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No fue coincidencia por mistdowner

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Notas del capitulo:

*Ya no dice nada. Ya no hay dolor* (???)

Bueno pues... NGH. Tírenme piedras, escupan, dejen de leer (?) No sé :'( 

 

Tardarme tanto se hizo parte de mi. Jalp

 

Pd: En este cap hay una pequeña parte donde se menciona al principito, el zorro, etc. Hace tiempo que leí este libro. Así que puede que haya uno que otro error (?) Más que nada plasmé una de las ideas que más recuerdo que me surgió al leer el libro. Espero les guste <3

“-No te vayas.

-Ya no es lo mismo.

-Lo siento, cambiaré.

-No es cierto, tu solo…

-No, espera…

-Terminamos.”

No sabía bien que estaba pasando, ni que debía hacer. Mientras Hiccup gemía, la gente iba saliendo del cine y dedicándoles miradas curiosas. Se sonrojó. Algunas chicas hasta los apuntaban emocionadas. Y él no quería pensar en el porqué.

-Hiccup. Oye, Hiccup. Despierta.- lo sacudió un poco, algo nervioso a decir verdad. Estaba acostumbrado a llamar la atención por su cabello incoloro y sus constantes travesuras. Pero no por tener encima a un hombre teniendo… Quién sabe que pesadilla.

Por su parte, el castaño solo alcanzó a abrir los ojos pesadamente.  Aun estaba tenso y sudando frío cuando se pasó una mano por la frente. Por un momento hasta se vio perdido en el espacio y el tiempo. Quiso levantarse de la cama en la cual no estaba, chocando de repente con ese par de ojos azules que lo miraban preocupado.

-Astrid.- contestó sonriente una mano a la mejilla ajena. Claro que no pudo tocar piel alguna, porque a medio camino se detuvo. Astrid no tenía pelo blanco. Ni ese tinte tan extraño en los ojos…

Ambos se quedaron viéndose sorprendidos. Hiccup como reflejo se retrajo en su asiento, puesto que Jack había acercado su rostro para poder observarlo mejor. Fue un momento incómodo. Jack se aclaró la garganta, y se paró primero, ofreciendo su mano para el aun algo confundido castaño. Ya cuando este la tomó y se puso de pie, se soltaron, dando lugar a que el mayor se desperezara.

-Por…¿Por cuánto tiempo dormí?

-Una hora, tal vez un poco más.

Tal vez Jack no lo notara. Pero el mayor abrió los ojos sorprendido. Tenía sentido, la película no había sido muy larga…¿Entonces por qué sentía que había dormido de más? Oh, bueno, sería porque desde hace tiempo que le faltaba dormir una buena siesta. Sentía que desde hacía siglos no dormía como debía.

-Oye, por cierto, lo siento. Tu pagaste la gran mayoría y yo terminé por comer todas las palomitas.

-No es importante.-contestó con cierta sonrisa que hizo que Jack igual suspirara aliviado. Al fin fuera del cine, ambos se miraron dudosos. No era realmente tarde, pero comenzaba a oscurecer. Tal vez lo mejor era solo despedirse. Ambos caminaron como en un mudo acuerdo por guardar silencio. Dado al frío que comenzaba a alzarse, no había muchas personas alrededor. Jack se sentía tranquilo, pero algo ansioso en el fondo. No sabría explicar ese sentimiento tan imperceptible que lo obligaba a mirar de reojo al castaño. Bueno, tal vez sí sabía. Un gusto es algo bastante normal a su edad.

-Oye y… ¿Dormiste bien?

-Oh, lo siento yo no…

-No te disculpes idiota.- contestó el albino, frunciendo un poco el ceño. – Solo pregunto si dormiste bien.

Hiccup rió un poco. No estaba acostumbrado a que alguien lo tratara de manera tan cercana con eso de “idiota”. De hecho, hacía tiempo que nadie lo trataba cercanamente.  Se rascó un poco la nuca, y suspiró.

-He tenido mejores.- contestó en broma, recibiendo de respuesta un suave empujón.

-Parecía que tenías una pesadilla. -La sonrisa del castaño se opacó de repente. Acababa de recordar el motivo por el cual había despertado tan fuera de sí. Al ver que había tocado un tema que no debía, Jack se encogió de hombros. Si es que para tocar temas incómodos, el era un experto.- Ah, olvídalo. Todos tenemos pesadillas.

Hiccup sonrió agradecido. Se había dado cuenta de cuanto se esforzaba Jack por no incomodarlo. Debía de ser difícil escuchar a un tonto como él en ese estado. Se pasó una mano por los castaños cabellos, y suspiró un poco.

