Era otro día más en mi ajetreada vida, como todos los días era el primero en la mansión en despertarme, por decirlo así, ya que no suelo dormir, no lo necesito; me puse el frac y me dirigí hacia la cocina para preparar el primer alimento que comería mi joven amo. Lo más seguro era que le apetecería acompañar el té con uno de esos dulces que tanto le gustan, así que me dispuse a hacerlo, después de aproximadamente 2 horas me dirigí hacia la recámara de mi joven amo, aun dormía, podia escuchar su tranquila respiración chocar contra su almohada, deje la charola que contenía el té y el dulce sobre la pequeña cómoda, me quede contemplando al pequeño que habia hecho hace tiempo un contrato conmigo, ya no era un infante, su cuerpo ahora comenzaba a desarrollarse, podia oler ese dulce aroma de sensualidad saliendo de el, cada día se volvía más maduro, pero aun sin perder sus hermosos rasgos delicados, de pronto se removió en la cama, pensé que habia despertado pero no, solo se acomodo quedando boca arriba, dejando ver una parte de la suave piel de sus hombros, el camisón se habia desabrochado y ahora me tentaba con acariciar ese tramo blanquecino de piel, no podia quitar mi vista de ese lugar, fui recorriendo con mi vista su pecho descubierto, pasando por su delgado cuello, admirando sus rosados labios entreabiertos y terminando en ese par de ojos cerrados repletos de finas y largas pestañas negras, di un suspiro tratando que la excitación que comenzaba a apoderarse de mi se fuera, eh estado esperando ansioso el día en que el alma de este mocoso sea mía pero ahora quiero tener aun algo mas de el, quiero poseer su cuerpo, que sea completamente mío, esa hermosura que solo el tiene debe ser solo para mi.
Trate de espabilar el montón de cosas pervertidas que pasaban por mi mente tan solo de imaginar que fuera completamente mio, apreté el puente de mi nariz con el índice y el pulgar, mientras cerraba fuertemente los ojos, me di media vuelta y comence a abrir las cortinas de las ventanas.
-Bocchan, es hora de levantarse.- dije en un tono medio tratando de sonar impecablemente.
-Mmm, Sebastian cierra las cortinas, quiero dormir un poco más.- respondió el ojiazul, dando un pequeño suspiro al terminar de hablar.
-Bocchan, debo recordarle que hoy es el dia de la reunión con la Reina y si no se apresura a despertar no podrá llegar a tiempo.- dije un poco molesto pero tratando de sonar neutral.
-Que!? Por que no me despertaste antes!! Rapido prepara mi baño y ten lista mi ropa.- dijo claramente enojado, levantándose rapidamente de la cama dejando ver su ojo con la marca de nuestro contrato.
Comenzo a tratar de desabrochar su camisón, pero tan torpe era que ni eso podia hacer, me acerque a el y en unos segundos desabroche los botones restantes, una vez mas ahí estaba ante mi, esa pálida piel, pidiendo a gritos que alguien la acariciara, le puse la bata de baño y me quite rápidamente de ahi para dirigirme a preparar la tina, su muda de ropa ya estaba lista desde que el día habia empezado.
Estando ya en el baño comence a enrollar las mangas de mi camisa, cuando volteé a verlo fui testigo de la muestra mas excitante, lentamente bocchandeshacia el nudo que mantenía cerrada la bata, para que después esta cayera amontonada a sus pequeños y delgados pies, mi mirada recorrió todo su cuerpo desde sus delgadas piernas hasta su nuca, ciertamente en todos los años que eh vivido no habia visto nunca tal belleza en un niño, que encendiera los mas sucios deseos de mi cuerpo, volteé a mirar hacia otro lado mientras el se terminaba de acomodar dentro de la bañera, me quite los guantes y con el jabón entre las manos comencé a crear espuma lavando con esta el montón de cabello que nacía de su pequeña cabeza, la hora del baño era sagrada para mi, era el único momento en que podia tocar y sentir cuan suave era la piel del mocoso que me hacia entrar en delirios lujuriosos.
