en su oficina sin siquiera tocar la puerta, su gesto de desaprobación se hizo evidente en un instante pero al moreno parecía poco importarle.

-Espero que tengas un buen motivo para entrar así en mi oficina.

-Señor… nos han… nos han atacado.

-¿Qué!?

-2 laboratorios… bajo ataque… perdimos… todo, se llevaron todo.

-Tranquilízate de una buena vez, y habla claro que no te estoy comprendiendo.

Stephan termino por contarle un resumen de los hechos que lo tenían tan alterado; para cuando termino de narrar como un convoy  de hombres armados y encapuchados había entrado en los laboratorios  disparando con potentes sedantes, inesperados y certeros habían desmantelado el lugar llevándose absolutamente todo, los dos laboratorios abordados de la misma manera con la excepción de una balacera en el segundo con 8 bajas en sus hombres y como si eso no fuese ya suficiente, el incendio provocado de un cargamento de mariguana que era transportado a las bodegas y que evidentemente no llego.

No era como si Maximilian no lo esperaba, hacia bastante de su jugada y era claro que la tranquilidad de Leonardo no duraría por siempre, era algo realmente poco usual pero no tan explosivo como lo esperó.

-Bien, vallamos allá.

-Señor?

-¿Qué?

-Es que usted…

-Siempre hay excepciones.

***

-El ataque ha sido hecho, el botín es excelente… metanfetaminas, coca, éxtasis además de todos los aparatos, herramientas y maquinaría en el lugar.

-¿Muertes?

-Ha sido imposible hacer un trabajo limpio, un hombre nuestro y tal vez una decena de los contrarios.

-Ese no era el plan.

-Las cosas fueron inevitables, han estado alerta e iniciaron el fuego contra fuego, los sedantes no eran suficiente, eran ellos o nosotros.

-Que sea la última vez, deja el reporte en el escritorio y lárgate.

-Sí señor.

Si aquello lo había molestado a él, no quería ni imaginarse como reaccionaria su jefe al ver el reporte, quedaba un poco de tiempo para eso, si las acciones de respuesta eran las esperadas su pellejo aun tenia salvación.

****

Maximilian llegó a su casa bastante cansado, el cansancio y estrés del trabajo de los últimos días le estaban pasando factura, introdujo la contraseña en la puerta y entro en el lugar, sin embargo algo llamo mucho su atención, la cocina estaba iluminada, extrañado checo su reloj, hace unas horas que los sirvientes habían terminado con su horario, pero la cerradura no tenia rastros de ser violada y ninguna de las alarmas se habían activado.

Con cautela camino en silencio hacia la cocina mientras de la cintura de pantalón extraía una semiautomática que siempre llevaba con él. Mentalizándose, en un movimiento rápido entro en el único cuarto iluminado de la casa listo para disparar a quien fuera el intruso que se encontraba ahí, sin embargo le fue imposible accionar el gatillo o siquiera moverse.

-Ha sido mucho tiempo Marcov.

-T… Tú… -  El intruso se encontraba sentado en una silla comiendo un emparedado que descansó en el plato cuando este hablo. -¿Aleck?

-El mismo que viste y calza.

-Dios... pero ¿Cómo?

-Te veo después de 12 años y ¿es todo lo que puedes decir?

-…

-Bien, ven siéntate. – El pelirrojo se paro, tomo al rubio por los hombros y lo dirigió a la silla en la que antes el estaba sentado para que el rubio descansará. –Ahora, respira y supera tu shock. Iré a prepararte un whisky mientras tanto.

 

 

***

La sonrisa no se había borrado de su rostro desde que había visto al pelirrojo, era como si, como si el solo recuerdo de la figura del ojiverde evocara en él una felicidad inexplicable, Alexander era para él una conexión, un lazo inexplicable era alguien que le recordaba quien era en realidad, ciertamente le ligaba con su pasado, uno de los pocos recuerdos felices de su infancia, la que vivió antes de mudarse a América, una donde los problemas aun no lo sobrecogían, uno donde pudo ser feliz aunque fuese por momentos, no es que se quejara de su presente, de cierta manera se encontraba tranquilo y feliz con él, renegar del presente seria renegar de los Biavane, de Dilan y eso jamás sucedería pero aun el presente más brillante no podía opacar el antaño que extrañaba con tanta melancolía.