-Oye, Jack…Eh…Me la he pasado pasado bien. Lamento que no hayamos ido a un lugar más divertido, es solo que…

-No tienes porque forzarte a nada. Fue genial. Era una película interesante, a pesar de los besuqueos y que me usaras de almohada. – se apresuró a interrumpir al castaño, causando que el mayor sonriera apenado.

-Gracias.- sin que se dieran cuenta, llegaron a un lugar un poco alejado de la gente. Ya estaban cerca de la cafetería. Jack al ver esto se detuvo de repente, sonriente.

-No es nada. Podemos repetirlo de nuevo. Si quieres, claro.

-¿Te…te vas?

-Eh sí… Mi casa queda por aquí.

-¿No quieres que te acompañe?-El albino pareció asustarse con esa propuesta. No, no podía ser eso.  Hiccup no podía enterarse de eso. Es decir, no es que fuera algo malo pero… Ahg, no quería que lo vieran con pena ni nada. Hiccup no estaba como para soportar tontos dramas. Aunque…Dudaba de que él fuese tan importante para él como para siquiera infundirle algo de tristeza… ¡El punto era que no!

-N-no, yo…Vivo aquí cerca, deja. No quiero que me vean llegando con un hombre mayor. Lo nuestro aun no es formal.- Los ojos del mayor se abrieron de la impresión, demostrando cuanto lo había sorprendido esa declaración. -¡Oye, es broma! ¿Hace cuanto no te hacen una? Uh, bueno, nos vemos mañana. Vendrás, no?

-A-ah, sí. A la misma hora de siempre.

Así Jack se despidió solo con un movimiento de manos, para luego retirarse casi corriendo en otra dirección. Hiccup solo se quedó viendo como éste se retiraba. Una vez que ya no pudo verlo, suspiró. La pequeña siesta que se había dado en el cine dejó sus consecuencias, y es que ansiaba llegar a casa y dormir… Aunque en el fondo de su ser, lo sabía. Dormir de esa manera de nuevo no sería posible. Tal vez solo había sido suerte lo del cine.

************************

Al día siguiente, él estaba con los ojos abiertos al amanecer. Repitiendo la misma rutina tonta de siempre, se despegó de la almohada y el colchón que no había utilizado para nada más que solo perder el tiempo en la oscura noche. Así, una vez arriba, pasó a darse una ducha.  Como había pensado, no había dormido más que unos forzosos minutos. La cabeza le martilleaba. El cuerpo le pesaba. Que mala suerte. Igual, no era algo tan difícil  de solucionar. Con una buena ducha de agua fría se podría sentir mejor. Una vez salió de la ducha, y con solo una toalla alrededor de la cadera, como siempre, notó algo inusual. Su teléfono vibraba. Casi en un segundo, Hiccup se lanzó a ver de qué se trataba. ¿Y si era Astrid? ¡Por todos los dioses, que fuera ella! Desbloqueó el teléfono, y se dio con que era un mensaje. No era Astrid. Era…¿Jack?

 

“De: Jack

Oye, quería avisarte que pasé por una tienda y vi unas hermosas rosas blancas. No está muy lejos de la cafetería. Tal vez a tu chica le gusten. Suerte.

 

PD: Me agendé solo mientras dormías.”

 

Pestañeó un poco, y volvió a leer el mensaje. De hecho, terminó por leerlo unas cuatro veces. Se sentó en la cama, aun mirando las letras. Jack, flores…¿Qué? ¿Por qué él…?

-Jack…- Susurró su nombre con ternura. Era la primera vez que le pasaba algo así. Que suerte tenía de tenerlo de amigo.

*****************************

Mientras tanto, Jack se preparaba a la velocidad de un caracol para entrar al instituto. Seguía revisando a cada rato el teléfono, mientras tomaba su chocolate con unas tostadas, en la mesa.

-Jack, llegarás tarde.-Le habló Norte, leyendo el periódico al otro lado de la mesa. Ni siquiera había volteado a verlo. Siempre era la misma rutina aburrida.

-Tío, sabes que llegaré a horario.- contestó sin despegar la vista de la pantalla el albino, sorbiendo un trago de su chocolate. Con esa respuesta, el gran hombre de barba blanca dejó su lectura y miró por encima del papel a su sobrino. Jack por lo general nunca lo llamaba tío.

-¿Pasó algo interesante?

-¿Ah? ¡Eh! No, claro que no. ¿Por qué habría de pasar algo interesante? – preguntó el muchacho, guardando rápidamente el celular en el bolsillo de su característica prenda azul. El mayor lo dudoso por unos segundos más, pero luego lo dejó en paz.  Los niños a veces necesitaban tener sus secretos.  Por su lado, el adolescente terminó todo su chocolate de un sorbo, tragó seco y comió el resto como un animal, y con apuro. Una vez terminó levantó el plato y la taza que había utilizado, y apurado se levantó. –Me voy, estuvo rico, gracias.

