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Between 2 hearts por loveannita4

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Notas del fanfic:

¡Un fic escrito hace algunos años ya! :P

Espero y les guste ^.^

::…BETWEEN 2 HEARTS…::

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Arrepentimiento, tristeza, sí, eso era lo que su corazón sentía en esos momentos. Pero no podía quejarse ni hacerse la víctima, porque era más que obvio que estaba lejos de serlo. La situación en la que se encontraba no era más que su culpa, él había decidido hace mucho que este era el camino que tomaría. Claro, en el fondo sabía que era muy posible que las cosas terminaran asi, pero ya no podía hacer nada con aquello, no podía hacer nada más que encerrarse en sus pensamientos, en sus recuerdos, en lo que solía ser y ya no es, solo eso, recuerdos.

Porque oh sí, recordaba todo cómo si hubiera sido ayer, lo recordaba a él. Cada mirada, cada sonrisa, cada palabra, cada roce, cada beso, todo dirigido exclusivamente para él, tatuado en su piel y en su alma, y asi estaría todo lo que su vida durara hasta que muriera y quizá más alla, porque fue el camino que escogió.

Dolor, claro que le dolía, ese día era la boda del amor de su vida, al lado de una persona que no era él; pero lo soportaría, lo haría por todo lo que sucedió en el pasado, por esa felicidad tan inmensa que vivió. Dolía porque fue su culpa, pero también era, en cierto modo, feliz, porque la felicidad de su amado también era la suya aunque ya no fuera a su lado. Terminando de anudar su corbata se miro en el espejo  y cómo si su vida de estuviera acabando, los recuerdos inundaron su mente, desde el inicio hasta el final…

 

[ 3 años antes ]

 

Gritos eufóricos, desmayos, lágrimas, música estruendosa eso era lo que predominaba en aquel lugar, un estadio en donde se llevaba a cabo el concierto del artista del momento, Key. Después de más de 2 años desde su debut, se encontraba en la cima de su carrera, robándose los corazones de los fans, éxito tras éxito, el fashonista, el bailarín, el cantante ese era Key; aquel idol que todas esas personas habían ido a ver, a gritar su nombre.

Daba todo de sí en el escenario, moviendo su cuerpo perlado en sudor, cantando a todo lo que daba su voz, esos momentos en el escenario lo  calmaban en cierta forma, era una forma de desahogarse, era lo que le gustaba hacer.

El espectáculo había llegado a su fin, después de un exitoso concierto, exhausto, Key descansaba un poco en el interior de su camerino deseando estar pronto en el hotel para dormir. Con todo el ajetreo de su gira mundial ahora se encontraba cansado en muchos sentidos, estar viajando para dar más de 40 lo tenía agotado, si estaba feliz por todo el apoyo que le daban sus fans pero no podía esperar para dar el último show y darse unas merecidas vacaciones, ya solo faltaba uno, corea…

El país que lo vio nacer, donde vivía su familia, sus amigos y la primera persona de la que se enamoro. Él ya no vivía en aquel lugar, se mudo a Londres a los inicios de su carrera, solo mantenía contacto con su madre llamándola de vez en cuando.

De sus amigos no sabía nada, cuando decidió abandonar todo para seguir su ambición, su sueño algunos le dieron su apoyo deseándole lo mejor, pero de los más cercanos no estaban del todo de acuerdo con su decisión, entre ellos su mejor amigo, no porque no quería que siguiera sus sueños sino por la forma en la que lo estaba intentando. Él había dejado eso atrás al mudarse.

Abandonando todo, dejando atrás a Kibum para convertirse en Key, olvidándose de todo lo que no fuera lograr su objetivo, dejándolo atrás a él… aquel que de seguramente ahora lo odiaría por haberlo dejado de aquella forma, aquel hombre que le robo el corazón desde la primera vez que lo vio y que aún quería.

 

 

Corriendo, asi se encontraba ahora y lo peor es que se había arreglado antes para que esto no le pasara pero tal vez lo hizo demasiado temprano por lo que tomo una pequeña siesta, grave error. Se había quedado dormido más de lo previsto, despertando por el ruido de su teléfono informando una llamada entrante, era Minnie preguntándole en donde demonios estaba, entonces se dio cuenta de la hora, ya iba más de una hora tarde, cuando llegara todos estarían más que enfadados con él.