La reunión con la Reina se prolongó demasiado, cuestionamientos sobre que les habia pasado a los niños desaparecidos llovían sobre mi bocchan, podia ver la irritación en sus ojos, pero eso era lo que más me sorprendía de el, la manera de fingir y engañar con su actuación a las personas. Cuando el ojiazul le dio una respuesta, la Reina la acepto pero no la creyó del todo, aun así no volvió a tocar el punto, muchas cosas mas se hablaron entre la anciana y el niño, quien creería que el heredero y señor de la familia Phantomhive, el Perro Guardián de la Reina, seria un simple mocoso de escasos 12 años, bueno ya 13.
Ciertamente el día del joven amo fue mas pesado que de lo normal, saliendo de la reunión con la Reina nos dirigimos con Undertaker para conseguir información sobre el siguiente caso que se le habia encomendado al ojiazul, esta vez le toco a bocchan pagar a Undertaker por la información, ese tipo se comportó mas extraño que de lo normal. Cuando el joven amo salió del establecimiento se le veía mas irritado que cuando salió de la reunión y aun para su mala suerte este día, era el día de su cumpleaños, lo cual odiaba recordar. Llegando a la mansión encontramos todo lleno de adornos y a los sirvientes vestidos raramente.
-Cieeel!! Feliz cumpleaños!- se escucho un chillido de alguna parte de la mansión y en unos cuantos segundos la muchacha apareció junto al ojiazulabrazandolo.
Una vena se altero en la frente del joven amo, con una sonrisa burlona lo miré y negando con la cabeza impedí que ofendiera a su prometida.
-Lizzy, que bueno que viniste. Los sirvientes ya te extrañaban y también a tus disfraces.- dijo rompiendo el abrazo, intentando sonar apacible mientras apretaba la quijada fuertemente, no pude contener una risilla y la mirada de bocchan me hizo entender que estaba al límite, solo faltaba que el señor Lau se apareciera, así lo habia dicho antes de despedir a la señorita Elizabeth, pues su visita habia sido muy corta, solo para felicitar al joven amo por su 13vo cumpleaños y para avisar que se iría por un tiempo fuera de Inglaterra, no sin antes darle un presente al ojiazul.
Pareciera que bocchan era un profeta, pues minutos después de que la señorita Elizabeth se fue el señor Lauaparecio en la mansión, un suspiro pesado y tormentoso salió de la pequeña boca de mi amo.
-A que has venido a esta hora?! Ya es tiempo de que me vaya a dormir- replico molesto el joven amo.
-Oh, Conde mis disculpas por venir tan tarde, pero realmente no podia dejar pasar esta oportunidad para traerle un pequeño obsequio por su cumpleaños- dijo burlonamente.
-No te hubieras molestado. No es importante, ni yo recordaba que hoy es ese día- respondió bocchan tratando de mantener la calma apretándose el puente de la nariz con el pulgar e índice mientras cerraba los ojos.
Una vez el regalo estuvo en brazos del Conde, el señor Lau se marcho apresuradamente. El joven amo pidió que le prepara el baño nuevamente, podia sentirse desde lejos esa aura maligna de estrés que salía de el. Antes de ir a preparar la tina quise ver que clase de regalo le habia traído el señor Lau, y como me lo esperaba era uno fuera de lo normal, una pipa de opio para "aromatizar" el ambiente, eso es lo que decía su nota dentro del regalo, una idea oscura y lujuriosa se creo en mi mente, mi pobre joven amo necesitaba desestrezarse y yo tenia el método para hacerlo.
Aproveche que el joven amo se encontraba tomando el té que siempre antes del baño me pedía, metí la pipa y comence a encenderla, en unos segundos un humo casi invisible comenzo a esparcirse por todo el cuarto de baño, regrese con el joven amo para ayudarlo a quitar su ropa de su cuerpo, no sin antes haberme quitado los guantes, lo cual el ojiazul noto curiosamente, mas no hizo ninguna pregunta.
