Capitulo 25: Años Atrás (Los “Buenos” Tratos)
Mis ojos no creían lo que apreciaban, la rabia y el odio comenzaron a dominar mi ser en su mayor totalidad. Fuertemente presionaba mis puños intentando mostrar un lado pasivo de mi, sin embargo no me mostraría compasivo… A paso lento ingrese en aquel cuarto mientras que con una de mis manos buscaba disimuladamente un pequeño objeto en el bolsillo trasero de mi pantalón.
-¿Se puede saber que haces Kakarotto?- Uno de mis propios hijos se encontraba con el primogénito de mis mayores enemigos…
Goku- Eemm yo… - No le permití que diera mas explicaciones repletas de dudas, nervios y titubeos, para eso tenia a mis victimas que sabían balbucear perfectamente.
-Saiyan Vegeta… - Inexpresivo me acerque a la par del mencionado, para así lentamente acariciar sus cabellos- ¿Todo bien?- Mi voz se oía serena y en calma, cosa que extrañaba por completo a mi primogénito.
Vegeta- Si… Bardock… - Tenso, se oía tenso, a la ves su cuerpo temblaba ante la tensión del momento.
Disimuladamente baje mi mirada en dirección a sus manos, las cuales apretaban firmemente una mochila, la cual parecía contener algo de suma importancia para ese niño sin embargo, desconocía lo que en verdad portaba.
-¿Por qué no te quedas a cenar Vegeta?- Aquella pregunta obviamente seria negada temerosamente, aunque mis intensiones eran otras.
Vegeta- Muchas gracias… pero, será otro… día… -Ante eso su mirada se clavo en un punto fijo del cuarto para no compartir su mirada con la mía.
-Insisto Vegeta… - Lentamente mi mano se acercaba hacia aquella mochila- Aquí todos somos… ¡Familia!-Sin importar las objeciones de ambos niños le arrebate aquel bolso de sus manos solamente para inspeccionar su contenido, sin embargo en el momento en que deslice el cierre para así abrirla… No podía creer lo que veía… Odio y rabia se incrementaban dentro de mi…
Metí mi mano y comencé a repasar mi dedo índice en aquello que me pertenecía… Era Dinero…
-Aquí hay mas de cien mil…- Solté aquel objeto para luego suspirar pesadamente, cerré mis ojos e interrogue- ¿No es cierto…?
Goku- Padre yo puedo explic…- Bruscamente lo arroje al suelo con una simple pero a la ves fuerte bofetada la cual pareció implantarse en su versa piel, teniéndola de un tono rijoso leve.
-¡¿Qué mierda hacías hurgando en mis cosas?!- No me di a esperar suficiente tiempo para sujetarlo fuertemente de sus cabellos generándole un dolor insoportable- ¡¡Responde!!- Mi paciencia llegaba a sus limites, no me importaba si dañaba a alguna de esas criaturas, pues no me retiraría hasta cobrar mis pertenencias.
Goku- Quieres que… Responda….- Asentí levemente al mismo tiempo que imponía mas brutalidad en el agarre- Lo are… ¡¡Corre Vegeta!!- Casi en un agudo grito llego a causarme una molestia en mi oído que como consecuencia, solté su cuerpo haciendo que este caiga en seco al suelo.
Al voltear mi cuerpo divise como aquel pelinegro intentaba tomar torpemente aquel bolso en donde se hallaba aquella suma de dinero en efectivo, la cual me pertenecía. En un veloz movimiento logre alcanzar aquel objeto que se encontraba en mi bolsillo, no era nada mas ni nada menos que una navaja a medio afilar. Sin dudarlo dos veces lance aquella arma blanca en dirección a Saiyan con la macabra intención de dañarlo, sin embargo esa rozo en la zona inferior a su cuello generándole un profundo corte.
