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Somos Hermosos por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!!

Espero que se encuentren muy y que todos sus sueños se estén cumpliendo....

Ya se acerca la navidad.... ¿qué harán? ¿qué cosas regalarán?? Espero que pasen muy buenas fiestas y que podamos iniciar un hermoso año 2016 :)

Hoy fui a comprar los regalos con mi familia, por lo que estoy impregando con el espíritu navideño xD

UNA PREGUNTA!!!!!

¿cuál es el regalo que más han adorado? En lo personal.... el mejor regalo que me han entregado... fue un perrito de peluche que ladraba cuando uno aplaudía xD fui feliz cuando pequeño con ese juguete jajajajaja pensaron que diría algo cursi? como que el mejor regalo que me han dado es mi vida? o mis amigos??? pues naaah, si igual tengo un lado materialista jajajaj xD

 

CAPITULO XVI: Jaque Mate.

“Querido Alejandro:

Aunque no lo crea, los mismos uniformados que no le dejan entrar a verme, me dicen todos los días que ha venido, que insiste con tanto ahínco, que se conmueven por lo mucho que me ama. ¿Será que soy merecedor de tanto cariño? Sé que le he defraudado, pero aun así sigue a mi lado, luchando por protegerme. Agradezco al destino todos los días por haberle puesto en mi camino, si no fuera por usted, jamás hubiera conocido lo que es ser amado.

Y sobre ello es que le escribo esta carta. ¿Puede creer que me he enamorado estando aquí preso? Resulta que he conocido a un muchacho, se llama Arturo y es un ángel caído del cielo, por lo menos eso pienso. Sus besos me llevan al cielo y necesito a cada momento abrazarle. Jamás había sentido algo tan hermoso, me hace pensar que vivo un sueño en vez de una pesadilla.

No se preocupe por mí, le prometo que me cuidaré y que esperaré hasta que la sentencia se cumpla. Saldré de prisión y volveré a verle, le abrazaré fuertemente e intentaré enorgullecerle, demostrarle que he cambiado.

Aunque le cueste comprender, soy feliz aquí, el amor lo ha cambiado todo y es que soy capaz de entregar mi vida a cambio de este chico.

Anhelando el poder volver a verle,

Le quiere,

David.”

Es la carta que he encontrado entre las pertenencias de mi niño, esas que me dieron tras su fallecimiento. Él quería enviármela cuando pudiera, intentando consolarme y darme apoyo, solo que llegó a mis manos demasiado tarde, cuando él ya no está en este mundo. Leo sus palabras todos los días, lloro frente a ella, tanto que ya está manchada producto de todas las lágrimas que he derramado sobre sí.

A veces, en el silencio de las mañanas, logro escuchar su risa, aquella infantil y divertida que alegraba mi vida. ¿Dónde estás? Te busco en cada rincón de esta casa y no logro encontrar tu rostro. Despierto tranquilo, sosegado tras descansar, solo que al recordar que no te encuentras a mi lado, todo pierde sentido. Eras tan joven, tan inocente y este mundo te desperdició. Ahora solo puedo tranquilizarme con tus fotografías, con los recuerdos del niño que llegó a mi vida de la nada y me alegró infinitamente.

Realizo las mismas tareas de siempre, no he dejado de ayudar a mi padre, cuidar que todo esté ordenado en casa, de cocinar y limpiar, mas todo lo hago como si fuese una máquina, sin pensar ni sentir. –Ya no eres el de antes, ¿dónde quedó tu sonrisa? ¿Dónde está el hombre gentil que siempre tenía tiempo para ayudar al resto?- Fue lo que Leandro me dijo hace un par de días. Lo miré detenidamente, intentando dilucidar si lo que decía era cierto o una de aquellas frases que la gente pronuncia con tal de alegrar a otros. ¿Por qué al verle recuerdo el brillo amoroso de quien supuestamente me amaba? Todo era una farsa, una ilusión que no volverá a aparecer, tal como no volveré a ver nunca más a mi niño. ¿Por qué si soy tan estúpido no puedo simplemente perderme en mis divagaciones? No puedo sacarme de la cabeza a David, al hijo que he perdido.