Al entrar al baño comenzo a notar el cambio que habia en este.
-Sebastián, que es lo que ha pasado aquí, por que hay tanto humo!?- pregunto enojado y respirando agitadamente.
-No se preocupe bocchan, son aromatizantes relajantes que eh conseguido para que pueda descansar plácidamente esta noche- respondí con una sonrisa de lado.
Para cuando se introdujo en la tina el opio ya habia inundado su sistema y comenzaba a hacer su trabajo, enrolle mis mangas y comence a lavar su cabello con el jabón que sostenía entre mis manos, un suspiro salió de su rosada boca, señal que tome para comenzar mi plan, esta noche bocchan descansaría de este ajetreado día y me daría un adelanto del pago por el contrato.
Lleve mi mano a su cuello fingiendo lavarlo, su piel tan suave y el ángulo en el que se encontraba me estaban excitando lentamente, baje un poco mas mi mano acariciando ahora su pecho, el echo la cabeza hacia atrás manteniendo los ojos cerrados, llegue hasta sus pequeños y rosados botones, acariciandolos, pasando de un momento a otro a pellizcarlos suavemente, regreso a su anterior postura mientras que múltiples suspiros mezclados con pequeños gemidos comenzaban a aflorar de mi pequeño Conde, decidí llevar mi mano mas abajo, a su vientre escondido en el agua, tome su pequeño miembro y mordiendo su oreja comence a despertarlo lentamente, su temperatura subió instantáneamente, el calor provocado por el sonrojo de su rostro inundaba hasta la punta de sus orejas, una vez senti que ya estaba lo bastante excitado pare de masajear su miembro, para ahora dedicarme a terminar de lavar el resto de su cuerpo y enjuagarlo con agua limpia, percibiendo su notoria molestia, una vez hecho la bata de baño entro una vez mas en su cuerpo y cargandolo estilo princesa lo lleve hasta su recamara y sentado en el borde de la cama comence a secar sus cabellos.
-Estúpido demonio, pensaste que no sabia que ese humo era de opio? querías divertirte con mis reacciones, no es así? Pero ahora tendrás que completar el trabajo que iniciaste, es una ORDEN!- dijo con el orgullo herido, dejando caer la bata por sus hombros.
-Yes, My Lord- conteste sinicamente al ver que mi plan habia salido a la perfección.
Me acerqué a su rostro comenzando a delinear con la punta de mi lengua el contorno de sus labios, pude sentir como una vez mas su temperatura subía, capture sus pequeños labios en un lento beso, introduciendo mi lengua poco a poco en su cavidad bucal, recorriendo hasta el ultimo rincon de ésta, haciendo de aquel lento beso algo apasionado al comenzar a jugar con su lengua, mostrándole pacientemente la forma de hacerlo, mientras que con mis manos acariciaba cada centímetro de su piel, recorriendo sus brazos, su pecho, sus piernas, bien dicen que los niños aprenden rápido, pues bocchan comenzó a acelerar el ritmo acompañado de sus dulces gemidos enredando en mi cuello sus brazos haciendo mas profundo el beso.
Nos separamos por la falta de aire, aproveche para subir a sentarme en la cama para mayor comodidad de los dos, acomode mi espalda en la cabecera y cruce mis piernas para que el se sentara sobre ellas, me miro confundido, así que hice una señal con mi mano indicándole cual era su nuevo asiento.
-Estas loco si crees que me voy a sentar en tus piernas- dijo avergonzado y con una vena alterada.
