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Destination [L.A] por MhmPanda

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Notas del capitulo:

Vengo con esto recién salido del horno ahr

¿Saben que no sé como es que continuo con estos side storys? Es increíble, real. 

Espero poder continuar Sweet First Adventure también HAHA.

Cameo no tan cameo bastante especial e importante de Brian Kang de los bebés de DAY6.

¿Pensaron que este iba a ser el último? [risa pervertida]

Lean y faltas y todo ese rollo, cortesía mía <3

*Lemon fofo, avisadas quedan¿

**Referencias a AHL ahr

—¿Tan bien nos ha ido?

Jokwon asintió buscando y tecleando en su laptop. —La ayuda del público y el internet, lo ha hecho posible ¿no es genial, mis niños?

Al mismo tiempo, la laptop mostraba un vídeo pausado. Para orgullo de todos, era el stage que hicieron en Japón algunos meses —dos meses, se recuerda Namjoon; dos meses y tres días.

—The Red Bullet ha estado ganando ofertas, tanto nacional como internacional. Pero no han dado mucho detalle y así, yo no puedo.

Hawwah asintió. Les recordó cuando los caza talentos del bar los encontraron y les ofrecieron el trabajo; fue raro.

—Sin embargo—; todos miraron expectantes, más que nada por la sonrisita del Jefe. —Hay una oferta a medias que me ha llamado la atención- es en EE.UU así que háganse una idea de lo interesante que puede ser si acepto...

Jungkook ya se proyectaba; en plan, conocer a esos raperos que Namjoon y Yoongi les mencionaba o algo más su estilo aka los rockstars. Tenían que tener ese show, sí o sí.

—¿Va a viajar allá?— se atrevió a preguntar Jimin. Jokwon realmente quería responderle pero le daba el ataque de sordomudo cuando veía a Yoongi hacer alguna acción en respuesta; como cerrarle el pico con un beso.

Suspiró e hizo muecas por un largo y eterno minuto. —Nah, soy nulo en el inglés pero el chico aquí presente— dijo señalando a Namjoon —es un jodido tipo de dios del inglés.

—O sea que hyung irá a EE.UU ¿no?

—Así es, querido Kookie.

Todos le miraron asombrado y comenzaban a felicitarle de antemano. Obviamente, Namjoon estaba feliz y aceptaría.

—Pero no irá solo a hablar con ellos. Un traductor irá con él, más que nada por unos documentos que deben de ser traducidos en la reunión- tipo recomendaciones de parte de la gente de Kiwi.

Y la cosa se empezó a poner rara. Taehyung mordió sus labios y lengua tratando de no reír. Jungkook quería decir lo que pensaba en voz alta porque, claro, algo había en la sonrisita del Jefe Jo.

Jungkook se movió un par de pasos, llegando al medio de Hoseok y Taehyung.

—Esto me huele a apuesta...

Por suerte, Namjoon no escuchó.

—Suena bien para mí- acepto.

—Entonces, ve preparando tus cosas, el boleto llegará mañana así que probablemente te vayas pasado mañana.

—Sí.

Con una reverencia, todos se fueron de la oficina del Jefe Jo. Se quedó esperando diez minutos y llamó a Seulong. Unos susurros al oído del mastodonte y ya estaba camino a la puerta.

—¡Jeon Jungkook y Kim Taehyung!

Jokwon miró como el pelinegro y el castaño claro entraban con miradas desafiantes y divertidas. Se sentaron frente al escritorio del jefe y Jungkook fue el primero en hablar.

—¿Cuanto apuestas y a qué le apuestas?

—Respeto mocoso, sigo siendo el jefe

—Estamos hablando de una apuesta importante, más de la que fue Yoongi y Jimin— dijo Taehyung mirando con seriedad a su querido jefe. Jungkook asintió a todo lo dicho.

—Yoongi ya comía la boca de Park desde que se conocieron en cambio Jin y nuestro líder sólo se hablaron una semana ¡Es peligroso!— secundó con exageración Jungkook. Jokwon le alzó la ceja y bufando, tecleó en su laptop y giró el aparato con un correo abierto, a la vista de los dos muchachitos.

