El viejo despertador que trajo desde Corea le despertó sobresaltándolo. El encontrarse en una habitación extraña le asustó al principio pero en poco segundos se estaba riendo de sÍ mismo. Ya tenía la mochila preparada; de hecho, había preparado los libros del primer día de curso en Corea. Todo tenía que salir bien. Se levantó revolviéndose el pelo y avanzó perezosamente hasta la pequeña cocina adosada al comedor. Se preparó un par de tostadas que untó con mantequilla y se preparó un zumo de naranja. Mientras desayunaba el recuerdo de sus amigos despidiéndose de él en el aeropuerto asaltó su mente.
-No puedes empezar a sentir nostalgia ya Sehun...
Para alejar los pensamientos intrusivos se dispuso a permanecer ocupado hasta la hora de dirigirse a la universidad. Empezó deshaciendo su maleta apropiadamente y acomodando toda la ropa que había traído en el gran armario con el que contaba la habitación, se dio una ducha rápida y se cepilló concienzudamente el pelo. Debido a que aún no había pasado a ver al director no contaba con su uniforme así que optó por vestirse formal, principalmente para no desentonar desde el primer día. Miró el reloj pensando que ya sería hora de irse pero no era así. No tenía nada más que hacer en aquel pequeño cuarto así que decidió salir de la residencia. Ayudado por el mapa que le habían hecho llegar pudo encontrar la universidad. Ya que se alojaba en la propia residencia, ésta no se encontraba muy lejos. A primera vista el edificio principal le pareció enorme. Un gran reloj adornaba la torre principal y a los lados se encontraban extensos jardines donde habitaban cientos de árboles de cerezo.
-Es una pena que estemos en otoño... Verlos florecidos debe ser una gran experiencia-se dijo a sí mismo mientras recorría con la vista todo el lugar.
Cuando los estudiantes empezaron a llegar Sehun se dirigió a la clase que estaba marcada en su mapa personalizado del edificio. La profesora, que ya se encontraba allí, le indicó que se quedara fuera hasta que todos los demás entraran. Cuando esta condición ocurrió la señora le invitó a pasar. Al entrar nota como todas las miradas de la sala se concentran en él. Consigue avanzar nervioso hasta estar al lado de la profesora. Ésta le indica que se presente y él, disimuladamente, le manda una leve mirada de odio.
-Buenos días a todos. Soy el estudiante transferido desde Corea. Mi nombre es Oh Sehun. Yo también espero que podamos hacer buenos recuerdos en este año-al finalizar hizo una gentil reverencia e hizo ademán de proseguir con lo que debía hacer. Pronto se dio cuenta de que no sabía lo que debía hacer a continuación.
Sehun se siente demasiado presionado bajo todas esas miradas que le analizan de arriba a abajo. Mira a su profesora que le hace un gesto con la cabeza indicándole donde se debe sentar y mirando al suelo se dirige a su asiento. Puede escuchar algunos murmullos a lo lejos pero debido a la poca intensidad con la que los oye y su no total dominio del idioma no logra entenderlos. Se siente fuera de lugar.
A lo largo de la jornada escolar algunos compañeros se acercan y le preguntan sobre él y sobre Corea. Su atención se fija en una chica. Se sienta al fondo de la clase y no parece ser muy sociable, en los cambios de clase nadie se le acerca y tampoco parece muy feliz. La tristeza que reflejan sus ojos le inquieta. En uno de estos cambios de clase Sehun decide acercarse a ella dejando plantadas a dos chicas que parecían intentar coquetear con él.
-Buenos días, me llamo Sehun. ¿Cuál es tu nombre?-dice con una radiante sonrisa en su cara. La chica, que estaba ocupada leyendo un libro tras sus gafas, levanta la mirada y posa sus ojos en él.
-Y-yo me llamo Minah, Bang Minah-dice la chica tímidamente.
-Bonito nombre. Espero poder hacer buenos recuerdos contigo también-dice alzando el puño con la intención de que la chica una el suyo con él. La acción esperada no ocurre y Sehun baja su mano lentamente intentando disimular. Minah aún le miraba curiosa cuando el siguiente profesor entró en clase.