Estire mi mano y jale de su brazo para acercarlo a mi, ya estando mas cerca el mismo busco la comodidad en mis piernas, rodeando mi cintura con las suyas, repegandose mas nuestros cuerpos, sintiendo los dos la erección del otro, un nuevo húmedo beso comenzó, bocchan inicio un leve movimiento de sus caderas, rozando mi apretado miembro, que debajo de la tela ya se comenzaba a hacer notorio. Sus pequeñas manos temblorosas comenzaron a desabrochar mi camisa, mientras con mis manos recorría su espalda hasta llegar a su pequeña entrada, delineando con la llema del dedo los delicados pliegues de esa zona, gemidos tratados de contener salían de la boca de mi joven amo y eran ahogados en el profundo placer de nuestras bocas unidas. Al fin la camisa habia sido quitada de mi, el ojiazul pasmado al ver mi torso desnudo comenzó a acariciarlo, haciendo que mi erección doliera, lo acerque lo mas que pude a mi y comence a esparcir pequeños besos y leves mordidas desde su cuello hasta sus pequeños botones, tomando con una de mis manos su pequeño miembro iniciando un vaiven de arriba hacia abajo acompañado de la irreprimible voz de bocchan, una voz llena de pasión en la cual carecía el tono del amor, mas bien las notas de la lujuria y el deseo hacían su mas melodiosa aparición, jadeante y doblando su espalda la esencia de mi joven amo cayo en mi mano, recargandose después en mi pecho.
Pude ver como se separaba de mi ya recuperado y con curiosidad observaba mi notorio pene debajo del pantalón, de pronto se puso a gatas y comenzo a acariciar el enorme bulto, al sentir su mano no pude evitar que saliera un gemido de mi boca, bocchan al oírlo alzo la cabeza con cara de asombro sin dejar de manosear, bajo el cierre y desabrochó el único botón de mis pantalones, lentamente con las manos temblándole, para después sacar mi falo de la ropa interior, pude ver como lo observaba pasmado, era un grueso y palpitante pene lo que entraría en su pequeña entrada, solo de pensar como se sentiría su interior mi pene comenzo a doler más.
-Vamos bocchan, es igual de delicioso que uno de sus dulces, por que no lo prueba?- dije dolorosamente tratando de sonar tranquilo.
Observo detenidamente lo que tenia a poca distancia de su rostro y lo tomo con sus manos, comenzando a apretar y manosear, se acerco mas y su cálida lengua saboreo la glande, iniciando a recorrer toda la extencion de mi pene, aun que no tenia practica en esas cosas el joven amo lo hacia muy bien, no pude evitar gemir roncamente cuando lo introdujo a su boca, comenzando a subir y bajar lentamente, ayudándose a cubrir toda la extencion faltante bombeando con sus manos, aproveche que aun tenia su semilla esparcida en mi mano y comence a lubricar su entrada, cuando introduje el primer dígito dio un respingo pero no dejo de comer ansiosamente el pedazo de carne que tenia en la boca, introduje un segundo y gimió de dolor, comence a abrir y cerrar dentro de su interior, haciendo círculos, metiendo y sacando, mi pene no daba para mas así que en unos segundos, tomandolo del brazo, lo posicione rapidamente sobre mi miembro, introduciendolo lentamente, callando su boca con un demandante beso, cualquier pensamiento que habia tenido a cerca de sus entrañas no se comparaba con lo que verdaderamente estaba sintiendo en ese instante.
Cuando se hubo acostumbrado a la intromisión y totalidad de mi miembro comenzó a mover lentamente sus caderas, gimiendo al sentirme dentro, su cara estaba sonrojada y su aliento era muy caliente, mantenía sus ojos entreabiertos de los cuales salían pequeñas lagrimas cristalinas, con mi lengua las recogí sintiendo su suave piel, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo, excitandome al saborear lo salado de sus lagrimas y lo dulce de su piel.
Comence a penetrarlo suavemente, con un ritmo despacio y tortuoso hasta para mi, saboreando al mismo tiempo la suave piel de su cuello, mordiendo su hombro, acercandome lentamente a su oído.
-Vamos bocchan, por que no me muestra que tan bien a aprendido a cabalgar?- dije casi en un susurro jadeante para después morder su lóbulo suavemente.