—Como si no lo supiera, duh. El hecho es que me contacté con Seokjin días antes a nivel no-profesional y él personalmente me dijo que había sentido la química en una jodida semana ¿crees que es peligroso?

Y para sorpresa de ambos, el correo así lo decía.

"Sr. Jo:

Es una sorpresa que haya querido contactarme de forma personal y no sobre asuntos de trabajo como el de hace dos meses. De hecho, creí que había algo mal pero leyendo su correo, creo que debería sincerar mi corazón con alguien y usted me da esa confianza. Aún así ¿no es raro que básicamente mi jefe me haya preguntado eso? Lo sé... 
En fin, sí. Namjoon es alguien atractivo y  es increíble la forma en la que congeniamos fuese tan rápida y única... Ya que me lo preguntó también, no estaría mal verme con él otra vez ¿verdad?

Si no tiene más preguntas o si quiere contactarme otra vez, no dude en hacerlo.

Kim Seokjin."

—Esto es increíble...

Taehyung suspiró y miró directamente a los ojos a Jokwon. —Que tienes en mente, JoJo.

—Ya le envié el boleto ayer a Jin y estará esperando, para sorpresa de Namjoon, pasado mañana en el aeropuerto de L.A- ¡Ah! Jungkook, irás con ellos—; para sorpresa de ambos, Seulong llegó con un boleto de avión y se lo entregó a Jungkook.

—¿Qué...?

De alguna forma, incluso si era para ser el pequeño espía de su jefe, le estaba agradecido como nunca. El sueño de Jeon Jungkook estaba cumpliéndose por casualidad.

—Serás un tipo de invitado adicional, aunque ya te haces una idea del porqué...











 

 





 

—¡Chicos!

La manada vino con una sonrisa en el rostro y con gritos y ánimos y una maleta adicional. Eso le extrañó.

—¿Estás listo para el viaje?— preguntó Hoseok apretando el hombro del peligris con cariño.

—Claro que estoy listo pero ¿la maleta?

—¡Hyung~!

Jungkook salió del fondo del grupo, la maleta siendo arrastrada por él y de colgó del brazo de Namjoon. —¿Kook?

—Iré contigo por propósitos secretos de parte de Jokwon-nim ¿no hay problema?

Y ninguno hubo. El viaje se la pasó durmiendo y texteando con alguien en el móvil, nada que lo molestase.

La noche en el avión fue demasiada quieta. Era tétrico. Sin embargo, ya estaban en el aeropuerto de L.A.

—JoJo dijo que el traductor estaría esperando, uh- quiero pasear antes de la reunión~

Caminaron con las maletas arrastrándose, cansados pero con todo el ánimo de pisar suelos americanos.

El lugar donde suelen esperar por la llegada de pasajeros estaba a la vista. Namjoon miró con atención cada cartel. —La reunión es mañana, podremos ir a pasear con el traductor esta tarde y- espera ¿es Jin?—; detuvo su caminar y es que la misma cabellera castaña estaba ahí y ¿le estaba mirando?, ¿les saludó a la distancia?

¿A él?

—¡Jin hyung!

Antes de que pudiese reaccionar, ya Jungkook empezó a correr en dirección a los brazos abiertos del castaño mayor. Namjoon caminó a paso apresurado tratando de alcanzarlo.

El abrazo entre el pelinegro y el castaño se rompió y Seokjin se enrojeció al ver la sonrisa de Namjoon. —Ha sido un largo tiempo ¿no, Namjoonie?

—Si... dos meses.

Ambos se enfundaron en un cálido abrazo donde la cara de Jin terminó por esconderse en el cuello cálido de Namjoon. Jungkook comenzó con su jugada.

—Ya besénse, no se han visto en meses y no vine a sujetarles las velas si no oficializan...

Realizando las palabras del menor, se separaron con rapidez y balbucean palabras sin sentido. Jungkook sonrió satisfecho al ver las mejillas sonrojadas de ambos.

—Volviendo al tema ¿por que eres de nuevo nuestro intérprete? Jokwon-nim debe estar realmente complacido con tu desempeño.