Especialmente Taemin, él ole dijo que llegara a tiempo porque quería presentarle a alguien, era una persona muy importante para el menor y él por ser la persona a la que el menor le tenía más confianza, quería que conociera a uno de sus mejores amigos al que conocía desde la infancia, quién había estado fuera del país por unos cinco años y ahora estaba de regreso.

Sonrió cuando escucho un: “¡Kibum! ¡Por aquí!” después divisar los delgados brazos de su amigo que además daba saltitos para llamar su atención, llamando la atención de más gente en aquel centro comercial quienes observaban divertidos porque Taemin parecia un niño pequeño, se veía adorable.

Cuando iba llegando, vio a sus amigos Onew, Woohyun y Kyuhyun, este con una cara de fastidio que no se la quitaba nadie o al menos nadie que no fuera ese adorable conejito que lo abrazo por la espalda. Supuso que los demás había ido a dar una vuelta, Mir, Dongwoon y Heechul no eran conocidos por su gran paciencia. Fue entonces que vio al chico que jalo del brazo a Taemin para que se calmara y dejara de llamar la atención, ya que Kibum ya los había visto.

En ese momento su respiración se detuvo al ver al monumento de hombre que se encontraba frente a él, moreno, alto con cabello azabache y unos grandes y expresivos ojos esos en los que se perdió cuando lo miraron directo a los ojos. Taemin lo llamo y le dijo:

-¡Kibum! Mira él es de quién te hable, él es Minho… -él nombrado hizo una pequeña reverencia en modo de saludo.

-Hola Minho, Taemin me ha hablado mucho de ti… -el alto le sonrió.

Esa sonrisa…

-Es un gusto conocerte Kibum…

También sonrió, ambos mirándose y sonriendo…

 

 

Suspiro, antes estaba rogando por estar en esa cómoda cama para descansar de un día agotador y ahora que pensaba en él, el sueño había pasado a segundo plano. Resignado se levanto para ir al baño a lavarse la cara, ahí se mira en el espejo frente a él, mirando las facciones de su hermoso rostro y sus cabellos rubios, recordando que eran de un tono castaño algo claro cuando conoció a Minho, cosa que fue hace mucho cuando apenas tenía 17 años.

Ahora a sus 23, con el cabello rubio y con sus finos rasgos más marcados y debía volver a su tierra natal pero no cómo Kibum sino cómo Key.

 

 

Escuchaba la risa melodiosa que se burlaba de él, frunciendo el seño lo miraba desafiante pero volvía a caer causando una risa más escandalosa que la anterior. Lo miro con furia por burlarse en vez de ayudarlo, Minho al notarlo se acerco tratando de contener la risa.

Estaban en una cita, Kibum decidió que irían a la pista de patinaje, ahora se estaba arrepintiendo porque pasaba más tiempo en el hielo que patinando.

Bueno Minho al tener un talento innato en los deportes no le costaba nada, pero no podía evitar reírse cada vez que Kibum caía. Se acerco a ayudarlo tomándolo de los brazos y alzarlo, Kibum por el impulso choco contra el pecho de Minho, ambos se miraron a los ojos por segundos antes de que Kibum se alejara sonrojado, estaban en un lugar público y no quería montar una escena.

-Ven… -le dijo Minho tomándolo de la mano para salir de la pista.

Lo llevo a una pequeña cafetería y se sentaron en una de las mesas disponibles, cuando la mesera se les acerco para pedir su orden o más bien, se le acerco a Minho, Kibum experimento un sentimiento que le hizo fruncir el ceño y mirar mal a aquella muchacha.

-Bienvenidos ¿que se le ofrece? –pregunto la muchacha con su mejor sonrisa, una que Minho no miro pues observaba divertido la expresión que mostraba Kibum, quién no le dio tiempo de contestar.

-Un café americano para mí y tú cariño, ¿que quieres? –le dijo a Minho con una sonrisa de satisfacción al la cara confundida de la chica. El alto solo ensancho su sonrisa siguiéndole el juego.

