Capítulo 6
El amor es siempre escurridizo. ¿Cuántas veces me he enamorado a la fecha? Jamás duraron. Sin importar cuánto ame a la otra persona, después de diez años, cuando mi apariencia no cambia, empiezan a surgir preguntas. Sus parejas también tenían múltiples sospechas ya que solo podía visitarles de noche. Terminar una relación siempre era difícil. Cada vez su corazón se rompía, sentía que si la tristeza lo derrotaría. Sin embargo, el dolor era pronto olvidado y la búsqueda por un nuevo amor iniciaba rápidamente. Sasuke tomaba esto como una señal de que aún no había conocido a su verdadero amor.
Si tan solo pudiera encontrar ese amor, quizás su espíritu sin rumbo podía encontrar por fin un hogar.
Alternaba sus casas entre Inglaterra y Japón, mudándose cada veinticinco años. Esto era para evitar preguntas extrañas si por casualidad se encontraba con algún conocido. Pero Sasuke se sentía enfermo y cansado de su estilo de vida. Añoraba el poder decirle a alguien la verdad. ¿Qué pensaría Naruto? ¿Escogería quedarse con un hombre que jamás envejecería? Era un joven extraño. Quizás, Sasuke pensó, la reacción de Naruto sea distinta a aquella de los hombres comunes que había conocido hasta la fecha.
Caminando ligeramente y con una gran anticipación se dirigió hacia la sala. Era casi el final del otoño y el sol se ocultaba antes. El mayordomo ya había abierto las cortinas y la hermosa vista nocturna llenaba la habitación.
—Naruto…
El hombre al cual Sasuke consideraba hermoso se encontraba dormido sobre un sofá, el libro que se había encontrado leyendo abierto sobre su estómago, el cual se movía hacia arriba y abajo con suavidad.
—Si tan solo tuviera el poder de detener el tiempo para ti también… bueno, es una lástima que no tenga los poderes que las leyendas asocian con los vampiros. —Sasuke se dijo tristemente a sí mismo mientras tomaba la mano que había sido herida la noche anterior.
Los ojos de Naruto se abrieron y le vio con sorpresa en su mirada. El libro salió volando, era un libro titulado r13;La verdad acerca del Folklore.
—Lamento el haberte hecho esperar. Debo dormir más que la mayoría de personas para mantener mi salud. — Sasuke tomó la mano de Naruto y la besó como si se tratase de la mano de una dama.
—Lo…lo lamento, pero solo iba a despedirme e irme a casa.
—¿Irte a casa? Pero prometí llevarte a la casa de tu amigo. ¿Deberíamos cenar antes de irnos?
—No, si se hace más tarde, yo…—Naruto se puso inmediatamente de pie y arregló su ropa. Estaba sonrojado hasta la punta de sus orejas y Sasuke comprendió que el haber tomado su mano lo avergonzaba de alguna manera.
—Si me quedo aquí durante más tiempo, solo causaré más problemas.
—¿Hay alguna razón que no sea conveniente para ti que evite que pases la noche aquí? Iruka-san tiene un dojo, ¿correcto? Así que será grosero que vayamos allá tan tarde. — Sasuke no mostraba intenciones de soltar la mano de Naruto, mucho menos dejarle ir. No solo eso, en algún punto, había acortado la distancia entre ellos y se encontraba parado muy cerca de Naruto.
Naruto vio a Sasuke con un gesto de suma preocupación.
Sasuke fue incapaz de controlarse, se encontraba en un delirio, después de un buen día de sueño estaba listo para atacar a Naruto nuevamente.
Después de inhalar, Naruto comenzó a hablar en una voz baja: —No sé si creerás esto, pero cuando la luna sale, mis emociones se vuelven incontrolables. Creo que mis acciones reprochables de ayer fueron a causa de ello.
—No quiero escuchar esas cosas, estás diciendo que los efectos de la luna fueron más poderosos que mis encantos. Aun cuando sea mentira, por favor dime que fuiste conquistado por mí.
—Bueno, esa parte es cierta, pero…
—Así que a menos que la luna no haya salido, ¿eres todo un atento caballero?.