Las maletas fueron tomadas y comenzaron a caminar hasta los estacionamientos. Una van estaba ahí y Seokjin ayudó a poner el equipaje en el carro. Se subieron y alguna canción de 5SOS comenzó a sonar apenas la radio del vehículo se prendió.

—Ya que aparte de ser intérprete hago servicio comunitario y solidario, la oportunidad me llevó a que fuera en el mismo lugar al que ustedes están. Jokwon sabía mi agenda o algo así y me contactó para- eh, eso es aparte; sí.

Namjoon le miró entretenido y Jungkook quería hablar sobre ello de una vez por todas, pero la apuesta se vería afectada.

Namjoon era un apostador más ¿cómo no se da cuenta de que él es sujeto en prueba?

—Eso es un nuevo lado que conozco de ti, Seokjin.

Las mejillas del intérprete se calentaron una vez más con la voz de Namjoon; gracias al cielo, no se manchó su cara de rosa.

—Si no hubiese sido intérprete hubiese pasado mi vida haciendo esto- es hermoso ¿sabes?

—¿Te parece si te acompañamos? Quiero verte en otra faceta, hyung— dijo Jungkook con real interés.

—Hoy descansen, mañana es la reunión. Uhm... Creo que pasado mañana pueden acompañarme y ¿traen dinero? 













 

 

 

Jungkook dormía a cuerpo tendido. La noche había llegado hace unas horas, donde cenaron rápidamente y hablaron acerca de como estaban los demás.

Jin se había sorprendido momentáneamente cuando el menor le contó sobre que la presentación en Japón era parte de un plan-apuesta que tenían para Yoongi y Jimin. Está contento por ellos y se imagina acostado en su cama del hotel si algo similar hubiese pasado con Namjoon. 

 

Y frunció el ceño. No debería estar imaginando cosas que no pasarían con el bailarín. Además, venía a un tema de negocios, netamente de eso. 

Se recuesta de lado, con la mirada dando a la cama a su izquierda. Namjoon durmiendo tan tranquilo y él sin poder pegar el ojo porque el menor estaba en su radio de vista; que adolescente hormonal estaba siendo a estas horas.

Cerró sus ojos, con pesar. Nunca había dormido de forma tan tensa pero se le hizo demasiada corta la noche porque ya a los minutos —según él—, Jungkook le movía del hombro.

—Hyung, despierta. Es hora...

Despejó sus ojos y le sonrió agradecido; al instante su mirada fue directa a su izquierda y vio al peligris arreglando su camisa de las minúsculas arrugas. Y se levantó.

Apenas cerró la llave del agua, salió del baño y caminó hacia el ocupado Namjoon; se le hacía adorable que el muchacho siguiese arreglando su camisa. Jungkook pasó a su lado y se giró al paso de los segundos. 

Sonrió con el cepillo de dientes en su boca.

—No sé que te arreglas tanto, ya estás guapo así—; Seokjin pasaba sus manos viendo rápidamente el torso cubierto por la tela negra y delgada de Namjoon. Alisaba con fervor las pequeñas grietas y en un movimiento quedó frente al más alto.

Namjoon miró los ojos aún soñolientos de su hyung fijos e inspeccionando todos los lados de su camisa. Era atrayente y hacía que un agradable calor en su pecho se expandiese lentamente. Los ojos del mayor llegaron a su cuello y su labio inferior salió. —¿Por qué no dejamos dos botones abiertos, uhm?

Las manos tan únicas del castaño llegaron al cuello de la camisa oscura y abrió un segundo botón. Namjoon juraría haber sentido escalofríos cuando las yemas de esas manos tocaron parte de su piel.

 —¿M-mejor?— preguntó el menor con voz ahogada. Jin le miró y asintió.

—Oh, tienes lindas clavículas- deberías mostrarlas más en tus presentaciones...

—Sí así te gusto más- ¡Digo! S-sí así le gusto más al público pues, eh- sí, c-claro...

—Para cuando la boda ¿eh?