-Lo mismo que tú, amor –le dijo y tomo su mano entrelazando sus dedos.

-Entonces que sean dos cafés americanos –la muchacha dio una última mirada a Minho, está vez de decepción, entonces Kibum se sintió ganador aunque también algo tonto por la escena de celos.

Iba a soltar el agarre de la mano de Minho pero este lo impidió, acariciándola delicadamente, su corazón se acelero y la sangre se concentro en sus mejillas, por la mirada que le brindaba aquel que era su pareja desde hace tan solo unos días, después de conocerse por un tiempo. Minho lentamente se iba acercando a su rostro hasta estar lo suficientemente cerca para rozar los labios de un Kibum todo sonrojado, pero con una tímida sonrisa…

 

 

Los flashes de las cámaras, el ruido producido por los periodistas y los fans era lo se vivía en el aeropuerto. Las personas estaban felices de que volviera a su país y los periodistas no paraban de hacer preguntas sobre si alargaría su estancia en corea después del concierto, pero Kibum no contesto ninguna pregunta ni hizo ningún comentario, solamente saludo a sus fans.

Se quedaría en la casa de su madre, a pesar de que su manager le dijo que era más seguro si se hospedaba en un hotel pero hacía mucho que no veía a su familia por lo que declino, no era como si estuviera en peligro o algo asi, para que no pudiera pasar unos días tranquilo lejos de los paparazzi.

El lugar era tranquilo, tal vez demasiado considerando que estaban en Seúl. La casa era acogedora, al entrar, los recuerdos abordaron a Kibum, observando cada rincón de la sala de estar en donde pasaba horas recostado en el sofá abrazado al fuerte torso de Minho, el pasillo hacía su habitación donde le entrego su cuerpo, la entrada de la cocina donde alguna vez cocino para él. Su madre, que hace tanto no veía, con lágrimas en los ojos lo abrazo con fuerza y con una calidez que solo una madre da, consiguiendo cómo respuesta una sonrisa, una que ahora rara vez sale a la luz.

Los siguientes días, descanso cómo hacía años no lo hacía bajo los mimos de su familia. Salió a tomar algo de aire fresco,  se vistió de una forma que no llamara mucho la atención pero tampoco importaba después de todo estaba en su “barrio” donde estaban sus amigos aquellos a los que considero hermanos, camino hasta que se encontró un parque, estaba algo solitario pero no por eso descuidado. Kibum sonrió con melancolía.

 

 

Su ceño cada vez se fruncía más y más, en la mente de Kibum se maquinaban miles de ideas para un próximo asesinato, si porque mataría a Minho si es que no llegaba en los siguientes diez minutos. Y es que llevaba una hora esperando, ¡una hora! Porque si había algo que odiara Kibum era que lo hicieran esperar y Minho lo sabía, pero eso no era lo peor, sino que hoy precisamente hoy era su aniversario, llevaban ya un año cómo pareja y ese ojón le hacía esto.

Bufo y se dispuso a marcharse, cuando diviso a su novio corriendo hacía él.

-Antes que nada, ¡lo siento! –Kibum tan solo lo miraba sin expresión en el rostro pero con una mirada furiosa que hizo tragar duro al alto.

-Minho –siseo– ¡¿se puede saber dónde demonios estabas?! ¡Llevo esperando una maldita hora y lo único que dices es ‘lo siento’! –Minho se hallo retrocediendo.

-Ok para, tienes que escucharme asi que tranquilo… -decía Minho tratando de calmarlo, bien Kibum lo escucharía y después lo mataría.

-Habla.

-Bueno es que te quería dar una sorpresa, todo iba bien, de hecho empecé desde temprano para que todo estuviera listo antes, pero luego en la autopista hubo un accidente y el encargo que hice no llegaba, estaba totalmente estresado porque sé que odias esperar. Pero cómo es nuestro día especial tenía que hacer algo… y por ese ‘algo’ llegue tan tarde… –Minho había hablado tan rápidamente que cuando termino se quedo sin aire, esperando temeroso la reacción de su novio, poniendo ojitos de borreguito a morir tratando de prevenir algún ataque.