La cama era sumamente cómoda. El cansancio le absorbía y aun con todo no podía conciliar el sueño, cada vez que cerraba los ojos en sus parpados se dibujaba el rostro de Alexander, la sorpresa y emoción de verlo una vez más la habían embriagado y arrancado el sueño, y en ese momento los mil y un recuerdos que tenía con el pelirrojo se arremolinaban uno tras otro en su cabeza, fue hasta que llego al primero cuando todo comenzó a tener orden y sus recuerdos a correr como una película dentro de su cabeza.

La primera vez que había visto esa maraña de cabellos rojos, la primera vez que había observado esos penetrantes ojos verdes, la primera vez que le conoció…

Flash-back

El primer día, el inicio de clases a mitad de curso en un nuevo colegio… ¿Por qué? Porque así lo había dispuesto su padre, solo por eso, Maximilian había pasado la ultima hora escuchando a su guardaespaldas conversar con el director sobre las mil y un instrucciones que había dispuesto Sergéevich Popov para su educación durante su permanencia en aquel colegio, mismas que el director aceptó sin rechistar, igual que siempre.

Como cada vez una entrada triunfal en el salón en mitad de clases, mientras que todos le miraban con admiración, las niñas con deseo y los niños entre un toque de envidia y deseo por ser sus amigos, una presentación corta por su parte, omitiendo los respetos a la maestra, tan solo decir su nombre y dirigirse al asiento vacío que ya se encontraba dispuesto para él al fondo del salón y junto a la ventana.

No pasó ni una semana para que se impusiera su magnificencia en el colegio, no importaba quien o de que grado, incluso los más grandes habían aprendido a respetarle, y más que a él a su apellido después de todo esos eran los beneficios de ser un Popov tan solo escuchar su apellido el mundo se posicionaba a sus pies, tomaba  lo que quería tomar, desechaba lo que ya no le interesaba, no importaba que o quien, hacia simplemente lo que le placía.

En esos momentos caminaba por en medio del patio principal, con 4 chicos del último grado a su espalda, los demás niños se hacían a un lado para dejarles pasar abandonando cualquier juego o actividad e incluso sus almuerzos porque ya sabían que aquel pequeño rubio era alguien de temer y con quien no se debía de meter.

-Tengo sed.-

-Le traeré una botella de inmediato.-

-no… vallamos a los bebederos.

Los chicos que hacían fila para el bebedero se retiraron en cuanto la presencia del rubio fue advertida, todos los niños se perdieron por el pasillo a excepción de una pequeña cabecita roja que bebía cómodamente.

-Chico muévete, quiero beber.

-bien puedes esperar tu turno que en este momento estoy bebiendo yo.- Y esa respuesta sí que no se la esperaba, nunca nadie (además de su padre claro está) le había hablado de esa manera. –¿Disculpa?- Pero no obtuvo contestación, la cabeza de cabellos rojos seguía inclinada y bebiendo cómodamente mientras le ignoraba olímpicamente.

Uno de los chicos que le acompañaban se adelanto un aso con la intención de quitar a aquel chiquillo por la fuerza, pero la mano del rubio lo detuvo en su lugar, mientras este le observaba confundido Max se dedicaba a mirar con intensidad aquel pequeño cuerpo, debía de ser del primer grado por su estatura y complexión. En ese momento el chico de cabellos de fuego se enderezo, limpio su boca con la manga de su sweater y se marcho, sin mirarle siquiera una vez, sin voltear a ver a quien había insultado (porque sí, para Max ese había sido un gran insulto) Lo siguió con la vista hasta que desapareció por uno de los pasillos.