Ambos miraron la sonrisa traviesa que Jungkook tenía, ahora sin rastros de sueño y sin la boca llena de pasta dental. Estaba abotonando los últimos botones de la camisa blanca. 

—¿De qué hablas?

—Vamos, dije que no sería el sujeta-velas si ustedes no están juntos ¿no, Jin hyung?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Y estaríamos muy felices de saber que aquellos talentos coreanos sean participes de los shows famosos, extravagantes y de calidad que ustedes, como organización, ofrecen en cada uno de sus eventos y nosotros tuvimos la oportunidad de conocer y ofrecer en nuestro país. Sin más que detallar, les mando un saludo de despidida. Kiwi company. —; Namjoon terminaba con una sonrisa de traducir en un perfecto inglés las últimas palabras en coreano que Seokjin recitaba. 

La organizadora asentía pensativos y anotando las referencias que la carta del bar japonés detallaba. Se levantaron con rostros tranquilos de sus costosos asientos.  —Iremos a opinar todos los detalles que nos han entregado, no tardaremos; pueden pedir lo que quieran a la secretaria, con su permiso...—; los tres extranjeros asintieron a las palabras del cabecilla del circulo organizador. 

Cuando la puerta se cerró con suavidad, los tres soltaron un suspiro que no sabían de donde lo tenían escondido. Jungkook se levantó y caminó hasta los contenedores de agua y sirvió tres vasos.

 —Que tenso todo pero no hay duda de que a JoJo le ofrecerán la propuesta completa— dijo el pelinegro dejando los vasos a disponibilidad de sus mayores. Jin tomó el vaso y bebió todo el contenido de un solo sorbo. 

—Necesito un trago fuerte luego de esto.

—Pero mañana tienes las actividades de servicio comunitario ¿no?

Namjoon asintió a la pregunta de Jungkook y esperaron alguna respuesta del dueño de aquel tenso rostro. Con gracia, Seokjin se sorprende y golpea su frente. —Lo olvidé- oh, podemos ir mañana los tres ¿sigue en pie la propuesta o?

—¡Claro! Te acompañaremos a donde vayas—; Jin se sonrojó ante la notable emoción de Namjoon. No estaba soportando mucho esas acciones tan minúsculas en él. 

Los minutos pasaron entre bromas que el menor de los tres lanzaba para hacer menos duradera la espera. Iban por el décimo primer vaso de agua cuando la puerta se abrió rápidamente. Saltaron de su asiento y la sonrisa del cabecilla de la organizadora les llegó como un rayito de esperanza.

—Lamento la demora pero les traigo buenas noticias. ¡Felicidades! En unos días contactaremos al señor Jo y le daremos la oferta completa; suerte para ese entonces, muchachos.

Jungkook hizo un reverencia de noventa grados perfectos y los mayores le siguieron de inmediato. El señor sonrió satisfecho del entusiasmo demostrado en aquellos jóvenes extranjeros. 

Y luego de apretones de manos con toda la directiva, llegar al hotel y cambiar las ropas formales por más cómodas, Seokjin invitó comer en un puesto de hotdogs cercano mientras paseaban. 

—Jungkook, come despacio

—Si, mamá...

Namjoon se rió con ganas. La cara de regañado del pelinegro seguía en movimiento mientras masticaba el hotdog. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Hyung.

Seokjin abrió los ojos y la oscuridad le golpeó. Encendió la lamparilla de su mueble y vio la sonrisa de Jungkook frente a él. Rápidamente le dio un espacio y le cubrió con las mantas de su cama. —¿Ocurre algo? ¿No puedes dormir?

Jungkook negó y se acostó mirando la cara confundida del mayor.  —Más bien es una duda que me come la cabeza durante mucho tiempo...

 —Adelante, dime.

 —¿Seguro que no te gusta Namjoon?

¿Cómo se hablaba? La garganta de Jin se cerró por unos momentos y quedó boqueando sin habla mientras Jungkook asentía en silencio. —Me lo suponía...

—¿Suponer qué? Estás hablando incoherencias, seguro-

—No, hyung y créeme que no eres el único.