Por su parte, a Kibum el enojo se le había esfumado por arte de magia con tan solo ver la adorable expresión de Minho, pero no cambio la expresión de su rostro y tampoco dijo nada, tratando de contener el impulso de correr a abrazar a su amada rana. No cambio su expresión pero un brillo en sus ojos lo delataba.

-Se que estas muy enojado pero para compensarte la sorpresa te va encantar… o eso espero, Taemin me ayudo entonces si te tiene que gustar –se acerco ya algo más tranquilo a Kibum, con una sonrisa se inclino un poco quedando muy cerca del rostro de Kibum – Tienes que cerrar los ojos —susurro.

Kibum lo hizo, alzando su rostro y poniendo sus labios en pico en espera de sentir el contacto de los de su novio, cosa que no paso – ¡bien! ¡Ya puedes abrirlos! –con el ceño fruncido, Kibum abrió los ojos.

Asombrado, asi se encontraba y una enorme sonrisa se formo en sus labios, sus ojos brillaron de emoción. Frente a él, el cielo estrellado estaba siendo iluminado por hermosos fuegos artificiales, uno de ellos exploto enorme en el cielo formando un corazón con un “Kim Kibum Saranghaeyo” los fuertes brazos de Minho lo abrazaron por la espalda.

Kibum se volteo aún siendo rodeado por Minho y alzo sus brazos deslizándolos desde el pecho hasta el cuello de su amado, se puso de puntillas junto sus labios con aquellos que lo recibían con amor y adoración.

-También te amo, bobo…

 

 

Se sentó en una vieja banca, distrayéndose del ir y venir de los automóviles. De su bolsa saco una cajetilla y de ella un cigarrillo, porque sí, ahora fumaba, lo hacía de vez en cuando no era nada que no pudiera dejar además en ocasiones le era necesaria esa sensación de tranquilidad que el tabaco le brindaba.

Quería verlo, aunque fuera desde lejos, pero quería ver cómo se encontraba. Tal vez ya tenía a alguien, tal vez no, ante este pensamiento pensó en sí mismo de una manera patética. Conservar aquella esperanza, si quera pensarla le hacía sentir mal, alguien egoísta, porque después de todo el daño, todas esas heridas que causó, no tenía derecho a esperar que él lo espera y que estuviera ahí para siempre, seguramente ya lo había olvidado y había dejado atrás todo el dolor que él le causo.

Quería verlo, aunque tal vez después se arrepintiera… necesitaba saber de su Minho. Su madre no le había hablado nada de él cuando se lo pregunto, ella simplemente evadió el tema, no se iba ir sin siquiera verlo sabiendo que se encontraban tan cerca.

 

 

-Kibum no te vayas… -dijo el agitado moreno mientras entraba por la puerta.

Detuvo todo movimiento al escuchar y reconocer aquella voz, Kibum se encontraba terminando de empacar, su vuelo salia en una hora y no podía perder más tiempo está era su gran y tal vez única oportunidad de seguir su sueño. Tenía esa gran opresión en su pecho por tener que irse sin despedirse de su amado pero lo hacía porque sabía que podría decidir quedarse y que tal vez se arrepintiera en el futuro y culpara por eso a Minho… y ahora lo veía parado en la puerta de su habitación, todo agitado y con los ojos llorosos.

-Kibum... Kibummie no… no te vayas –le dijo Minho mientras se le acercaba lentamente, derramando las primeras lágrimas en el camino. A Kibum simplemente se le estrujo el corazón de verlo así pero estaba en juego su sueño, lo que siempre quiso, eso hacía que no cayera del todo.

-Minho… y-yo lo s-siento –su voy tembló a lo último, pero fue suficiente para que el alto se detuviera a menos de un metro de él.

-¿Qué es esto? ¿De verdad pensabas irte sin decirme nada? –le dijo el menor viendo la maleta que ya estaba prácticamente echa. El celular de Kibum hizo eco cortando de golpe el profundo silencio que se había formado entre aquellos antiguos amantes, era un representante de la compañía, a Kibum se le estaba haciendo tarde. Minho apretó sus peños hasta dejar sus nudillos blancos, no podía dejar que su amado Bummie se marchara y lo dejara solo, eso no podría soportarlo. –Kim Kibum… ¿te quedarías por mí? -le dijo mirándolo directamente a los ojos.