Aquellas frases se repitieron en la boca del petizo por un par de días. Siempre las mismas preguntas insulsas, hasta que sin previo aviso, una mañana cálida de verano, me abrazó sin más. Su calor volvió a tocar mi piel, su respiración murió en mi cuello y el latir incesante de su corazón resonó en mi pecho frío. –No quiero verte así… me hace daño pensar que no volverás a ser el mismo de antes…- Susurró en mi oído, como una brisa tranquila, un anuncio cualquiera de quien supuestamente te quiere. Aunque sea por un segundo, logré sosegar la tempestad en mi interior y perderme en la calidez que aquel mentiroso me entregaba. Sin embargo, aquel contacto no perduró mucho más. Al tiempo, irrumpió Noah, quien nos observó detenidamente, analizando cada uno de nuestros movimientos, como si hubiéramos sido sospechosos de un crimen fatal. –No te preocupes, sé que todo esto es entre amigos… Confío en el amor que Leandro profesa hacia mí. Sé que no puede sentir nada más que gratitud hacia ti.- Me dijo mi primo luego de ver como su novio se alejó del comedor, escabulléndose en el patio, escapando de su aparente enfado. Simplemente no le tomé atención, ninguna escena de celos podría fastidiarme, si es que en mi interior no hay nada más que lágrimas para David.

Durante todo este tiempo he pensado en lo que mi niño me dijo una noche. –La inteligencia se demuestra en las buenas acciones que uno comete… ¿Sabe? Por eso estoy seguro que usted es un verdadero genio, y todo aquel que diga lo contrario, no es más que un envidioso que no logra aceptar la realidad.- El significado de sus palabras caló hondo en mi mente, dándome a conocer un mundo completo de nuevas posibilidades, de acciones que no realizaría si fuese en realidad un imbécil. ¿Qué tal si pudiera lograr con mis propias acciones, que Margarita pague por sus fechorías? He pensado en mil formas de conseguir aquel cometido, solo que una finalmente fue elegida.

Sí, seré yo mismo quien lleve a la cárcel a aquella mujer. No deseo venganza, simplemente anhelo conseguir justicia, la que merece mi hijo asesinado por las convicciones enfermas de quien un día fue la esposa de Leandro. Ya no estoy seguro de qué soy, siendo retardado o tal vez un genio, nada de ello importa realmente, solo sé que hoy, en este preciso día, conseguiré que los cabos se aten finalmente, terminar con este círculo de odio y resentimiento.

Camino tranquilamente hacia aquella casa, la morada de quien por mucho tiempo, fue mi enemiga secreta. La luz del sol se despide serenamente de la ciudad, entregando una tonalidad cálida a las paredes de cemento y madera, a los techos de lata, las calles de pavimento envejecido, los patios sin verdor y la gente sin esperanza. Todo a mi alrededor parece detenerse en el tiempo, los sonidos se hacen cada vez más lejanos, los olores desaparecen y el frío del ocaso se olvida de asechar mi piel. Cada paso me lleva más cerca del momento decisivo, de aquel en el cual entregaré todo lo que poseo, esperanzado de conseguir aunque sea, un poco de la justicia que este mundo muchas veces se ha olvidado de entregarme. Aquí voy caminando, con las únicas armas que poseo, resignado a enfrentar cualquier desenlace, aun cuando pueda ser mi propia desgracia. Esto lo hago por ti, hijo mío. Libre de resentimientos y venganzas, necesitado de saber que el universo llora igual que yo, debido a la muerte repentina de quien tenía toda una vida por delante.

Finalmente me detengo frente a aquella construcción. Respiro hondo antes de tocar el timbre. No debo esperar mucho para encontrarme con una sonrisa frívola, unos ojos juguetones y la voz venenosa de quien se deleita con la desgracia perenne de mi cara. -¿Qué te trae por aquí?- Margarita pregunta viendo detenidamente a su alrededor, intentando cerciorarse que nadie camine por el pasaje justamente en aquel momento. Al percatarse de aquel desierto en el que se ha convertido de pronto el barrio, decide mostrar su verdadera personalidad. -¿Acaso me vienes a pedir que siga destruyéndote? Tal parece que te gusta sufrir…- Expele toda esa maldad que lleva en su interior reseco.