Vegeta- ¡¡Aaahh!!- Su mirada se torno acuosa en muy pocos segundos, pues sus movimientos se entre cortaban. En un intento por detener la sangre que fluía de su herida su mano se vio teñida de aquel fluido, haciéndolo palidecer por completo.
En un intento por arrebatarle la mochila de sus manchadas manos este se disparo en dirección a la puerta para así huir definitivamente de mi propiedad, sin embargo no se lo permitiría…
Largos minutos de una larga persecución por todo mi territorio, desgraciadamente logro escapar con una gran cantidad de fajos de billetes. Resignado regrese al interior de la casa con intensiones de castigar al causante de mi estado, sin embargo al momento de girar la perilla de la puerta de su alcoba me percate de que esta se hallaba cerrada con seguro desde su interior.
-¡¡Abre la puerta mocoso malcriado!!- Completamente eufórico golpee aquella puerta para llamar su completa atención.
Once, doce hasta trece golpes y nada… El mismo se encerró para así zafar de su castigo. Ya frustrado me retire del marco de la misma en dirección a una ventana de aquella planta. Mi figura se reflejaba en la misma la cual imponía respeto, por unos minutos me mantuve ahí mismo pensando seriamente…
¿Dónde se metió Saiyan?
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Tan solo transcurrieron dos meses desde aquel sorpresivo encuentro, lo cual significaba que ya era hora de enfocarse en mi gran protocolo. Durante el lapso de dos meses continúe con la planificación del mismo, sin embargo todos mis planes se vieron afectados con la llegada de una terrible noticia, de manera misteriosa Tarble Saiyan desapareció sin dejar rastro alguno.
La frustración se presentaba nuevamente, no podía creer que aquel chiquillo desapareció por completo. Por un momento comencé a sospechar de Vegeta pues con tan solo seis años era un niño bastante atrevido e inteligente, capaz de cometer muchas cosas aunque con el paso del tiempo mis sospechas quedaron en el olvido, pues tendría que ideármelas de alguna manera para encontrar a Tarble y luego ejecutar el protocolo.
Este imprevisto problema me vio obligado a preparar tanto a Turles como a Kakarotto a muy temprana edad, ya que grandes cambios atentarían en por así decir, sus valiosas vidas.
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Cierta noche revisaba que ambos niños se encontraran dormidos en sus respectivos cuartos. Ese mismo día Turles mostro un lado de si mismo que nunca creí que existiera, hasta la fecha normalmente se mostraba temeroso, tímido y algo callado sin embargo rompió la barrera de los limites. Desconocía cual fue el verdadero incentivo de sus actos los cuales fueron completamente inaceptables. Gritos, mal hablado pues dejo salir de si mismo una sarta de groserías tanto a su propio hermano como a mi persona. No obstante, sin mi autorización tomo una de mis najabas para practicar su puntería en Kakarotto, sin importarte si llegaba a atentar con su vida. Como cereza del pastel nos levanto la mano de manera bruta.
Sin duda desaprobé esa clase de conducta en su persona por lo cual me vi obligado a inmovilizarlo toda la noche. Cuanto mucho lo mantuve encerrado en su cuarto, para así evitar alguna travesura.
Una vez corrobore que se encontrara en calma, por así decir, en su alcoba me dirigí al cuarto de mi ultimo primogénito por si acaso. Una ves entre en su habitación no dude en reaccionar rápidamente, pues se encontraba en el marco de su ventana con una mochila en brazos a punto de saltar a lo que el llamaba “Libertad”
Tan solo lo cargue desde la cintura brutamente este comenzó a revolverse, gritar desesperadamente por ayuda, a la ves me suplicaba y disculpaba aunque yo no parecí mostrar ninguna clase de compasión.
-¡¿Acaso creías que podrías escapar?!- Ante eso sentí como este me lanzo su mochila en dirección a mi rostro soltándolo bruscamente.
Tan solo cayo al suelo comenzó a correr por su vida por todo el cuarto intentando persuadirme del alguna manera, sin embargo en un intento por correr en dirección a la puerta la cual se encontraba completamente abierta, tropezó con su propia mochila cayendo fuertemente al suelo raspando sus rodillas y brazos.