—Detente ahí, niño ¿Por qué repentinamente estamos hablando del hombre que está en la cama de la izquierda?

—Porqué a ese hombre también le gustas.

Y todo se quedó en silencio. Seokjin esquivó su mirada de Jungkook y observó a Namjoon. Dormía tranquilo y los suspiros quietos que soltaba eran pruebas claras de ello. Mordió su labio y volvió a mirar al niño frente a él. Vamos, ni siquiera cumplía la mayoría de edad y ya sentía que le estaba dando una lección bastante madura sobre qué es el amor.

—Sé que es tu tipo ideal, se nota en tus ojos.

—¿Y qué hay de ti, jovencito? ¿No tienes un tipo ideal o qué?— contraatacó Seokjin con la ceja alzada. Jungkook pensó por unos segundos y terminó por asentir. Jin le señaló que hablara luego si es que quería que valiese la pena despertarlo tan tarde. 

—Quizás no lo creas pero que alguien toque un instrumento es genial ¿sabes? pero que rapeen y compartan esas enseñanzas que Yoongi y Namjoon me han inculcado sobre el HipHop, que le guste o esas cosas son atrayentes también...

—Hablas bastante apasionado para ser alguien a quien no encuentras aún...

—Es solo que, bueno, me atrae eso...

—Ya que me confiesas todo esto, entonces creo que debo ser sincero también.

Las mejillas de Jin se calentaron repentinamente y Jungkook supo que la hora de la verdad había llegado. —Puedes confiar en mí, hyung...—; la apuesta iba a ser ganada en muy poco tiempo. 

—Creo que- creo que me gusta Namjoon. No, es un hecho. Me gusta Namjoon.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—¿Tienen dinero?

Iban caminando por alguna calle de un barrio que no daba buena espina. Seokjin iba al frente de ellos y veían a lo lejos un grupo de personas en una esquina. 

—Sí ¿Qué haremos con ello? 

—Recuerdo que preguntaste lo mismo en el aeropuerto ¿Para qué, hyung?

Seokjin alzó la mano y saludó al grupo que estaba ahí esperando. Ahora que veían con atención, eran solo cinco personas. —Tendrán que comprar hamburguesas. Bienvenidos a los barrios bajos...

Uno de ellos, un rubio de ojos demasiado rasgados —algo que le gustó a Jungkook, si puede decirse—, llegó y saludó con un abrazo al castaño. 

—¿Llevan mucho esperando?

—En realidad no pero mejor dime quienes son tus amigos ¿no?

La mirada filosa del recién llegado dio de lleno a la curiosa de Jungkook y temió por su estabilidad en las piernas. ¿Qué está pasando?, pensó Jungkook.

—Ah, claro. Namjoon y Jungkook, él es Brian. Brian, Jungkook y Namjoon.

—Un gusto—; Jungkook se quedó atrás mirando con detalle a Brian y es que algo tenía pero ¿Qué?

Seokjin sonrió contento cuando finalmente Jungkook se animó a entrelazar su mano con la del rubio en un saludo. Y entonces recordó algo de la noche anterior.

"Que alguien toque un instrumento es genial ¿sabes?"

Miró más allá de los chicos y se aseguró de ver el alrededor y se mordió el labio. Uno de los chicos que estaba esperando en el grupo estaba resguardando la guitarra de Brian. 

Algo importante a recalcar.

—¿Ya compraron la comida o no?

—A eso íbamos con los chicos, ve a entretener con la guitarra mientras—; Brian asintió mientras le dedicaba una sonrisa a todos, especialmente al menor de los tres. Eso estaba empezando a ser escalofriante, pensó Seokjin.

—Espero tengan muchos billetes, tenemos un barrio que alimentar...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Fue genial verte en ese plan noble.

—No fue para tanto- de paso, gracias por gastar tu dinero en las hamburguesas...

Namjoon negó con una sonrisa, marcando esos hoyuelos tan bonitos según Jin. Ambos le dieron una mirada a Jungkook, que estaba ya desparramado por toda su cama a la derecha del castaño y texteando otra vez en su celular. 

