"Tristeza. Dolor. Miedo. Repugnancia. Ignorancia. Llanto. Y sólo en una persona..."
¿Cómo es que puedo sufrir tanto? "Nadie puede ser tan malo como para herir a alguien" siempre me lo dicen, aunque trate de convencerlos de que es verdad, me tachan de mentiroso, que no puedo culpar a alguien tan amable, ellos no viven conmigo, ellos no entienden lo que vivo.
La tristeza, me acompaña desde que nací; en la casa, escuela, en la calle y hasta ahora: en el trabajo. Nadie se da cuenta de mi presencia, las fans piensan que yo decido la mayoría de las cosas, que soy como el segundo líder, pero la verdad es otra. Me dejan decir todo eso, pero no me dejan hacerlo, solo hay dos razones.
Número uno: todo lo que digo es sin importancia.
Número dos: eres tu.
Para mi, esas dos opciones son tan aceptables, por el simple hecho de que yo no tengo el derecho de hacer lo que me parece mejor a la banda, pero los demás si pueden dar su opinión y Kai trata de que se sientan cómodos, pero, ¿Qué pasa si yo estoy disconforme? nada, pasa absolutamente nada, no se dan cuenta siquiera que estoy incómodo y tengo que fingir estar feliz delante de las demás personas, cuando la realidad es otra.
Más del ochenta por ciento estoy fingiendo que me encuentro feliz delante de las fans, entrevistadores y todo lo demás. Lo que sobra es cuando me encuentro cantando y veo a las fans seguir las canciones, ya sea a a su modo o al modo de las demás personas.
El dolor es sin duda algo de lo que más me da miedo.
Sus manos rasposas rasguñaba mi blanca piel, dejando marcas rojas y rosadas. Me retorcía de dolor y miedo.
Dos sensaciones tan tenebrosas combinadas dan un sabor tan amargo. ¿Cuándo llegaste hasta tal extremo?
Del paraíso donde todo era rosa, un brillante color para nuestro deseado amor, donde el peligro no me asechaba de la forma en que lo hace ahora, ¿Cuándo cambió? nuestro amor ya no está en el paraíso, ahora nos encontramos en el infierno, o solo me encuentro yo en este desagradable lugar, no es necesario preguntar sabiendo la respuesta.
Te mirabas feliz con todo lo que me has hecho.
No podía hablar por el temible miedo.
Lo miré fijamente a los ojos, tan solo me sonrió para seguir restregando sus callosas manos por toda mi espalda.
Los gemidos de molestia y temor no paraban de salir de mi boca.
Buscaba quitar sus asquerosas manos de mi cuerpo. ¿Por qué todo mi esfuerzo no se hacía notar? Hacía todo lo posible para alejarlo de mi cuerpo, para que parara con el infierno que estaba comenzando, pero sin duda, todo fue en vano.
Yo era demasiado débil ante una persona como él, me supera demasiado en fuerza como para tratar de quitarlo por completo, aunque siendo un idiota trato de hacerlo aún sabiendo que fracasaría de la manera más tonta.
Me puso boca abajo, respiraba el olor de mis propias lágrimas. Estas emanaban temor, tristeza y dolor.
Me sentía intimidado, no podía con tanto peso encima.
Iba a morir.
Mordí la almohada hasta que mis dientes rechinaron y dolieron. No le iba a dar ese gusto, pero al final saldría perdiendo.
En mi mente resonaba su horrenda risa, cada pequeño golpe se ahogaba en mi dolor, lentamente me desvanecía en pleno mundo de la vida para dar paso a la muerte. El pequeño mundo se cae lentamente mientras él hacía esa horrenda fuerza en mi cadera, levantándola con desprecio, matando mi esperanza.
Eliminando cada parte de mi, riéndote a carcajadas de lo que sufría.
No puedo parar ese dolor, no puedo hacer nada más que llorar por mi pérdida esperanza.
Llegué a mi agotamiento dejando de reprimir todo lo que sentía. Empecé a escupir todo ese dolor, dejando que floreciera la gran carga que no lograba soportar, deseaba secarme de todo esto, perderme en el mundo de la mentira y los sueños.
Eso es imposible, cada agonía que estaba sintiendo me perforaba, extrañamente pensaba que era una pesadilla.
"Por favor déjame escapar".
No podía parar mis pensamientos, un mundo de mareos se creó en mi mente.
Me aferré lo más que pude a las putrefactas sábanas.
El perfecto color se desbordaba con fuerza, la brutal fuerza con la que me poseía se incrementaba con el paso del tiempo, cada escalofrío era controlado por él, cada rose, cada lágrima.
Mi cuerpo bien podía estar muerto por tanto golpe, parecía su muñeco. Me dejaba controlar y él solo sacaba más sonrisas.