—Este es el verdadero yo—. El aire de un intelectual lo envolvía, su expresión era completamente opuesta a aquella salvaje que había mostrado ayer. —Me gustaría llegar a la casa de Iruka, antes de que la luna se eleve. Necesito hablar con él mientras aun pueda razonar. Cometí un grave error ayer y te agradezco la ayuda.
Sasuke asintió con la cabeza, pero aun así no tenía intenciones de dejar partir al rubio. —Si ese es el caso, lo entiendo. Dejaremos la cena para después. Conozco donde se encuentra el dojo, pero quería tenerte para mí solo. —Sasuke rió tímidamente y comenzó a caminar, aun sosteniendo la mano de Naruto. —Kakashi, comeremos fuera. Por favor prepara el mejor vodka para nuestro regreso.
Mientras Sasuke decía esto, el mayordomo apareció de la nada y colocó un abrigo en la mano de Sasuke. —Cuídese, por favor. Esta noche será muy fría.
—¿Fría? En ese caso, tomaré prestado un poco del calor del cuerpo de Naruto. Su cuerpo es tan cálido como su corazón.
El humor de Sasuke había mejorado considerablemente y mientras caminaba junto a Naruto hacia la cochera se le acercó y le sonrió. Sin importar cuán calmadamente actuaba Sasuke por fuera, por dentro no dejaba de tener miedo de perder a Naruto… era como el enamorarse por primera vez.
Una noche: hoy. Un día: mañana. Eso era lo más lejos que Sasuke podía pensar en su separación.
—Tu herida se curó en una noche… tienes una maravillosa constitución física ¿cierto? — Mientras se acercaban al auto, Sasuke se vio forzado a dejar ir la mano de Naruto.
—Fue la forma en la que nací. Siempre pensé que era normal, pero supongo que no lo soy. — Naruto no parecía tomarle importancia a esta situación y Sasuke se preguntó qué clase de crianza había recibido en la cual el curarse rápido parecía ser común. Añoraba poder realizarle más preguntas al joven, pero decidió dejar el tema para después.
A diferencia del día anterior, (cuando Naruto se había acobardado dentro del jaguar) hoy, ingresó en el carro confiadamente y se colocó el cinturón de seguridad. —Este auto es increíble. Supongo que un carro como este es ideal para la ciudad.
—¿Qué hay acerca de ti? ¿Tienes un auto?
—No tengo licencia. Mi abuela no quería que me fuera de la aldea.
—¿Por qué no obtienes una licencia ahora? No hay más obstáculos, ¿cierto?
—No tengo dinero. — Naruto respondió sin dudar, como si no estuviera avergonzado por dicha afirmación. —En la aldea, no necesitaba dinero para sobrevivir, así que no pensé que era tan importante.
—¿No sentías deseos?
—No, aunque si sentía la falta de una buena biblioteca. Si bajaba de la montaña había un gran pueblo. Cuando iba hacia allá a comprar cosas, iba hacia la biblioteca o a la librería sin decirle a mi abuela. Lo disfrutaba.
Si se dejase guiar por las apariencias, Sasuke no hubiera pensado que a Naruto le gustara la lectura. Elevó una de sus manos y acarició suavemente el cabello de Naruto.
Naruto permaneció dócil, parecía que le faltaba el valor para ver a Sasuke a los ojos. Era como un pequeño perro callejero el cual se acababa de conseguir un nuevo dueño.
Sasuke sonrió, pensando que después de todo, este no era un mal resultado.
—¿Por qué estas ocultando tu rostro? Eres muy guapo.
—No, no lo soy. Cuando pierdo la paciencia mi expresión se torna terrible. No quiero asustarte.
—No estoy asustado. Deberías tener más confianza en ti mismo. Te gustan los libros, entonces eres un intelectual y deberías estar orgulloso de ello. — Sasuke estaba determinado a conservar a Naruto, así que acarició su cabello con gentileza mientras elogiaba al joven, como si estuviese tratando de ganarse la confianza de un perro.
—Puedes leerlos cuando gustes. ¿Qué clase de libros te gustan? Si no encuentras algo de tu interés puedes ordenar más.
—Ni siquiera sé que libros debería leer. Me gustaría saber…que me hace tan diferente a los humanos.
Sasuke parpadeó. —¿Te has percatado que eres distinto a los humanos?
—Sí, esta es la primera vez que he estado lejos de las montañas desde que nací, pienso que después de todo, alguien como yo debería vivir allá solo.