Ante eso no dude en aprisionarlo fuertemente contra el gélido suelo, haciendo que este largara un fuerte quejido de dolor.
-No me dejas alternativa…- En un brusco movimiento logre despedazar la remera que portaba dejando tanto su pecho y torso al descubierto.
Para facilitar el acto que estaría a punto de cometer amarre sus muñecas a su espalda con uno de aquellos pedazos de lo que quedaba de su remera, con otro pedazo cubrí su boca la cual no paraba de gritar para cautivar la atención de su hermano mayor, solamente que no se hallaba disponible para dar una mano.
Lagrimas desprendían de sus orbes las cuales patinaban velozmente por sus mejillas. Desde mi perspectiva llorar era mostrar debilidad, era como no hacer frente a las consecuencias de la situación pues llorando nunca se conseguiría nada en la vida, por esos motivos detestaba el simple hecho que las personas lloraran.
Sin darme a esperar mucho tiempo mas desabotone los botones de mi pantalón para luego retirármelos junto a mis bóxer dejando a la vista mi pene flácido. Al parecer aquella vista no tan agradable repugno por completo a aquel chico al que debía de considerar mi hijo. Pataleaba con todas sus fuerzas al mismo tiempo que presionaba fuertemente sus ojos para así evitar observar aquella escena que al parecer, le asqueaba.
Mientras mas lagrimas caían apresuradas por su rostro, intentaba formular palabras coherentes… Mas bien, suplicas las cuales no comprendía para nada. No hice nada mas que soltar una sonora carcajada para luego concluir aquel acto del cual nunca me arrepentiría…
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Gritos desgarradores… Llanto incontrolable… Suplicas… Era lo único que hacia, sin embargo no padecí en ningún momento. Solamente le enseñe aquello que era “Comportarse” adecuadamente y no mostrarse como un niño rebelde el cual solo pretendía huir de mis manos.
Por ese momento me sentí en la cima de la colina, era quien dominaba todo y a todos, el tan solo escucharlo, el verlo indefenso y… Dócil… Algo me decía que a partir de ese momento traumático para su vida en el cual su alma de despedazaba, se desgarraba y se partía en millones de pedazos incapaces de recuperarse, algo me decía que Kakarotto se volvería alguien manipulable…
Nada mas acabe de “Castigar” a mi primogénito lo abandone en su cuarto marcado de por vida. Con un pañuelo limpie mis manos simulando que nada ocurrió, sin embargo me encontraba mas que satisfecho. La verdad nunca creí que aquel método serviría tanto para mi descargue personal como para educar a mis propios hijos, ya que si continuaba utilizándolo llegaría el día en que nunca mas volverían a faltarme el respeto.
Debía abusar de ellos…
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-Ustedes dos no dejan de ser predecibles- Transcurrieron unos años desde que comencé a aplicar aquel método de enseñanza, pues ya tenían ocho años… Dos años de la misma rutina…
En el lapso de esos dos años logre distinguir un leve progreso en sus personalidades, no volvieron a mostrarse nunca mas como unos maleducados, es mas cada ves que mi figura impotente se presentaba ambos no hacían nada mas que guardar silencio y continuar sus rutinas diarias como si nada… Ellos no me ignoraban, solamente sentían una emoción la cual no experimente hace un largo tiempo, El miedo…
Me sentí un poco mas relajado durante ese tiempo, pues no debería estar al tanto de sus insoportables rabietas de niños sin embargo, me vi obligado a darles una oferta la cual consistía en algo bastante simple y sencillo, ambos me ofrecerían de sus servicios a cambio de una buena calidad de vida.
Aquellos servicios no eran para nada complicados, solamente deberían de acatar todas mis ordenes de la mafia… Prácticamente, debían unirse a la banda o sus vidas caerían miserablemente…
Goku/Turles- Lo sentimos… - Por lo menos eran sinceros y asumían su culpabilidad.