Esto es imposible, quiero despertar, abrir mis ojos y dejar toda está violencia como una pesadilla. Suena tan imposible.
Deja de dañarme, ya no puedo respirar ni moverme. Dejaré que esto pase pero déjame en paz, ya no hagas que sufra más.
-¡Y-Yutaka!
El dolor no iba a desaparecer con solo rasguñar las ya sucias sabanas. Pegué un grito que bien me puedo haber sacado sangre de la boca, respiré tratando de contener los siguiente gritos de ardor y dolor.
Abrí mi boca para dar un grito silencioso, seguía llorando de dolor, ¿Por qué soy tan débil? Mis caderas están rojas y de mi profanada entrada no deja de salir ese horrendo líquido.
-B-basta -Te pedí entre gritos.
Saqué otro grito, comencé a moverme como gusano tratando de escapar de este horrendo lugar.
-¡Ah! Y-ya basta. N-no me dañes m-más.
¿Por qué no escuchas mis suplicas? Te estoy llorando, te estoy suplicando, toda mi dignidad se ha hecho añicos, ¿Por qué sigues con esto? Ya para.
-¡A-AH!
Levanté mi propio peso con la poca fuerza que tenía, a los segundos me volví a desmoronar, mis frágiles alas decaen y yo no puedo hacer nada.
-¿Ya te cansaste? -Me preguntaste soltando una carcajada al final.
Solo pude bufar por mi estúpida debilidad.
-D-déjame.
-Haría esto hasta llegar a la locura. Jamás pararé, verte tan sumiso y sin poder, eres un asco.
-¡AH!
-Sigue llorándome.
Me cargó del pecho.y seguido salió busco de mi, me aventó a la cama para voltearme boca arriba, pude observar bien su figura, envuelto en sudor y sangre.
-Así podré observar perfectamente tus caras de terror y dolor. Así por una vez en lo que fuimos pareja me harás feliz.
¿Cuánto más tendré que aguantar? ¿Cuanto más aguantaré mis penas?
Me penetró de una peor forma todavía, sentía perfectamente como salía y entraba con brusquedad.
-Debería de grabar tu hermoso rostro. Tu boca se abre de una forma completamente sorpredente.
Una fuerte luz me atravesó los ojos, solo pude ver tu cara perdiendo esa sonrisa.
Desperté con un dolor en todo mi cuerpo, la luz del sol me dejaba ver claramente mi cuerpo lleno de hematomas y sangre esparcida por todo este.
No estabas en la cama y no quería verte, pero tiene que ser así. No podía ni mover un solo músculo sin sacar gemidos de dolor.
Necesito ayuda.
Que mal que esté sólo en este marchito mundo.
Mi cabeza palpitaba y pensé que lo mejor sería dormir, dormir para ya no despertar.
Me aferré a mis rodillas, mi cuerpo daba asco, estaba usado, nadie se volvería a fijar en alguien como yo. Les daría repugnancia tan solo verme, tocarme, lo mejor sería abandonar todos mis sueños y mi asquerosa vida.
Quisiera volar suficiente alto para librarme de mis grandes pesas, ser feliz y conocer el amor. Un amor único, que me haga ver que todo está bien a su lado. Pensaría una forma de escapar para volar, buscaría ayuda en alguien.
Casi no le hablo a Yuu y lo más seguro es que ignore todo mi dolor, me diría un que otro insulto para despues terminar con la única fuerza que tengo.
Takashima siempre fue una persona dificil de tratar, es muy brusco en sus palabras, pero espero que me apoye en algo de lo que me sucede.
-¿Me estás diciendo esto a mi?
-Eres la única persona con la que estoy hablando.
-Te seré sincero. No me interesa que es lo que te haya hecho Yutaka, de hecho, ni me importa si te mueres, sólo me harías un favor.
-Ya veo -Tragué la poca saliva que tenía.
Me levanté del lugar dejando el dinero de lo que había pedído.
Mi última opción era Akira, él siempre me miró de una forma extraña, jamás se burló tan feo de mi y siempre mantenía su mirada clavada en mi cuando me encontraba llorando por las cosas que los otros decían.
Caminé hasta su casa, con mi ojos llenos de lágrimas. Jamás me llevé bien con Takashima, pero en los conciertos era libre y se notaba que disfrutaba ¿Por qué me odia? Mejor la pregunta sería para todos en general.
Me tratan de una forma diferente estando los cinco solos a estando frente a cámaras, cómo me gustaría que viviéramos llenos de cámaras en todas partes para vivir en una mentira.
- ¿Qué sucede?
-Y-Yutaka.
- ¿¡Qué te pasó en el cuello!?
-Yutaka.
- ¿¡Por qué te ves tan mal!?
-Yutaka.
- ¿¡Yutaka!?
-Yutaka.
- ¿Qué te hizo?
-Tal vez no te importe.