-Estos niños de hoy con su tecnología…- comentó en broma Norte, riendo mientras le daba otro sorbo a su café.

***********************

Punzie: ¿No te contestó?

Jack: No.

Mer: Tal vez no debiste mandar el mensaje.

Punzie: ¡Mérida!

Mer: ¿Qué? Sino responde…

Jack: Tiene razón, fue raro.

Punzie: ¿Qué decía el mensaje?

Jack: Eh… Que había visto unas flores para su chica y…

Mer: Jaja, Jack, ¿estas tonto? Se supone que te gusta, y le sales con eso. ¿No lo quieres para ti?

Jack: Pero él la quiere a ella.

Mer: Vaya, tu? ¿Siendo considerado?

El albino dejó salir una risa desde su cama, mirando como Punzie comenzaba a escribir. Hablar con ese par siempre era divertido. Punzie siempre hablaba de amores perfectos e ideales, y Mérida sobre libertad y lo tonto que era el amor. Era genial escucharlas compartir sus opiniones. Siempre podía compararlas y decidir. Pero… Nunca, hasta ahora, le había interesado tanto saber que opinaban. ¿En qué había estado pensando? Dejó salir un suspiro. Había sido un tonto. Solo había querido escribirle un mensaje a Hiccup. Y ahora se arrepentía. En primer lugar…¿A quién se le ocurre escribir tan temprano? En segundo lugar…¡Le recordó a la tal Astrid! De seguro le había bajado los buenos ánimos con eso. Que mala manera de empezar el día.  Ya se odiaba. Ya había metido la pata. Al ver como vibraba el celular, fijó su vista en el chat de nuevo.

Punzie: Tal vez no es para ti, es decir, si piensa mucho en ella, tal vez aun si logras salir con él, no se dé. El es un chico mayor y… Deberías dejar de hablarle.

El adolescente abrió los ojos con impresión, y se apresuró a escribir. Esa no era la reacción que se esperaba de la rubia…

Jack: Pensé que me apoyarías.

Punzie: Es que él no me parece bueno para ti. Hay chicos mejores como…

Mer: ¿Podemos dejar de hablar de estas cosas? Se me va a revolver el estómago. Jack, si te gusta no lo animes a ir con la que lo dejó. Punzie, si Jack quiere comenzar una relación con él, déjalo. ¿Por qué tanto lío?

Punzie: . . . Pero. . .

Mer: Diablos. ¡Ya, voy tarde!

Mer se ha desconectado.

Jack: La bola de pelo rojo tiene razón. Punzie eh… No creo que llegue a ser nada de él. Solo me gusta. Pero no intentaré nada. Tendría que estar loco como para intentar algo. Se nota lo mucho que la quiere. Ahora… ¡Yo igual voy tarde! Nos vemos.

****************************************

La rubia miraba ansiosa el reloj. Una y otra vez, mordía el lápiz y escribía en su cuaderno. ¿Dónde estarían? Ugh, ese par a veces la desesperaba.  De seguro ni entrarían a clases. Ya comenzaba a resignarse, cuando en la puerta vio como unos cabellos blancos se asomaban con cautela. Luego divisó unos rulos rolos. Ah, ahí estaban. No tardó nada en aparecer el rostro del albino, con precaución.

-Mer, no hay nadie.- terminó por decir el chico confiado, entrando como si el salón fuera su propia casa. Igualmente la chica detrás suyo comenzó a reír animada mientras a leves empujones instaba a Jack a avanzar más rápido. Al fin cuando cada uno estuvo en su asiento, Rapunzel bufó molesta.

-¿Pasa algo? – mencionó Mérida sacando sus cuadernos y demás.

-Podrían haber llegado temprano.

-Uf, vamos. Sabes que no somos notros si llegamos a horarios. – bromeó Jack, mientras de igual manera sacaba cuadernos y demás.- además la profesora ni ha llegado.

-Sí, pero…

-Adivina a quién vi en la entrada.- interrumpió furtivamente Mérida, haciendo que Punzie se sobresaltara y se sonrojara. – Sí, a Eug…¡Uhm!- ya no pudo seguir diciendo nada, puesto que la rubia le tapaba la boca. Jack solo rió. Punzie actuaba como si fuese un gran secreto el hecho de que estaba enamorada de Flynn. Medio instituto lo sabia. Hasta los profesores hablaban de ello en la hora del castigo.