-¡No basta con sentirlo!- Ante eso ambos bajaron sus miradas en dirección a sus manos las cuales se encontraban sobre sus piernas, estas mismas se hallaban unidas cruzando sus dedos lo cual, me extrañaba por completo- ¿¡No piensan cambiar¡?-No me importaba si llegaba a subirles el tono de voz, con tal de que ellos obedecieran, haría lo imposible.
Ambos se hallaban sentados en sillas individuales a una distancia considerable del otro, a unos cuantos metros detrás se encontraba el calor de la fogata con unas llamas vivaces.
Por un momento comencé a sospechar de ambos niños, ya que en ningún momento despegaron su mirada de sus puños los cuales parecían ocultar algo de manera disimulada. Enfoque mi mirada por unos segundos intentando descifrar aquel misterioso objeto que ocultaban, normalmente eran juguetes del tamaño de sus palmas pues ambos sostenían la paranoia de que algún día se los arrebataría, pero, ¿Para que me servirían? Además no seria tan malvado para arrebatarles algo de diversión, pues con el pasar de los años encontrarían sus métodos de diversión propia.
Me percate de que aquel misterioso objeto no era un juguete, no poseía las dimensiones de uno… Mas bien parecía algo moldeable con el tacto, pero eso no pasaría desapercibido pues ya estaba considerando averiguar por las buenas o por las malas aquello que ocultaban.
Goku/Turles- … - Suspiraron nerviosamente, al parecer sentían el miedo correr por sus venas.
-Por lo que veo, ustedes buscan la felicidad ¿O me equivoco?- Asintieron temerosamente- No la conseguirán siendo como son…- Me oía frio y cortante intentando que todas sus ilusiones se despedazaran poco a poco.
Goku- Es imposible…. Es que…- Le lance una mirada fija y penetrante haciendo que este tragara grueso para así censurarlo por completo- Mejor hago silencio…
-Buen niño, la única forma en la que ustedes pueden ser felices es con el sufrimiento de las personas- Fui directo al grano, no necesitaba dar mas vueltas para caer en el tema ya que algún día les tocaría conocer la verdad. Por un momento ambos palidecieron ante tal verdad ¿Acaso no era normal?- No hay nada mejor en la vida que el sufrimiento ajeno, es una de la mayores satisfacciones que encontraran en la vida, créanme…-Me percate de que por un momento ninguno de los dos parecía escucharme, por lo tanto debía encargarme de que fuese todo lo contrario.
No me di a esperar suficiente tiempo para conocer lo que ocultaban en sus manos…
-¿Qué tienen ahí?- Cortante interrogue al mismo tiempo que me colocaba de pie para así avanzar a paso lento hasta sus ubicaciones.
Tan solo pregunte sus ojos se tornaron llorosos, a medida que avanzaba bajaban su faz sin dejar ver sus rostros los cuales se veían ocultos por sus lagrimas. Esa ves les perdonaría su llanto, ya que habían llorado suficiente en sus míseras vidas y aun no entendía como es que seguían guardando mas y mas lagrimas.
Ya enfrente de ellos, con todas sus fuerzas apretaban aquel misterioso objeto el cual saldría a la luz en muy poco tiempo. Lentamente mi paciencia y cordura fue desapareciendo, pues extendí mi mano en señal de que me entregaran aquello que me ocultaban.
No podía creer que desaprovechaban la primera oportunidad en la que yo me mostraba paciente, intentaba ir por buen rumbo, pero, me obligaban a ir por las malas…
-¡¡¿¿Qué tienen??!!
Goku/Turles- Nada…- Sabia perfectamente que mentían, por lo cual no me dejaron alternativa alguna.