-Minho s-se trata de mí sueño y-yo… esto es lo que más quiero es la vida—le respondió Kibum, tomando sus cosas para dirigirse a la puerta pero Minho lo tomo fuertemente del brazo volteándolo para luego besarlo con toda la frustración que sentía, era un beso húmedo pues Minho no podía controlar las lágrimas, porque parecia que por cada lágrima un pedacito más de su corazón se rompía.

Kibum luchaba por soltarse, luchaba por tratar de corresponder y estaba a punto de rendirse cuando la vibración de su celular en su bolsillo le quito el vuelo y empujo con una fuerza desconocida a Minho.

-¡Minho lo siento! No voy hacer lo que me pides, quiero esto y no me voy a detener, yo de verdad te amo, no quiero que dudes de eso… pero-

-Vete… -le corto Minho, su cabello tenía cubiertos sus ojos pero podía ver las pasadas gotas que se estrellaban contra el suelo.

-Minho…

-¡Que te vayas! –ese grito lo hizo saltar del susto –Vete Kibum, pero que sepas que te arrepentirás… porque esto no es lo que necesitas y para cuando te des cuenta de eso… tal vez...  yo ya no esté ahí para ti…

Kibum salió corriendo limpiándose algunas lágrimas traicioneras, cuando lo vio, ahí en la puerta de la entrada de su departamento, a su mejor amigo, Taemin que lo miraba con ojos acuosos pero el sentimiento que transmitían era uno que Kibum jamás pensó que sería dirigido hacía él. Era rabia, odio.

-Tae… -no termino de decir, cuando Taemin pasó a su lado para llegar hasta su habitación. Kibum solo pudo ver la inmensa preocupación en su rostro y cómo al pasar a su lado ni siquiera lo miro ni le dijo absolutamente nada.

Kibum se marcho, dejando todo atrás… dejando a Minho atrás.

 

 

Caminaba por las calles, siendo reconocido poco, solo algunas chiquillas que gritaban de vez en cuando, Kibum solo daba una pequeña reverencia sonriendo a sus queridas fans y caminaba rápido para alejarse del lugar, solo quería estar solo y tranquilo, encerrado en su mente.

Pero claro, Kibum era plenamente consciente de que “el karma” lo perseguía, porque ahora no iba a poder estar ni tranquilo ni mucho menos concentrarse en sus pensamientos, no porque su mente voló a un lugar desconocido para él. Y es que estaba ahí, frente a él, a Kibum le era imposible no reconocerlo, porque lo podía observar, él estaba al otro lado de la carretera… ahí estaba con una gran sonrisa… Minho…

Su corazón se detuvo… el tiempo y todo a su alrededor se detuvieron y Kibum se quedo parado viendo sus movimientos al orto lado, llevaba un traje de vestir pero el saco lo llevaba en unos de sus hombros, dejando ver una resplandeciente camiseta blanca ante el sol de medio día, una camiseta que se adaptaba exquisitamente a su torso, marcaba sus brazos, si definitivamente Minho, en el tiempo que no supo nada de él, se había vuelto más guapo.

Su alma salió de su cuerpo… Minho sonreía, la felicidad se le podría notar a kilómetros de distancia, sus ojos brillaban al mirar a la persona que estaba frente a él, una persona hermosa que también sonreía, se acercaron y ahí mismo frente a  él, se besaron. Estaba presenciando una escena muy hermosa para las demás personas más no para él, que pronto sus piernas no aguantarían su peso, esa persona no era más que aquel que fue su mejor amigo… Lee Taemin…

En el momento que se despidieron y Minho entraba en el edificio de al frente, el tiempo volvió a retomar su curso. Kibum tenía los ojos abiertos cómo platos por la sorpresa, fue entonces que Taemin se volteo y sus miradas chocaron y la sonrisa en el rostro de Taemin desapareció al instante. Ambos, uno a cada lado de la calle, se reencontraban después de tanto tiempo de ni siquiera escuchar la voz del otro, los dos lo sintieron había un abismo mucho más grande que una simple carretera que los separaba a pesar de que antes eran prácticamente hermanos… y había algo más…

 

Notas finales:

=D


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