Un pequeño rayo de luz plateada comenzó a brillar del lado oeste del cielo. Las estrellas comenzaban a brillar, pero las luces de neón les quitaban su esplendor de algún modo. La escena parecía ser bastante melancólica y Naruto continuó hablando con tristeza: —Mi abuela dijo una y otra vez que no debería interactuar con personas. Pero no puedo evitar el sentir deseos por el contacto con otras personas.
—Lo entiendo. Comprendo tus sentimientos a la perfección—. Sasuke se rehusaba a rendirse en el amor y es por ello que comprendía los sentimientos de Naruto, pero la situación de este era aún más trágica… no tenía un mayordomo, ni empleados para hacerle compañía.
Habían otros como Sasuke regados por el mundo, muchos de ellos eran millonarios y se encargaban de producir su jugo especial para que otros como ellos pudieran vivir cómodamente. Con ayuda como esta, vampiros como Sasuke eran capaces de vivir sin la necesidad de atacar humanos.
—¿A caso no tenías amigos o compañeros en tu aldea?
—Los aldeanos no se me acercaban a menos que necesitaran de mi ayuda, pero a veces cuando salía para ayudar a alguien, eran amables conmigo. El líder de la aldea y su familia a veces me ayudaban cuando lo necesitaba. Si no hubiera sido por la represa, aun estaría viviendo solo en la aldea.
—Eso es demasiado triste, ni siquiera quiero pensarlo.
Sasuke recordó una de las fiestas ofrecidas por otro de su especie, estas se llevaban a cabo una vez cada diez años en un viejo castillo de Europa. Las caras de aquellos presentes en la fiesta no cambiaban casi nada en décadas. Era posible que durante un tiempo uno se llegara a sentir seguro y normal. Quería que Naruto pudiera sentir la misma experiencia. Para hacerlo, se dijo a sí mismo, que tendría que decirle a Naruto la verdad de su persona, pero no era algo tan fácil de confesar. Sí Naruto sabía la verdad acerca de Sasuke, podría llegar a temerle y eso sería el final de todo. Sin importar cuán académicamente adelantada la gente se volviera, el temor a lo desconocido continuaba.
Naruto, quien había sido criado en las montañas era probablemente más propenso a creer en las supersticiones. Primero que nada Sasuke quería saber si Naruto, quien parecía no temerle a la ciudad, le temía a algo.
Sasuke dirigió su auto hacia su estacionamiento cerca del bar. Era aún temprano y ninguno de los miembros del personal se encontraba allí. Sasuke encontraba bastante sencillo hacer que los chicos que trabajaban para él hicieran su voluntad. Todo lo que debía hacer era presionar sus arterias carótidas y susurrar sus órdenes a sus oídos y ellos harían exactamente lo que él deseaba. Había hecho esto una vez con Naruto, pero había tomado más energía de la usual. El cuerpo del rubio tenía alguna clase de energía desconocida que Sasuke aun trataba de descifrar.
Mientras caminaba al lado de Naruto, Sasuke dirigió su mirada hacia su cuello… su grueso y musculoso cuello. La arteria carótida era donde fluía la sangre más fresca. Si Sasuke fuera un vampiro como los que describían las leyendas, enterraría sus colmillos en dicha arteria y absorbería la energía de Naruto a través de su sangre. Sin embargo, Sasuke era únicamente capaz de beber sangre de mujeres. A que se debía esto, Sasuke no lo sabía.
La sangre de los hombres era más amarga y su cuerpo la rechazaba. Sus compatriotas frecuentemente se reían de él por eso. Decían que podían ver a través de sus intenciones…necesitaba separar su apetito sexual de su comida. Sasuke pensó que eran groseros por reírse y en su momento se había molestado, aun cuando sabía que tenían razón.
Antes de convertirse en quien era, las parejas de Sasuke siempre habían sido hombres. Quizás era por esa razón que ahora solo podía beber sangre de mujeres. Cuando miraba a las mujeres, a veces sentía la necesidad de volverlas suyas, las abrazaba suavemente mientras observaba sus arterias carótidas pero eso era lo más lejos que llegaba.
De cualquier forma, Sasuke no tenía colmillos y jamás había bebido sangre directamente de algún humano.
