Título: Rebeldía.
Autor: Naruke.
Capítulo único.
Divertido, placentero y fascinante, eran las palabras que describían la situación que en estos momentos estaba viviendo un jovencito de cabellos rubios y revueltos.
Era divertido porque sentía la agradable sensación de rebeldía al quebrantar alguna de las reglas que había establecido su padre para tener una vida pacífica y cómoda. En su cabeza escuchaba, casi con burla, la autoritaria voz de su papá indicándole que es lo que debía y que no debía hacer, cómo debía hacer las cosas y con qué frecuencia, siempre tratando de mantener cierto orden en la explosiva e impredecible personalidad de su hijo adolescente. Oh, pobre Minato, si supiera lo que su pequeño niño estaba haciendo ahorita.
Una risa burlona se iba a escapar de sus labios a causa de sus pensamientos, mas esta quedó olvidada en la boca hambrienta que en esos momentos lo besaba con amor y deseo. Era un beso rápido, en destiempo e inexperto, pero lleno de sensaciones y emociones. Era el beso de dos jovencitos que apenas estaban conociendo el placer de este acto.
El rubio y el azabache-que era quien en esos momentos besaba y abrazaba al joven rebelde- sentían su interior un cumulo de emociones que hasta ese momento, en sus cortas vidas, no habían experimentado haciéndolos vibrar, suspirar y disfrutar en gran medida.
En ocasiones separaban sus labios para recuperar el aire que se escapaba de sus pulmones y los sofocaba a mitad de los variados besos que se daban, en esos momentos aprovechaban para susurrar con complicidad palabras arrogantes o amorosas, para segundos después volver a deleitarse con el sabor de la boca ajena y el hechizante movimiento de sus lenguas.
Era un momento maravilloso en la vida de ambos adolescentes, pero…
-¡¿Qué rayos sucede aquí?!-… no todo puede ser perfecto. El dueño de aquella voz autoritaria, sorprendida y enojada era de Minato Namikaze, el padre del jovencito de cabellos rubios que se separaba con brusquedad y miedo de su novio quien compartía su mismo temor.
Naruto en ese momento no sentía la misma satisfacción de minutos atrás al quebrantar las reglas de la familia, su actitud rebelde se había evaporado para dar paso a un estado de nerviosismo; empujó a Sasuke a un lado suyo, intentando eliminar, en vano, rastros de la situación en que los había visto su papá. Con temor iba evaluando en su mente todas las infracciones que había cometido, desde dejar sus zapatos desacomodados en la entrada de su casa, hasta traer visitas-que en esta ocasión era su novio- sin haber avisado. Iba a seguir evaluando su situación sino fuera porque la voz de su padre se volvió a escuchar.
-Naruto-dijo con dureza-quiero que te expliques.
El rubiecito de catorce años se tensó, volteó a ver con temor a su novio que era unos meses mayor que él y vio cómo su rostro siempre serio había adquirido una expresión nerviosa. Un suspiro resignado escapó de sus labios y con sumisión elevó su mirada a su padre que estaba impaciente y ansioso por una respuesta.
Y sin saber el impacto que podían tener sus palabras, habló.
-Te presento a Sasuke, mi novio-fue lo que dijo y el tiempo se detuvo.
El silencio invadió en cada rincón de la casa, las emociones y pensamientos se hicieron cada vez más pesados. Los tres varones se sumieron en su propio mundo por unos segundos; uno nervioso, otro temeroso y el último sin saber cómo sentirse.
Y, entonces, todo estallo.