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Drabbles por ari uchiha

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Notas del capitulo:

Ahora me dio ganas de escribir MayuAka. 

Mayuzumi no paraba de observar a Akashi. “¿Qué sucede?” Akashi preguntó. Chihiro negó con la cabeza, no tenía ganas de responder la pregunta que el pelirrojo había realizado con tan seria voz. Y, más que nada, Mayuzumi no quería decirle lo que en realidad había pensado mientras observaba a su pareja. Lo que sucedía, es que Akashi era idéntico a una nueva protagonista de la novela ligera que había comprado hace poco. Y, todo chico, (o al menos uno muy fanático) sería feliz de ver a su pareja travestida como su personaje favorito, al menos en circunstancias normales. Chihiro, en cambio, pensaba que era sumamente rato e incómodo el hecho de que Akashi se pareciera a “Kimi Nanase” una pequeña chica mágica con orejas de gato, cabello pelirrojo y ojos dorados. «Ni siquiera me hace gracia, ahora cuando leo no dejo de pensar en Akashi con un vestido gritando el juramento de las chicas mágicas». Pensó Chihiro, con un cierto escozor mental.

 

“Dime que sucede —espetó Akashi, ya algo severo—. No has dejado de mirarme”

 

“Huh… ¿Cómo decirlo? Te pareces a una protagonista de mis novelas —Mayuzumi titubeó—. ¿Podemos cambiar de tema?”

 

Akashi pareció un poco disgustado, y ¿cómo no estarlo? No le gustaban esas vulgares novelas que su querida pareja leía siempre. Más que nada porque la mayoría eran sobre un protagonista idiota rodeado de muchas chicas mágicas que por alguna razón lo encontraban irresistible al protagonista. Esas novelas eran un insulto al intelecto de Akashi, una grosería a la literatura y una mina de oro en el mercado. Aunque, el pelirrojo jamás lo decía en voz alta, usualmente se guardaba ese tipo de críticas para sí mismo, puesto que sabía lo huraño y serio que Mayuzumi se ponía cuando se trataba de sus novelas, aquello era un hecho irrefutable.

 

“No, quiero saber, ¿Cómo es ese personaje?” preguntó Akashi, no iba a ceder ni a cambiar de tema hasta quedar satisfecho.

 

“Es linda, siempre se esfuerza mucho y tiene bonito cabello rojo” respondió Mayuzumi, en principio a regañadientes, pero luego la emoción se le subió a la cabeza y empezó a hablar de más “Da ganas de abrazarla y aunque es seria por dentro guarda un enorme corazón, es de esas personas que protegen a otros sin importar que…”

 

Akashi dejó de escuchar a medio camino mientras su pareja mencionaba lo maravilloso que era el personaje. La cara de Mayuzumi hasta brillaba, lo cual era un poco perturbador para un chico que siempre tenía la misma cara seria. Por otro lado, el pelirrojo comenzó a sentirse halagado, demasiado halagado. ¿De verdad Mayuzumi pensaba que él se parecía a dicho personaje? Eso era un cumplido demasiado romántico y halagador, (Aunque Mayuzumi no tenía ni idea de que se le estaba yendo la mano y que la única razón por la cual Akashi le parecía similar al personaje era por su físico, y no tanto por la personalidad).

 

Akashi, en cierto punto, sintió una enorme necesidad de callarle la boca a Mayuzumi a besos y, como alguien imaginará, lo hizo, porque es absoluto y si su absoluto ser quiere besuquear a su estúpido novio, tiene todo el derecho de hacerlo, ¿o no?

 

Mayuzumi, que hasta el momento había estado en el suelo viendo la tele junto a Akashi en su departamento, terminó acostado con el pelirrojo encima llenándole de besos. Quizá en otra situación Chihiro hubiera apartado a Akashi, o se hubiera quejado, pero estaba de muy buen humor así que cedió ante el tacto y los besos, acariciando la espalda de Akashi, invitándole a tomar un ritmo dulce pero sensual. Akashi estaba contento, muy contento, tal vez por eso estaba aún más enérgico que de costumbre.

 

“¿Por qué… de repente?” preguntó Chihiro, su rostro estaba levemente enrojecido.

 

Akashi, sonrojado (tal vez por el calor), sonrió. “Porque hoy te has portado muy lindo…”

 

“Akashi… si te pidiera que usaras un vestido, ¿lo harías?”

 

“Oh vaya, parece que he encontrado tu fetiche”

 

“Algo así” admitió Mayuzumi, desviando la mirada. Su entrepierna dolió al imaginarse a Seijuuro con una gran gama de disfraces de distintos personajes… casi todos (por no decir todos) femeninos. ¡Había tantas posibilidades! De sirvienta, gato, chica mágica, ídolo, hada, trajes de baño, de princesa, kimonos, caperucita roja. Chihiro sabía que se estaba comportando como el tipo fanático pervertido que obliga a su pareja a travestirse, sin embargo, ¿Quién no querría hacerlo?

 

“Si eres un buen novio, puede que te espere una sorpresa en el día de San Valentín” susurró Akashi, directo en el odio de Mayuzumi, este se estremeció y abrazó a Akashi, suspirando, ¿Cómodo podía ser un mal novio a su lado? Ese maldito enano pelirrojo le tenía comiendo de la palma de su mano, le tenía vuelto loco, y si era necesario se humillaría para seguir a su lado.

 

“¿Y cómo puedo ser un buen novio, su alteza?” inquirió Mayuzumi, besando el cuello de Akashi, pegando su cuerpo al de él. Akashi soltó un suave gemido por el dulce calor que invadió su sistema al sentir una y otra vez esos labios traviesos sobre su piel.

 

“Empieza por llevarme a la tina, quiero tomar un baño contigo”

 

Chihiro tragó en seco, su corazón se aceleró. Puede que Akashi Seijuuro fuera el temible emperador, un tirano, alguien poco expresivo, extravagante, inteligente y frío. Pero, la realidad era que cuando se trataba de la intimidad era alguien muy apasionado, además de enérgico e insaciable, realmente muy ávido. Y eso, a Mayuzumi le encantaba.

 

“Eres un sucio perro pervertido” le susurró Akashi a Chihiro.

 

“Lo soy porque mi amo es sucio, ¿no dicen por ahí que los perros se parecen a sus dueños? Tendrás que hacerte responsable, Akashi” respondió Mayuzumi, susurrando igual, para luego deslizar su lengua en la oreja de Akashi y mordisquearle el lóbulo, su mirada lasciva y su sonrisa pícara eran buena señal. El pelirrojo estaba complacido por la respuesta y extasiado por los labios de su novio que tocaban lugares extra sensibles.

 

“No me hagas impacientar” dijo firme, pero ya había más de un atisbo de lujuria en su tono.

 

Chihiro se puso de pie y luego, con Akashi en brazos, fue directo al cuarto de baño, donde hicieron de todo, toda la noche.

 

“Akashi, ¿Cuál es tu fetiche? Jamás me lo has dicho” comentó Mayuzumi, a la mañana siguiente, ambos descansaban juntos en la pequeña cama de la habitación.

 

“¿Mi fetiche…? Mi fetiche eres tú, y me alegra ver, que, a su forma, puedo ser parte del tuyo”

 

“Nadie más podría… al menos no como tú” comentó Mayuzumi, sinceramente.

 

Se besaron un poco y volvieron a dormir. Era sábado, era momento de descansar, ya habría tiempo para hablar de más fetiches. 

Notas finales:

Aqui les dejo otro pequeño drabble


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