Bruscamente los tome por el cuello de sus poleras haciendo que sus cuerpos se despegaran de los asientos, no me importaba si llegaba a herirlos ya que les di suficientes oportunidades para no llegar a esto. Los arroje fuertemente al suelo haciendo que sus cráneos golpearan en seco contra el suelo, haciendo que ellos largaran un gran quejido de dolor ante tal impacto.
Para su mala fortuna el misterioso objeto cayo a mis pies… Era un papel arrugado…
Tome aquel papel para así averiguar de una buena ves el porque me lo ocultaban, sin embargo cuando lo abrí, no podía creer lo que mis ojos apreciaban…
Ignore sus gritos desesperantes los cuales repetían sin cesar “No lo hagas” ¿Qué no haga que? Que no viera lo que me ocultaban. Ya era el colmo, me decían lo que debía y no debía hacer… Eso fue por completo inaceptable.
-Ustedes dos me sorprenden… Y decepcionan…- Me encamine en dirección a la chimenea en donde las feroces llamas se movían sin parar, en mis manos sostenía aquellos objetos que sin duda, me repugnaba… Eran fotografías de Gine…- Acaso no les quedo claro, ¡Ella no volvería a rondar por esta casa!!- Gritaban y suplicaban pidiendo que no haga lo que haría, pero lo que mas rabia me daba era la simple presencia de esa mujer plasmada en una estúpida fotografía.
Ya no me importaba nada en ese momento, me desharía de su presencia de la única manera que tenia a mano para así una de las reglas de esta casa siguiera cumpliéndose al pie de la letra, Gine no existe…
-Que les quede de lección a ambos, ella… No existe en esta casa y nunca mas volverá a existir… -Sin importarme las molestas suplicas de mis hijos arroje ambas fotografías a las llamas de la chimenea, haciendo que ambos papeles sean consumidos rápidamente. Cenizas fueron lo ultimo que quedaron, las cuales se dispersaron en aquella fogata sin dejar rastro alguno sobre la foto y esa mujer.
Tanto Goku como Turles corrieron con sus ultimas fuerzas en dirección a la fogata intentando encontrar la fotografía, las cenizas, lo que fuera… Al estar mas de dos minutos buscando con la mirada se percataron de que Gine desapareció para siempre y ese mísero papel quedaría como un vago recuerdo en sus mentes…
El llanto se presento, nuevamente, no hacían nada mas que cubrir sus rostros completamente rojos a causa del llanto. Goku no hacia nada mas que observar el fuego completamente tieso sin embargo Turles, en su rostro algo no andaba bien, observaba el mío casi retándome por lo que he hecho, solo que… Ya lo he hecho…
Turles- Te odio… Tu no eres mi padre… - Automáticamente se abalanzo contra mi intentando propinarme un golpe en forma de venganza, pero al ser mucho mas grande en tamaño y mente logre evitarlos uno a uno…
Goku- ¡Paren! Por favor… - Logre divisar como se acerco corriendo a nuestra posición intentando frenar nuestra pelea, aunque eran problemas entre Turles y yo, y no permitiría que un niño insolente la detenga.
-¡Tu no te metas!- Aun frenando los no tan débiles golpes de mi hijo, logre propinarle un fuerte golpe en todo su mentón mandándolo en dirección al respaldo de la silla que se hallaba tumbada en el suelo.
Para su muy mala suerte su cabeza cayo sobre el mismo respaldo en un golpe seco que nunca olvidaría…
Turles- ¡¡¡Kakarotto!!!
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La situación logro calmarse, nos relajamos, respiramos y meditamos…
Turles como “Buen” hermano se ofreció a ayudar a Kakarotto quien se hallaba temblando, tartamudeando, un inmenso dolor se hospedo en toda su cabeza el cual logro relajar con algo de hielo. No volvió a llorar, cosa que me extraño por completo aunque era mucho mas tranquilizante el no volver a escuchar sus lloriqueos.