No atino a nada más que observarla, fijándome en sus ojos, esos carentes de todo brillo, de profundidad, como si sus carnes no poseyeran alma. ¿Cómo puede un ser humano convertirse en eso? ¿Cuánta tristeza tuvo que golpearla para convertirla en el monstruo que ahora es? -¿Por qué eres así?- Pregunto simplemente, perdiéndome en el sonido de las palabras, alejado de esta escena y contemplando todo desde lejos. -¿Qué? ¿Viniste a cuestionarme aquello?... Bueno, si quieres saber, te lo diré… ¿Cómo puede una niña vivir rodeada del odio de su propio padre? Jacinto nunca me quiso, intenté muchas veces acercarme a él, necesitada de su consentimiento, deseando aunque sea un abrazo, o tal vez una sonrisa… Aquella que fue mi madre, enloqueció con su desprecio, con sus fracasos al intentar lo mismo que yo. Ese hombre nunca nos quiso y en el momento en que más lo necesitaba, simplemente me cerró la puerta en la nariz… ¿Sabes cómo terminó mi madre?... En un charco rojo y brillante, sobre la cerámica fría de un baño, rodeada de lo que en algún momento fue su sangre. Tenía ocho años cuando la encontré muerta, producto de sus propios delirios… Se cortó las venas de sus brazos, desde las muñecas hasta los codos. Resentida, perdida en un amor que jamás fue real… Ella era lo único que tenía en la vida, quedé sola en un mundo desolador… Busqué ayuda en quien supuestamente era mi padre ¿y qué hizo él? Se desentendió de mí, como un trapo viejo, como una basura. ¿Me puedes responder que más podría haber hecho? El odio se apoderó de mi pecho, y se incrementó aún más cuando supe que un tarado, un imbécil, hizo realidad el sueño que yo siempre tuve.- Responde fervientemente, convencida de sus pesares.

-Andrés nació en un cuerpo que no es el suyo. Tuvo que fingir toda su vida ser alguien que realmente detestaba, escondiéndose de sus padres y seres queridos, temeroso de su rechazo… el que finalmente llegó cuando fue descubierto. Le dieron la espalda y también quedó solo en este mundo… Puchi fue atropellado cuando cachorro, su rostro se desfiguró, al igual que sus patitas. Estaba solo en este mundo… David… David nació sin amor, perdió a sus padres cuando era apenas un niño y tuvo que vivir en la calle, siempre estuvo solo en este mundo… ¿Sabes? Todos ellos pudieron basar su vida en la tristeza, asemejarse a ti y pensar que tienen el derecho de destruir al resto, solamente porque a ellos les ocurrió, pero nada de eso sucedió… ¿No te das cuenta? Uno no es lo que sufre, sino que todo lo contrario… Uno es aquello que hace para salir del sufrimiento…- Hablo sin pensar, dejando fluir lo que se gesta en mi interior. Lamento lo que ha ocurrido en su vida, nadie se merece aquello, solo que no ha tomado la mejor decisión.

Me escucha como si cada una de las palabras que pronuncio le diera asco, repulsión ante ese sentimiento que intento expresar. Furibunda ante mi osadía, cierra estrepitosamente la reja, para luego voltear con la única intención de marcharse.

-Me rindo, puedes hacer lo que quieras conmigo… pero deja en paz a quienes amo…- Pronuncio justamente antes de verla retirarse, arrodillándome humildemente. Las piedras del suelo se insertan en mis rodillas, dañándome altivas, decididas a quebrantarme. Margarita lentamente gira su cabeza para contemplar aquello que tanto placer le provoca. Prontamente se gesta una sonrisa gozosa en sus labios, sus ojos por fin cobran vida y la alegría se apodera de sus facciones. –Me quitaste a mi niño… No me sigas quitando a mis seres queridos…- Sigo apelando, con la cabeza gacha, minimizándome frente a su dicha. Ha destruido mi vida y ya no podría seguir soportándolo, al saber que quienes me rodean, puedan sufrir producto de su venganza.

La reja se vuelve a abrir, mas esta vez es de forma placentera. Veo como sus zapatos se detienen a centímetros de mis piernas, mientras que su mirada venenosa se clava en mi piel, sintiendo su presencia aun cuando no le contemple directamente. -¿Tanto te costaba humillarte?- Escucho a la vez que sus dedos jalan estrepitosamente mi cabello, con la única intención de obligarme a contemplar sus ojos victoriosos. Su respiración muere en mis mejillas, me encuentro frente a la bestia, atrapado entre sus garras. -¿He destruido tu vida? ¿De qué manera?.... Ah claro, quizás te refieres a que fui yo quien obligó a Leandro a enamorarte. ¿Cómo saltabas al pensar que por fin un hombre te amaba? Era patético verte sonreír cuando todo era una mentira. Y tu primo… ¿Sabes que es muy fácil comprarle con dinero? No es más que un prostituto chillón y amanerado. Aquel viejo que tienes de padre, terminó en silla de ruedas por tarado… mira que caer en mis redes y actuar de tan buena manera, que mejoró con creces mis planes… Para qué hablar de la vieja borracha de tu madre, bastaba con darle todas las mañanas una botella de licor, para que complicara tu día… Y David…. Ay pobre muchacho… Yo te dije, te advertí que atacaría a aquel maricón de quien se enamoró, pero… ¡Adivina! El muy imbécil se dio de superhéroe e intentó rescatar a su amante. ¿Quién lo aconseja a inmiscuirse en una redada de nazis dentro de un Centro de Menores? Estaba pidiendo que lo mataran… De todos modos no te preocupes, a los chicos a quienes contraté no les pedí que mataran a ese tal Arturo… Aunque van a salir pronto de reclusión y sí podría decirles que en tu casa hay un marimacho, una que hasta se viste de hombre… ¿Qué crees que podrían hacerle a María? Porque claro, aunque te arrodilles y beses mis zapatos, nunca dejaré de hacerte daño… No te mereces ni siquiera mi compasión…- Sus carcajadas se pierden en cada rincón del pasaje, como los alaridos de una bruja. Aun cuando me he humillado ante ella, su odio no la deja retractarse y está dispuesta a seguir con su fijación hacia mí.