-Entonces ¿Qué haces enfrete de mi puerta?
- ¿Quieres verme muerto?
- ¿¡Qué!? Lo siento, pasa.
Caminé con la cabeza agachada, me senté en el sofá más cercas de la puerta, si me decía algo doloroso, escaparía.
- ¿Qué hizo Yutaka?
Me puse nervioso, balbucieé cualquier cosa.
-No me tengas miedo.
-Es difícil -Logré pronunciar.
-Necesito saberlo. Me duele verte tan indefenso. Me duele mucho verte cada vez que lloras alejado de los demás por sus comentarios hacia tu persona.
-Hizo algo feo a mi parecer.
- ¿Qué hizo?
-Afixió mi cuerpo.
- ¿Disculpa?
-Que ha afixiado mi cuerpo.
-No logro entenderlo.
-Es difícil de explicar.
-Puedes confiar en mi, te lo juro.
-Abusó de mi cuerpo. Me tomó a la fuerza, me siento marchito.
- ¡No! ¡Yo lo mato!
- ¡No Akira! -Me levanté de mi lugar para salir corriendo.
-Ni te atrevaz a irte. Solo quiero ayudarte. Ya no diré nada.
Me siento tan solo, no has venido a casa, te perdonaré todo, pero por favor vuelve, no me dejes.
Cada día que pasa me siento tan solo, tan débil. Moriré desorientado. Mi carne va desapareciendo poco a poco...
-Eso sería la junta de hoy, mañana ensayo y no lleguen tarde.
- ¿Kai?
- ¿Qué quieres? Estoy ocupado por si no lo notas.
-Yo quisiera saber, si me odias.
-No te odio, pero espero que hoy me dejes tomarte de nuevo.
-Sabes... me matas de una forma tan torturosa.
-Eso no me importa, ahora largo que tengo trabajo.
No he dejado de llorar desde que terminaste, me siento tan vació sin ti, no importar cuentas veces se repita, seguiré contigo hasta mi último día de mi estúpida vida la que tanto odiabas sin alguna razón aparente.
-¿¡Yutaka!? ¡YUTAKA! ¡KAI! ¡NO! ¡NO! ¡Por favor no! ¡Es mi culpa! Mi culpa
-Vamos, suéltate de él.
Seguiría desgarrando mi garganta con mis gritos, te he perdido, yo debí de dejar este horrendo mundo, todos te aman. No lo comprendo.
Me odian tanto, que hasta las fans dicen que por mi culpa dejaste este mundo, no es cierto, yo no quería que esto pasara, ahora no solo me odian ustedes, también la mayoría de las fans.
-¡No!
-¡Déjame!
-No se queden ahí parados.
-Y ¿Qué quieres que hagamos?
-¡Yuu! Es que eres idiota. ¿Qué acaso no te interesa?
-Mató a Yutaka.
-¡Yutaka no pudo cargar con el peso de haberlo dañado! ¡Él solo se mató! Él no tiene la culpa...
-Sí la tiene. Él lo dañó.
-Él no dañó a nadie. ¡Compréndelo! Lo lastiman.
-Él también lastimó, no solo a Yutaka, sino a las fans. ¿Sabes cómo se encuentran en este momento? Todo es culpa de ese imbécil, si no hubiéramos estado en la misma banda...
- ¡Ya!
No podía soportarlo, me ahogaré sino reacciono rápido, un movimiento desesperado me llevará a la fuerza.
Mantenía mi pelo de la cabeza aferrados a mis manos que se encontraban en puño.
- ¡No puedo creerlo! ¿¡Qué hiciste!?
-Director, si me permite hablar... él no tiene la culpa de lo sucedido.
- ¿Cómo?
-Que él no tiene la culpa.
- ¡Sabes que el líder de SU banda se acaba de suicidar! ¡Y era pareja de "ese", no me vengas con tonterías!
-Discúlpeme, pero ¿Por qué nadie cree lo que le hizo Yutaka?
-Yutaka es incapaz de hacer algo como lo que está diciendo.
-En verdad lo hizo, su cuerpo está lleno de cicatrices, llegó dos veces al hospital. Debe de ser suficiente.
- ¡Mentiras!
Me dejó en la cama, no quería moverme, no podía sacar su cuerpo lleno de sangre, simplemente era aterrador.
Desperté todo agitado, desesperado comencé a arrancarme mi pelo, pegué unos gritos de dolor, quería verte fuera, no deseaba verlo de nuevo.
Me desesperaba no poder tener la fuerza para mantenerme vivo.
Cargar tanto peso, culpa, siendo ignorado, el punto negro lleno de puntos blancos.
-Tranquilo.
-¿Ya he sufrido demasiado?
-Ya has sufrido demasiado. No te preocupes, yo te protegeré.
Y solo una persona.
-Matsumoto Takanori.