Ambos se encontraban sentados en el suelo, Goku apoyaba su cabeza en el pecho de su hermano, quien acariciaba suavemente la zona afectada. La verdad no sabia si interferir o no… Pero, era la primera ves en mucho tiempo en que se abrazaban…
Me repugnaba…
-Suéltalo…- En una clara palabra le ordene.
Turles- ¿Qué…?
-¡Que lo sueltes!- Ya no tenia tantas ganas de continuar gritando, pues cada ves en que me hacían elevar mi tono de voz me sacaban de quicio.
Turles- Perdón…- Sin otra opción soltó aquel abrazo para luego concluir sus leves roces.
Goku- No pasa nada, estoy bien- En su rostro no se reflejaba ninguna clase de emoción, se escuchaba neutro al hablar. A la ves su mirada se clavaba en un punto fijo y no la despegaba durante un largo rato.
Dentro de mi nacieron dos hipótesis, la primera era algo obvia pero no había motivo para descartarla, el golpe que recibió con la silla le habrá afectado de alguna manera y la segunda, menos probable… Aprendió a comportarse, aunque un fuerte golpe en la cabeza genera trastornos en la mente.
-Lograron colmar mi paciencia y yo seré muy generoso esta ves…- Conduje una de mis manos a mi bolsillo buscando un pequeño e inofensivo objeto- Es hora de que vivan la verdadera vida…- Logre alcanzar aquel objeto para luego arrojárselos frente a sus posiciones, no eran nada mas ni nada menos que unas pulseras que contenían un pequeño símbolo con un significado oculto- Tomen lo que les pertenece y acepten sus vidas…
Algo confundidos y nerviosos observaban aquellas pulseras metálicas, ¿Acaso tanto les costaba colocárselas?
-Si ustedes se unen, sus vidas mejoraran- En el momento en el que di esas palabras compartieron miradas para luego asentir levemente- Acéptenlo…
Se colocaron las pulseras…
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Con el pasar de los años aquellos niños dulces, amables e inocentes desaparecieron por completo y fueron sustituidos por algo que ansié durante un largo tiempo. Turles termino por ser un muchacho cargoso y despiadado, de ves en cuando requería a la violencia en sus actos aunque no era algo conveniente invocar su lado malicioso ya que el era capas de cometer cualquier clase de acto sin arrepentirse.
Al ser alguien frio no logro controlar sus impulsos al iniciar la secundaria, en varias ocasiones debía estar presente en la dirección para tener una severa charla con el director de su institución el cual no paraba de recalcar que era una bestia, de ves en cuando acosaba a sus compañeras y en múltiples ocasiones generaba pleitos a la salida del colegio. Termino siendo expulsado de once colegios a causa de suspensiones, malos tratos y muy malas calificaciones.
Al llegar a su actual institución mostro un proceso de civilización y madurez, con tan solo trece años mantuvo un perfil bajo…
Sin embargo Kakarotto fue aun peor… Era extraño y misterioso, se mantenía algo reservado y poco demostrativo, con el pasar de los años tomo el titulo de un Maniático ¿Por qué? En sus escuelas no paro de atormentar psicológicamente a sus compañeros y muy pocas veces requería a la violencia. Normalmente portaba una navaja a donde quiera que iba para realizar su pasatiempo que para mi, era algo asqueroso pero si a el le gustaba y le hacia sentir feliz, no lo interrumpiría. En su escuela, plaza o en el patio se dedicaba a matar animales pequeños, como ratones, pájaros, hámster solo para satisfacer sus deseos mas oscuros, repitiendo varias veces “¿Qué se siente?”
Al iniciar en la secundaria, diversas veces fue descubierto por alumnos y alumnas al acabar con la vida de un indefenso animal y para evitar problemas, los amenazaba. Fui citado en muchas ocasiones todo lo que oía me satisfacía, lo escuchaban reír frenéticamente, amenazaba a todos con una navaja, mataba animales y en una ocasión, por poco genero un incendio en una clase de química. Sin embargo en una ocasión llego a herir a una autoridad del colegio, expulsándolo inmediatamente.