—Dojo Kakei…acá está.
Un gran anuncio con las palabras Dojo Kakei colgaba al lado de una cantina. Era una pequeña entrada a la par de la cantina y esta llevaba al dojo de karate. Debido a que era casi imposible ganarse la vida como instructor de karate, el dueño del dojo había abierto una cantina como negocio extra. Una gran lámpara roja colgaba en la entrada de la cantina y cajas llenas de suministros estaban arrejuntadas a la par de la puerta, al parecer en preparación del inicio de labores. Un muy alto joven se encontraba cargando las cajas al interior de la tienda.
Sasuke frunció el ceño al pensar en Naruto trabajando en esta clase de lugar. Sintió la necesidad de tocar la arteria carótida de Naruto y ordenarle que este no fuera al lugar en el que quería trabajar y que debía trabajar en el bar de Sasuke.
Sin embargo, Sasuke no quería volver a utilizar sus poderes nuevamente sobre el rubio. No había ni un solo cabello corrupto entre Naruto y él, no quería arruinar el corazón puro del joven.
—Naruto, ¿te molestaría si entro contigo? —Sasuke preguntó. —Este mundo no es la clase de lugar hermoso que piensas que es, en la ciudad la gente te puede mostrar amabilidad mientras que a tu espalda están viendo la manera de perjudicarte. Tengo la habilidad para saber rápidamente si alguien está mintiendo. No encontrarás ninguna desventaja si me llevas contigo.
Naruto lucía incómodo y preguntó —¿Cómo debería presentarte? — No sabía cómo explicar su relación. No eran amigos y ciertamente no eran compañeros de ninguna clase, no habían estado el suficiente tiempo juntos como para denominarse amantes.
—Solo dile que soy un asesor que conociste a través de un amigo. Asesor es una de las palabras más vagas que puedes utilizar. Nadie preguntará por detalles. — Sasuke sonrió levemente a Naruto.
Si le ofrecían un trabajo a Naruto, Sasuke planeaba señalar todas las desventajas posibles al trabajar en ese lugar, de manera que el rubio ya no quisiera el trabajo. Si Naruto sabía los motivos de Sasuke, no se había dado por enterado. Quizás la noche anterior había sido una valiosa experiencia para aprender.
—Disculpe, mi nombre es Naruto, ¿se encontrará Jiraiya-san?
—¿Sí?— El hombre que levantó su cabeza en respuesta debía ser Jiraiya-san. Parecía tener alrededor de cincuenta años, pero sus brazos que se extendían desde dentro de su abrigo eran bastante musculosos. Tenía cabello largo y blanco. Lucia exactamente como un maestro de un dojo debía lucir. —Oye, eres Naruto-kun, el asesino de osos. Cuando no viniste ayer pensé que te habías perdido.
El hombre sociable le mostró una gran sonrisa a Naruto y Sasuke sintió como su corazón se hundía. El aura del dueño tenia era una extremadamente amistosa, sin duda alguna era un buen hombre.
—¿Les gustaría una cerveza? ¿Quién es la persona que viene contigo?
Sasuke contestó sin titubear: —Mi nombre es Sasuke y soy un asesor de administración. El día de hoy me encuentro aquí como asesor de Naruto-kun.
Jiraiya parecía ser del tipo de personas que no analizaba las cosas con profundidad, aceptó las palabras de Sasuke y los invitó a sentarse a una mesa baja.
—Escuché acerca de ti por el líder de tu aldea, Shizyo-san. Dice que rescataste a tu abuela de un oso cuando ella fue a recolectar setas. Jamás escuché de alguien capaz de derrotar a un oso con sus propias manos. Realmente quería conocerte. Tienes un excelente cuerpo…no hay absolutamente ningún problema con él.
El maestro karateka dio un pequeño golpe al hombro de Naruto mientras reía abiertamente. Mientras Sasuke escuchaba, su rostro se ensombreció, si este hombre le ofrecía a Naruto un empleo ¿de qué forma podría Sasuke evitarlo? Viendo a su alrededor, pudo observar que la mayor parte del personal tenían la edad y apariencia física similar a la del rubio. En una edad en la cual no era posible ganarse la vida siendo únicamente instructor de artes marciales, Jiraiya les ofrecía a algunos de sus estudiantes trabajo en el bar para que pudieran sobrevivir.
