Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Plan B por NaniMe

[Reviews - 82]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ningún personaje me pertenece (lamentablemente). 

Hay advertencia de Lemmon pero no sé si sucederá.

Notas del capitulo:

Sé que soy muy original en el nombre del capitulo~

Quería hacer este fic en primera persona pero no es lo mio así que lo hice sin eso. 

No se me ocurre nada así que adelante con el cap!

El atardecer bañaba de colores rojizos y anaranjados las calles, las casas, los autos, las personas…

 

Kise Ryouta suspiró. Sentado en una banca de un parque completamente solo, se preparaba mentalmente. Era algo que ya había aceptado tras una intensa lucha dentro de su cabeza, pero decirlo en voz alta lo confirmaría, lo haría más real.

 

-A mi… me… me gusta Aominecchi… lo amo.

 

La sangre subió a su rostro enrojeciendolo. Se cubrió con sus manos y sacudió la cabeza intentando deshacerse de su vergüenza.

 

Era extraño.

 

No era un sentimiento que hubiera nacido de la nada. Comenzó como admiración, creció como rivalidad, se fortaleció con amistad y culminó en amor.

 

Al principio se negaba a creerlo, se trataba de otro hombre después de todo. Y no cualquiera, era Aomine Daiki de entre todas las personas. Kise pensaba que si se iba a enamorar de un hombre debió haber sido alguien mejor como Kurokocchi o senpai, no un bastardo, egocéntrico, perezoso, maleducado, cerdo, grosero, insensible como él. Pero el corazón no se manda y el suyo hizo esa terrible elección.

 

Tanto que al verlo palpitaba con una fuerza que lo hacía creer que le explotaría el pecho.

Bien, acababa de lograr el primer paso: aceptarlo. ¿Qué esperaba ahora? no había nada más que pudiera hacer. No podía iniciar una relación con él. No se lo imaginaba. Ya había salido con otras chicas y se hacía una idea de lo que debería hacer. Llamarles, comprarles cosas, llevarlas a citas, consentirlas, apapacharlas… No haría nada de eso con Aomine, si lo intentaba definitivamente se burlaría de él, Aomine jamás haría eso por él.

 

También estaba la parte de besarse y tocarse. ¿Besar a Aomine? Ni pensarlo. Sin mencionar que ese ganguro no lo haría con otro hombre, sólo le gustaban las chicas de grandes atributos.

 

Entonces ¿por qué le gustaba? ¿Qué era exactamente lo que sus sentimientos esperaban? No serían pareja, no cabía en las posibilidades, Aomine no accedería. Por su parte, le daba una extraña sensación en el estómago si pensaba en que serían “novios”, no era del todo desagradable pero no lo deseaba.

 

Pensar en eso era agotador de varias maneras.

Se levantó de la banca y tomó una gran bocanada de aire. Sólo se le ocurría una cosa: Decirselo a Aomine y que él se hiciera cargo. Ya fuera rechazandolo o aceptandolo, claro, era realista y no esperaba que lo segundo fuera a suceder. Después de que lo rechazara probablemente se podría despejar.

 

Con eso en mente Kise decidió ir a la escuela del moreno al día siguiente aprovechando que no tenía práctica.

La idea dejó de ser buena una vez que estuvo en la puerta del gimnasio. Estaba horriblemente nervioso.

 

¿Por qué? No creía que fuera algo especialmente difícil, ya sabía el resultado así que no iba con incertidumbre. Pero… ¿Qué le diría? ¿Cómo comenzaría? ¿De qué forma sacaría el tema? No había pensado en nada de eso, ahora sí que era una terrible idea estar allí.

Estaba decidido a salir corriendo cuando una figura familiar salió por la puerta que él no se había atrevido a pasar.

Ambas miradas se encontraron con sorpresa.

 

-¿Ki-chan?

 

-Momocchi...

 

-¡Oh! ¡Que agradable sorpresa, Ki-chan! ¿Por qué estás aqui?

 

“Porque vine a confesarme a Aominecchi”

Diablos, no había forma de que dijera algo así.

 

-Ah… bueno… ¿Tú qué haces aqui, Momocchi?

 

Momoi lo observó unos segundos y comenzó a reir, Kise se dió cuenta de lo tonta que fue su pregunta, era obvio que estaba allí porque era su escuela y era la manager del equipo de baloncesto de Too que entrenaba en el lugar de donde salió. Cuando ella estaba por contestar Kise rápidamente agregó:

 

-Quiero decir… saliendo del gimnasio. Sus prácticas no han terminado ¿cierto? ¿te diriges a algún lugar?

 

-Sí, en realidad iba a buscar a Dai-chan y arrastrarlo hacía aquí de alguna forma.

 

La pura mención del nombre del moreno provocó que una especie de escalofrío le recorriera el cuerpo. Recordó que había ido a confesarse y entonces todo el peso de lo que planeaba cayó sobre él.

 

-¿Ki-chan?

 

Reaccionó. La mirada confusa de la chica intentaba descifrar su extraño comportamiento, como si quisiera leerlo, y si continuaba así seguro lo lograría.

 

-Eh… yo… olvidé  a qué vine… me… me iré ahora. Saluda ¡NO! no, no le menciones a Aominecchi de mi… nos vemos.