Había sido un día agotador pero valioso. Entre historias, canciones cortesía del rubio de ojos rasgados, risas y comida, pasó la tarde. Valió la pena, pensó Namjoon.

—¿Pedimos servicio a la habitación o solo nos ponemos a dormir?

—Disfrutemos por última vez la comida de un hotel antes de regresar...

—Yo llamo—; Jin miró al peligris caminar hacia el teléfono que estaba a unos pasos del cuarto. Y luego sintió la mirada de alguien.

Jungkook no la apartó y le sonrió. Pero algo extraño estaba pasando. 

—¡Namjoon hyung!

El chico se giró con el teléfono en el hombro y preguntando el qué se le ofrecía. —¡Pide vino o champagne! ¡Lo que sea! 

—¿Eh? ¿De que hablas, Jeon?

—Saldré esta noche, será entretenido supongo y ustedes pasarán la noche tranquilos ¿sí?

—¿Salir? ¿Con quién? Apenas saber comunicarte y quieres sal-

—Tranquilo, Hyung. Ese Brian vendrá a recogerme y me ayudará; es buen chico y habla inglés ¿saben?

Namjoon suspiró y su mirada le preguntó a Jin si estaba bien.  —Supongo que no vendría mal...

—Entonces, más lo que pedí, una botella de vino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Es muy tarde y Jungkook aún no llega, ah...

La televisión encendida, alguna canción que pasaban por MTV era el fondo de la habitación. Namjoon asintió flojo y luego rió. —Suena como su madre...

—Me siento su mamá pero, nah; no es un problema, podría hasta acostumbrarme.

La copa casi vacía de Seokjin se fue a sus labios y bebió el resto con lentitud. Su espalda chocó suave contra el respaldo de la cama y cerró sus ojos.

Namjoon le miraba con simpleza, apreciando los párpados del mayor con parsimonia. La duda le llegó al pecho con fuerza. 

—Jin ¿cómo es que terminaste otra vez con nosotros, aquí?

Sus ojos se abrieron. Recordó estar revisando algunos asuntos para otros trabajos en su correo y de la nada, un correo de parte de Jokwon le había llegado. Pensó en ese momento que era para contratarlo una vez más pero su sorpresa llegó al leer el contenido.

Recordó pensar también que quizá era para alguien más pero, no, su nombre estaba ahí. El calor volvió a su rostro.

—Hey, estás sonrojado.

Despertó de los recuerdos y miró con la respiración acelerada el rostro de Namjoon. 

—¿P-por qué estás tan cerca?

—Es que se me hizo bonito verte sonrojado...

Ahí iba de nuevo. Negó y se terminó por deslizar entre las sábanas. —¿Qué preguntaste?

—El porqué estás con nosotros aquí, conmigo; quien te llamó.

—Ah, e-eso...

¿Y si quizá era el momento de decir la verdad? Comenzó a maquinar las posibilidades. Más que nada pensó en Jungkook. ¿Y si era plan de Jokwon? No olvidaba la apuesta de los chicos sobre Yoongi y Jimin, sabe que Namjoon también estaba en eso. 

Pero Jungkook también le aseguró que los sentimientos de Namjoon eran sinceros. ¿Y si dejaba de pensar y dejaba que las cosas fluyesen? 

—Es algo sencillo...

—Soy todo oídos.

Miró con precaución a Namjoon. Estaba mirándole de vuelta, con la copa aún llena de vino en sus manos, jugueteando de aquí hacia allá. 

—Un día Jokwon me envió un correo. Pensé que era para trabajar pero era para algo más... personal. En fin, cuando le respondí finalmente, a los días me ofreció acompañarlos a esto y no me negué. Era una razón importante que complementaba el motivo personal.

—¿El servicio comunitario? ¿Eso era?

—No...

Suspiró y se preparó para decir la verdad. Se dio vuelta y le dio la espalda al peligris. A los segundos sintió el peso extra aún más a un costado y palabras de Namjoon pidiendo que continuara. 

—Ese día que Jo me envió el correo, me preguntó una cosa. Pensé que había algo malo pero en realidad lo preguntó y a mí. Supongo que me dio la libertad de decirle la verdad. Yo... 