-Max, el bebedero esta libre.

-lo sé, pero ya no se me antoja beber. Quien es aquel chico?

-amm, no lo sé, no le vi la cara.

-pues averigua quien es.

-hay muchos pelirrojos en esta escuela.

-no me importa, debe tener 8 años, así que búscalo entre los de segundo.

-está bien.

Pero lo que sea que sus ineptos “amigos” hicieran resultaba inútil, poco más de una semana había pasado desde aquella humillación en los bebederos ese mismo día por la mañana había sido el mismo quien registro cada salón de los primeros 3 grados pero ni siquiera el pudo encontrarlo.

Se estaba desesperando, aquel asunto comenzaba a convertirse en una obsesión para él, ya hasta el recelo por la ofensa se le había pasado y ahora su prioridad era solo conocer al dueño de tan arrogante y atractiva insolencia.

El timbre sonó y todos los estudiantes se dirigían a sus respectivas aulas mientras él llegaba a su salón y se sentaba en su lugar fastidiado, poco a poco el salón se llenó y el bullicio de las platicas seso cuando el profesor entró pidiendo orden, en un instante cada chico estaba en su lugar y callado, lo extraño era que el profesor no llego dándoles la espalda y escribiendo sino que se quedo mirándolos un momento antes de hablar.

-Bien, algunos curiosos ya han escuchado algo, para los que no lo sepan hoy se integra a nuestro grupo un alumno nuevo. –En ese momento un pequeño niño ingreso en el salón, llevaba un gorro de lana cubriéndole la cabeza. –Verán él es Alexander Ivanov, será su nuevo compañero, es obvio que es mucho menor que ustedes pero es probable que se gradué incluso antes, así que chicos, procuren no retrasarlo.-

El chico de ojos verdes y mirada intensa paso por su lado su lado sin prestarle atención y se acomodo en el asiento de al lado con su mirada clavada en el pizarrón donde el profesor comenzaba a escribir. Max sintió una extraña atracción por aquel niño y descubrió por que cuando este se quito la gorra, era la misma enmarañada cabellera que había estado buscando.

 

***

La pelirroja volteo a ambos lado antes de cruzar la calle, hasta la cafetería frente a la oficina de gobierno, entro apresurada, de dirigió hasta la última mesa y se instalo frente a su acompañante.

-          ¿Lo trajiste?

-          Si, este es su horario y su agenda de los próximos dos meses, a través de tu sistema en el iPad podre enviarte los continuos cambios y lo demás...

-          Gracias.- contesto el castaño para comenzar a ojear la libreta

-          Deberían de regresar, es obvio que ambos se necesitan

-          Gracias por lo obvio Lilian, pero comienzo a creer que no estamos hechos para estar juntos

-          Oh! vamos no seas tan fatalista cariño

-          No, soy, fatalista, Solo estoy siendo realista.

-          Como tu digas, Dilan, me tengo que ir, si no la oficina va a caerse a pedazos

-          Te llamo….

-          Si, después, ¡¡¡suerte!!!

La pelirroja dejo la cafetería, dejando a un pensativo Dilan con la agenda del pelinegro en sus manos…

-          Lo siento Leo.

Tomando la libreta, la guardo en su maletín de trabajo y salió de la cafetería, para dirigirse a la casa del pelirrojo.

****

Los días habían transcurrid, el cuidadoso seguimiento de las acciones y movimientos del Millenium definitivamente no eran lo esperado, ni por asomo, pero no podía considerarse algo malo... Suspirando con resignación tomó todos los papeles necesarios y se dirigió donde su jefe sin sabes exactamente cómo reaccionaría este ante el reporte final de la misión.

Dudó unos segundos antes de tocar la puerta y entrar aun sin una respuesta en la oficina, eran cercanos, no había necesidad de más.

-Buen día.

-Hola, tengo el infirme.

-Espero buenas noticias.

-Depende de cómo quieras verlas.