-N- no me importa.- dijo orgullosa la rubia, sentándose recta en la silla y prestando atención a la silla vacía del profesor. Mérida ya iba a comenzar con su obra diaria de molestar a la chica, cuando sorprendentemente el profesor llegó. Suspiró un poco, se acomodó un mechón de pelo rebelde (como el resto de su elaborada melena) y prestó atención. La materia no le importaba en lo más mínimo. Pero el profesor… Ese era otro tema. Mérida no quería aceptarlo. Pero se sentía extraña cuando Angus llegaba a impartir clases. Desde la primera vez que lo vio, le llamó la atención. Su apariencia noble pero rebelde, esos ojos tan penetrantes y su cuerpo…¡Ah! Sí que se estaba volviendo loca con ese tema.

-Clase, el día de hoy veremos…

A partir de esa simple frase, Jack se perdió en los “apuntes”. Él no era nada bueno para dibujar. Tenía que ser sincero. Con suerte un ojo se parecía a otro cuando iba a dibujar un rostro. Pero de igual manera lo hacía. Solo para matar el tiempo. Esa clase la imagen de cierto castaño fue la que llegó a su mente con fuerza. Trataría de dibujarlo. Un poco. Al menos para que él  pudiera identificarlo. Primero trazó algunas líneas sueltas, y luego fue a la definición. Cuando comenzó con el rostro, le pareció lo mejor comenzar con la chistosa nariz de Hiccup. Fueron como tres intentos, pero luego de unos borrones, le pareció bastante acertada. Luego hizo los ojos. Gran parte de la clase de la pasó refunfuñando al no poder plasmarlo como él quería. Sin embargo, como si fuera un milagro, quedó satisfecho. Los ojos que había diseñado no eran tan profundos como los del modelo, pero  estaban bien, para su opinión. Luego dibujó los párpados, las cejas, algunas pecas… Vaya. Ese día, realmente estaba hecho un artista. Cuando llegó a los labios, tuvo un leve problema. No recordaba como eran. Es decir, bien, sí los recordaba. Pero no podía encontrar una manera de reprensentarlos. Además, se encontraba con el dilema de la expresión. ¿Si lo dibujaba feliz? ¿Triste? Se esforzó un poco en pensar, y decidió hacer una leve curvatura el aquellos labios. Una sonrisa apenas tenue.

-Señor Frost.-escuchó decir.  Levantó la mirada de su dibujo, y se encontró con la mirada del profesor sobre sí. Y no solo la de él. Sino que la de todos los alumnos. Rayos.- ¿Podría contestar la pregunta del pizarrón?

Ah, rayos. Jack asintió, mirando por el rabillo del ojo como Mérida se golpeaba el rostro con la palma, y Punzie negaba. Diablos . ¡Diablos! Leyó la pregunta, y enarcó una ceja. Todo se trataba sobre ese cuento tan tonto. ¿Cómo se llamaba? Ah, el principito. Tal vez. No lo recordaba.

-El zorro, profesor, deseaba ser domesticado.- se limitó a decir.

-¿Por qué llega a esa conclusión?

-Por las indicaciones que le da. El mismo lo admite en uno de sus encuentros. En mi opinión, es algo tonto. ¿Por qué alguien querría ser domesticado?- el profesor pareció reír por la pregunta.

-Amor, Jack. Podemos relacionarlo con el amor.

-¿Cómo?

-El zorro era un animal salvaje, que una vez vio a un tierno principito. No tardó mucho en pedirle que lo domesticara. Le impuso un lugar, y una hora. Se suponía que todos los días el llegaría ahí, y la alegría nacería en su pecho. Se suponía que al domesticarse, el zorro podría diferenciar de entre miles de niños rubios a su dueño, que al ver el trigo, recordaría su cabello rizado y amarillo. Que todo aquello que ahora no tenía importancia para él, se tornaría importante y alegre.

-Pero… Él principito amaba a una rosa de su planeta.-completó algo seria Rapunzel.

-Es una manera de verlo, sí.- asintió el profesor. En ese momento sonó la campana. Angus tomó sus cosas, y antes de salir del salón le mandó una sonrisa a aquella pelirroja, sentada tan lejos de él, y aislada de su clase. Tal vez Frost era peor influencia de lo que pensaba.

Así todos salieron. Bueno, casi todos. Jack se quedó un momento de más en el salón, cosa extraña en él. El día no había terminado. Tocaban otras materias. Pero no quería moverse de ahí. No había terminado su dibujo. Y a decir verdad, lo referido al zorro le había dejado mal sabor de boca. Punzie y Mérida le insistieron, pero terminaron por marcharse. Ya solo, el albino sacó su dibujo incompleto, lo examinó serio, y suspiró.

-Un amor no correspondido, eh?...

Notas finales:

Ya. ¿Qué tal? ¿Les parece bien la aparición de un Angus humano? ¿Por qué creen que Punzie quiere que Jack deje de hablar con Hiccup? Dejenme sus teorías en la caja de comentarios (????)

 

Nos leemos (Con suerte en un mes (???????)


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