Sólo tú (Hunhan) por MitsukoCho

Desde la ventana del avión, Sehun observa como Seúl se vuelve más y más pequeño. Sus amigos que siempre habían estado a su lado ya no lo están. Su familia tampoco. De carácter tímido e introvertido, el chico se pregunta cómo hará para arreglárselas en el desconocido país al que se dirige. Vuelve a repasar en su mente, casi involuntariamente, el momento en el que comenzó toda aquella aventura. Reproduce en sus recuerdos la expresión del director al entrar él en su despacho. Al entrar, Sehun hace una reverencia y se sienta en la silla que hay enfrente del escritorio del señor. El director de su universidad le felicita y eso le deja descolocado. “¿Qué he hecho yo para que me feliciten?”, piensa. El director es conocido por ser un hombre de avanzada edad reacio a felicitar o siquiera saludar a los alumnos. Acostumbrado a pasar desapercibido ante todos y a no acaparar mucha atención, aquellas palabras le pillan totalmente desprevenido. A continuación, el hombre le explica que ha sido el ganador de una beca de estudios en el extranjero debido a sus buenas notas. El país de destino: China. Sehun solo asiente con la cabeza, como de costumbre. El director no le ha pedido su opinión, así que no se la va a dar. Suficientemente raro es que no haya sido más borde con él, así que no va a tentar a la suerte. Le entrega un papel con toda la información, que formalmente Sehun dobla y guarda en la carpeta. Más tarde lo entregaría a su madre sin añadir ningún comentario. A diferencia del director, su madre sí que le preguntó que le parecía. Como la veía tan ilusionada con la idea, se limitó a encogerse de brazos y decir que podía estar bien. Una azafata lo trajo de vuelta a la realidad. Amablemente le preguntaba si le apetecía algo de comer. Con la misma amabilidad Sehun le respondió que estaba bien. Cuando la mujer acabó de explicar la información básica para preparar un caso de accidente se sentó y el avión pudo despegar. Sehun siempre había pensado que aquella información, en caso de accidente real, no iba a servir de nada. Nadie es capaz de sobrevivir a una caída de 10.000 o más metros, por muy preparado que pueda llegar a estar. Las dos horas que duró el vuelo se repartieron entre escuchar música y dormir para Sehun. Cuando llego a China pudo coger un taxi que le llevó directamente a la residencia estudiantil donde viviría aquel año. En recepción le entregaron una bonita llave de madera que correspondía a la que sería su habitación. Un trabajador de la residencia le ayudó a subir sus maletas y cuando por fin pudo entrar a la habitación las dejó tiradas en la entrada. Al fijarse en la cama se dio cuenta de que un sobre reposaba sobre las blancas sábanas. Dentro encuentra una hoja blanca doblada en la que está escrita: “Bienvenido Sehun. Esperamos que puedas hacer buenos recuerdos en el año que pasarás con nosotros. Atentamente, tus compañeros de clase”. Una leve sonrisa se cuela en su cara, parece que no se pasará el año solo como esperaba.