Me dedico una molesta mirada, pero su sonrojo habia acrecentado, mirada la cual respondí con una burlona sonrisa, suavemente comenzo a subir y bajar, apoyándose con sus manos, conforme el iba aumentando la velocidad sus gemidos salían mas potentes de su pequeña boca, capture sus labios en un húmedo beso. Tomandolo de la cintura intercambie nuestras posiciones, haciendolo suspirar al salir de su interior, el yacia debajo de mi, se veía tan indefenso y débil que me deban ganas de maltratarlo, herirlo, ver como su sangre abandonaba su cuerpo lentamente, para que después, al fin su alma fuera mía. Comence una vez mas a introducir mi pene en él, pero ahora las embestidas fueron subiendo de velocidad y fuerza, podia sentir la electricidad del placer recorrer mi cuerpo, en toda mi vida de demonio no habia probado cuerpo tan delicioso como el de este niño, su piel, su aroma, su alma, eran únicas, todo en el era especial, desde su fino y blanquecino cuerpo hasta su oscura alma marcada por el odio y el rencor de lo que una vez le fue arrebatado, del pisoteado honor que una vez su apellido se habia ganado.
Entre las embestidas toque aquel punto que lo hizo realmente volverse loco, en unas embestidas mas volvió a venirse diciendo mi nombre entrecortadamente, esta vez no lo toque, al momento de venírse sus paredes interiores apretaron deliciosamente mi falo , el cual ya no aguantaría para mas, un cosquilleo bajo por mi vientre y en unos segundos mas todo mi semen se vertió dentro de el, recorriendo su interior, un gemido caprichoso salió de su boca al sentir la es encía caliente dentro de si mismo, salí despacio de su interior tratando de grabar en mis recuerdos esa sensación de protección que sentía mi pene al estar en sus entrañas, suspiro al mismo tiempo con la respiración agitada.
Me levante de sobre de el y comence a abrochar mis pantalones, para después buscar mi camisa y ponermela, el solo observaba mis movimientos sin decir una sola palabra. Saque una pequeña toalla de la cómoda y la fui a humedecer con agua, me acerqué a el, sentándome en el filo de la cama y lo ayude a sentarse en mis piernas y comencé a limpiar su cuerpo que había sudado un poco, su respiración se habia normalizado pero en su cara aun permanecía ese sonrojo, tome su barbilla y empecé a besarlo, a lo cual el también respondió, nuestras lenguas una vez mas se encontraron y bailaban un lento vals, mezclándose los sabores de nuestras bocas, nos separamos mientras un hilillo de saliva aun nos unía, habiendo ya terminado de limpiarlo completamente le puse su camisón, mientras el yacia sentado en el filo de la cama, sus ojos mostraban el querer cerrarse de sueño, no pude evitar sonreír de lado al verlo en ese estado, ayude a acomodarlo en su cama y taparlo.
-Que descanse bocchan, espero que su regalo de cumpleaños le haya satisfecho y gustado- dije mientras plantaban un pequeño beso en su frente.
-Sebastián, no tenias que hacer cosas innecesarias, pero gracias por hacer el final de este maldito día algo mas llevadero y relajante- dijo sin mirarme a los ojos y con la cara convertida en un jitomate.
Tome el candelabro listo para retirarme de la habitación cuando la voz de bochan sono.
-No te vayas, quédate conmigo hasta que me duerma, es una orden!- dijo mientras me mostraba donde quería que esperara.
-Yes, my lord- respondí al mismo tiempo que me acercaba a dejar el candelabro sobre la cómoda.
Me introduje en la cama así como bocchan lo ordenó, ya estando dentro el se acerco y se acurrucó junto a mi, mientras yo pasaba un brazo debajo de su cabeza y uno sobre su cintura, pegándolo mas a mi.
-Duerme bien, Ciel- dije casi en un susurro, pensando si esta seria la primera y la última vez que poseería su cuerpo, pensando por que es que quería protegerlo y a la vez hacerlo sufrir, un pensamiento llego a mi cabeza "amor-odio", sonreí burlonamente incrédulo de que eso me pasara a mi, mire al chico que dormía entre mis brazos y una vez mas no pude saber que es lo que realmente sentía por el, perdiendome en los hermosos rasgos de su cara dormida, mientras las llamas de las velas lentamente se iban apagando.