—¿Conoces el UHO…la sociedad de artes marciales mixtas?— Jiraiya vertía más cerveza a sus dos invitados mientras continuó hablando. Esperaba una respuesta afirmativa.
Naruto respondió con honestidad: —No miro mucho la televisión, así que no estoy enterado de ese tipo de cosas.
Jiraiya cerró un poco los ojos, —Aun en las áreas más remotas de la montaña puedes recibir recepción en un televisor.
—A mi abuela no le gustaban esas cosas.
—No me digas. Es posible, entonces que no conozcas al legendario luchador Zabuza. Él es el jefe del UHO.
—Lo lamento, pero en realidad no sé nada al respecto.
Sasuke observó a Naruto quien se encontraba con un gesto apenado y se sintió aliviado. Aun cuando había vivido lejos de Japón por muchos años, Sasuke estaba familiarizado con todo lo que estaba ocurriendo. Era necesario mantenerse actualizado, para así poder modificar su registro familiar y mantener una vida social cuando se encontraba en el país. Incluso Sasuke sabía quién era Zabuza, tal vez no tenía porque preocuparse demasiado.
—Zabuza está en busca de un peleador de artes marciales. Me gustaría que practicaras aquí por un tiempo y si creo que tienes talento, te lo presentaré. Puedes practicar por las tardes y trabajar en el bar en las noches. Te pagaré con todo lo que puedas comer, ¿qué te parece?
Después de escuchar estas palabras, el rostro de Naruto se tornó pensativo. Sasuke inmediatamente se dirigió a Jiraiya y preguntó. —Así que en otras palabras, piensa que Naruto-kun puede convertirse en un maestro de artes marciales mixtas, ¿correcto?
Sasuke observó a Naruto, preguntándose si todo lo dicho era cierto, supuso que sí lo era, el hecho de que el rubio no lo estuviera negando era suficiente para saberlo.
Sasuke susurró al oído de Naruto: —Naruto-kun, escúchame. Los combates de artes marciales se dan por lo general durante las noches.
—Comprendo a lo que se refiere con artes marciales, pero… ¿está hablando de peleas como esas del Coliseo de Roma?—Naruto observó a Sasuke con un gesto dudoso.
Sasuke rio suavemente y asintió. Que maravilloso es el rubio. No tenía idea de lo que los torneos de artes marciales por la televisión eran, pero estaba familiarizado con los hechos históricos de las peleas en el Coliseo. Aun cuando sabía que no era el momento correcto, sasuke se sintió más animado. Podía mostrarle tantas cosas a Naruto. Si tan solo pudiera obtener un mejor vocabulario que acompañara a su inteligencia natural, Naruto se convertiría en un hombre esplendido. Obviamente tenía el deseo de aprender…aun en las montañas, se había ido a leer libros detrás de las espaldas de su abuela. No era como otra gente joven de su edad, quien, a pesar de tener muchas oportunidades de estudiar en una universidad, preferían pasar su tiempo jugando. Sasuke quería mantener a Naruto cerca y darle oportunidades para su desarrollo académico. Comenzó a rezar por dicha oportunidad con muchas ganas.
—Si eres un luchador lo suficientemente poderoso podrías incluso aparecer en comerciales… podrías ganar mucho dinero.
Mientras Jiraiya hablaba Sasuke comenzó a notar una pequeña tribulación en el aparentemente pura aura del karateka. Parecía ser que hasta un hombre tan amistoso como Jiraiya se sentía tentado ante la posibilidad del dinero.
—Pelearas frente a mucha gente. Por su puesto es un deporte, pero también es una forma de exhibición. ¿Serás capaz de pelear de esa forma frente a tantas personas? No solo cientos de personas, sino que miles de miles de personas.
Sasuke ignoró a Jiraiya y sacó su carta del triunfo. —Pelearas con extraños frente a miles de miles de personas y no solo eso, harás contratos con diferentes personas, conversaras con ellas y saldrás a beber con ellas. Aun durante las noches cuando haya luna.
—¡No puedo!— Naruto saltó de su asiento al escuchar las palabras de Sasuke. —Jiraiya-san, lo lamento mucho, pero no puedo aceptar su propuesta.