 

Y sin esperar respuesta se fue.

Kise se sintió observado al regresar a su casa, como si todos supieran del ridículo que acababa de pasar y se burlaran de él.

 

Llegó a su casa y se lanzó a su cama en cuanto entró a su habitación.

Confesarse. A pesar de que ya sabía cuál sería la respuesta el hacerlo era vergonzoso e intimidante. Sería rechazado, no había duda pues se trataba de Aomine Daiki, pero si a parte de eso se burlaba de sus sentimientos… o si lo odiaba, o sentía repugnancia… Sería demasiado doloroso.

 

Ahora su plan se había vuelto más complicado, pero seguía siendo lo mejor que podía hacer.



Otro día, tras superar el bochorno de la última vez, rondaba por las canchas donde sabía Aomine estaría jugando.

 

Ya desde lejos lo diferenció y su corazón palpitó más rápido.

Conforme se acercaba se sentía más atraído a ese rostro, ese cuerpo, esos movimientos… pero también más nervioso pues con cada paso que lo acercaba disminuía la distancia con el momento en que tendrían que hablar.

Una vez que estuvo a sólo unos metros de distancia con únicamente la reja interponiéndose Aomine lo notó.

 

-¡Yo, Kise! - sonrió ligeramente, de forma casi imperceptible, pero que para Kise iluminaba toda la calle - Me alegra verte. ¿Qué dices de un 1 a 1?

 

“me alegra verte” repitió la mente del rubio “me alegra verte, él dijo” comenzó a ruborizarse “ yo vengo a confesarme para que me rechazes ¿sabes? no puedes recibirme con un ‘me alegra verte’”

 

-¿Kise?

 

-¡No! ¡No! ¡No puedo! - Gritó alterado el rubio y se alejó echando sus intenciones por la borda, verlo a los ojos realmente dificultaba el declararse, ni siquiera escuchó la propuesta del otro así que no se dio cuenta de que su negativa fue tomada como respuesta.

 

Sólo se alejó caminando decentemente hasta salir de la vista del moreno para inmediatamente después comenzar a correr sin detenerse hasta llegar a su casa y rodar en su cama con una almohada cubriendo su rostro.

 

La vergüenza se lo comía.

 

Ahora entendía a esas chicas y un atisbo de respeto nacio, seguro eran valientes.

 

¡Claro! Tenía formas de saber cómo lo haría. Había recibido muchas confesiones hasta ese momento, podía hacerse una idea. Muchas de las chicas sabían de antemano que serían rechazadas. Debía copiar a alguna.

 

Una de las cosas más frecuentes era tener una carta en su casillero pidiéndole que se vieran o en algunos casos declarándose directamente.

 

Utilizarlo ese escenario en ellos era estúpido. Iban en diferentes escuelas así que sería ridículo colarse en su escuela sólo por eso, implicaría faltar a la suya, resaltaría bastante y no podría hacerlo en secreto y lo más probable era que Aomine la lanzara a la basura sin leerla.

 

Si lo acomodaba a ellos la mejor idea sería mandarle un mensaje por su celular y pedirle que se vieran en algún lugar solos. Ese era el tipo de ambiente que las chicas procuraban…

Ahh, se sentía tan tonto al actuar como una mujer, pero no tenía otra idea mejor, nunca se había declarado.

 

Abrazando su almohada, todo se revolvía en su mente. Quizás lo pensaba demasiado si, como fuera, lo iban a rechazar.

 

En ese momento su celular sonó indicandole que recibió un mensaje nuevo. Lo tomó y su corazón casi se detuvo al ver que era de Aomine.

Le preguntaba exactamente: “Oye ¿Qué rayos fue eso de la cancha hace rato?”

 

Kise analizó lo sucedido, debió verse ridículo al gritar tan de repente. Pero ¡esta era una gran oportunidad! Las manos le temblaban nerviosas mientras escribía. Fueron 5 intentos de mensaje hasta que pensó que no sonaba tan extraño. Lo leyó en voz alta una vez más.

 

-Lo siento. Podríamos vernos y tener un encuentro más normal, si quieres.

 

¿Sería demasiado raro? Seguro si, pero era mejor comparado con las otras ideas. Cerró los ojos y después de un minuto de indecisión lo mandó.

Así como apretó el botón de envío las dudas lo inundaron otra vez.

En verdad su mensaje no tenía sentido. ¿Por qué lo invitaba? era muy sospechoso ¿ y si Aomine lo consideraba ridículo?

 

El tiempo que pasó hasta que recibió la respuesta fue eterno para Kise.

La vibración de su celular lo asustó, rápidamente abrió el mensaje.

“Claro, mañana en las canchas”

 

Sintió algo creciendo en su pecho. No debía hacerlo, no debía darse esperanzas, no debía emocionarse por sólo un mensaje o después sería más doloroso.

Sin embargo, encontrarse con Aomine lo hacía feliz, especialmente porque esta vez se trataba de algo acordado y no de Kise llegando de repente.

Notas finales:

No debía cortarlo allí, lo sé, pero ya era bastante largo (a mi consideracion)

¿Qué pasará? ¿Cuál es el plan B? ¿Me tardaré mucho en actualizar?

Todo lo sabremos en el siguiente capitulo~

Gracias por leer. ¡nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).