-Eso ya me desmotiva desde ahora.

-Te pediré que co fies en mi.

-Siempre lo hago.

El informe  fue deslizado de un lado del escritorio al otro, el hombre detrás de este lo tomó y leyó mientras el otro esperaba sentado en silencio en uno de los sofás de la sala que complementaba la oficina. Cuando el jefe terminó de leer le acompaño en la salita esperando ahora las conclusiones que pedían confianza.

-Se que lo que has leído no era lo planeado.

-Lo sabes, eso es algo.

-No sé porque están atacando a Rächer y sé que no era lo que querías, pero esto nos facilita las cosas, tarde o temprano sucedería, estaba planeado, solo se ha adelantado el proceso.

-Confiare en ti, tu eres el estratega después de todo.

-Gracias, la verdad es que la tensión entre nosotros… no quería que nos afectara.

-Ha sido estresante… Por lo pronto continuare con los movimientos planeados, tu encárgate del resto, el próximo sábado será nuestro primer ataque directo, encárgate que todo salga perfecto. Esta vez no tolerare errores.

-No los habrá.

***

Con el paso de los días, tanto el pelinegro como el ex castaño habían estado sometidos a un estrés terrible, Leonardo no sabía exactamente qué hacer cuando las manos le quemaban por contestar el último mensaje de texto que había mandado Dilan en aquella extraña y surrealista situación acontecida en la madrugada del pasado sábado Mientras que el ojimiel moría de estrés y preocupación ante el mutismo del pelinegro en aquella situación.

Dilan se daba de golpes contra la pared cada vez que el recuerdo acudía a su mente y es que solo él podía ser tan estúpido como para confundir, el sueño, la realidad, la nostalgia y sus propias alucinaciones todo al mismo tiempo, Recordaba su sonrisa gigantesca al textear cada mensaje y recordaba también la confusión que lo inundó al despertar y darse cuenta que aquello no había sido parte de su sueño.

Había estado tentado a mandar otro mensaje diciendo que estaba borracho, drogado, loco, fuera de sí, que había sido otra persona, una broma o cualquier ocurrencia que pudiera justificar la situación pero cada vez que estaba por mandarlo se arrepentía y borraba cada letra para después meter su celular de regreso en su pantalón o botarlo lejos para deshacerse de esa tentación.

Aquello lo afectaba y le dañaba el orgullo al saber que fue el quien dijo las palabras vetadas y sobre todo que no había obtenido una respuesta a ellas.

 

Notas finales:

yyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy ???????? que piensan? les ha gustado? es demaciado? nos estamos volviendo locas? tienen nuevas teorias? se sorprendieron? ya esperaban algo de esto? hay reclamos, peticiones, traumas, etc. esperamos sus reviews.

D: AI-chan ha comenzado a darle cabida a la mascota de Leo... es hermoso :3.

ah vuelvo a recordarles que pueden seguirnos en facebook como "livin a lie" y que mande su idea del cast para nuestros personajes... y que tienen una pregunta por rvw y cap para el personaje que mas les guste.

en verdad muchas gracias a las personas que se toman su tiempo y nos mandan sus rvws o nos mandan mensajes en la pag. de face, es realmente muy inspirador leer todo lo que tienen que deir, recientemente (miercoles de esta semana) habia situaciones revasando al Daydream duet y sinceramente estabamos por renunciar a la historia, lo hablamos y lo dijimos pero al final fue ver sus mensajes lo que nos ayudo a seguir con este proyecto, en verdad gracias :D.

Les mando un saludo esponjoso, abrazos y apapachos y el deseo de que pasen un excelente fin de semana.

oh oh oh ammm seguimos con lo de sacar un nuevo fic, Ai-chan se me resiste pro estamos entre una historia de odio y venganza o una muuy melosa sobre el hilo rojo del destino... se agradeceria su opinion sobre a cual meterle manos a la obra.

ahora si.

Bye bye.

Jjin


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