De pronto, todas las luces de las casas cercanas se encienden al mismo tiempo. La oscuridad del ocaso se difumina ante aquel escenario, al igual que la victoria en el rostro de Margarita, quien queda perpleja. -¿Qué sucede aquí?- Pregunta inquieta, como un cachorro que huele el peligro que le asecha. Basta con dejar transcurrir el tiempo, para que ella pueda enterarse de qué es lo que realmente acontece a su alrededor. Cada uno de nuestros vecinos aparecen desde sus moradas, amigos y desconocidos se acercan a donde nos encontramos, como una multitud decidida a lograr el mismo fin. Desde mi posición, logro divisar a doña Bernardita, la dueña del local de la esquina, como también a su esposo, aquel hombre a quien muchas veces le ayudé a tomar el microbús debido a la incapacidad que le provoca su cojera. También veo a la mujer que vende caramelos en la plaza, esa a quien siempre le compro un dulce, aunque sea el más barato. A su lado se encuentra el anciano que siempre me sonríe cuando voy a la verdulería, ese que aun sin tener dientes, me demuestra la bella sonrisa que posee. Puedo observar a las personas con quienes viajaba todas las mañanas en el bus, los jóvenes a quienes he visto crecer mientras jugaban en el pasaje, los ancianos que fueron amigos de mis padres, esas personas que sin conocer su nombre, les saludo todos los días. Ahí estaban todos ellos, al igual que Andrés, Patricia, Leandro, Noah y mi papito. Todo ellos siendo testigos de lo que Margarita acaba de contar.

Finalmente, la luz más importante se encendió, esa que se hizo poderosa ante los ojos de la mujer frente a mí y que le hizo sucumbir ante el pavor. El hermano mayor de Paty resultó ser policía, y quien también escuchó aquella confesión. Ahora, subido en su patrulla, se hace camino entre la multitud para realizar su trabajo.

-Cuando decides vivir en el odio, no te das cuenta de lo maravilloso que es tener personas a tu alrededor, esas que dan sentido a tu existencia… las mismas que ahora tenemos aquí. ¿Sabes? Parece que no soy tan estúpido como siempre he creído, porque todo esto que ves, fue producto de un plan que yo mismo ideé, ¿puedes creerlo?... El otro día desperté y me dije: requiero testigos de lo que Margarita me ha hecho. Entonces pensé en Leandro y Noah que saben perfectamente todo lo que has planificado, solo que no era suficiente, necesitaba más gente… Así me pregunté, ¿cuántos  me quieren lo suficiente como para ayudarme? Y bueno, producto de esa interrogante, ahora tienes a tu alrededor a todas estas personas… todos ellos me quieren tanto, que irán a tribunales para atestiguar que han escuchado tu confesión… ¿Entonces? ¿Todavía crees que soy un tarado?- Señalo triunfante, mientras me levanto del suelo.

El odio en sus ojos se intensifica mientras el hermano de Patricia la detiene, solo que ya no me importa, ahora se quedará detrás de las rejas, pagando por todas las fechorías que ha cometido. David, aunque con esto no volverás a vivir, sé que estés donde estés, te sentirás satisfecho al saber que esa mujer ya no nos hará más daño, que estamos a salvo y que te recordaremos con amor por siempre. ¿Puedes creer que haya tanta gente que me quiere? Ni siquiera yo podría haberlo presagiado. Prometo que desde ahora, nunca más me sentiré solo, porque en realidad, estoy rodeado de personas maravillosas. 

Notas finales:

Nos leemos!!! cuidense mucho y respondan mi preguntita :3


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