—¿Tú...? 

—Se basó en los que tus chicos le contaron una vez regresaron a Corea, más que nada en lo dicho por Suga. Me preguntó si me sentía atraído por ti y que se lo dijese con total calma y confianza- dios, uh...

No pudo seguir hablando. Los latidos de su corazón estaban bombardeando sus oídos y eso era mucha presión para él. Cerró sus ojos buscando la calma y manos ajenas acariciaron con lentitud sus hombros tensos. —¿Algo más que deba saber?

—Supongo Jungkook se fue por lo mismo. Dijo que tu me correspondías y-

—Suficiente.

De alguna forma, Seokjin terminó siendo despojado de las sabanas y recibiendo el calor de la mirada y cuerpo del menor. —¿N-Namjoon?

—Esperé dos meses para esto, créeme...

Sus ojos se cerraron. Los labios gruesos de Namjoon tocaron los suyos y suspiró al instante. Fue suave, cálido; con ternura. El sabor del vino estaba llegando a su lengua cuando le dio permiso a Namjoon para dejar el gusto del brebaje en su boca. 

Sonrió y sus dedos toquetearon el cuello y nuca del menor. Namjoon bajó sus manos hasta el final de la camiseta y la subió hasta lograr sacarla del mayor. Se miraron y sin tiempo responder o decir algo siquiera, Namjoon lo recostó y comenzó a repartir besos alrededor de su cuello y clavículas. 

Las manos del menor pronto comenzaron su recorrido, acariciando con suavidad los costados de Seokjin; suspiros varios salieron de su boca. El calor le recorría el cuerpo y ambos pares de manos salieron a batallar con sus pantalones y ademases. Rieron quietos cuando Namjoon lanzó la ropa por algún lado. 

Era bastante típico que se rieran en estas situaciones, recordó Namjoon. En especial cuando se conocieron y hablaron por horas. 

Los besos continuaron su recorrido y Jin gimió por primera vez esa noche con la humedad y calor que proporcionaba la boca de Namjoon en él. Sus dedos se torcieron en el momento y su garganta dejaba salir esos sonidos provocativos para el menor.

El tiempo pasó o eso creyó Seokjin y sostenía con su mano la ajena de Namjoon; tres de sus dedos siendo humedecidos por su lengua para el momento que se aproximaba. 

—Aunque duela, no te detengas ¿me escuchaste?

El peligris rió y asintió. El castaño respiró hondo y detuvo el aire en sus pulmones para sobrellevar la sensación de los dedos ajenos dentro suyo. Fue soportable, agradable y tierno, pensó Jin.

—Bésame...

Sus lenguas se tocaron y al parecer, todo estaba bien; Seokjin gemía entre beso y beso, disfrutando como los dedos del menor hacían su trabajo en su entrada. Todo iba bien.

Las falanges salieron de él y cerró los ojos porque, vaya, ¿Namjoon estaba bien con eso? ¿Ya iba a entra en él?  —Todo bien ¿no?

—Me tienes mal, esa es la verdad así que no te preocupes ¿sí?

—Okay... estoy listo.

Se dirigieron una mirada y cerró sus ojos. Iba a suceder. —A-ahg... 

Sus brazos fueron al cuello de Namjoon, su rostro escondido en sus hombros. Se quejó cada segundo en que el peligris se adentraba a él y, diablos; no es como si fuera virgen ¿Qué estaba pasando?

—Eres espectacular...

—Cállate- ¡Ah!

Sus muslos fueron acariciados por las manos cálidas y sus piernas se aferraron sin tardanza al cuerpo moreno. Veía borroso pero le encantaba la vista de los músculos contraerse al hacer fuerza para afirmarse del cabezal de la cama. 

Y no cambiaron nunca de lugar. Namjoon sentía que debía ser cuidadoso en ese momento, aunque se hacía una idea de que el mayor no era santo en ese sentido pero ¿Qué importaba?