Naruto dio una reverencia al maestro karateka y comenzó a colocarse sus zapatos en preparación para partir. —Sasuke-san, me retiro.
—Lo entiendo— Sasuke comenzó a colocarse sus zapatos calmadamente.
—Espera un momento…¿qué está pasando aquí? Dijiste ser su consejero…¿Acaso trabajas para otra organización y lo quieres para ti?— Jiraiya se acercó a Sasuke, con una expresión peligrosa en su rostro.
Sasuke continuó empeorando las cosas a propósito. —Él es un pacifista y no le gusta involucrarse en peleas sin sentido con extraños.
—¿De qué hablas? Las artes marciales son la forma para medir la fuerza de un hombre, no es solo por el dinero. Los hombres quieren ser los más fuertes; no vengas a meterle cosas a este joven en la cabeza con tus tontas charlas del pacifismo—, Jiraiya objetó vigorosamente. Su irritación se mostraba claramente.
Sasuke sabía que su presencia intranquilizaba a las personas, esto era particularmente cierto en personas como Jiraiya, quien había sido entrenado en las artes marciales y parecía tener un sexto sentido. Esa clase de personas tenían buenos instintos, como animales salvajes. Por supuesto, si Sasuke se encontrara en un estado de humor amigable, podía hacer desaparecer esa intranquilidad, sin embargo, el peliblanco estaba tratando de robarle a su adorado Naruto por lo que eso lo convertía en un enemigo.
Con una sonrisa en su bello rostro, Sasuke habló de tal forma que incrementó la irritación del karateka: —Tu eres el que está intentando engañarlo. Crees que puedes convertirlo en una estrella y hacer mucho dinero explotándolo. Tú y los otros son como hormigas con un trozo de dulce.
—¡Bastardo! ¿A caso te atreves a ofender esta casa de artes marciales?
Por lo general, si a Jiraiya se le hubiera dicho que se calmara y escuchara, las cosas hubieran terminado mejor, pero Sasuke quería hacerlo quedar mal frente a Naruto.
Jiraiya tomó a Sasuke por el cuello de su abrigo. El fino material del carísimo abrigo de Sasuke fue aprisionada en el puño de Jiraiya —Aun cuando escuché que mató a un oso, no he visto su verdadero potencial. Solo estaba ofreciéndome para ayudarlo a entrenar y es por esa razón por la que ¡¿me comparas con una hormiga?!
Naruto se metió entre ambos. —Jiraiya-san, estas mal por enojarte con Sasuke-san. No sabía nada y vine hacia este lugar porque escuché que habría un trabajo. El verdadero problema es que no puedo trabajar de noche, esa fue la razón por la que te rechacé.
—Naruto, este hombre no es digno de entrenarte apropiadamente, lo único que hiciste fue rechazarlo amablemente y ve su reacción tan violenta. ¿Quién sabe lo que pasará con un hombre así?— Sasuke disimuladamente colocó su mano sobre el cuello de Jiraiya y pensó: Déjalo ir.
Involuntariamente, Jiraiya soltó su mano y empujó a Sasuke.
—Sasuke-san, vámonos ahora—. Naruto tenía una expresión llena de determinación en su rostro. Cuando Sasuke vio esto, nuevamente se perdió en sus pensamientos. Naruto le recordaba a un caballero con armadura protegiendo a su señor y siendo intensamente fiel. Hizo lo que el rubio le pidió y abandonó el inmueble.
Sasuke no consideraba que sus trucos sucios estuvieran mal, con o sin trucos, Jiraiya probablemente quería utilizar a Naruto para satisfacer sus deseos por dinero, eso era lo que indicaba su corazón. Pero ¿qué había acerca de él? El deseo de Sasuke de tener a Naruto amarle era egoísta también, ¿no? ¿A caso no estaba utilizando a Naruto para deshacerse de su dolor?
—Los dos lo disfrutaremos, esa es la manera apropiada de amar—, Sasuke se dijo a sí mismo.
El sonido de cómo algo se quebraba provino desde adentro de la tienda. Parecía como si Naruto hubiera enviado a Jiraiya a volar. Para poder defender a Sasuke, Naruto había arruinado cualquier oportunidad con Jiraiya. Sasuke sintió un gran alivio y le dio unas silenciosas gracias a la luna, la cual ni siquiera se había asomado.