Cuando el timbre indicó que la clase se había acabado Sehun se dispuso a guardar todas sus cosas en la mochila e irse a casa. Una de sus compañeras se acercó a su mesa acaparando su atención.
-Sehun, ¿es tu primer día aquí verdad?-cuando la chica ve que Sehun asiente prosigue con su propuesta.- ¿Te parecería bien que te enseñara la ciudad?
Sehun se lo piensa por unos instantes. No es que se sienta muy cómodo estando solo con una chica pero de otra manera no podrá conocer la ciudad... Además pensarán que es un borde por denegar una propuesta tan amable. Al fin Sehun acepta. La chica le lleva por todo tipo de calles y parques. La chica, que se llama Park Bom, le habla de todo, incluyendo las personalidades de sus compañeros o profesores.
-¿Y Minah? Has hablado de todos menos de ella.
-Esa pu... Minah parece ser una buena chica pero no se involucra mucho en las actividades conjuntas-dice apresuradamente Bom.
-Que raro, se le ve alguien interesante. Debe ser por su timidez-reflexiona Sehun.
Las horas van pasando y Sehun empieza a sentirse cansado. Le gustaría decirle a Bom que desea irse a descansar pero eso sería...¿descortés? Logra aguantar veinte minutos más pero finalmente decide darse por vencido, se está haciendo de noche y Sehun le teme a la oscuridad.
-Bom, creo que debería irme a la residencia. Aún me quedan muchas cosas por hacer...-miente hábilmente Sehun.-¿Bom?¡¿Bom?!
Por mucho que gira su cabeza hacia todas las direcciones no logra encontrar a la chica.
-¿Dónde te has metido, Bom?-dice alzando la voz, esperando que pueda escucharle. Sin embargo, no hay respuesta.
Decide sacar el mapa de su mochila pero no abarca hasta tan lejos. Resopla un par de veces antes de ver a una anciana caminando por el lugar con un bastón. Se acerca a ella y le pregunta si sabe hacia dónde está la residencia de la Universidad Shandong. La mujer le indica el camino con el bastón a lo que el chico le agradece dispuesto a irse.
-Espera, déjame acompañarte joven- Sehun acepta, aun pensando que le retrasará.-¿Así que vas a la Universidad Shandong? No deberías fiarte mucho de la gente de ahí.
-¿Y eso? A mí me han parecido muy simpáticos todos.
-Todo el mundo es simpático hasta que descubres algo que no te gusta, ¿verdad?-dice la abuela con la mirada perdida. Sehun reflexiona sobre lo que acaba de escuchar pero antes de que pueda hablar es interrumpido.-¿Eres de Corea verdad?-Sehun asiente.-Que país más bonito...
Cuando Sehun quiere darse cuenta ya está delante de la residencia. Se despide con respeto de la anciana y sube hasta su habitación. Al entrar se sienta en la cama y siente que sus pies le van a matar.
-Demasiadas horas paseando, Park Bom- dice riendo.
Algo le resulta extraño en la cama. Vuelve a haber una carta sobre ella.
-¿Cómo habrá llegado hasta aquí?
Sin más dilación la abre.
“La clase ha hecho su veredicto. Culpable. Aquí no caen bien ni los genios ni los extranjeros, ¿sabes? Adivina quién reúne estas dos características. A partir del momento en el que leas esto, nuestro objetivo es hacerte la vida imposible hasta que vuelvas por donde has venido. Buenas noches, Oh Sehun.”
-¿Qué es esto? Está bien que hagan bromas a los nuevos pero no sé... Bueno, el humor debe ser diferente en China que en Corea.
Rápidamente se vistió con su pijama y se metió en la cama. Se tapó con las sábanas hasta la frente, se sentía más protegido de la oscuridad de esta manera. Las palabras de la abuela se le hicieron presentes pero se autoconvenció de que era una broma de algún gamberro. Mañana todo seguiría igual...