A pesar de mantener buenas calificaciones era alguien solitario, mantenía un perfil bajo… Sin embargo un día perdió la cordura en su nueva institución… Llegando a asesinar a dos alumnos…
Fue expulsado en catorce escuelas, en esas catorce llego a entablar una amistad manipulada, donde el amenazaba a un alumno o alumna de su clase a ser su amigo, si este se negaba lo mas probable era, herirlo físicamente. Cuando inicio en su actual institución, le pedí un gran favor el cual le seria difícil de realizar… Debía fingir ser alguien normal… Que guardara su maldad, su personalidad fría y despiadada debajo de una careta en la cual debía mostrarse como alguien gentil, bondadoso y sobre todo, normal en donde se interesara por el bien de sus pares, sea solidario y mantuviera un perfil ejemplar para aquel que lo conociera.
Ambos lograron entablar sus amistades, en las cuales no interferiría ya que esas amistades formaban parte de sus farsas, aunque Goku logro meterse en su papel perfectamente, Turles pareció encontrar amistades sinceras, lo cual era un verdadero problema...
De ahí nacieron esos jóvenes que todos conocen hoy en día…
~~~Fin de la narración de Bardock~~~
~~~Fin del Flash Back~~~
Bardock- El pasado es pasado, no volvió nunca y por nuestro bien, la verdad será mentira por siempre…
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Gine- El pasado es pasado, no volvió nunca y por nuestro bien, la verdad será mentira por siempre…
~~~En otro sitio~~~
13 Horas, 24 Minutos para la entrega de dinero.
La lluvia caía con intensidad, los refucilos se hacían presentes entre aquellas nubes oscuras, los truenos resonaban por doquier, alterando a aquellos que transitaban por las calles de la ciudad. A pesar de ser la típica rutina en la vida de una persona promedio, las cosas no se encontraban en orden en el respectivo hogar de la familia Saiyan.
Aquel cuarto se veía dominado por la penumbra oscuridad, un silencio mortal reinaba generando un ambiente tenso. A través de la ventana lograban entrar unos rayos de luz generados por la electricidad de los postes de la calle. En aquella cama individual yacía un joven pelinegro en un estado deplorable. Aun inconsciente, el sangrado que provenía de su muñeca fue frenado de alguna manera, pues una venda mojada en alcohol fue recubierta en aquella parte impidiendo la salida de aquel fluido.
Lentamente sus parpados comenzaron a abrirse pesadamente, su piel retomaba su color natural pues sin ningún apuro comenzó a reincorporarse. En el momento en que su vista se torno de una borrosa a una visible, logro divisar una figura humana observarlo a la par suya. Una persona de cabellos oscuros, algo alborotados, en su rostro se lograba divisar una expresión preocupada.
En el momento en que logro reconocer a aquella persona, sonrió aliviado para luego dejar salir una pequeña risilla, pues se sentía mucho mas que protegido al saber que fue el quien lo ayudo.
Vegeta- Goku…- El nombrado sonrió aliviado al ver que su amigo despertó luego de un largo rato.
Goku- Vegeta…-No se dio a esperar mucho mas tiempo para brindarle un tierno abrazo- Me tenias preocupado…- Susurro en el oído del pelinegro expresando aquel sentimiento que lo domino por completo.
Se separaron de aquel tierno abrazo en donde compartieron unas sonrisas que expresaban mucho mas. Lentamente el mas grande retomo su posición para estar de pie, dio unos pasos hacia su costado dejando ver algo que sin duda, dejo perplejo al menor, mas bien… Alguien…
En el marco de la puerta se encontraba una persona con los brazos cruzados manteniendo un semblante inexpresivo. Este sujeto no paro de observar aquella escena algo molesto por motivos personales. Lentamente fue ingresando al cuarto, encendió la luz y dejo ver su rostro, haciendo palidecer por completo al menor.
Vegeta- Tu no…
Continuara…