Seokjin estaba bajo él, haciendo esos gestos y muecas bonitas y dando al aire y oídos esos gemidos pecaminosos. Más aún cuando tocó ese nervio descontrolante en él. Los cánticos subieron de volumen y los dedos de Jin iban encorvándose en su piel. 

—E-estoy cerca- ah, muy cerca ¡Dios!

Y era increíble como el cuerpo humano actuaba. Namjoon siguió propinando embestidas y se deleitó con las contracciones que tenía el cuerpo del castaño. Su miembro, glorioso dejando brotar las líneas blancas y finas sobre su abdomen. Él mismo terminó enloqueciendo de alguna manera y entre penetraciones descoordinadas terminó en el interior del castaño.

Sus pechos subieron y bajaron; los brazos de Namjoon se dejaron caer y sin hacer daño, apretó el cuerpo sudoroso de Jin contra él en un abrazo. 

—Me gustas, Seokjin.

—Me gustas, Namjoon.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Diablos ¿Qué tienen contra los hoteles? Huele a sexo, por Dios ¡levántense!

Namjoon abrió los ojos y vio a Jungkook con el teléfono en mano y cogiendo las maletas para aproximarlas a la cama en la que estaba. Entonces miró a su lado. Jin restregó sus ojos y frunció el ceño.  —¿Ya nos vamos?

—¡Claro, hyung! El vuelo es en dos horas, muevan sus traseros ¡Ya!

Y salió del cuarto. Y ahí estaba el rubio de ojos demasiado rasgados. Jungkook le sonrió. —¿Ganaste esa apuesta, verdad? 

—No es como que haya participado en ella pero sí, digamos que soy el ganador.

Entre arreglar un poco el cuarto, bañarse y vestirse, se demoraron su preciada hora y medía. Era un asco el cuarto, supuso Jungkook. 

—¡Oh! Brian ¿Qué haces aquí?

—Vine a dejar al señorito aquí pero les doy una mano y los dejo en el aeropuerto ¿suena bien?

Jin asintió y caminó con Namjoon a su siga y las maletas. Jungkook siguió texteando en el celular. Brian siguió mirando por el retrovisor al pelinegro mientras los llevaba al aeropuerto.

Y finalmente llegaron a él. Invitaron una hamburguesa a Brian y pasaron el resto de lo que quedaba antes del vuelo hablando sobre la salida de él y Jungkook.

—Y así no hubo problemas con el chiquillo; todo fue seguro conmigo.

—Tampoco te idolatres, guapo. Sólo fuiste de ayuda con tu inglés.

—Ignoren eso, está loco.

Los cuatro rieron hasta que el aviso de su vuelo salió por el altoparlante. Seokjin miró a los chicos con un puchero que Namjoon se encargó de quitar juguetón con sus labios y, oh, sí que ganó esa apuesta, se dijo Jungkook. 

—Entonces es hora de que se vayan ¿volverán aquí?

—Por supuesto. De vez en cuando y quizás con el resto del grupo de estos dos— dijo Seokjin con una sonrisa.

—Entonces vayan con cuidado ¡Suerte!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Duerme mientras, será largo el viaje.

Seokjin asintió y se acomodó en su asiento, cerrando sus ojos al instante. Estaba cansado y Namjoon lo comprendía. Se aseguró de que el castaño llevase su cinturón puesto y esas cosas netamente de seguridad en un avión y solo entonces, pudo relajar su cuerpo y cerrar sus ojos. Sus manos iban entrelazadas.

Jungkook seguía pegado a su celular al lado de ellos y con una sonrisa. Gesto que se flaqueó un poco cuando un mensaje de Brian llegó. Tuvo que dejar la conversación con Jokwon-nim por un momento y se apresuró a ver el mensaje.

—Vaya idiota...

"Hey, bonito: ¿Entonces volverás? Estaré esperando con ansías. No olvides que te debo una canción y un beso ¿eh? Ahora que recuerdo, quizá vaya a Tailandia en unos meses y me quede allá por un tiempo ¿suena bien para ti? Anyways, te espero. ¡Llámame!"

Notas finales:

Hasta la próxima y que tengan un bonito día¿

los rw sirven de motivación, sépanlo <3


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